CRECER CON DISTRIBUCIÓN DE LA RIQUEZA
El crecimiento económico favorable beneficia la
distribución de riqueza, y si es equitativa favorece la inversión para
el crecimiento, dijo el Presidente de la República, Tabaré Vázquez, en
el marco del almuerzo ofrecido por la Cámara de Comercio
Argentina-Uruguaya y el Consejo Interamericano de Comercio y Producción.
El Presidente de la República, Tabaré Vázquez, en el
marco de su visita a Buenos Aires, Argentina, participó de un almuerzo
organizado por la Cámara de Comercio Argentina-Uruguaya y el Consejo
Interamericano de Comercio y Producción, en el que realizó una
disertación denominada "Uruguay: las inversiones en un proyecto nacional
de desarrollo".
El evento que fue encabezado por los presidentes de la
organización, Julio Werthein, y Juan Carlos López Mena, contó con la
presencia del Vicepresidente argentino, Daniel Scioli, y del Jefe de
Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Anibal Ibarra .
Werthein indicó que ambos gobiernos deben unir
fuerzas para que el MERCOSUR progrese, fortaleciendo las relaciones con
los bloques europeos y asiáticos.
Mientras que López Mena dijo que se ha marcado un
hito en la región, con el hecho de que los empresarios sean unos de los
pilares del desarrollo.
Posteriormente, el Primer Mandatario en su exposición
en el Hotel Sheraton de Buenos Aires indicó que la gente se pronunció
–en octubre- a favor de una propuesta de desarrollo productivo
sostenible, que no se hace en ocho semanas, pero sí se determinaron las
primeras y más importantes palabras: responsabilidad, confiabilidad y
transparencia.
Vázquez explicó que hay que ser competitivo, atraer a
la producción, saber vender, generar ingreso nacional y saber
distribuirlo en toda la sociedad.
Se trata de "crecer en la distribución de al
riqueza", indicó.
El crecimiento económico favorece la distribución de
la riqueza y si es equitativa beneficia a la inversión para el
crecimiento, agregó Vázquez.
Anunció a la brevedad una reunión con empresarios
uruguayos para crear una estrategia nacional para inversiones.
Explicó que se debe tratar de una propuesta integral,
territorialmente equilibrada, una propuesta de calidad, sostenible en
términos ambientales y que apueste al trabajo como valor social y ética
de vida.
Por otra parte, Vázquez expresó que Uruguay tiene una
macroeconomía estable y predecible, y una política monetaria que otorga
previsibilidad al valor de la moneda.
Expresó que el gobierno apuesta fuerte al MERCOSUR,
como una verdadera unidad aduanera, busca una integración física y
energética de la región y el desarrollo de cadenas productivas que
integren procesos regionales. En esta etapa decisiva para el país, "no
podemos ni queremos estar solos", se debe apuntar a u futuro común a
elaborar entre todos, agregó el Presidente.
DISERTACIÓN DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, TABARÉ
VÁZQUEZ, SOBRE "URUGUAY: LAS INVERSIONES EN UN PROYECTO NACIONAL DE
DESARROLLO", ORGANIZADA POR EL CONSEJO INTERAMERICANO DE COMERCIO Y
PRODUCCIÓN, JUNTO A LA CÁMARA DE COMERCIO ARGENTINO-URUGUAYA, EN EL
HOTEL SHERATON DE BUENOS AIRES
PRESIDENTE VÁZQUEZ: Muchas gracias, buenos días para
todos ustedes. Como decía muy bien el señor Werthein, este tema de los
nombres es muy usado porque hay mencionar a tantos que uno trata de no
olvidarse de nadie, por tanto, voy a comenzar diciendo a todos ustedes,
queridos hermanos argentinos, queridos compatriotas: muchas gracias por
estar aquí presentes y brindarnos estos minutos que vamos a compartir y
que valoramos enormemente.
Y desde este "queridos hermanos" va un abrazo para
todo el pueblo argentino y también para sus autoridades, a las
autoridades de las organizaciones que han llevado adelante este
encuentro.
Y cuando digo "queridos compatriotas" me refiero a
todos los compatriotas que nos han acompañado en este viaje, que nos han
honrado con su presencia y también a todas las uruguayas y uruguayos que
viven en este país.
Amigas y amigos, tengan entonces estas sinceras
palabras de agradecimiento al Consejo Interamericano de Comercio y
Producción y a la Cámara de Comercio Argentino-Uruguaya por propiciar
este encuentro y a todos ustedes entonces por participar en el mismo.
Muchos de los aquí presentes, probablemente recuerdan
que hace casi un año, el 18 de mayo pasado, estuvimos aquí, en Buenos
Aires, para conversar con ustedes acerca de nuestras propuestas de país,
pero además para ratificar los lazos de amistad y de hermandad que unen
a nuestros países, para decirles lo que el Uruguay quería echar a andar,
que en nuestra tierra hay mucho por hacer y que ustedes tienen un lugar,
un lugar importante
Si mal no recuerdo, en aquella oportunidad finalice
mi intervención expresando que no había venido a ofrecerles los planos
del paraíso y que, en todo caso, les ofrecían un único privilegio, el
privilegio de trabajar junto a nosotros por un país donde los hermanos
argentinos no son extranjeros.
Un año y varias cosas han pasado desde entonces y
aunque su interpretación científica, la historia como devenir no se
repite, yo he devuelto ahora acompañado por varios integrantes del
gabinete ministerial del Gobierno de la República Oriental del Uruguay y
un grupo representativo de empresarios uruguayos, para decirles que
nuestro país está cambiando y que en este cambio ustedes cuentan y
cuentan mucho.
En efecto, el pasado 31 de octubre la ciudadanía
uruguaya se pronunció soberana y categóricamente a favor de una
propuesta de desarrollo productivo sustentable. Tal decisión del pueblo
uruguayo es un inexcusable mandato para el gobierno que asumió el pasado
1° de Marzo.
Un proyecto nacional de desarrollo, como ustedes
saben muy bien, no se hace realidad en ocho semanas de gobierno, pero en
las ocho semanas que ya han trascurrido de nuestra gestión de gobierno
hemos escrito las primeras y principales palabras del mismo. Entre
otras, hemos escrito las palabras responsabilidad, confiabilidad y
transparencia.
Responsabilidad, confiabilidad y trasparencia, en el
encare y en la resolución de la crisis de COFAC, una cooperativa
financiera cuyos problemas patrimoniales es de larga data, terminaron en
la suspensión de sus actividades a penas a tres días de haber asumido el
gobierno, el 4 de marzo de este año.
Tras un esfuerzo del gobierno, los socios de esta
cooperativa, los funcionarios y ahorristas de COFAC, esta institución
reabrió sus puertas doce días después, el 16 de marzo, en condiciones de
sostenibilidad, con una plan preciso de capitalización y reprogramación
de depósitos, y de reestructura interna, y sin haber dejado ni un solo
empleado en la calle, y no representó tampoco ninguna inquietud al
sistema financiero uruguayo.
Responsabilidad, confiabilidad y transparencia, para
alcanzar un acuerdo preliminar con los organismos internacionales de
crédito, que permitirá a nuestro país cumplir sus compromisos y
contratos sin hipotecar el derecho inalienable del pueblo uruguayo a su
desarrollo, prever un superávit fiscal primario en 3,5 y 4% anual hasta
el año 2007, y apuntar a una progresiva autonomía respecto al Fondo
Monetario Internacional.
Amigas y amigos, un antiguo proverbio dice que "quien
no sabe por qué partió, tampoco sabe hacia dónde va".
El Uruguay sabe, porque decidió dejar años atrás de
políticas económicas infaliblemente equivocadas y de consecuencias
nefastas para el país como tal. Sabe también hacia dónde va, vamos a un
proyecto nacional de desarrollo productivo.
¿Y por qué un proyecto nacional de desarrollo
productivo? Porque el desarrollo productivo es -en nuestra modesta
opinión- una auténtica estrategia de país. Porque para construir nación
hay que tener sentido de la realidad y voluntad emprendedora; hay que
ser competitivo, esto saber atraer inversiones, saber producir, saber
vender y saber generar ingreso nacional. Y también hay que distribuir
ese ingreso nacional de forma tal que toda la sociedad participe
en el mismo.
En otras palabras, nuestra estrategia no es crecer
para distribuir, sino crecer con distribución de la riqueza.
No se trata, como ustedes comprenderán, de un juego
de palabras. Estamos convencidos que el crecimiento económico saludable
favorece la distribución social de la riqueza y además una distribución
más equitativa favorece el clima de inversión indispensable para el
crecimiento.
Así lo venimos planteando desde hace ya mucho tiempo
y lo reiteraremos en una reunión que tenemos previsto realizar a la
brevedad con empresarios uruguayos, para considerar -allá en el Uruguay-
iniciativas, acciones y sobre todo una estrategia nacional para las
inversiones.
Sin perjuicio de ello, quiero decirles que nuestra
propuesta, ahora nuestro compromiso de gobierno, de desarrollo
productivo tiene algunos rasgos que la identifican y que me interesa
mucho mencionar aunque más no sea telegráficamente.
Primero, esta propuesta es una propuesta integral, en
la medida que supera falsas incompatibilidades, tales como Uruguay
agropecuario enfrentando a un Uruguay de servicios; o un Uruguay natural
enfrentando a un Uruguay tecnológico.
En el Uruguay productivo que promovemos hay lugar
para la agropecuaria, por cierto, pero también para la biotecnología,
para las tecnologías de la información y la comunicación, para la
industria cultural, para el turismo, etcétera; porque, aunque ningún
país puede ser competitivo en todo, sería nefasto limitar nuestra
competitividad a un único rubro.
Esta integralidad a la que hacíamos mención, no
inhibe reconocer la principalidad de determinados espacios o sectores de
la producción.
¿Quién puede ignorar la tradición y el potencial agro
industrial del Uruguay? ¿Sería responsable prescindir de las ventajas
comparativas que la geografía nos ha dado? ¿O del enorme potencial que
los uruguayos hemos acumulado en materia de producción terciaria, o de
servicios? ¿Sería sensato no tener en cuenta el capital inteligente del
país, en tecnologías de la información, y en industrias de contenido? ¿
Acaso son irrelevantes la significación y potencialidad del sector
turístico, ya no solamente en la costa oceánica, sino también otras
modalidades del mismo? ¿Puede ignorarse el carácter multiplicador
demandante de empleo de la industria de la construcción? ¿Puede
ignorarse la calidad y la potencialidad de la industria cultural
uruguaya? ¿Y de la significación de Montevideo, como aspiramos a ser, la
capital del MERCOSUR?
Segundo, nuestra propuesta apunta a ser
territorialmente equilibrada porque no puede haber zonas del Uruguay
perdedoras respecto a otras supuestamente ganadoras. El desarrollo si no
es equilibrado no es desarrollo.
Tercero, propuesta de calidad, en tanto agregue el
máximo valor posible a nuestros productos. Calidad estrechamente
vinculada a la innovación; a la investigación científica, al
conocimiento y a la incorporación tecnológica.
En cuarto lugar, sostenible en términos
ambientales y sociales, porque no hay desarrollo sin calidad de vida y
porque el desarrollo es mucho más que ciertas estadísticas que buscan un
promedio entre la opulencia de unos y la miseria de otros; el desarrollo
para nosotros es, por cierto, crecimiento pero con distribución
simultánea de la riqueza.
En quinto lugar, nuestra propuesta de desarrollo
productivo es una apuesta al trabajo como valor social y como ética de
vida, al empleo decente y al salario digno, porque no hay mejor política
económica ni mejor política social que hacer realidad el derecho de la
gente a ganarse la vida.
Sexto, éste proyecto implica un Estado moderno,
ejecutivo y transparente, que por cierto no es el actual pero cuyo
proceso de transformación ya hemos iniciado.
Séptimo, el Uruguay productivo que queremos no es
sólo el de los grandes emprendimientos, es también un proyecto que ha
integrado a pequeñas y medianas empresas que son en el Uruguay el 96 por
ciento de las empresas del país, que producen un valor cercano al 40 por
ciento de nuestro Producto Bruto Interno, que ocupan más de la mitad de
la población económicamente activa del país y que dan cuenta -nada más y
nada menos- que del 82 por ciento de los nuevos empleos generados en la
última década.
Amigas y amigos, en las actuales circunstancias que
vive nuestro país, su inalienable derecho al desarrollo implica también
un fuerte, un muy fuerte compromiso con las inversiones; compromiso de
inversión pública, aunque sobre la misma están pesando fuertes
restricciones fiscales, no debe descartarse sin embargo cierta inversión
pública de carácter estratégico, por ejemplo en infraestructura, que
incluso y además favorezca a la inversión privada.
Pero compromiso también, y fundamentalmente por la
razón recién mencionada, con la inversión privada.
Por cierto, que ese compromiso no se decreta ni se
improvisa. Se construye con oportunidades de inversión en los distintos
sectores y con un clima favorable a la inversión.
Ahora bien, ¿cuál es el clima favorable a la
inversión que ofrece el gobierno de la República Oriental del Uruguay?
¿Qué es lo que ustedes encontrarán en nuestro país?
Encontrarán un país en el cual no hay discriminación entre inversores
nacionales y extranjeros.
Los argentinos no son extranjeros en el Uruguay, pero
aún así debe tenerse en cuenta que la legislación uruguaya garantiza
igualdad de tratamiento a las inversiones uruguayas y no uruguayas.
Existe también libre repatriación de utilidades.
Encontrarán también una macroeconomía estable y
previsible. En el marco del objetivo general de transformación hacia el
Uruguay productivo, la programación macroeconómica tiene como objetivo
específico asegurar la consistencia de las políticas monetarias,
cambiarias y fiscal, entre sí, y con respecto a los objetivos de
crecimiento económico y de mejora en la equidad de la distribución del
ingreso.
Permítanme ser un poco más concreto: en materia de
política monetaria otorgamos previsibilidad al valor de la moneda, por
la vía de procurar equilibrar la creación del dinero con la demanda,
controlando la expansión de la base monetaria a los efectos de alcanzar
un nivel determinado de los montos.
Esto significa avanzar hacia una política monetaria
basada en metas de inflación las que a su vez deberán sintonizar con los
objetivos de crecimiento y distribución del programa de cambios y
enmarcados en las restricciones dadas por las definiciones en materia de
política fiscal, a las que nos vamos a referir un poco más adelante o
ahora.
En materia de políticas fiscal nos orientamos a
operar tanto sobre la estructura de los ingresos como de los gastos del
sector público, a los efectos de garantizar una estructura impositiva
más eficiente y equitativa, y un gasto público más sesgado hacia la
atención del planes sociales prioritarios y de inversión pública.
En el marco de un proceso de reforma de la estructura
tributaria y del gasto público, guiado por los objetivos de crecimiento
productivo, de inclusión social y equidad, la política fiscal estará
orientada para la obtención de una trayectoria de equilibrio a largo
plazo, lo que implica revertir la trayectoria explosiva de déficit
fiscales acumulativos de las pasadas administraciones de gobierno.
No habrá aumento de la presión fiscal, sino
redistribución de la misma, según criterios de facilidad, equidad y
eficiencia.
En materia de política cambiaria, respetamos la razón
de ser de la misma que es disminuir la incertidumbre asociada a la
evolución del tipo de cambio.
La experiencia indica que la fijación administrativa
de un tipo de cambio, o las restricciones de acceso al mercado, generan
distorsiones en la asignación de recursos y en casos extremos la
creación de mercados negros que desestabilizan la economía a favor de
especuladores.
Los lineamientos de políticas fiscal y monetaria ya
anunciados son consistentes con un régimen cambiario con mercado de
libre acceso y con tipo de cambio libre.
Estabilidad, previsibilidad, son criterios que se
reflejan también en lo siguiente:
A) Los acuerdos preliminares ya establecidos con los
organismos internacionales de crédito y cuya oficialización se tramita
durante estos días.
B) El aproximadamente 6% de crecimiento del Producto
Bruto Interno que prevemos para el corriente año.
C) La tasa de crecimiento anual de aproximadamente
3,5% que prevemos consolidar para el año 2006 y subsiguientes.
D) La progresiva reducción del endeudamiento externo,
hoy cercano al 100 por ciento del Producto Bruto Interno, hasta llevarlo
al 60% al fin de la actual gestión.
E) La tasa de inflación decreciente, los objetivos
inflacionarios para el presente año se ubican entre el 5 y el 7 por
ciento, y aspiramos a reducirlo en el mediano plazo a un nivel
estructural del 3,5 por ciento, guarismo que en el Uruguay no se da
desde la década de 1940.
A ello debe sumarse una agenda de reformas tendientes
a:
1) Dotar de mayor independencia al Banco Central del
Uruguay.
2) Adecuar las normas de supervisión bancaria a las
mejores prácticas internacionales y al desarrollo de nuevos instrumentos
financieros, fideicomisos, warrants, leasing, etcétera, y del mercado de
capitales.
3) Actualizar la legislación referida al régimen de
quiebras, téngase en cuenta que la Ley actualmente vigente en esta
materia en nuestro país data de fines del siglo XIX.
4) Consolidar un sistema de promoción comercial y
captación de inversiones extranjeras para definir una nueva estrategia
de carácter proactivo en esos ámbitos.
Encontrarán, señoras y señores, un país que cumple
con sus obligaciones. Nunca, ni aún en las peores circunstancias, el
Uruguay ha dejado de honrar sus contratos
Y el gobierno mantiene esta conducta.
Encontrarán regímenes promocionales en distintas
áreas de la actividad productiva que conceden beneficios al inversor.
Básicamente, se trata de exoneraciones fiscales y exenciones
arancelarias a bienes asociados al proyecto de inversiones.
Encontrarán oportunidades de asociación entre
empresas públicas y capitales privados, para modernizar y dotar de mayor
competitividad a las empresas ya existentes.
Encontrarán un país comprometido con la integración
regional. Nuestro gobierno apuesta fuertemente al MERCOSUR y a hacer de
él una verdadera unión aduanera. Más MERCOSUR quiere decir mayor mercado
y más oportunidades de negocios para las empresas.
Asimismo, el gobierno está empeñado en promover la
integración física y energética de la región, lo que se traduce en más y
mejor transporte e infraestructura, para atender los requerimientos de
los sectores productivos.
También otorgamos especial prioridad al desarrollo de
cadenas productivas que integren los procesos productivos de la región
con beneficios para todos los empresarios involucrados.
Esta política no es excluyente de un amplio esquema
de relacionamiento económico internacional, tendiente a aprovechar las
ventajas que tiene la economía pequeña en su articulación con la
economía mundial.
En tal sentido, cabe destacar la existencia de un
novedoso acuerdo comercial con México y las propuestas de nuevos y
futuros acuerdos con Canadá y con Japón.
Encontrarán un país generoso en su geografía y seguro
en términos de calidad de vida. No es un detalle menor en estos tiempos
tan proclives a confundir nivel de vida con calidad de vida.
Amigas y amigos, hay otros factores que hacen a este
país favorable a las inversiones, que encontrarán en Uruguay y que me
interesa reseñar especialmente.
Ambos son bienes intangibles pero fundamentales para
la inversión privada y extranjera, en el marco de una estrategia de
desarrollo productivo en serio.
Uno de esos bienes intangibles, pero importante, es
el valor de nuestra gente; su inteligencia, sus conocimientos y su
educación, su compromiso con la tolerancia, el respeto y la convivencia
democrática, su concepción del trabajo como valor social y ética de
vida.
Hablar de trabajo es, sin duda, parte de las
relaciones laborales. Respecto a ésta cabe consignar que apostamos a una
interacción madura entre empresarios y trabajadores por la vía de la
institucionalización de espacios de negociación colectiva.
Consecuentemente con ello, y en cumplimiento de un
compromiso de gobierno, hace 72 horas, tras más de una década de no
haber sido convocados, se instalaron los Consejos de Salarios previstos
por la legislación vigente en la materia.
En el sector privado se instalaron Consejos
correspondientes a otros tantos rubros de actividades y así estos
Consejos serán amplios y adecuados para abordar no solamente los
aspectos salariales, tan importantes por cierto, sino también otros
aspectos que hacen a las relaciones laborales, tales como la formación
para el trabajo y la capacitación permanente para el mismo; la
estabilidad, higiene, seguridad laboral, la no discriminación, la
innovación en la productividad, la responsabilidad social de las
empresas y la actividad sindical.
El otro bien intangible, pero favorable que tiene la
inversión y que encontrará en el Uruguay, y que nosotros queremos hacer
referencia al mismo de la manera más clara y precisa posible, es un
tanto difícil de expresarse en palabras.
Digámosle entonces lo más sencillamente posible.
Amigas y amigos, Uruguay ofrece reglas claras a
todos; no es necesario, no es necesario apelar a procedimientos venales,
sino venir y hacer buenos negocios que nos beneficie a todos.
Si a algún inversor alguien le plante este tema, ¡por
favor!, que lo denuncie de inmediato, que nos avise apenas ello suceda,
para tomar las medidas del caso.
En esto vamos a ser absolutamente intransigentes.
Amigas y amigos, gobernar implica muchas tareas,
entre ellas una fundamental:, acompañar a la gente en sus anhelos y en
sus necesidades; en sus derechos, pero también en sus responsabilidades;
acompañar a toda la gente a lo largo de toda la vida.
Por esta sencilla razón, nuestro gobierno impulsa la
productividad como elemento clave para generar mayores tasas de
crecimiento sostenible, porque solo produciendo bienes y servicios de
mayor calidad, con trabajadores cada vez más calificados, con empresas
más competitivas en mercados abiertos y con un sector público eficiente,
alcanzaremos mayores niveles de bienestar para los uruguayos y las
uruguayas.
Les recuerdo que estamos trabajando al mismo tiempo
de hacerlo con estas ideas en el plan de asistencia a la emergencia
social, para que vaya el Uruguay emergiendo y creciendo.
En esta etapa tan decisiva para el futuro de nuestro
país, los uruguayos no queremos estar solos, no podemos estar solo.
Ningún pueblo por poderoso que sea no tiene futuro en
soledad.
Por eso queremos más y mejor MERCOSUR.
Por eso queremos profundizar más aún las relaciones
bilaterales con los países que son nuestros vecinos y nuestros amigos.
Por eso hemos venido a reiterarles lo que dijimos
hacer un año: que al otro lado de los ríos que nos unen hay un país en
el cual los argentinos no son extranjeros; hay un Uruguay que les ofrece
oportunidades de inversión y condiciones favorables a las mismas; en
fin, hay un Uruguay que cuenta con ustedes para construir un futuro
óptimo y que podemos elaborar entre todos. Muchas gracias. |