02/03/05
Imprimir Imprimir
 
VÁZQUEZ Y CHÁVEZ FIRMARON ACUERDOS EN EL EDIFICIO INDEPENDENCIA

Los Presidentes Vázquez y Chávez firmaron esta mañana acuerdos por los cuales se establece un nuevo mecanismo de intercambio comercial, y se crea la cadena sudamericana Televisión del Sur.

El Presidente de la República, Tabaré Vázquez, y su par de Venezuela, Hugo Chávez, firmaron esta mañana en el Edificio Independencia una Declaración Conjunta Uruguay-Venezuela, por la cual se establece el intercambio de petróleo por alimentos, siendo un mecanismo novedoso que implica un enorme beneficio para el Uruguay puesto que le permite obtener el crudo a un precio más barato que en el mercado internacional. En contrapartida nuestro país intercambiará productos tales como alimentos, conocimientos, inteligencia y software hacia Venezuela. 

Ambos mandatarios suscribieron además un convenio que impulsa la creación de una cadena de televisión entre los países de América del Sur, denominada Televisión del Sur.

 

PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA REPUBLICA, TABARÉ VÁZQUEZ, EN EL EDIFICIO INDEPENDENCIA

PRESIDENTE VÁZQUEZ: Señor Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, mi querido amigo Hugo. Vamos a dejar de lado los protocolos, porque si bien son importantes, desde el punto de vista humano el relacionamiento fraterno y el entendimiento cordial deben en estos tiempos superar los aspectos protocolares. Así que amigo Hugo, a toda la delegación que te acompaña, señores ministros, queridos compañeros:

Constituye para mí un honor y una emoción muy grande recibir lo que acabo de recibir, y que ustedes han visto por parte del señor Presidente de la República Bolivariana de Venezuela.

Ayer lo decíamos en nuestro discurso en el Palacio Legislativo, unos de los aspectos más dramáticos de nuestros Liberadores que soñaron en una América Latina unida, fuerte, libre; una América Latina que fuera de los latinoamericanos, pero que fuera del pueblo latinoamericano, que fuera de su gente, de esa gente de a pie, que parecería que nace para sufrir cuando debe nacer para vivir con dignidad porque América Latina se constituye en el jardín del mundo, es una de las zonas más ricas que puede tener la humanidad y, sin embargo, es la zona donde peor se distribuye la riqueza. Donde unos muy pocos son muy ricos y otros muchos, muchos millones, son extremadamente pobres, demostrando la existencia de una profunda injusticia social.

Esto que voy a decir no es la primera vez que lo digo. Así que lo voy a decir con plena conciencia de lo que estoy haciendo.

Muchas veces, nosotros los latinoamericanos -y digo esto con orgullo de plantear que Uruguay es un país latinoamericano- de ahí venimos, esa es nuestra historia y ahí está nuestro futuro y nuestro destino. Atrás, como decíamos ayer, definitivamente atrás quedó los tiempos donde el Uruguay se podía pensar que era la casita linda en un vecindario feo; donde éramos poco menos que un país de Europa en medio de un subcontinente subdesarrollado.

Nosotros somos latinoamericanos los uruguayos. En su variedad étnica, religiosa, filosófica e ideológica, pero somos latinoamericanos y queremos ser hermanos de todos los latinoamericanos, sin excepción de ningún tipo.

Pero muchas veces nosotros, nosotros mismos, somos los primeros que le echamos las culpas de nuestros males a los de afuera.

Es cierto que el imperio existe. Es cierto que hay y que hubo, y que seguramente habrá, intenciones de extender ese imperio, de lograr una hegemonía total. Es cierto. Contra eso nos oponemos, lo hemos dicho siempre, lo han dicho nuestros precursores, lo decimos ahora y lo seguiremos defendiendo.

Pretendemos la soberanía y la independencia de los pueblos latinoamericanos y vamos a luchar por ello.

Pero también, lamentablemente, debemos reconocer que es cierto que aquí en Latinoamérica fuimos incapaces de llevar adelante, vaya a saber por qué causas, -por incapacidad intelectual, por negligencia, por conveniencia-, fuimos incapaces de elaborar en Latinoamérica un proyecto latinoamericano para todos los latinoamericanos.

Un proyecto que defendiera a nuestra gente, que defendiera a nuestra riqueza, que lograra calidad de vida para todos sus habitantes.

Los próceres sembraron la semilla. No la pudieron ver fructificar, la lucha no es fácil. Sin embargo, creo que hoy tenemos el gran desafío de tomar ese legado y trabajar juntos, muy juntos, muy estrechamente todos los latinoamericanos para lograr que realmente esta región del mundo sea una región como debe ser, una región profundamente humana que quiere a su gente, con justicia social, redistribuyendo la riqueza, logrando puestos de trabajo y dignidad de vida para todos sus habitantes.

Ese es el compromiso que nosotros adquirimos. Creo que ese es el desafío de esta etapa y esta presencia del señor Presidente de la República Bolivariana de Venezuela y la delegación, constituye un símbolo claro -junto con la presencia de Uruguay- en la dirección de trabajar unidos para lograr esa fraternidad latinoamericana que, seguramente, el tiempo y el destino de alguna forma, antes o después, lo va a hacer.

Algún día, como decía Allende, se abrirán las alamedas por donde pasará el hombre libre, más tarde que temprano; yo diría hoy, más temprano que tarde.

Vamos a llevar adelante una serie de acuerdos, desde el punto de vista concreto hablando ahora con nuestros hermanos venezolanos, en distintos temas.

El intercambio de petróleo que nosotros no tenemos y ellos tienen, por alimentos, por conocimientos, por inteligencia, por software; pero también pensando en aspectos quizás más cotidianos, por ejemplo el tema de la vivienda, que creo que es uno de los temas en los que Uruguay y Venezuela podemos trabajar juntos.

Las viviendas para erradicar las zonas de pobreza y de marginación. Uruguay tiene materiales, tiene experiencia. Tiene un movimiento cooperativo como FUCVAM, que ha hecho maravillas con la vivienda popular acá en el Uruguay y puede aportar seguramente desde ese nivel gran apoyo a nuestros queridos hermanos venezolanos.

Por otro lado, Venezuela seguramente será un apoyo muy grande para un país tan pequeño como éste, donde el problema energético es de crucial importancia.

Yo quiero agradecer simplemente con estas palabras la presencia de Hugo, la presencia de su delegación, y en él y en su delegación enviar un fuerte abrazo a nuestros hermanos, el pueblo Venezolano.

Muchas gracias, Hugo.

 

PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA, HUGO CHÁVEZ, EN EL EDIFICIO INDEPENDENCIA

PRESIDENTE CHÁVEZ:   Querido amigo, compañero Presidente Tabaré, Tabaré Vázquez, y sus compañeros, ministros, nuestros compañeros, queridos compañeros de la delegación venezolana, invitados especiales, amigos de la prensa, amigos todos:

Estaba recordando esta mañana un bello poema muy de aquí, de esta Banda Oriental; Vilariño, Vilariño y los Orientales: “Brotan por todos lados los orientales, a salvar su patria los orientales”. Bello poema, profundo poema, y en verdad andan por todas partes los orientales, han vuelto los orientales a salvar su patria los orientales y nosotros estamos aquí sumándonos a ese sentimiento y a esa fuerza compañero Tabaré; estamos muy felices. Felicitaciones Presidente y me uno al sentimiento del pueblo venezolano para  primero, primero que nada, con toda la fuerza de nuestros deseos, de nuestra esperanza, desearte el más grande de los éxitos en este tremendo desafío que ayer has asumido delante no sólo del pueblo uruguayo, lo sabes tú, sino del pueblo de nuestra América; de los pueblos, que en el fondo somos un sólo pueblo, desde el Caribe hasta aquí, hasta estas riberas del hermoso Río de la Plata.

Éxito; y nos tendrás siempre allí, como decimos, siempre firmes y a la orden para cooperar modestamente en todo lo que podamos para ese éxito que no es tuyo solamente ni de Uruguay, sino el éxito lo necesitamos todos. Y éxito en la transformación, éxito en el cambio profundo, éxito en el cambio integral. Tú lo has llamado cambio responsable, tú lo has llamado cambio político, cambio económico, cambio social; estás hablando del Uruguay social, del Uruguay profundo, del Uruguay histórico, del Uruguay productivo.

Nos sumamos a ese esfuerzo, porque es el mismo esfuerzo en el que estamos sumidos, comprometidos, hace muchos años.

Yo estaba recordando ayer que hace 11 años tú eras Intendente aquí, 1994; yo llegué por primera vez a Montevideo y fui atendido de manera extraordinaria por ustedes en el Frente Amplio; me reuní con distintos sectores, era mi General Seregni, bueno, era no él sigue siéndolo aún cuando físicamente no está, pero debo recordarlo aquí hoy: soldado ejemplo para nosotros los soldados patriotas de esta tierra, mi general Seregni, Cardozo, Gerónimo.

En esa ocasión fuimos a un barrio y vimos cómo allí ya tenía vida un poderoso instrumento para la vida colectiva como son las cooperativas de vivienda.

También tuvimos contacto con los sectores de la salud y nos explicaron todo ese sistema del mutualismo; la seguridad social, en esa área, Tabaré, también ustedes pueden ayudar mucho a la Venezuela naciente, a la Venezuela a la que le habían inyectado profundo veneno, grandes venenos neoliberales; a la Venezuela descuajada del siglo XX, que ahora está renaciendo de sus cenizas, reconstruyéndose a sí misma, porque eso es lo que en Venezuela está ocurriendo, una reconstrucción desde las propias entrañas de una patria que fue descuajada.

El proyecto, el proyecto latinoamericano decías tú, Tabaré, el proyecto latinoamericano que hoy está comenzando a surgir de nuevo, pues, por supuesto como tú también lo decías, ya existió aquí. Existió desde finales del siglo XVIII, ahí comenzó a surgir un proyecto.

Nos estamos preparando desde Venezuela e invitamos al Uruguay a que nos acompañe.

El próximo año se cumplirán doscientos años de la llegada de un Quijote sin locura, así lo llamó Napoleón Bonaparte; un caraqueño, que fue unos de los hombres que junto a Washington, junto a Jefferson, condujo al pueblo, o condujeron pues, al pueblo de los Estados Unidos a la guerra de Independencia contra Inglaterra.

Ya ahí había estado aquel hombre. Luego a los pocos años aparece en la corte de Catalina de Rusia y llegó a ser coronel ruso; a los pocos años aparece al lado de los franceses y llegó a ser mariscal de Francia, muy cerca de Napoleón; y a los 60 años, con el cabello ya muy blanco y aquella leyenda acuestas, llegó con tres pequeños barcos, pero grandes barcos, llenos de sueños, con una bandera, con una proclama a Sudamérica, bueno, anunciando la libertad. Era Miranda, Francisco de Miranda.

 A nosotros, Tabaré, yo siempre lo digo en Venezuela y algunos hasta todavía después de tantos años se les despierta una sensibilidad que no queremos despertar pero es la verdad; “con la verdad ni ofendo ni temo”, dijo José Gervasio Artigas; es la verdad la que tenemos que poner por delante.

A nosotros en Venezuela y a lo mejor aquí también en Uruguay, cuando niños nos enseñaron, incluso a dibujar el rostro de Cristóbal Colón, nos enseñaron que hizo un primer viaje y salió de tal punto y llegó a tal punto; y nos enseñaron a dibujar la ruta de los viajes de Colón, y el segundo viaje y el tercero; y nos enseñaron a cantar unos versos: “la Niña, la Pinta, y la Santa Maria eran las carabelas que Colón traía...”.

Todo eso lo aprendimos. Pero nadie nos enseñó nunca que trescientos años después de Colón, entre otros, vino Miranda por el mismo mar también con tres barcos y una proclama y una bandera y un sueño.

Pues estamos preparándonos ahora para conmemorar los 200 años de la llegada de Miranda a las costas de Sudamérica, a traer aquella bandera, aquel sueño y aquella proclama.

Pero, sí hace 200 años nació un proyecto. Miranda hablaba de la Colonbelia, en honor a Colón decía él; la unión de Sudamérica, porque Miranda había visto cómo nació unida la Norteamérica, la vio y ya presentía el poder que iba a tener la Norteamérica, se respiraba ya. Y además Miranda seguramente también percibió, y lo dice en sus memorias, que aquella Norteamérica nació con ansias imperialistas. Jefferson, por ejemplo, uno de los libertadores de Norteamérica, en uno de sus discursos dice que la Unión Norteamericana deberá anexarse una por una las naciones suramericanas; nacieron con...está en su signo genético de nacimiento, o era aquella consigna “América para los americanos”; 1823, 1824, James Monroe, “América para los americanos”. Y hasta nos quitaron el nombre de americanos.

Uno va por Asia hoy, uno va por África, por Europa y americanos son los del norte. Nosotros también somos americanos, sólo que somos de América Latina, pero somos tan americanos como los norteamericanos.

Entonces ese proyecto luego fue tomando más forma aquí, en el sur. San Martín, Artigas, O’Higgins; y allá en el norte del sur, Bolívar, Sucre, Simón Rodríguez, Abreu E’Lima, el brasileño. Y hasta se unieron San Martín y Bolívar; y convocó Bolívar al Congreso Anfictiónico, a la unión sudamericana, y él lo decía muy claro: debemos forjar un gran cuerpo político en Sudamérica y también el Caribe, pero había que comenzar donde está la masa continental, Sudamérica, para luego -decía Bolívar- negociar en condiciones de igualdad los asuntos de la economía, de la paz y de la guerra, con las otras tres partes del mundo.

Era una visión geopolítica que hoy tiene más vigencia que nunca antes, por las amenazas que hoy tenemos del unipolarismo, de las agresiones imperialistas contra pueblos libres, o contra los pueblos que quieren ser libres; de la pretensión del imperio de atropellar soberanías, de la pretensión de erigirse en los policías del mundo y llamarnos a los que queremos ser libres, llamarnos amenaza y amenazarnos con sanciones de todo tipo.

Hoy, más que nunca antes, se requiere que ese proyecto de 200 años siga fortaleciéndose. Y yo no tengo la menor duda que lo que estamos viendo en estas horas en las calles de Montevideo y de todo el Uruguay, y que está viéndolo todo  pueblo suramericano, latinoamericano, es parte del resurgimiento de ese proyecto, compañero Tabaré.

Y hemos venido, y muy contentos, a comenzar ya a concretar acuerdos para esa integración, porque he ahí otro tema fundamental como lo decía “Lula” hace poco; en Caracas nos hizo una buena visita, extraordinaria, histórica y firmamos con “Lula” 26 convenios. Jamás antes Venezuela con país alguno había firmado en un sólo momento 26 convenios. ¡Y vaya qué convenios! Científicos, tecnológicos, petroleros, gasíferos, agrícolas, sociales, políticos.

En verdad, un conjunto, un nudo crítico ya de acuerdos que nos permite relanzar la integración de manera concreta, real, firme y no sólo dejarla en la poesía y en la utopía. Necesitamos hacer concreta la integración.

Y hoy hemos firmado estos primeros convenios. Por eso, batiendo récord. Mientras en otros lugares cuando toman posesión bailan cuatro días y gastan no sé cuántos millones de dólares en fiestas y pompa, aquí hemos llegado a trabajar y esa es una buena señal.

Decía Bolívar: “Con paciencia y más paciencia, constancia y más constancia, trabajo y más trabajo para tener Patria”.

Estos primeros convenios tienen una gran importancia y vamos a trabajar muy duro para hacerlos realidad inmediatamente, para comenzar a ejecutarlos inmediatamente.

El Convenio Energético de Caracas es un mecanismo que hemos ideado para cooperar con nuestros pueblos hermanos.

Venezuela, bueno, lo sabemos, es la primera reserva de petróleo del mundo. Venezuela durante 100 años explotó petróleo. O más bien le explotaron su petróleo y se lo llevaron todo al norte. Todo. Jamás Venezuela compartió esa gran riqueza con sus vecinos de Suramérica, con el Caribe; jamás.

Nosotros hemos variado esa estrategia y ahora con los países del Caribe, Haití, Jamaica, Cuba, Dominica, muchos otros países, Centroamérica, estamos llevando adelante un convenio de cooperación. Convenio para garantizar a los pueblos hermanos el suministro de crudo y/o derivados, además en condiciones ventajosas para la cancelación de la factura petrolera, que nos ha permitido por ejemplo en Argentina, bueno, Argentina está incorporada a ese convenio. Prácticamente yo lo decía hace unas semanas atrás, apenas dos semanas, estuvimos en Buenos Aires, dándole largada al primer barco con 980 vaquillonas preñadas, y decía yo en Buenos Aires: estamos cambiando diesel y gasoil por leche, rompiendo los patrones que nos ha impuesto el comercio internacional. Y hay que romperlo. Porque si no, no pudiéramos trascender esas barreras que frenan nuestro desarrollo.

Igual, estábamos comentando con el Presidente Tabaré, con los señores ministros, señor Canciller, señor Ministro de Energía, Rafael Ramírez, que sería maravilloso que en este plan de viviendas, que es bastante ambicioso, que nosotros hemos lanzado para construir este año 120.000 viviendas, el año próximo 200.000 viviendas, sólo el Estado, además de los sectores privados que también construyen, pudiéramos incorporar como forma de cancelación de una parte de la factura, cooperación en la construcción de viviendas y posiblemente hasta en materiales como el cemento. Porque en Venezuela, pues, hay un monopolio del cemento, es una de las luchas que tenemos allá contra los monopolios heredados, allá se privatizó todo el cemento y entonces nos venden el cemento sumamente caro, está monopolizado.

Ahora estamos esperando en unas semanas al Presidente iraní, al compañero y amigo Mohamad Hatami. Con el apoyo de iraní vamos a tirar una planta de fabricación de cemento, nuestra, cemento para bajar los costos; inflan los costos, el mercado, la tesis del mercado pero resulta que los pobres de la clase media no pueden pagar el costo de una vivienda hoy en día, construidas bajo las normas liberales, o neoliberales del mercado.

Hemos firmado también un convenio, muy, muy importante, estratégico, para continuar fortaleciendo TELESUR. Hace apenas unos años esto parecía una utopía, hoy ya el gobierno argentino, el gobierno venezolano y ahora el gobierno presidido por ti, hermano, estamos sumados en la tarea de conformar una televisora suramericana. Una televisora, algunos dicen que va a ser una televisora de Chávez para venderle a los pueblos o inyectarle a los pueblos de Suramérica el comunismo de Fidel Castro y crear una Cuba suramericana; bueno, ese es el recurso que le quedan a los adversarios que ya no tienen razones para esgrimir.

Pero imaginemos una televisora, cuando ya exista, a través de la cual el pueblo venezolano pueda ver a distintas horas del día no sólo CNN, lo que quiere CNN que vea nuestro pueblo; no, sino que conozcan la historia del insigne oriental libertador José Gervasio Artigas y sus ideas revolucionarias sobre la tierra y la distribución de la tierra; y aquello de que hay que invertir el orden de la justicia. Hoy habría que decir con Artigas: hay que invertir el orden de la historia, hay que subvertirla, pues, la historia con la que estamos cargando desde hace siglos.

Que los venezolanos comiencen a conocer, a través de verdaderos noticieros para nada amarillistas, sensacionalistas, no sólo los venezolanos allá nos enteramos, bueno, de noticias de aquí del Cono Sur. Ah, por ejemplo, el triste suceso del secuestro y asesinato de una dama paraguaya, hija de un ex Presidente. Eso lo trasmiten por CNN a cada rato y trasmiten hasta los restos; y, bueno, y el conflicto que eso genera. O cuando hay una marcha de protesta, o cualquier noticia de esta. Pero noticias profundas, por ejemplo, del Decreto de Emergencia que tú has firmado y de lo que me estabas comentando ahora que tienes el plan de que los marginales, los que viven en situaciones de miseria, bueno, deben salir de esa situación pronto para vivir en condiciones de dignidad.

¿Cómo es el plan y por qué es el plan? Para que se conozca la verdad de lo que aquí se está haciendo nada mejor que una televisora nuestra, suramericana.

Así que agradezco mucho, compañero Presidente, esa decisión de apenas unas horas de haber llegado aquí a este sitio y ya con tu firma responsable, con tu voluntad indeclinable, sumas al Uruguay a este esfuerzo que es un esfuerzo liberador; noticieros, cultura, educación, he allí si nosotros no logramos abrir canales para conectar el alma de nuestros pueblos, la integración sería algo así como Bolívar decía, alertaba: “Cuidado con las Repúblicas aéreas”.

La integración hay que darle raíces y las raíces más sólidas están en el alma popular.

PETROSUR, he allí otra de las propuestas venezolanas, desde hace años. Tenemos seis años haciendo esta propuesta. Ahora, cuando la situación comienza a cambiar de manera muy sólida en América Latina, pues ya pasa de una propuesta a una idea y a una realidad: PETROSUR avanza. Es una idea verdaderamente estratégica.

El potencial energético que tenemos nosotros en Suramérica es fenomenal, una verdadera alianza liberadora.

He dicho por ejemplo, Tabaré, de cuando en cuando alguien me preguntaba un día: “Presidente, ¿y qué  ventajas nos traería una PETROSUR, una alianza de las petroleras estatales de Suramérica” Yo decía, bueno, imagínate que el sólo hecho de que tengamos una empresa estatal suramericana o latinoamericana y podamos vender petróleo los que producimos mayores cantidades, podamos vender directamente de gobierno a gobierno, ya esos gobiernos compradores o países compradores resulta que están ahorrándose quizás entre un quince y un veinte por ciento del precio del petróleo, o sus derivados. ¿Por qué? Porque Venezuela le vende mucho petróleo a empresas privadas, a veces un magnate que tiene unos barcos logra unos contratos, compra petróleo, o fuel oil o gasoil, ahí mismo en Venezuela, y viene aquí al Río de la Plata, se mete con otros barcos hacia el norte, hacia el Puerto de Asunción, y le vende al gobierno del Paraguay ese mismo petróleo, ese mismo fuel oil sin agregarle nada, tal cual lo compraron allá y le incrementa un veinte por ciento del valor.

Desde el momento en que con una PETROSUR podamos vendernos directamente de gobierno a gobierno nos estaríamos liberando de los traders, de los especuladores, que elevan mucho el costo del combustible.

Pero no sólo eso. Nosotros pudiéramos integrar esfuerzos para incrementar, como debemos hacerlo y hemos firmado el compromiso hoy, para incrementar la capacidad de refinación de nuestro crudo aquí en Suramérica. Uruguay tiene una refinería que, en buena hora -no voy a inmiscuirme en asuntos internos, esto es una observación muy general- pero creo que en buena hora los pueblos de este Continente han venido decidiendo conservar la propiedad de sus recursos estratégicos y no privatizarlos. En Venezuela lo decidimos hace cinco años, hace seis años; PEDEVESA no es privatizable, incluso está prohibido por Constitución, producto del referendo nacional del año 1999.

Pero esa refinería del Uruguay, que es de la Nación uruguaya, del gobierno uruguayo, del Estado uruguayo, del pueblo uruguayo, nosotros pudiéramos facilitar su ampliación, su modernización, trabajar conjuntamente.

Con Argentina tenemos un convenio. En Argentina ha habido crisis energética y nosotros estamos con ellos integrándonos para enfrentarla. En Brasil con PETROBRAS nosotros podemos ir juntos a explorar, a producir, a refinar, a procesar, a comercializar el inmenso potencial energético que tenemos. Investigación científica, tecnológica, ideas, ideas o propuestas que apuntan a la liberación de nuestros pueblos.

Yo no tengo dudas que estamos comenzando -y esto no es ningún recurso retórico compañero, no lo es- un nuevo proceso; o a lo mejor no es un nuevo proceso, es la continuación del mismo proceso de Independencia de nuestros pueblos que quedó truncado hace siglo y medio.

Que quedó pendiente. Los pueblos lo reclaman, nosotros que somos circunstanciales apenas tenemos el compromiso jurado de luchar por ese proceso de integración, de Independencia, de desarrollo integral.

Compañero Tabaré, no quiero abusar de su tiempo, yo sé cómo son estos días. Gracias, mil gracias. Estamos muy felices por su llegada a la Presidencia de este hermano y querido pueblo del Uruguay.

A ustedes compañeros les deseamos mucho éxito, y tendrán en nosotros aliados, amigos y compañeros para enfrentar los desafíos que hayan que enfrentar y para que, como lo decía el compañero Allende y tú lo has recordado: “Algún día el hombre nuevo camine, los pueblos nuevos caminen, por las anchas alamedas”. ¡Qué así sea! Muchas gracias.
 
 
   
 

© 2005 PRESIDENCIA - República Oriental del Uruguay | Derechos Reservados