1°/04/05
Imprimir Imprimir
 
VÁZQUEZ RATIFICÓ VOLUNTAD INTEGRADORA Y MERCOSUREÑA

El Presidente de la República, Tabaré Vázquez, ratificó la voluntad integradora de nuestros país, afirmando que "ahora hay un Uruguay que quiere fortalecer auténtica y decididamente sus relaciones con la región" y América Latina.

A continuación se brindan los discursos pronunciados por ambos mandatarios.

DISCURSO DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY, TABARÉ VÁZQUEZ, EN EL MARCO DE SU VISITA OFICIAL A LA REPÚBLICA FEDERATIVA DEL BRASIL, EN PLANATO

PRESIDENTE VÁZQUEZ: Presidente de la República Federativa del Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, señores Ministros y demás autoridades del gobierno de este país hermano; señores Ministros y demás integrantes de la delegación del gobierno de la República Oriental del Uruguay; señoras y señores:

Estamos aquí porque creemos que los gobiernos han de honrar sus compromisos electorales y entonces actuamos en consecuencia.

Hemos venido a Brasil porque durante años dijimos que si la ciudadanía uruguaya nos confiaba las responsabilidades de gobierno de la República, nuestras primeras misiones oficiales al exterior serían, precisamente, para decirles a nuestros vecinos y hermanos lo siguiente:

Primero, que ahora hay un Uruguay que quiere fortalecer auténtica y decididamente sus relaciones con ellos; relaciones con nuestros hermanos de América del Sur, sus relaciones con el querido pueblo y gobierno de Brasil.

Segundo, que ahora hay un Uruguay fuertemente comprometido con el proceso de integración regional.

Tercero, que las uruguayas y los uruguayos queremos más y mejor MERCOSUR.

Cuarto, que los hombres y las mujeres de nuestro país no solamente queremos ser socios del MERCOSUR, sino que además queremos ser protagonistas de este proyecto y proceso de integración regional.

Pero, además, estamos aquí porque Brasil y Uruguay; Uruguay y Brasil, comparten un pasado que los impulsa y un futuro que los convoca.

Tal es el destino de nuestros pueblos, tal es el mandato de sus gobiernos. Destino y mandato que han de realizarse en esa suerte de lengua materna común que tenemos, que es la libertad, la democracia y la solidaridad.

Lengua materna común e imprescindible para la realización de nuestras respectivas naciones, del MERCOSUR como sistema de integración y de Latinoamérica como la Patria Grande que soñaron nuestros precursores.

Señor Presidente, señoras y señores, nuestra estadía en Brasil, aunque formalmente breve y sobre todo despojada de acartonamientos innecesarios entre hermanos, ya ha sido sustancialmente fructífera.

En efecto, tal como lo expresa la declaración conjunta que los Presidentes hemos suscrito hace un instante, durante este encuentro, las delegaciones de ambos gobiernos han cumplido una nutrida agenda de la cual surgen acuerdos y compromisos que -a modo de síntesis muy esquemáticamente- pueden ordenarse en las siguientes tres áreas principales:

En primer lugar, una decidida apuesta al MECOSUR como proceso de integración regional en lo político, en lo económico, en lo social, en lo cultural y en lo científico-tecnológico. Todo esto sustentado en una fuerte voluntad política.

Expresión de ello, entre otros aspectos, será el renovado aliento a las políticas de defensa y promoción de los Derechos Humanos, y de protección al medio ambiente, que también es un derecho humano.

Así como en la consolidación de una genuina unión aduanera, que contemplando las asimetrías existentes y que nadie puede olvidar entre los Estados partes, supere definitivamente los obstáculos que, como rémoras del pasado, aún limitan el comercio e impiden la plenitud de las relaciones económicas entre nuestros países.

Segundo, esa entidad e identidad mercosureñas constituyen además, junto a América del Sur, nuestra forma de inserción en el mundo. Un mundo que debe y puede ser más justo, solidario, democrático y fiel a las reglas del derecho internacional y al multilaterismo.

Tercero, un renovado impulso a las relaciones bilaterales entre nuestros pueblos, y digo pueblos porque estas relaciones van afortunadamente mucho más allá de los gobiernos y de los gobernantes de turno. Para ello hemos determinado una agenda de acciones concretas en numerosas áreas de interés común que va desde el apoyo mutuo a la instrumentación de programas sociales, hasta la promoción de las inversiones y del comercio, pasando por la valorización de una frontera común que sea más común, cada vez más común que frontera y además a la cooperación científica, tecnológica, cultural y educativa.

Mención especial dentro de ese capitulo merecen los entendimientos concretados en lo que refiere a la integración energética, que tiende a una solución conjunta de problemas comunes.

Conocemos, también, las legitimas aspiraciones históricas de Brasil para integrar el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Nos hemos comprometido como país, una vez que se resuelva en el seno de esta organización el aumento del número de integrantes de este Consejo, a estudiar, teniendo en cuenta esas legitimas aspiraciones que Brasil tiene y que Uruguay observa con atención y observa con respeto y cariño.

Señor Presidente, señoras y señores, las coincidencias, los acuerdos y los compromisos identificados en esta jornada, lejos de marcar un punto final son, por dos razones principales, un inicio.

En primer lugar, porque los acuerdos y los compromisos se establecen para ser cumplidos.

Asumir los compromisos y cumplir los acuerdos, para concretar las coincidencias, es la tarea común que tenemos por delante ambos gobiernos.

En tal sentido, no pueden quedar dudas tal como lo dice un pasaje de nuestro himno nacional: ¡los uruguayos sabremos cumplir!

En segundo término, porque aunque la historia no empieza hoy ni termina en nosotros, resulta evidente que nuestros pueblos se han pronunciado soberana, democrática y nítidamente por los cambios.

Ya no quieren nuestros pueblos ser testigos de su propio destino, sino forjadores del mismo.

Resulta evidente, también, que venciendo al temor, a la resignación y a la desesperanza, han depositado en nosotros sus justos anhelos que no son otros más que hacer realidad sus derechos de hacer de nuestros países lugares en lo que se realice la dignidad humana.

Y en esto también, señor Presidente, querido amigo, querido compañero, ¡el Uruguay sabrá cumplir! Muchas gracias.

DISCURSO DEL PRESIDENTE DE BRASIL, LUIZ INÁCIO LULA DA SILVA, EN LA CEREMONIA DE FIRMA DE ACUERDOS EN OCASIÓN DE LA VISITA DE ESTADO DEL PRESIDENTE DE URUGUAY, TABARÉ VÁZQUEZ, EN EL PALACIO DE PLANALTO

PRESIDENTE LULA: Mi querido compañero Tabaré Vázquez, Presidente de la República Oriental del Uruguay, delegación de Uruguay y delegación brasilera, ministros uruguayos y ministros brasileros.

Hace exactamente un mes tuve el placer de estar en Montevideo participando de la ceremonia de asunción del Presidente Tabaré Vázquez.

Testimonié en las calles de Montevideo, y al día siguiente en Paysandú, el fervor popular que expresaba la gran esperanza de transformación que el pueblo uruguayo deposita en su gobierno.

Su elección, amigo y compañero Tabaré, es un hecho histórico no sólo para el Uruguay. Su victoria demuestra que nuestra región camina en dirección de renovación política, que elegimos un modelo de crecimiento económico con inclusión social.

Estamos honrados con su visita, sobre todo porque sabemos que es el primer viaje que realiza al exterior en condición de Jefe de Estado de su país. Somos extremadamente sensibles a esta señal que el nuevo gobierno uruguayo emite.

Queremos que la alianza entre Brasil y Uruguay -una alianza histórica- esté más que nunca fundada en la defensa intransigente de la democracia, en la protección de los derechos humanos, en la búsqueda de crecimiento sustentado, en el compromiso de combatir el hambre y la pobreza y la integración de nuestro continente. Con esos principios en mente, estamos decididos a dar una nueva calidad a las relaciones entre Brasil y Uruguay.

Uruguay de forma pionera, en el comienzo del siglo pasado, enseñó a los demás países de América del Sur el camino de las políticas sociales, especialmente el valor de la educación y la difusión de la cultura.

A pesar de las duras crisis que golpearon al país, los uruguayos pudieron preservar índice de desenvolvimiento humano impensables en nuestra región pero estaba reprimido en la sociedad un deseo avasallador de cambio.

El Presidente Tabaré Vázquez encaró la ansiedad de su pueblo de retomar las redes de su destino, rescatando el legado histórico dejado por Artigas. Como afirmé hace un mes en Uruguay, tuve el privilegio de acompañar la trayectoria política de Tabaré Vázquez. Se de su compromiso personal con la construcción de una sociedad justa, libre y democrática. Se también que el nuevo Presidente de Uruguay está firmemente dedicado al fortalecimiento del MERCOSUR y al proceso de integración sudamericana. Esa sintonía evidente entre nuestros gobiernos abre grandes perspectivas para las relaciones entre nuestros dos países.

Querido compañero, Presidente de Uruguay, Brasil ciertamente tiene mucho que aprender con Uruguay y como economía mayor tiene también mucho para ofrecer.

Sabemos del empeño de su gobierno en el área social y queremos conocer mejor y apoyar el Plan Nacional de Emergencia Social implementado desde el principio de su mandato.

Estamos dispuestos a compartir con Uruguay la experiencia brasileña en programas como "Hambre cero", un crédito vinculado a vivienda popular y apoyo a la microempresa.

Esperamos poder acelerar los entendimientos para la realización de las obras de infraestructura en nuestra frontera común, sin la cuales nuestra integración nunca estará completa.

Vamos a llevar adelante la construcción del segundo puente sobre el Río Yaguarón, recuperar el puente Mauá y acelerar la integración energética entre nuestros países. Es auspiciosa la firma de un memorando de entendimiento entre nuestros ministerios de Minería y Energía, que crea una comisión bi nacional en las áreas de Energía, Geología y Minería. Es vital para el desenvolvimiento de nuestra región trazar estrategias coordinadas para el aprovechamiento de nuestros recursos energéticos. Recientemente vimos un ejemplo claro de la visión solidaria que tenemos a ese respecto: a pesar de la fuerte sequía en el sur de Brasil, hemos hecho lo posible e imposible por mantener el abastecimiento de energía a nuestro querido Uruguay.

Otra fuente de cooperación es el desarrollo científico y tecnológico. Acabamos de firmar un acuerdo que prevé la transferencia de conocimientos brasileños para la instalación de una Agencia Uruguaya de Cooperación Internacional.

Queremos ampliar nuestra asociación en el área de la investigación agrícola, por medio de EMBRAPA, con énfasis en proyectos que tengan impacto sobre la agricultura familiar. Estamos también dando inicio a la cooperación en el áreas de Comunicación Social, incluyendo a Radiobras y los órganos de comunicación del gobierno de Uruguay.

Ese es apenas el principio de una cooperación estratégica entre nuestros países que se hará siempre en beneficio directo de nuestras sociedades.

Querido compañero y amigo Tabaré Vázquez, al tratar las relaciones entre Brasil y Uruguay no puedo dejar de mencionar nuestra zona de frontera, donde conviven hermanados más de 700 mil ciudadanos brasileños y uruguayos, la cooperación que hemos desarrollado al abrigo de la Nueva Agenda de Cooperación y Desarrollo Fronterizo, es un modelo de asociación con amplio impacto social.

Instalamos en nuestra franja de frontera común prácticamente una ciudadanía binacional, que puede ser vista como un embrión de la ciudadanía del MERCOSUR que tanto queremos construir.

Estoy seguro de que nuestros gobierno van a profundizar ahora más los programas de integración fronteriza en materia de cooperación policial y judicial, en el áreas de la educación, la salud, el medio ambiente y el saneamiento.

El acuerdo que firmamos hoy sobre los institutos binacionales fronterizos es prueba de nuestra determinación. Crearemos, en la zona de frontera, institutos de enseñanza binacional de nivel técnico, con profesores y alumnos brasileros y uruguayos.

Querido amigo, sé que el Uruguay es una parte fundamental en la construcción del MERCOSUR y de la Comunidad Sudamericana de Naciones.

La integración regional que queremos –en lo que estamos totalmente abocados- es una integración que amplía mercados, genera inversiones, trae prosperidades a nuestros países, y se traduce en beneficios concretos para nuestras poblaciones.

Cuando hablamos que queremos una integración de nuestras cadenas productivas, estamos pensando en ganar escala de producción, pero sobre todo estamos pensando en generar puestos de trabajo y riqueza a nuestros países.

Queremos una nueva división del trabajo en la región, equitativa, sin hegemonías.

Como muchos saben, al día siguiente de la toma de posesión del Presidente Tabaré, fuimos juntos a la ciudad de Paysandú, en el interior de Uruguay. Allá inauguramos una maltería construida con inversiones brasileras. Esa fábrica es un ejemplo del tipo de integración que deseamos.

Pude percibir allí el entusiasmo de los trabajadores locales y su certeza de que juntos podemos encontrar soluciones para nuestro desarrollo.

Ese es el MERCOSUR vibrante que deseamos, legitimado por la voluntad de las poblaciones locales. Es por eso también que hemos insistido en la necesidad de un refuerzo institucional de nuestro bloque regional y en la creación de un Parlamento del MERCOSUR electo por el voto directo.

Conozco las posiciones del compañero Tabaré en ese tema y se que seremos aliados también en esa aspiración. No tengo dudas de que Brasil y Uruguay de aquí en más actuarán de forma cada vez más coordinada en los foros internacionales y aprovecho la ocasión para saludar el ingreso de Uruguay al G-20, garantizando que el MERCOSUR se presente con voz única en las negociaciones comerciales multilaterales.

Actuaremos a favor de los intereses de los países en desarrollo, y en particular de los países de nuestra región.

Brasil y Uruguay tienen una larga tradición de cooperación y convivencia pacífica. Nuestros países disfrutan de un elevado grado de convergencia en temas de la más alta relevancia.

En fin, amigo Tabaré, tenemos una vastísima agenda de proyectos e iniciativas que van a exigir de nuestros dos gobiernos mucha determinación, mucha coordinación y mucho trabajo.

Vamos a profundizar nuestro diálogo político. Estamos reactivando canales de coordinación entre nuestras Cancillerías y creando también un mecanismo de consultas regulares sobre temas comerciales. Estamos decididos a ampliar nuestro comercio e incentivar inversiones. Vamos a consolidar una cooperación estratégica en áreas vitales para nuestros países en los sectores energético y de desarrollo científico y tecnológico. Estoy muy feliz porque ya hemos comenzado en este corto espacio de tiempo a dinamizar la cooperación entre Brasil y Uruguay.

Deseo suerte al Presidente Tabaré, y a todos los compañeros miembros de su gobierno, dentro de los cuales veo tantos amigos y compañeros de viejas horas. Deseo felicidad para ese pueblo magnífico al cual nosotros –brasileros- estamos unidos por los lazos de la más profunda simpatía y amistad.

Tenga certeza mi querido Presidente Tabaré, que las palabras que acabo de expresar ahora son más que palabras; pretendo transformar cada palabra dicha en mi discurso en gestos prácticos para que podamos definitivamente concretar un sueño que alimentamos durante tantos años, de una sólida y verdadera integración en nuestra querida América del Sur. Muchas gracias.

 
 
   
 

© 2005 PRESIDENCIA - República Oriental del Uruguay | Derechos Reservados