HISTÓRICA SESIÓN
DEL CONSEJO DE MINISTROS EN ZAPICÁN
Con una exposición inicial de casi 44 minutos, el Presidente
de la República, Tabaré Vázquez, dio por instalado el primer
Consejo de Ministros que se realiza en la historia del país
fuera de los límites de Montevideo.
DISCURSO DEL PRESIDENTE DE LA
REPÚBLICA, TABARÉ VÁZQUEZ, AL INAUGURAR LA PRIMERA SESIÓN
DEL CONSEJO DE MINISTROS EN EL INTERIOR DEL PAÍS, EN EL
PUEBLO DE ZAPICÁN, EN LAVALLEJA
PRESIDENTE
VÁZQUEZ: Autoridades nacionales, autoridades
departamentales, compatriotas de todo el país que siguen
esta transmisión de los medios de comunicación, señoras y
señores: Sean mis primeras palabras de agradecimiento en
nombre del gobierno nacional en general y mío en particular,
a la población de Zapicán y a las autoridades de esta
localidad por la hospitalidad y el afecto con que nos han
recibido en esta jornada tan especial para nosotros, para
todos nosotros.
Jornada
especial para esta localidad, para sus habitantes y
allegados; para el gobierno nacional, para el Uruguay en su
conjunto; por tanto, a todos ustedes gracias, muchas
gracias, por estar aquí en la mañana de hoy.
Es un gusto
realmente, para nosotros representa un placer enorme
reencontrarnos con todos ustedes tal cual lo hicimos en tres
campañas electorales, en ocasiones de varios plebiscitos que
recorrimos el país y otros años de los diez que hace que
estamos en esta actividad pública recorriendo el Uruguay. Y
debo expresar que siento un gran placer, me siento muy a
gusto, para mí es una dicha y un honor estar nuevamente con
todos ustedes en este día.
Es probable
que alguien, alguno de ustedes, aún se pregunten por qué
esta modalidad de trabajo, por qué un Consejo de Ministros
en Zapicán. Y la respuesta es sencilla, verdaderamente
sencilla: vinimos a Zapicán porque nos comprometimos a ello
hace casi 11 años, cuando en el marco de la campaña
electoral de 1994, un vecino de esta localidad -conocido por
“Filipino”, si mal no recuerdo- me preguntó si me acordaría
de Zapicán en caso de resultar electo Presidente de la
República y yo le respondí que sí, que no me olvidaría de
Zapicán, que vendría a esta localidad y que algún día aquí
trabajaría con el equipo de gobierno. Once años han pasado
desde entonces y aquí estoy cumpliendo lo prometido, porque
las promesas se hacen para cumplirlas.
No fue
aquella una promesa banal. Claro, que no faltaron quienes la
tomaron como una frivolidad y hasta pretendieron
ridiculizarnos; pero, ¡allá ellos con sus veleidades de
inquisidores en nombre de la razón y la modernidad!
Nosotros
asumimos el compromiso de venir a Zapicán porque sabemos que
hay muchos “Zapicán” en Uruguay; que este pueblo es único,
pero hay muchos otros pueblos parecidos a este a lo largo y
ancho del país y esos pueblos, no son solamente paisajes
urbanos, son sobre todo paisajes humanos.
En pueblos
como Zapicán viven muchos compatriotas que para nosotros
cuentan, que a nosotros nos importan. Cuentan e importan
siempre, todos los días y no solamente en los tres meses
previos a las elecciones.
Nosotros
asumimos el compromiso de venir a Zapicán, porque el Uruguay
como país es uno solo y su gobierno nacional es el gobierno
de todo el Uruguay y de todos los uruguayos; cuando decimos
de todos los uruguayos, decimos que es el gobierno de los
uruguayos que pertenecen a los distintos partidos políticos,
a las distintas etnias, a las distintas concepciones
religiosas, a distinto género, a distintas opciones
sexuales; en fin, a uruguayos civiles o militares.
Somos el
gobierno de todos los uruguayos y somos el gobierno para
todos los uruguayos.
Con sano orgullo y con serena
alegría, podemos decir entonces -y espero que esta vez los
“sabelotodos” de siempre sean más sensatos- que hoy, 25 de
abril de 2005, no solamente el gobierno de la República está
en Zapicán también están en esta localidad todos los
“Zapicán” que hay en Uruguay, todos los uruguayos sin
distinción alguna.
Vinimos a
Zapicán porque entendemos que uno de los principales
desafíos del país, entre tantos otros, es reconstruir los
lazos de confianza y credibilidad no exentos de exigencia,
control y críticas mutuas entre pueblo y gobierno, entre la
ciudadanía y aquellos a quienes la ciudadanía les ha
encomendado, a través de la voluntad expresada en las
elecciones nacionales, la tarea de gobernar.
Al venir a
Zapicán lo que estamos haciendo es un auténtico acto de
gobierno, porque gobernar no es solamente aprobar leyes o
firmar decretos y resoluciones; gobernar es mucho más que un
acto protocolar, gobernar es mucho más que cortar cintas.
Gobernar es
reconocer, escuchar, dialogar, rendir cuentas. Gobernar es
articular esperanzas, derechos y compromisos en torno a un
proyecto de país. Gobernar es cuidar a la gente, acompañarla
a lo largo de la vida. Gobernar es decirle a ustedes,
vecinos de Zapicán, que no están solos ni olvidados, que
tienen derechos y responsabilidades que nos importan y que,
por supuesto, confiamos en todos ustedes.
Señoras y
señores, este gobierno asumió sus funciones hace 55 días.
Aún recuerdo con emoción la jornada del 1º de Marzo y de
ella recuerdo especialmente lo que muchas uruguayas y muchos
uruguayos me dijeron, cuando iba desde el Palacio
Legislativo hacia la antigua Casa de Gobierno: “Tabaré, no
nos falles, no te olvides de los pobres”.
Ese reclamo
es para mi un mandato. Ese reclamo es el mandato para este
equipo de gobierno y estamos trabajando en su cumplimiento.
Ustedes
bien conocen la situación del país, la viven en carne propia
y se pronunciaron sobre ella el pasado 31 de octubre.
Es
innecesario, es innecesario, entonces, que yo haga aquí
referencia alguna a la situación que encontramos, a la
herencia que recibimos, a las dificultades que tenemos o a
las que puedan venir.
Nada de
ello es novedoso. De esta situación no se enteró quién no
quiso enterarse y de esta realidad habrá un diagnóstico más
preciso aún cuando finalicen las auditorias que ya hemos
dispuesto en todas las instancias del Estado.
Pero
además, que yo haga referencia a la “herencia recibida” y a
las dificultades planteadas podría ser interpretado como que
el gobierno en su conjunto, y el Presidente de la República
en particular, buscan excusas para no cumplir los
compromisos asumidos.
Que quede
medianamente claro, entonces: no buscamos excusas; no es
nuestra costumbre dar pretextos; nuestra responsabilidad es
dar explicaciones, no nos amparamos en el pasado para
renuncia al futuro.
Somos de
los que cree que a lo seres humanos no nos vence las
dificultades, sino la resignación.
No nos
resignamos a las dificultades ni renunciamos a los
compromisos asumidos. Más aún; las dificultades nos
estimulan e impulsan a cumplir nuestros compromisos de
gobierno. Y si podemos, sobre-cumplirlos, mejor aún.
Vecinas y
vecinos de Zapicán, amigas y amigos de todo el país, 55 días
han transcurrido desde el pasado 1º de Marzo.
Podrá ser
mucho o poco tiempo, eso es discutible según la disciplina y
categoría analítica en las cuales se plantee la discusión.
Pero en ese tiempo, en estos 55 días transcurridos desde que
asumimos las responsabilidades que la ciudadanía nos
confiara, estamos -por decirlo de alguna manera- escribiendo
las primeras y principales palabras de nuestro gobierno.
Como
ustedes recordarán, en la campaña electoral hablamos que
nuestro gobierno se asentaría sobre tres pilares: el de los
principios y valores, el de la atención a la emergencia
social y el del cumplimiento del plan de gobierno y del
programa de gobierno de nuestra fuerza política.
Esas
palabras a las que hacía referencia, hacen a los valores y
principios que nos identifican y a las compromisos que
asumimos ante la ciudadanía uruguaya.
Estamos
escribiendo, por ejemplo, la palabra TRANQUILIDAD. La
incertidumbre y el caos tan anunciados por quienes se oponen
a cualquier alternativa de progreso, no se concretaron.
El pueblo
uruguayo es maduro y el gobierno ha estado a la altura de
nuestro querido pueblo uruguayo.
Estamos
escribiendo la palabra RESPONSABILIDAD. Responsabilidad para
encarar y resolver situaciones tan variadas y complejas,
como la crisis de la Cooperativa Nacional de Ahorro y
Crédito, COFAC. Los problemas patrimoniales que esta
institución arrastraba desde 2002, determinaron la
suspensión de sus actividades el 4 de marzo. Tras un
esfuerzo del gobierno, las autoridades, funcionarios y
ahorristas de COFAC, esta Cooperativa financiera reabrió
sus puertas el 16 de marzo.
Lo hizo en
condiciones de sostenibilidad, con un plan preciso de
capitalización y reprogramación de depósitos y de
reestructura interna, gracias a la comprensión y el
compromiso de sus socios y funcionarios. Lo hizo, además,
sin haber provocado turbulencia alguna en el siempre
sensible sistema financiero y sin dejar un empleado en la
calle.
La
reapertura de COFAC, reitero, es producto de un esfuerzo
conjunto, pero en ese esfuerzo las responsabilidades del
gobierno no estuvieron ausentes.
También
escribimos la palabra responsabilidad, para adoptar y
ejecutar de inmediato un plan de vacunación ante la
proliferación de casos de Hepatitis “A” en Bella Unión; para
adoptar medidas inmediatas y buscar soluciones de mediano y
largo plazo ante la crisis energética que afecta al país; o
al disponer la instrumentación de los mecanismos de control
ambiental por parte del Estado, que requerirá un
emprendimiento tan importante como el de Botnia en Río
Negro.
Estamos
escribiendo la palabra TRANSPARENCIA. Hoy se sabe quiénes
son, dónde están, qué hacen y cuál es el salario de los
miembros del gobierno nacional. Transparencia es el teléfono
gratuito de atención al usuario que ha establecido el
Ministerio de Salud Pública: 0-800-4444; y sentido común,
también.
Transparencia es otro teléfono: el 412-91-69, habilitado por
el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, para
consulta e información de los deudores agropecuarios.
Estamos
escribiendo la palabra AUSTERIDAD. Debemos reconocer que
esto nos ha traído algún inconveniente. Por citar apenas dos
contratiempos, permítanme comentarles que ahora hay en el
gobierno uruguayo un sobre stock de teléfonos celulares que
aún no hemos podido resolver dónde almacenar y una flota de
vehículos oficiales tan numerosa que ocasiona problemas de
estacionamiento en los garajes del Estado.
Antes era
más fácil: autos oficiales y teléfonos celulares de última
generación andaban por ahí, en la vuelta; pero esas vueltas
las pagaba el pueblo uruguayo. ¡Se acabó la diversión!
Estamos
escribiendo la palabra CONFIABILIDAD. Ello a permitido al
Uruguay, entre otras cosas, alcanzar un acuerdo preliminar
con los organismos internacionales de crédito que le
permitirá preservar la imagen de país que cumple sus
contratos, prever un superávit fiscal primario entre 3,5 y
4% hasta el año 2007, y apuntar a una progresiva autonomía
respecto al Fondo Monetario Internacional.
Todo ello,
todo ello en base a programas elaborados por el gobierno
uruguayo y sin hipotecar el derecho inalienable del pueblo
uruguayo a su desarrollo.
Estamos
escribiendo la palabra RESPETO. Respeto al compromiso
asumido, respeto a la Constitución y la Ley; respeto a los
demás poderes del Estado; respeto a la inteligencia y
dignidad de la gente; respeto a los medios de comunicación y
a la función social de los mismos: ya no hay más llamaditos
desde los despachos de gobierno a los medios de comunicación
para que digan la verdad oficial.
Los países
democráticos no necesitan verdades oficiales, necesitan
simplemente la verdad.
Y estamos
escribiendo la palabra VERDAD, dando comienzo a la
investigación sobre el destino de los ciudadanos detenidos
desaparecidos e ingresando a tales efectos a un
establecimiento militar para verificar, con el concurso de
técnicos aportados por la Universidad de la República, la
existencia de posibles enterramientos clandestinos en dichos
predios.
Vamos a
cumplir con el Artículo 4° de la Ley de Caducidad; vamos a
cumplir con toda la Ley de Caducidad.
Estamos
escribiendo la palabra SENSIBILIDAD. No somos arbitrarios,
pero tampoco somos indiferentes a los problemas de la gente.
No somos
indiferentes a las expectativas y reclamos de los más
desposeídos, porque ellos son la mayoría y también porque
sus expectativas y reglamos no son nada más, pero tampoco
nada menos, que sus derechos.
La
experiencia de esta pocas semanas de gobierno a demostrado
que no es imposible hacer más accesible el precio de algunos
componentes de la canasta alimenticia básica; para empezar a
hacerlo basta con tener sensibilidad social.
Por
supuesto, que también requiere diálogo y articulación, pero
todo ello sobre la base de la sensibilidad.
Estamos
escribiendo, uruguayas y uruguayos, la palabra SOLIDARIDAD.
El Plan de Emergencia, cuya fase inicial ya se está
ejecutando, es una muestra concreta de ello.
Los datos
disponibles sugieren que la emergencia, a la cual este plan
refiere, es bastante más extendida y profunda a lo previsto:
no son cien mil uruguayos que viven en condiciones de
extrema pobreza o indigencia, son casi 200.000 uruguayos y
uruguayas.
Esta
situación no es coyuntural, sino que da cuenta de una
realidad estructural que afecta a vastos sectores de la
sociedad uruguaya.
Esta
realidad no se resuelve con paliativos: basta ya de
políticas sociales para que los pobres sigan siendo pobres y
de programas cuyo presupuesto se va como
agua entre los dedos en diagnósticos.
Yo algo sé de diagnósticos. Sé de la
importancia de un buen diagnóstico, pero también sé que no
basta un buen diagnóstico para curar a un enfermo.
La asistencia es necesaria en lo
inmediato como derecho de quienes no tienen otra vía para
sostener o recuperar un nivel elemental de dignidad de vida,
y como responsabilidad de la sociedad hacia ellos. Pero
también es necesario articular estas medidas urgentes con
políticas de más largo plazo, que recompongan el tejido
social, que generen ciudadanía, que abran nuevos horizontes
a todos y cada uno de los habitantes de este país, porque
ningún uruguayo es tan importante como todos los uruguayos
juntos.
Estamos escribiendo la palabra IGUALDAD.
Y en ese marco, con motivo del Día Internacional de la
Mujer, el gobierno presentó un Plan de Igualdad de
Oportunidades y Derechos, porque el Día de la Mujer no es
solamente, como sabemos, el 8 de marzo: Día de la Mujer son
todos los días del año.
Estamos escribiendo la palabra CULTURA;
porque la cultura es un espacio imprescindible de dignidad,
crecimiento e integración humana; porque la cultura es la
construcción permanente y colectiva de la identidad de un
pueblo; porque cultura es todo y ha de ser para todos.
La cultura no es un privilegio ni una
oficina de Montevideo; es un derecho de todos los uruguayos.
Hace apenas diez días se lanzó el
Programa “Un solo país”; un programa de alcance nacional que
posibilitará que todos los uruguayos puedan acceder a
espectáculos musicales y de teatro, a exposiciones y
talleres de artes plásticas, a funciones de cine y video, a
charlas literarias, etcétera.
Estamos escribiendo la palabra
PRODUCCIÓN. La escribimos el 2 de marzo, al inaugurar la
renovada planta industrial de Ambev en Paysandú y el 31 de
marzo al asistir a la inauguración de la cosecha de arroz.
También la escribimos al firmar acuerdos
bilaterales con Brasil; o en las innumerables resoluciones
de gobierno que firmamos día a día como andamiaje del
Uruguay productivo que entre todos los uruguayos vamos a
construir.
Estamos escribiendo la palabra
INNOVACIÓN; porque no hay desarrollo sin creación de
herramientas, productos, servicios y procesos que califiquen
al trabajo y al trabajador; que ayuden a las empresas a ser
más competitivas y a que la economía sea más productiva.
Hemos creado, a nivel de la Presidencia
de la República, un grupo asesor honorario en materia de
tecnologías de la información, con el propósito de diseñar
una estrategia que permita al Uruguay afirmarse como polo
tecnológico a nivel regional y mundial.
En el marco del 40º aniversario del
Laboratorio Tecnológico del Uruguay, que se cumplirá el
próximo jueves 28, iniciaremos un proceso de fortalecimiento
de dicha institución en todo lo que tiene que ver con la
innovación y la producción.
El LATU tiene mucho para hacer en materia
de inserción tecnológica en pequeñas y medianas empresas;
fomento de nuevos emprendimientos en el área de la
Biotecnología, la industria alimentaria, la electrónica
aplicada a la industria, etcétera; desarrollo de sus
servicios de laboratorio, para la verificación de los
productos que el país exporta e importa; o investigación
conjunta con empresas en nuevas tecnologías, que permitan
darle mayor valor agregado a nuestras exportaciones. En fin,
al LATU exigirle mucho, pues puede hacer mucho.
Estamos escribiendo la palabra
DESCENTRALIZACIÓN. Descentralización en serio y con
todo lo que ella supone de reconocimiento a los gobiernos
locales.
Hace pocos
días me reuní con una delegación del Congreso Nacional de
Intendentes, con la cual consideramos diversas iniciativas
para fortalecer a los gobiernos municipales de todo el país;
desde abonar en tiempo y forma los recursos que el gobierno
nacional vuelca a los gobiernos departamentales, hasta la
actualización de la Ley Orgánica Municipal, téngase en
cuenta que la actual data de 1935, pasando por la
optimización del Fondo Presupuestal para el Desarrollo del
Interior y la ejecución de políticas de descentralización,
previsto en el artículo 298 de la Constitución de la
República, la jerarquización de la Comisión de
Descentralización que funciona en la órbita de la Oficina de
Planeamiento y Presupuesto y la reglamentación por ley del
propio Congreso de Intendentes.
Pero
descentralización, descentralización también es el Programa
cultural “Un solo país”; descentralización es la mejora de
gestión de las 42 oficinas que tiene el Ministerio de
Trabajo y Seguridad Social en todo el país;
descentralización es el Plan de Emergencia Sanitaria, el
fortalecimiento del Primer Nivel de Atención y el desarrollo
de una estrategia de Atención Primaria de la Salud, que
están acompañando al Plan de Emergencia; descentralización
es haber devuelto a su función original en el territorio, en
todo el territorio nacional, a casi cuatrocientos
funcionarios policiales que habían sido asignados a otras
tareas dentro del Ministerio del Interior.
Para tener
una idea, solamente la sede ministerial tenía 1.200
funcionarios, ya reducidos a 800; y los cuatro principales
jerarcas del Ministerio tenían a su disposición nueve
vehículos, es decir, 2,25 vehículos oficiales por jerarca;
mientras tanto, faltaban muchos patrulleros en las calles de
las ciudades de nuestro país.
Estamos
escribiendo la palabra COOPERACIÓN. Prueba de ello es el
acuerdo marco suscrito con la Universidad de la República,
en áreas tales como la salud, la innovación, la formación
docente, la ampliación de la oferta educativa, y el apoyo
técnico en aspectos específicos del Plan de Emergencia.
Estamos
escribiendo la palabra INTEGRACIÓN; integración entre los
uruguayos donde quieran que estén residiendo, porque la
patria puede ser peregrina pero ante todo es patria. Para
mantener el vínculo imprescindible con el aproximadamente
medio millón de compatriotas residentes en el exterior, para
apoyarlos a ellos y para apoyarnos en ellos, hemos creado a
nivel del Ministerio de Relaciones Exteriores una dirección
de Asuntos Consulares y vinculación con los uruguayos en el
exterior.
Integración
en la región. Hace pocos días fuimos a Brasil, con cuyo
gobierno acordamos y abordamos una nutrida agenda de trabajo
de la que surgieron coincidencias, acuerdos y compromisos,
que podrían esquematizarse en los siguientes puntos:
Uno, un
fuerte impulso a las relaciones bilaterales en área de
interés común, tales como promoción de inversiones, apoyo a
programas sociales, cooperación científica, tecnológica,
cultural y educativa, y valorización de la frontera común,
para que sea más común que frontera.
Dos, un
renovado compromiso con el MERCOSUR, como proceso de
integración.
Tres, una
también decidida vocación latinoamericana, en cuyo marco
hemos restablecido las relaciones con todas las naciones de
la región, porque de todas nos sentimos hermanos.
Y así, como
recientemente fuimos a Brasil, en el correr de los próximos
días iremos a Argentina y a Paraguay, para decirle a los
respectivos gobiernos y pueblos que ahora hay un Uruguay que
quiere más y mejores relaciones con sus vecinos y hermanos;
un Uruguay que quiere más y mejor MERCOSUR; un Uruguay que
quiere insertarse más y mejor en el mundo actual.
Y estamos, uruguayas y uruguayos,
escribiendo la palabra DIÁLOGO; diálogo en primer término
con la sociedad; diálogo con el amplio arco de
organizaciones representativas de la misma; diálogos con los
miles de uruguayas y uruguayos a quiénes la crisis económica
y la desintegración social arrojó lejos de las tradicionales
estructuras de representación social; diálogo que se
concreta en el Proyecto de Ley ya remitido al Poder
Legislativo, reglamentando el Consejo de Economía Nacional;
diálogo del cual también dan cuenta los Consejos de
Salarios, que después de tantos años de suspensión
comenzarán a funcionar dentro de una semana, el próximo 2 de
mayo.
Serán estos Consejos ámbitos
adecuados para que empresarios y trabajadores discutan, ya
no solamente los importantes aspectos salariales, sino
también otros asuntos no menos importantes que hacen a la
calidad y productividad del trabajo; diálogo social, por
cierto, pero también diálogo político.
Nunca nos
negamos al diálogo político. No lo hicimos en la oposición,
no lo hicimos durante el periodo comprendido entre el 31 de
octubre y el 1º de marzo pasados; no lo hemos hecho desde
entonces, tampoco lo haremos en el futuro.
En tal
sentido, puede estar tranquilo el pueblo uruguayo: ningún
diálogo político se interrumpirá por iniciativa de este
gobierno.
Ninguna
diferencia entre el gobierno y la oposición nos hará
renunciar a la posibilidad de buscar acuerdos, para saldarla
sobre bases de mutuo respeto, con vocación republicana y
compromiso de país.
Compatriotas, nadie ignora que ni el Partido Colorado, ni el
Partido Nacional, ni el Partido Independiente, aceptaron
integrar el gabinete de gobierno cuando les fuera ofrecido
pocos días después de los comicios del 31 de octubre;
exactamente el 3 de noviembre del año pasado.
Nadie
ignora tampoco que, antes de asumir el actual gobierno, el
Partido Colorado resolvió no integrar durante el periodo,
este periodo, los directorios de las Empresas Públicas,
Entes Autónomos y Servicios Descentralizados.
Es una
decisión adoptada soberanamente, es una decisión legítima,
comunicada oficialmente en su momento y que mucho
respetamos.
Nadie
ignora, asimismo, que el Partido Nacional aun no ha
respondido definitivamente a nuestro planteo formulado
también antes de asumir el gobierno, para, sobre la base de
los acuerdos programáticos subscritos el 16 de febrero,
integrar los directorios de las Empresas Públicas y demás
Entes estatales. Desde el 3 de noviembre, el próximo 3 de
mayo se cumplirán seis meses, seis meses de este
ofrecimiento.
No
corresponde al gobierno opinar sobre las motivaciones de tal
tardanza, pero es el país el que no puede seguir esperando y
por lógica consecuencia el gobierno tiene que actuar en
función del país.
Por eso,
sin dramatismo alguno y sin ánimo de interferir en los
ritmos decisorios de nadie, informo: que si el próximo lunes
2 de mayo dicha respuesta no se ha concretado el Poder
Ejecutivo adoptará las medidas que correspondan, para
asegurar el normal funcionamiento de dichos directorios, en
virtud de las vacancias generadas en los cargos en cuestión.
Ello, a su
vez, constituirá un antecedente concreto para el proceso de
Reforma del Estado que también asumimos como compromiso de
gobierno y que ha de iniciarse a la brevedad.
Empresas
públicas que tienen cinco directores y que puedan funcionar
con tres, van a funcionar con tres; y las que tengan tres y
puedan funcionar con dos, van a funcionar con dos
directores.
Pero quiero
reiterar, quiero decirlo con la mayor claridad posible, este
anuncio no es un emplazamiento ni significa una renuncia del
gobierno al diálogo inherente a la democracia y a la agenda
política del país, la cual se beneficiaría con el concurso y
contralor institucional de la oposición.
Amigas y
amigos, podríamos seguir enumerando las palabras que hemos
escrito durante estos primeros 55 días de gobierno, pero,
permítanme referirme a algunas de las que seguiremos
escribiendo en los 1770 días que restan en la gestión del
actual gobierno.
Seguiremos
escribiendo las palabras referidas a ese proyecto nacional
de desarrollo productivo sostenible que asumimos como
compromiso de gobierno. Seguiremos escribiendo las palabras
que hacen al Uruguay Social, al Uruguay Productivo, al
Uruguay Innovador, al Uruguay Democrático y al Uruguay
Integrado, que, como las caras de un poliedro, conforman una
única estrategia de país.
Única, pero
plural; única, pero para todos los uruguayos; única, pero en
esa lengua materna que es la democracia.
Seguiremos
escribiendo sobre Reforma Impositiva. Será debidamente
estructurada, procesada y guiada por objetivos de
crecimiento productivo, inclusión social y equidad; pero
será, y seguramente tal cual lo hemos hablado con el
Ministro de Economía y Finanzas, contador Danilo Astori,
después de presentar la Ley Presupuestal y antes de fin de
año estará yendo al Parlamento nacional un Proyecto de Ley
de Reforma Impositiva, para que pague más quien tiene más y
pague menos quien tiene menos.
Seguiremos
escribiendo sobre Reforma Productiva, porque el proyecto de
desarrollo se basa esencialmente en poner los recursos, la
inteligencia y las capacidades en la producción en su
sentido más amplio: agrícola y ganadera, agroindustrial,
industrial, de servicios, de turismo, cultura y de nuevas
tecnologías.
La
definición de prioridades en los diversos sectores -el
crédito, la promoción de inversiones, la política
tributaria, la estrategia de integración y los polos de
desarrollo en todo el territorio nacional- deben apuntar a
ese objetivo central.
No habrá
auténtica integración social, sin producción, sin trabajo;
ese es el eje de nuestra política económica y social.
El trabajo,
como la mejor política social que podemos llevar adelante.
Seguiremos
escribiendo Reforma del Estado, porque no hay proyecto
nacional de desarrollo productivo sostenible con un Estado
pesado, envejecido, insensible e ineficiente.
Atenderemos
los problemas más graves en forma progresiva; atenderemos
los problemas más graves en forma progresiva, pero el
objetivo de esa reforma no es el Estado en sí mismo, sino el
proyecto de desarrollo del país y lo derechos de la gente.
Seguiremos
escribiendo Reforma de la Salud, porque la salud es un bien
social, un derecho humano y una responsabilidad del Estado.
En tal
sentido, debemos apuntar a un Sistema Nacional Integrado de
Salud, orientado por los principios de universalidad,
continuidad, oportunidad, atención humanitaria y calificada;
interdisciplinariedad y trabajo en equipo, eficiencia social
y económica, gestión democrática y participación social.
Seguiremos
escribiendo Reforma Educativa. No hay desarrollo productivo
ni integración social posibles si no damos un fuerte impulso
a la enseñanza en todos sus niveles, porque para innovar y
producir hay que tener buenos graduados universitarios, pero
antes hay que tener buenas escuelas y liceos con alumnos en
condiciones de aprender y docentes en condiciones de
enseñar.
Reforma
educativa implica nuevos marcos legales, más recursos y
mejor uso de los mismos; diálogo, participación y valores,
muchos valores.
Reforma
educativa implica mejorar el salario sumergido que tienen
los maestros en nuestro país.
Seguiremos
escribiendo Reforma Democrática, porque la democracia nunca
será perfecta pero siempre es perfectible.
Sin
desconocer el camino recorrido en esta materia, los
uruguayos debemos reconocer que aún tenemos un buen trecho
para recorrer en términos de derechos y responsabilidades
ciudadanas; de relacionamiento entre la sociedad y el
Estado; de fortalecimiento de la dimensión social del
Estado; de calificación del sistema político.
En fin,
democratizar la democracia no es un slogan publicitario ni
un ejercicio meramente intelectual: es un desafío concreto
que debemos resolver para organizar mejor nuestra
convivencia, para desarrollarnos individual y
colectivamente.
Y, en fin,
vamos a seguir escribiendo las palabras Cambio y Esperanza;
para que el Uruguay sea ese país del que hablamos el 1º de
Marzo: un Uruguay donde nacer no sea un problema; donde
educarse y trabajar no sea un privilegio; donde ser joven no
sea sospechoso; donde soñar no sea una locura; y donde
envejecer no sea una condena.
¡Por eso
también vamos a seguir escribiendo las palabras Esperanza,
Cambio y Confianza!
Vecinas y
vecinos de Zapicán; amigas y amigos de todo el país: la
historia de los pueblos la escriben los pueblos. Nuestra
historia vamos a seguir escribiéndola entre todos los
uruguayos; cada quien desde su identidad, responsabilidad y
competencias, pero comprometidos con el bien común, con esas
siete letras que nos unen a todos los uruguayos de todos los
colores políticos, de todas las religiones, de géneros, de
opciones sexuales, civiles y militares; y esas siete letras
están en una sola palabra: ¡Uruguay, el Uruguay de todos y
entre todos!
Para esa
tarea histórica cuenten con el gobierno, porque en este
gobierno, que hoy está en Zapicán, no hay lugar para las
excusas ni para la resignación, ni para la autocomplacencia.
Porque este
gobierno, que desde aquí se dirige a todo el Uruguay y
especialmente al Uruguay más profundo, al Uruguay de los “Zapicanes”,
no se considera infalible, no tiene los planos del paraíso,
no posee fórmulas milagrosas, no ignora
las dificultades existentes ni las que pueden venir, pero
tampoco elude sus compromisos ni renuncia a las esperanzas
de todas las uruguayas y de todos los uruguayos. Muchas
gracias.
Bien; y continuando con el trabajo que
nos habíamos propuesto para el día de hoy, seguidamente
pasaremos a realizar una de las tareas de gobierno que es
escuchar, que es escucharlos a todos ustedes, que harán sus
planteos; muchos de ellos ya -tengo entendido- han llegado a
Relaciones Públicas de la Presidencia de la República.
El tiempo que dispondrán las distintas
organizaciones para expresarse será de cinco minutos, a
efectos de poder participar todos ustedes. Luego, si es
necesario, y podemos dar algunas respuestas a los planteos,
lo haremos.
Y anunciamos que, ante planteos
específicos que las distintas organizaciones quieran
plantear por tema -luego de terminado este Consejo de
Ministros que escuchará a los uruguayos- se reunirán los
Ministros de cada ramo con las organizaciones que así lo
deseen y lo harán aquí en Zapicán en las primeras horas de
la tarde.
Así que, yo voy a pedir a la señora
Encargada de Relaciones Públicas que dé la palabra de
acuerdo a cómo se han anotado para participar. Muchas
gracias. |