VÁZQUEZ
Y CHÁVEZ FIRMARON ACUERDOS EN EL EDIFICIO INDEPENDENCIA
Los
Presidentes Vázquez y Chávez firmaron esta mañana
acuerdos por los cuales se establece un nuevo mecanismo de
intercambio comercial, y se crea la cadena sudamericana
Televisión del Sur.
El
Presidente de la República, Tabaré Vázquez, y su par de
Venezuela, Hugo Chávez, firmaron esta mañana en el
Edificio Independencia una Declaración Conjunta
Uruguay-Venezuela, por la cual se establece el intercambio
de petróleo por alimentos, siendo un mecanismo novedoso que
implica un enorme beneficio para el Uruguay puesto que le
permite obtener el crudo a un precio más barato que en el
mercado internacional. En contrapartida nuestro país
intercambiará productos tales como alimentos,
conocimientos, inteligencia y software hacia Venezuela.
Ambos
mandatarios suscribieron además un convenio que impulsa la
creación de una cadena de televisión entre los países de
América del Sur, denominada Televisión del Sur.
PALABRAS DEL
PRESIDENTE DE LA REPUBLICA, TABARÉ VÁZQUEZ, EN EL EDIFICIO
INDEPENDENCIA
PRESIDENTE
VÁZQUEZ: Señor Presidente de la República Bolivariana de
Venezuela, mi querido amigo Hugo. Vamos a dejar de lado los
protocolos, porque si bien son importantes, desde el punto
de vista humano el relacionamiento fraterno y el
entendimiento cordial deben en estos tiempos superar los
aspectos protocolares. Así que amigo Hugo, a toda la
delegación que te acompaña, señores ministros, queridos
compañeros:
Constituye
para mí un honor y una emoción muy grande recibir lo que
acabo de recibir, y que ustedes han visto por parte del señor
Presidente de la República Bolivariana de Venezuela.
Ayer lo decíamos
en nuestro discurso en el Palacio Legislativo, unos de los
aspectos más dramáticos de nuestros Liberadores que soñaron
en una América Latina unida, fuerte, libre; una América
Latina que fuera de los latinoamericanos, pero que fuera del
pueblo latinoamericano, que fuera de su gente, de esa gente
de a pie, que parecería que nace para sufrir cuando debe
nacer para vivir con dignidad porque América Latina se
constituye en el jardín del mundo, es una de las zonas más
ricas que puede tener la humanidad y, sin embargo, es la
zona donde peor se distribuye la riqueza. Donde unos muy
pocos son muy ricos y otros muchos, muchos millones, son
extremadamente pobres, demostrando la existencia de una
profunda injusticia social.
Esto que voy
a decir no es la primera vez que lo digo. Así que lo voy a
decir con plena conciencia de lo que estoy haciendo.
Muchas
veces, nosotros los latinoamericanos -y digo esto con
orgullo de plantear que Uruguay es un país latinoamericano-
de ahí venimos, esa es nuestra historia y ahí está
nuestro futuro y nuestro destino. Atrás, como decíamos
ayer, definitivamente atrás quedó los tiempos donde el
Uruguay se podía pensar que era la casita linda en un
vecindario feo; donde éramos poco menos que un país de
Europa en medio de un subcontinente subdesarrollado.
Nosotros
somos latinoamericanos los uruguayos. En su variedad étnica,
religiosa, filosófica e ideológica, pero somos
latinoamericanos y queremos ser hermanos de todos los
latinoamericanos, sin excepción de ningún tipo.
Pero muchas
veces nosotros, nosotros mismos, somos los primeros que le
echamos las culpas de nuestros males a los de afuera.
Es cierto
que el imperio existe. Es cierto que hay y que hubo, y que
seguramente habrá, intenciones de extender ese imperio, de
lograr una hegemonía total. Es cierto. Contra eso nos
oponemos, lo hemos dicho siempre, lo han dicho nuestros
precursores, lo decimos ahora y lo seguiremos defendiendo.
Pretendemos
la soberanía y la independencia de los pueblos
latinoamericanos y vamos a luchar por ello.
Pero también,
lamentablemente, debemos reconocer que es cierto que aquí
en Latinoamérica fuimos incapaces de llevar adelante, vaya
a saber por qué causas, -por incapacidad intelectual, por
negligencia, por conveniencia-, fuimos incapaces de elaborar
en Latinoamérica un proyecto latinoamericano para todos los
latinoamericanos.
Un proyecto
que defendiera a nuestra gente, que defendiera a nuestra
riqueza, que lograra calidad de vida para todos sus
habitantes.
Los próceres
sembraron la semilla. No la pudieron ver fructificar, la
lucha no es fácil. Sin embargo, creo que hoy tenemos el
gran desafío de tomar ese legado y trabajar juntos, muy
juntos, muy estrechamente todos los latinoamericanos para
lograr que realmente esta región del mundo sea una región
como debe ser, una región profundamente humana que quiere a
su gente, con justicia social, redistribuyendo la riqueza,
logrando puestos de trabajo y dignidad de vida para todos
sus habitantes.
Ese es el
compromiso que nosotros adquirimos. Creo que ese es el desafío
de esta etapa y esta presencia del señor Presidente de la
República Bolivariana de Venezuela y la delegación,
constituye un símbolo claro -junto con la presencia de
Uruguay- en la dirección de trabajar unidos para lograr esa
fraternidad latinoamericana que, seguramente, el tiempo y el
destino de alguna forma, antes o después, lo va a hacer.
Algún día,
como decía Allende, se abrirán las alamedas por donde
pasará el hombre libre, más tarde que temprano; yo diría
hoy, más temprano que tarde.
Vamos a
llevar adelante una serie de acuerdos, desde el punto de
vista concreto hablando ahora con nuestros hermanos
venezolanos, en distintos temas.
El
intercambio de petróleo que nosotros no tenemos y ellos
tienen, por alimentos, por conocimientos, por inteligencia,
por software; pero también pensando en aspectos quizás más
cotidianos, por ejemplo el tema de la vivienda, que creo que
es uno de los temas en los que Uruguay y Venezuela podemos
trabajar juntos.
Las
viviendas para erradicar las zonas de pobreza y de marginación.
Uruguay tiene materiales, tiene experiencia. Tiene un
movimiento cooperativo como FUCVAM, que ha hecho maravillas
con la vivienda popular acá en el Uruguay y puede aportar
seguramente desde ese nivel gran apoyo a nuestros queridos
hermanos venezolanos.
Por otro
lado, Venezuela seguramente será un apoyo muy grande para
un país tan pequeño como éste, donde el problema energético
es de crucial importancia.
Yo quiero
agradecer simplemente con estas palabras la presencia de
Hugo, la presencia de su delegación, y en él y en su
delegación enviar un fuerte abrazo a nuestros hermanos, el
pueblo Venezolano.
Muchas
gracias, Hugo.
PALABRAS DEL
PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA, HUGO
CHÁVEZ, EN EL EDIFICIO INDEPENDENCIA
PRESIDENTE
CHÁVEZ: Querido
amigo, compañero Presidente Tabaré, Tabaré Vázquez, y
sus compañeros, ministros, nuestros compañeros, queridos
compañeros de la delegación venezolana, invitados
especiales, amigos de la prensa, amigos todos:
Estaba
recordando esta mañana un bello poema muy de aquí, de esta
Banda Oriental; Vilariño, Vilariño y los Orientales:
“Brotan por todos lados los orientales, a salvar su patria
los orientales”. Bello poema, profundo poema, y en verdad
andan por todas partes los orientales, han vuelto los
orientales a salvar su patria los orientales y nosotros
estamos aquí sumándonos a ese sentimiento y a esa fuerza
compañero Tabaré; estamos muy felices. Felicitaciones
Presidente y me uno al sentimiento del pueblo venezolano
para primero,
primero que nada, con toda la fuerza de nuestros deseos, de
nuestra esperanza, desearte el más grande de los éxitos en
este tremendo desafío que ayer has asumido delante no sólo
del pueblo uruguayo, lo sabes tú, sino del pueblo de
nuestra América; de los pueblos, que en el fondo somos un sólo
pueblo, desde el Caribe hasta aquí, hasta estas riberas del
hermoso Río de la Plata.
Éxito; y
nos tendrás siempre allí, como decimos, siempre firmes y a
la orden para cooperar modestamente en todo lo que podamos
para ese éxito que no es tuyo solamente ni de Uruguay, sino
el éxito lo necesitamos todos. Y éxito en la transformación,
éxito en el cambio profundo, éxito en el cambio integral.
Tú lo has llamado cambio responsable, tú lo has llamado
cambio político, cambio económico, cambio social; estás
hablando del Uruguay social, del Uruguay profundo, del
Uruguay histórico, del Uruguay productivo.
Nos
sumamos a ese esfuerzo, porque es el mismo esfuerzo en el
que estamos sumidos, comprometidos, hace muchos años.
Yo estaba
recordando ayer que hace 11 años tú eras Intendente aquí,
1994; yo llegué por primera vez a Montevideo y fui atendido
de manera extraordinaria por ustedes en el Frente Amplio; me
reuní con distintos sectores, era mi General Seregni,
bueno, era no él sigue siéndolo aún cuando físicamente
no está, pero debo recordarlo aquí hoy: soldado ejemplo
para nosotros los soldados patriotas de esta tierra, mi
general Seregni, Cardozo, Gerónimo.
En esa
ocasión fuimos a un barrio y vimos cómo allí ya tenía
vida un poderoso instrumento para la vida colectiva como son
las cooperativas de vivienda.
También
tuvimos contacto con los sectores de la salud y nos
explicaron todo ese sistema del mutualismo; la seguridad
social, en esa área, Tabaré, también ustedes pueden
ayudar mucho a la Venezuela naciente, a la Venezuela a la
que le habían inyectado profundo veneno, grandes venenos
neoliberales; a la Venezuela descuajada del siglo XX, que
ahora está renaciendo de sus cenizas, reconstruyéndose a sí
misma, porque eso es lo que en Venezuela está ocurriendo,
una reconstrucción desde las propias entrañas de una
patria que fue descuajada.
El
proyecto, el proyecto latinoamericano decías tú, Tabaré,
el proyecto latinoamericano que hoy está comenzando a
surgir de nuevo, pues, por supuesto como tú también lo decías,
ya existió aquí. Existió desde finales del siglo XVIII,
ahí comenzó a surgir un proyecto.
Nos
estamos preparando desde Venezuela e invitamos al Uruguay a
que nos acompañe.
El próximo
año se cumplirán doscientos años de la llegada de un
Quijote sin locura, así lo llamó Napoleón Bonaparte; un
caraqueño, que fue unos de los hombres que junto a
Washington, junto a Jefferson, condujo al pueblo, o
condujeron pues, al pueblo de los Estados Unidos a la guerra
de Independencia contra Inglaterra.
Ya ahí había
estado aquel hombre. Luego a los pocos años aparece en la
corte de Catalina de Rusia y llegó a ser coronel ruso; a
los pocos años aparece al lado de los franceses y llegó a
ser mariscal de Francia, muy cerca de Napoleón; y a los 60
años, con el cabello ya muy blanco y aquella leyenda
acuestas, llegó con tres pequeños barcos, pero grandes
barcos, llenos de sueños, con una bandera, con una proclama
a Sudamérica, bueno, anunciando la libertad. Era Miranda,
Francisco de Miranda.
A nosotros, Tabaré, yo siempre lo digo en Venezuela y algunos
hasta todavía después de tantos años se les despierta una
sensibilidad que no queremos despertar pero es la verdad;
“con la verdad ni ofendo ni temo”, dijo José Gervasio
Artigas; es la verdad la que tenemos que poner por delante.
A nosotros
en Venezuela y a lo mejor aquí también en Uruguay, cuando
niños nos enseñaron, incluso a dibujar el rostro de Cristóbal
Colón, nos enseñaron que hizo un primer viaje y salió de
tal punto y llegó a tal punto; y nos enseñaron a dibujar
la ruta de los viajes de Colón, y el segundo viaje y el
tercero; y nos enseñaron a cantar unos versos: “la Niña,
la Pinta, y la Santa Maria eran las carabelas que Colón traía...”.
Todo eso lo
aprendimos. Pero nadie nos enseñó nunca que trescientos años
después de Colón, entre otros, vino Miranda por el mismo
mar también con tres barcos y una proclama y una bandera y
un sueño.
Pues estamos
preparándonos ahora para conmemorar los 200 años de la
llegada de Miranda a las costas de Sudamérica, a traer
aquella bandera, aquel sueño y aquella proclama.
Pero, sí
hace 200 años nació un proyecto. Miranda hablaba de la
Colonbelia, en honor a Colón decía él; la unión de Sudamérica,
porque Miranda había visto cómo nació unida la Norteamérica,
la vio y ya presentía el poder que iba a tener la Norteamérica,
se respiraba ya. Y además Miranda seguramente también
percibió, y lo dice en sus memorias, que aquella Norteamérica
nació con ansias imperialistas. Jefferson, por ejemplo, uno
de los libertadores de Norteamérica, en uno de sus
discursos dice que la Unión Norteamericana deberá anexarse
una por una las naciones suramericanas; nacieron con...está
en su signo genético de nacimiento, o era aquella consigna
“América para los americanos”; 1823, 1824, James
Monroe, “América para los americanos”. Y hasta nos
quitaron el nombre de americanos.
Uno va por
Asia hoy, uno va por África, por Europa y americanos son
los del norte. Nosotros también somos americanos, sólo que
somos de América Latina, pero somos tan americanos como los
norteamericanos.
Entonces ese
proyecto luego fue tomando más forma aquí, en el sur. San
Martín, Artigas, O’Higgins; y allá en el norte del sur,
Bolívar, Sucre, Simón Rodríguez, Abreu E’Lima, el
brasileño. Y hasta se unieron San Martín y Bolívar; y
convocó Bolívar al Congreso Anfictiónico, a la unión
sudamericana, y él lo decía muy claro: debemos forjar un
gran cuerpo político en Sudamérica y también el Caribe,
pero había que comenzar donde está la masa continental,
Sudamérica, para luego -decía Bolívar- negociar en
condiciones de igualdad los asuntos de la economía, de la
paz y de la guerra, con las otras tres partes del mundo.
Era una visión
geopolítica que hoy tiene más vigencia que nunca antes,
por las amenazas que hoy tenemos del unipolarismo, de las
agresiones imperialistas contra pueblos libres, o contra los
pueblos que quieren ser libres; de la pretensión del
imperio de atropellar soberanías, de la pretensión de
erigirse en los policías del mundo y llamarnos a los que
queremos ser libres, llamarnos amenaza y amenazarnos con
sanciones de todo tipo.
Hoy, más
que nunca antes, se requiere que ese proyecto de 200 años
siga fortaleciéndose. Y yo no tengo la menor duda que lo
que estamos viendo en estas horas en las calles de
Montevideo y de todo el Uruguay, y que está viéndolo todo
pueblo suramericano, latinoamericano, es parte del
resurgimiento de ese proyecto, compañero Tabaré.
Y hemos
venido, y muy contentos, a comenzar ya a concretar acuerdos
para esa integración, porque he ahí otro tema fundamental
como lo decía “Lula” hace poco; en Caracas nos hizo una
buena visita, extraordinaria, histórica y firmamos con
“Lula” 26 convenios. Jamás antes Venezuela con país
alguno había firmado en un sólo momento 26 convenios. ¡Y
vaya qué convenios! Científicos, tecnológicos,
petroleros, gasíferos, agrícolas, sociales, políticos.
En verdad,
un conjunto, un nudo crítico ya de acuerdos que nos permite
relanzar la integración de manera concreta, real, firme y
no sólo dejarla en la poesía y en la utopía. Necesitamos
hacer concreta la integración.
Y hoy hemos
firmado estos primeros convenios. Por eso, batiendo récord.
Mientras en otros lugares cuando toman posesión bailan
cuatro días y gastan no sé cuántos millones de dólares
en fiestas y pompa, aquí hemos llegado a trabajar y esa es
una buena señal.
Decía Bolívar:
“Con paciencia y más paciencia, constancia y más
constancia, trabajo y más trabajo para tener Patria”.
Estos
primeros convenios tienen una gran importancia y vamos a
trabajar muy duro para hacerlos realidad inmediatamente,
para comenzar a ejecutarlos inmediatamente.
El Convenio
Energético de Caracas es un mecanismo que hemos ideado para
cooperar con nuestros pueblos hermanos.
Venezuela,
bueno, lo sabemos, es la primera reserva de petróleo del
mundo. Venezuela durante 100 años explotó petróleo. O más
bien le explotaron su petróleo y se lo llevaron todo al
norte. Todo. Jamás Venezuela compartió esa gran riqueza
con sus vecinos de Suramérica, con el Caribe; jamás.
Nosotros
hemos variado esa estrategia y ahora con los países del
Caribe, Haití, Jamaica, Cuba, Dominica, muchos otros países,
Centroamérica, estamos llevando adelante un convenio de
cooperación. Convenio para garantizar a los pueblos
hermanos el suministro de crudo y/o derivados, además en
condiciones ventajosas para la cancelación de la factura
petrolera, que nos ha permitido por ejemplo en Argentina,
bueno, Argentina está incorporada a ese convenio. Prácticamente
yo lo decía hace unas semanas atrás, apenas dos semanas,
estuvimos en Buenos Aires, dándole largada al primer barco
con 980 vaquillonas preñadas, y decía yo en Buenos Aires:
estamos cambiando diesel y gasoil por leche, rompiendo los
patrones que nos ha impuesto el comercio internacional. Y
hay que romperlo. Porque si no, no pudiéramos trascender
esas barreras que frenan nuestro desarrollo.
Igual, estábamos
comentando con el Presidente Tabaré, con los señores
ministros, señor Canciller, señor Ministro de Energía,
Rafael Ramírez, que sería maravilloso que en este plan de
viviendas, que es bastante ambicioso, que nosotros hemos
lanzado para construir este año 120.000 viviendas, el año
próximo 200.000 viviendas, sólo el Estado, además de los
sectores privados que también construyen, pudiéramos
incorporar como forma de cancelación de una parte de la
factura, cooperación en la construcción de viviendas y
posiblemente hasta en materiales como el cemento. Porque en
Venezuela, pues, hay un monopolio del cemento, es una de las
luchas que tenemos allá contra los monopolios heredados,
allá se privatizó todo el cemento y entonces nos venden el
cemento sumamente caro, está monopolizado.
Ahora
estamos esperando en unas semanas al Presidente iraní, al
compañero y amigo Mohamad Hatami. Con el apoyo de iraní
vamos a tirar una planta de fabricación de cemento,
nuestra, cemento para bajar los costos; inflan los costos,
el mercado, la tesis del mercado pero resulta que los pobres
de la clase media no pueden pagar el costo de una vivienda
hoy en día, construidas bajo las normas liberales, o
neoliberales del mercado.
Hemos
firmado también un convenio, muy, muy importante, estratégico,
para continuar fortaleciendo TELESUR. Hace apenas unos años
esto parecía una utopía, hoy ya el gobierno argentino, el
gobierno venezolano y ahora el gobierno presidido por ti,
hermano, estamos sumados en la tarea de conformar una
televisora suramericana. Una televisora, algunos dicen que
va a ser una televisora de Chávez para venderle a los
pueblos o inyectarle a los pueblos de Suramérica el
comunismo de Fidel Castro y crear una Cuba suramericana;
bueno, ese es el recurso que le quedan a los adversarios que
ya no tienen razones para esgrimir.
Pero
imaginemos una televisora, cuando ya exista, a través de la
cual el pueblo venezolano pueda ver a distintas horas del día
no sólo CNN, lo que quiere CNN que vea nuestro pueblo; no,
sino que conozcan la historia del insigne oriental
libertador José Gervasio Artigas y sus ideas
revolucionarias sobre la tierra y la distribución de la
tierra; y aquello de que hay que invertir el orden de la
justicia. Hoy habría que decir con Artigas: hay que
invertir el orden de la historia, hay que subvertirla, pues,
la historia con la que estamos cargando desde hace siglos.
Que los
venezolanos comiencen a conocer, a través de verdaderos
noticieros para nada amarillistas, sensacionalistas, no sólo
los venezolanos allá nos enteramos, bueno, de noticias de
aquí del Cono Sur. Ah, por ejemplo, el triste suceso del
secuestro y asesinato de una dama paraguaya, hija de un ex
Presidente. Eso lo trasmiten por CNN a cada rato y trasmiten
hasta los restos; y, bueno, y el conflicto que eso genera. O
cuando hay una marcha de protesta, o cualquier noticia de
esta. Pero noticias profundas, por ejemplo, del Decreto de
Emergencia que tú has firmado y de lo que me estabas
comentando ahora que tienes el plan de que los marginales,
los que viven en situaciones de miseria, bueno, deben salir
de esa situación pronto para vivir en condiciones de
dignidad.
¿Cómo es
el plan y por qué es el plan? Para que se conozca la verdad
de lo que aquí se está haciendo nada mejor que una
televisora nuestra, suramericana.
Así que
agradezco mucho, compañero Presidente, esa decisión de
apenas unas horas de haber llegado aquí a este sitio y ya
con tu firma responsable, con tu voluntad indeclinable,
sumas al Uruguay a este esfuerzo que es un esfuerzo
liberador; noticieros, cultura, educación, he allí si
nosotros no logramos abrir canales para conectar el alma de
nuestros pueblos, la integración sería algo así como
Bolívar decía, alertaba: “Cuidado con las Repúblicas aéreas”.
La integración
hay que darle raíces y las raíces más sólidas están en
el alma popular.
PETROSUR, he
allí otra de las propuestas venezolanas, desde hace años.
Tenemos seis años haciendo esta propuesta. Ahora, cuando la
situación comienza a cambiar de manera muy sólida en América
Latina, pues ya pasa de una propuesta a una idea y a una
realidad: PETROSUR avanza. Es una idea verdaderamente estratégica.
El potencial
energético que tenemos nosotros en Suramérica es
fenomenal, una verdadera alianza liberadora.
He dicho por
ejemplo, Tabaré, de cuando en cuando alguien me preguntaba
un día: “Presidente, ¿y qué
ventajas nos traería una PETROSUR, una alianza de
las petroleras estatales de Suramérica” Yo decía, bueno,
imagínate que el sólo hecho de que tengamos una empresa
estatal suramericana o latinoamericana y podamos vender petróleo
los que producimos mayores cantidades, podamos vender
directamente de gobierno a gobierno, ya esos gobiernos
compradores o países compradores resulta que están ahorrándose
quizás entre un quince y un veinte por ciento del precio
del petróleo, o sus derivados. ¿Por qué? Porque Venezuela
le vende mucho petróleo a empresas privadas, a veces un
magnate que tiene unos barcos logra unos contratos, compra
petróleo, o fuel oil o gasoil, ahí mismo en Venezuela, y
viene aquí al Río de la Plata, se mete con otros barcos
hacia el norte, hacia el Puerto de Asunción, y le vende al
gobierno del Paraguay ese mismo petróleo, ese mismo fuel
oil sin agregarle nada, tal cual lo compraron allá y le
incrementa un veinte por ciento del valor.
Desde el
momento en que con una PETROSUR podamos vendernos
directamente de gobierno a gobierno nos estaríamos
liberando de los traders, de los especuladores, que elevan
mucho el costo del combustible.
Pero no sólo
eso. Nosotros pudiéramos integrar esfuerzos para
incrementar, como debemos hacerlo y hemos firmado el
compromiso hoy, para incrementar la capacidad de refinación
de nuestro crudo aquí en Suramérica. Uruguay tiene una
refinería que, en buena hora -no voy a inmiscuirme en
asuntos internos, esto es una observación muy general- pero
creo que en buena hora los pueblos de este Continente han
venido decidiendo conservar la propiedad de sus recursos
estratégicos y no privatizarlos. En Venezuela lo decidimos
hace cinco años, hace seis años; PEDEVESA no es
privatizable, incluso está prohibido por Constitución,
producto del referendo nacional del año 1999.
Pero esa
refinería del Uruguay, que es de la Nación uruguaya, del
gobierno uruguayo, del Estado uruguayo, del pueblo uruguayo,
nosotros pudiéramos facilitar su ampliación, su
modernización, trabajar conjuntamente.
Con
Argentina tenemos un convenio. En Argentina ha habido crisis
energética y nosotros estamos con ellos integrándonos para
enfrentarla. En Brasil con PETROBRAS nosotros podemos ir
juntos a explorar, a producir, a refinar, a procesar, a
comercializar el inmenso potencial energético que tenemos.
Investigación científica, tecnológica, ideas, ideas o
propuestas que apuntan a la liberación de nuestros pueblos.
Yo no
tengo dudas que estamos comenzando -y esto no es ningún
recurso retórico compañero, no lo es- un nuevo proceso; o
a lo mejor no es un nuevo proceso, es la continuación del
mismo proceso de Independencia de nuestros pueblos que quedó
truncado hace siglo y medio.
Que quedó
pendiente. Los pueblos lo reclaman, nosotros que somos
circunstanciales apenas tenemos el compromiso jurado de
luchar por ese proceso de integración, de Independencia, de
desarrollo integral.
Compañero
Tabaré, no quiero abusar de su tiempo, yo sé cómo son
estos días. Gracias, mil gracias. Estamos muy felices por
su llegada a la Presidencia de este hermano y querido pueblo
del Uruguay.
A ustedes compañeros les deseamos mucho éxito, y
tendrán en nosotros aliados, amigos y compañeros para
enfrentar los desafíos que hayan que enfrentar y para que,
como lo decía el compañero Allende y tú lo has recordado:
“Algún día el hombre nuevo camine, los pueblos nuevos
caminen, por las anchas alamedas”. ¡Qué así sea! Muchas
gracias.
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