07/07/05


ABRIR LA CAPITAL AL PAÍS Y A LA REGIÓN
El Intendente de Montevideo, Ricardo Ehrlich, dijo en su asunción, que "el país se abre a un nuevo tiempo y nuestra ciudad tiene un compromiso mayor; miremos hoy juntos al Montevideo de mañana, es tiempo de seguir cambiando", de búsqueda y de construcción de nuevos valores y referencias, de integración para propiciar el encuentro de nuestra gente con el país y la región, agregó.

PALABRAS DEL INTENDENTE SALIENTE DE MONTEVIDEO, ADOLFO PÉREZ PIERA, EN LA ASUNCIÓN DEL NUEVO INTENDENTE, RICARDO EHRLICH

PEREZ PIERA: Autoridades nacionales presentes, Ministros, senadores, diputados, representantes de gobiernos amigos del exterior, invitados especiales, amigas y amigos todos.

Habiéndose cumplido los procedimientos constitucionales previstos para la renovación de nuestro gobierno departamental y de acuerdo al veredicto expresado por los ciudadanos de este departamento, tenemos el honor y la satisfacción de entregar el mando de la Intendencia Municipal de Montevideo al doctor Ricardo Ehrlich.

Ritual que no por haber vuelto a formar parte, felizmente, de la rutina institucional, debe dejar de ser debidamente valorado como forma de afirmación de valores libertarios y democráticos que hacen a la esencia de nuestra idiosincrasia nacional y cuya ausencia, dolorosamente apreciamos en los oscuros años de la dictadura.

Pero satisfacción además, porque se trata de un correligionario de relevantes condiciones personales y profesionales, que asume el cargo con un respaldo enormemente mayoritario de la ciudadanía, prologando así, por un cuarto período la continuidad de esta fuerza política en el gobierno de Montevideo.

No solo, no es habitual esta secuencia de 20 años en el ejercicio de un poder local para una fuerza política que se estrenó en el mismo, sino además, tampoco es habitual, la circunstancia de que en cada oportunidad se haya registrado un respaldo electoral creciente, hasta pasar de un 34% en 1989 al 60% en el 2006.

Por ello sentimos hoy, satisfacción por el apoyo recibido, pero también, un llamado a la responsabilidad para estar a la altura de la expectativa generada. Porque sin duda, más allá de aciertos o desaciertos puntuales, lo que ha estado nuevamente en juego en esta instancia, es el apoyo de la ciudadanía a un proyecto pautado, por valores solidarios y progresistas y a un estilo de hacer política junto a la gente, muy diferente lo que el país había conocido históricamente.

Sustentada en la participación popular y orientada por la sensibilidad social, se ha venido desarrollando desde 1990, una política municipal renovadora, que ha ido dando crecientes respuestas a las angustias y esperanzas de la población montevideana, particularmente, de los más necesitados.

La implementación de más, y mejores políticas sociales en vivienda, salud, alimentación, cultura, atención a los sectores sociales con derecho desprotegidos, el impulso a la promoción económica y el empleo productivo, la mejora de los servicios urbanos y la transformación de la ciudad en una urbe innovadora y progresista, formaron parte sustantiva de un proyecto colectivo cuyo protagonismo correspondió a la gente, a los vecinos montevideanos sin exclusiones de clase alguna.

Es este proyecto contextualizado en otro tiempo histórico, y liderado por otros compañeros el que hoy se renueva según el mandato soberano. Como ha dicho el Intendente electo, continuidad de los ejes esenciales del proyecto y renovación en sus formulaciones según los nuevos desafíos.

Existe de partida una acumulación de estos 15 años, que potencia una formidable proyección de la gestión municipal para el futuro. Programas sociales y proyectos de desarrollo urbanístico, que se han venido configurando a lo largo de los años en el marco de una planificación estratégica diseñada con el debido equilibrio entre el bagaje técnico, y el aterrizaje social; entre los desarrollos tecnológicos y la encarnadura en realidades físicas y humanas con caracterización propia e intransferible.

Programas y proyectos abiertos a la participación ciudadana, y orientados a revertir las inequidades sociales, particularmente de las resultantes de la grave crisis económicas y financieras que desde el comienzo de esta década han asolado al país; y destinados a generar dinámicas de desarrollo sustentable que conviertan a Montevideo en una ciudad saludable, pujante, atractiva, para sus habitantes y su entorno.

Programas y proyectos que hoy a pesar de registrar insuficiencias y errores, muchos de los cuales se han ido subsanando sobre la marcha, conforman un precioso capital social para continuar avanzando en la construcción de una ciudad más justa y más humana, pero también más moderna y progresista.

Como toda acción de gobierno, porque de eso se trata efectivamente de gobernar, ha existido también un aprendizaje en la gestión política, aprendizaje que supuso ir adquiriendo una cultura de gobierno, capaz de definir prioridades en desmedro de otras alternativas también válidas. Optar muchas veces por lo menos malo antes que por lo bueno y realizable, amalgamar competencias técnicas con criterios políticos. Y procesar los tiempos de las decisiones respetando las instancias de consulta y de participación y la toma de decisiones, carga intransferible de quién asume el Gobierno. Decisiones muchas veces polémicas, que pueden levantar resistencia, pero que deben adoptarse con la convicción que en definitiva los intereses colectivos deben prevalecer sobre los intereses sectoriales.

Este aprendizaje, no ha sido fácil, pero en el fragor de la marcha, se fueron fraguando equipos con alta solvencia de gestión. Tanto en el ámbito de las máximas jerarquías, como de los mandos medios y también de los responsables de la base territorial, sobre quienes ha recaído el gran merito que supone hoy disponer y un fuerte tejido social, en todo el sistema descentralizado. No en balde, buena parte del elenco dirigente de la Intendencia ha pasado a integrar los cuadros del Gobierno Nacional. Y de sus propias camadas más jóvenes, se han venido nutriendo las sustituciones correspondientes. A lo largo de estos años, los postulados teóricos, se han venido decantando en contraste con la realidad. Acumulándose experiencias y rediseñándose proyectos y programas para hacerlos más impactantes y eficientes. Se ha ido consolidando un aceitado tejido institucional, capaz de articular un diálogo permanente de ida y vuelta con los agentes sociales y económicos. Y se ha desarrollado un fluido reracionamiento con el exterior, que ha transformado la cooperación internacional en un poderoso instrumento de solidaridad y apoyo a nuestra tarea.

A ello se ha ido agregando la gradual incorporación de la mayor parte del funcionariado a esta dinámica colectiva, potenciando el desarrollo de la acción comunal en todas sus áreas.

Finalmente en este rápido balance de las capacidades de gestión, debe señalarse el afinamiento de criterios e instrumentos para atender en forma equilibrada el gasto y a la inversión. Tratando de incorporar modalidades de financiamiento, sin aumentar la presión tributaria, por el contrario, la misma disminuyó en el último quinquenio. Y todo ello en el marco de la discriminación de que fuimos objeto por parte del Gobierno Nacional.

Si, duda que este proceso de maduración no se ha configurado en forma lineal y que se han enfrentado problemas y dificultades. Que todo no ha sido bien resuelto, que hay demandas sociales perentorias sin atender y que las exigencias de promover el crecimiento y la modernización del departamento.

Pero en esta instancia se trata de reconocer el capital social que se ha ido construyendo y las herramientas de que hoy disponemos para actuar. No resulta, empero, un capital validado para siempre. Cada vez que se asuman nuevas responsabilidades se enfrentará el desafío de potenciarlo o el riesgo de dilapidarlo. Se trata de un compromiso que debe ser permanentemente renovado, no sólo en sus grandes objetivos, sino también en la propia capacidad de ejecutarlos.

En este caso los respaldos electorales alcanzados, la esperanza y expectativas alentadas, el calor popular que rodeará al gobierno, hacen augurar su éxito y que este capital, renovado y acrecentado, será plataforma cierta para la obtención del quinto gobierno progresista.

También confiamos en que esta gestión significará una contribución importante para reforzar el municipalismo y la descentralización en el país, en el marco del nuevo tiempo histórico que estamos viviendo.

Cabe, finalmente, al cerrar esta administración, reconocer la tarea del dos veces intendente Mariano Arana, y de los distintos equipos que lo acompañaron en sus diez años de gestión.

Agradecer la importante colaboración de organizaciones sociales y no gubernamentales, soporte fundamental de todas las políticas sociales, y de empresarios, grandes, medianos y pequeños comprometidos en el desarrollo de la ciudad. La presencia tenaz y combativa del movimiento cooperativo, en todas sus expresiones, vivienda, producción, consumo, trabajo, el que fue un aliado invalorable de esta gestión.

Agradecer también las colaboraciones recibidas desde otras instancias públicas, las que auguramos que, sin duda, serán crecientes en el futuro. El ámbito universitario, las representaciones diplomáticas, las agencias y organismos internacionales.

También agradecer a los amigos de la región y de Europa, que nos tendieron fraternos lazos de solidaridad y cooperación.

A la prensa, a toda ella, sea que haya compartido o criticado nuestra gestión, gracias por ese rol insustituible de facilitar el relacionamiento con la opinión pública y la difusión de nuestras actividades.

Por último, expresar nuestro reconocimiento al respaldo prestado por el funcionariado y las representaciones gremiales respectivas, con aquél que hemos trabajado codo a codo por muchos años, orientando su actuación, pero también aprendiendo con humildad de sus conocimientos, experiencias y compromisos en una relación que ha ido notoriamente de menos a más.

Con las gremiales ha habido coincidencias y diferencias, momentos de cordialidad y también fuertes rispideces. Hemos aprendido que más allá de los roles distintos que asumimos como gobierno y sindicato, nuestros caminos deben ser a la larga convergentes y que la actitud de diálogo siempre debe prevalecer entre un gobierno progresista y sus trabajadores.

No puedo dejar de agradecer en particular al equipo que con lealtad y entrega nos acompañó en este último tramo de la gestión, manteniendo hasta el final un alto ritmo de actividad, tal cual nos los habíamos propuesto. Debiendo recomponer el equipo recurrimos casi sin excepción a funcionarios en actividad, ahorrando no sólo un importante porcentaje de altos salarios sino confiando plenamente en su competencia y entrega, porque después de tantos años de gestión, si no hubiéramos logrado alentar la participación protagónica, sin tutelajes de los funcionarios en la conducción institucional, habríamos registrado un revés en nuestra concepción de gestión democrática.

Gracias, por último, a todos ustedes, autoridades nacionales y de países amigos, al cuerpo diplomático, representantes de organismos internacionales, integrantes de organizaciones sociales y empresariales, compañeros del gobierno departamental, amigas y amigos, por acompañarnos en este acto y realzar con su presencia su honda significación. En lo personal, antes de terminar, quiero trasmitir un cálido y reconocido abrazo a tantos compañeros y amigos que me he ganado en mis 46 años de actividad municipal en el momento en que dejo definitivamente la institución.

A Ricardo y a su equipo, cabe desearles el mejor de los éxitos en esta hermosa aventura que hoy comienza. Cuentan con el apoyo de nosotros y con el crédito de todos los montevideanos. Adelante, compañeros. Muchas gracias.

PALABRAS DEL INTENDENTE ENTRANTE DE MONTEVIDEO, RICARDO EHRLICH, EN EL ACTO DE ASUNCIÓN DE LA COMUNA CAPITALINA

INTENDENTE EHRLICH: Señor ex Intendente de Montevideo, Adolfo Pérez Piera, invitados internacionales presentes, señoras Ministros, señores Ministros, autoridades nacionales, autoridades departamentales, miembros del cuerpo diplomático, dirigentes políticos, universitarios, religiosos y comunitarios, concejales vecinales y ex integrantes de las Juntas Locales, trabajadoras y trabajadores de los medios de comunicación, trabajadoras y trabajadores municipales, ciudadanas, ciudadanos.

Un cambio de autoridades trae siempre consigo -más allá de la saludable rutina democrática- muchas expectativas e incertidumbres.

Es tiempo de balance y de nuevos planes, es tiempo de reconocer esfuerzo y logros de quienes han asumido responsabilidades en la etapa que se cierra, de recoger las banderas que marcan los puntos hasta donde se ha llegado y de seguir adelante. Es tiempo de que todas las voces marquen sus diferencias, sus aspiraciones, sus preocupaciones. Es este un instante especial, es tiempo de futuro.

En momentos de asumir la responsabilidad de dirigir el Ejecutivo Comunal -continuando el trabajo que iniciara quien es hoy el Presidente de la República, el doctor Tabaré Vázquez, y que continuara luego el gobierno municipal que hoy llega al final de su mandato luego de dos períodos- quiero reconocer en primer lugar el esfuerzo y los importantes logros y contribuciones del ex Intendente arquitecto Mariano Arana. Logros y contribuciones que fueran oportunamente reconocidos y saludados por la ciudadanía, y también quiero reconocer los aportes ulteriores del Intendente Adolfo Pérez Piera en los últimos meses.

Quiero reconocer también el aporte significativo de los Directores de Departamento, Directores de División, Responsables de Servicios y Secretarías, que han dado lo mejor de sí en este último periodo.

Nuestro reconocimiento -desde aquí también- a edilas y ediles de la Junta Departamental saliente, que cumplieron una destacada labor, con firme compromiso con la ciudadanía y fuerte presencia en la sociedad, que llevó a sumar esfuerzos de todos, de todos los sectores por el bien común.

Quiero saludar también a los funcionarios municipales, quienes con su trabajo, su experiencia, su conocimiento, han hecho que esos cambios se materializaran y fueran posibles.

Hoy nos encontramos ante nuevos desafíos, el país se abre a un nuevo tiempo y nuestra ciudad, nuestro departamento tiene un compromiso mayor, miremos hoy juntos al Montevideo de mañana. Es tiempo de seguir cambiando, de ensanchar las sendas abiertas, es tiempo de búsqueda y de construcción de nuevos valores y de nuevas referencias, es tiempo de integración para propiciar ese encuentro -ya impostergable- de nuestra gente y de nuestra ciudad, con el país y con la región. Tiempo también de cambios culturales. Y para eso necesitamos de todas y de todos. Precisamos –Montevideo- a todos nuestros trabajadores, a nuestros empresarios, organizaciones sociales y a los gubernamentales.

Un departamento es su territorio, es su historia, su cultura, pero es sobre todo su gente.

El futuro de Montevideo estará siempre marcado por el Río de la Plata, por el diálogo y el conflicto histórico entre la ciudad y su bahía, por la forma de asumir su capitalidad, mirando hacia el país entero, integrándose a él, por su proyección e inserción regional, por su apertura al mundo. Pero sobre todo, el futuro de Montevideo estará marcado por su gente, por sus historias y sus diferencias, sus problemas y sus sueños, por la responsabilidad con que asumamos la gestión y preservación del Patrimonio que dejaremos a las nuevas generaciones, por las promesas de prosperidad y de igualdad ante la vida y por la esperanza que seamos capaces de legarle a nuestros hijos.

El futuro de Montevideo estará también fuertemente ligado a nuestra capacidad de reconocer en nuestras diferencias, en nuestra diversidad, nuestra principal riqueza; esa riqueza que se expresa en la ciudad, en sus rincones y sus edificios, en su cultura, con sus matices, colores y tradiciones, que se mantienen, se cruzan, se fecundan. Se expresa en el Montevideo rural, con su formidable potencial humano y productivo, y se expresa en los diversos y numerosos lazos con la región y con el mundo, que son productos del incesante movimiento de personas y comunidades a través de nuestra historia lejana y reciente, por opciones y promesas de futuro de una tierra generosa para unos y producto también de movimientos forzosos de personas y comunidades, en el pasado y en el presente. Ciudad abierta, sociedad abierta a seguir construyendo.

Un departamento como Montevideo, una sociedad como la montevideana es algo vivo, es memoria y también sueños y proyectos; memoria que es parte de la identidad, memoria que trae consigo heridas a asumir y cicatrizar, mientras los sueños y los proyectos van acercando a la ciudadanía. Y la ciudad es también el espacio donde cultivar la memoria al tiempo de celebrar la vida y la esperanza.

Nuestra sociedad se nos ha ido fragmentando por el efecto de la crisis económica y de cambios de valores y referencias, producto del verdadero cambio civilizatorio que acompaña la globalización y sus conflictos, y las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.

La sociedad se mira hoy en un espejo roto, que devuelve múltiples imágenes parciales y repetidas, a partir de las cuales es difícil reconstruir un todo armonioso y reconocible. Cada fragmento es incompleto y precisa de nosotros. La fragmentación se acompaña de valores y preocupaciones propios, crea referencias sectoriales que divorcian, que separan aún más. Cobran cada vez más pesos los valores y referentes corporativos que a su vez tienden a profundizar la fragmentación, anteponiéndose a los valores solidarios.

El espejo debe volver a darnos una imagen de conjunto, de una sociedad muy diversa, heterogénea, pero unida, integrada por referentes, valores y sueños comunes, una sociedad apoyada sobre lazos y principios solidarios.

Es en este contexto que afirmamos que el Montevideo que queremos construir, que queremos seguir construyendo, es un Montevideo solidario, un Montevideo integrado, un Montevideo democrático, en un país solidario, en un país integrado, en un país cada día más democrático.

Se abre una nueva etapa en Montevideo, en un contexto nacional diferente.

En los períodos anteriores se ha creado una nueva institucionalidad municipal, se ha avanzado significativamente en la construcción de ciudad, de la ciudad abierta al futuro y en la construcción de ciudadanía.

Ha habido al mismo tiempo una creciente institucionalización de la descentralización y del rol de los gobiernos locales y de los ciudadanos, como marca nuestra Constitución.

Ha comenzado una nueva etapa en la vida del país, que ha hecho renacer las esperanzas y el optimismo en nuestra gente, que implica nuevas responsabilidades y desafíos para las autoridades nacionales y locales, para el sistema político en su conjunto y también para los ciudadanos.

Se abre un período de cambios, tanto a nivel nacional, como a nivel local, de reconstrucción del entramado social, de profundización de la construcción de ciudadanías.

Nos proponemos trabajar para un departamento inclusivo, sin fractura social, sin marginación; democrático, que a través de la participación ciudadana construya ciudadanías y donde haya igualdad de oportunidades para todos, igualdad ante la vida; productivo y generador de trabajo, apostando al conocimiento, apostando a la innovación; integrado socialmente, que consolide su trama social sobre bases solidarias; integrado al país, a través de una agenda metropolitana, a través de planes y proyectos intermunicipales, a través de una estrecha colaboración entre los 19 departamentos y sus gobiernos locales; integrado a la región, asumiendo plenamente su vocación de ciudad de encuentros, de intercambios, de integración y de capital del MERCOSUR.

El plan de trabajo para Montevideo en esta nueva etapa, nos lleva a asumir la proyección estratégica del departamento, de la ciudad, que se ha ido construyendo a lo largo de los períodos anteriores y que hoy es necesario llevar más lejos, fijando horizontes compartidos socialmente, que lleven a avanzar como sociedad, con un rumbo claro y definido.

La proyección estratégica incluye el desarrollo territorial, el desarrollo humano, social y económico, el desarrollo intelectual, el desarrollo institucional, el desarrollo cultural.

Trabajaremos para que las montevideanas y los montevideanos, quieran y puedan participar en la construcción de la ciudad deseada.

Planificaremos las acciones sobre el territorio y evaluaremos y controlaremos la ejecución de iniciativas para que éstas respondan a la visión plural del departamento que queremos.

Trabajaremos en el desarrollo de las capacidades ciudadanas, para integrar a los ciudadanos y trabajadores municipales en el esfuerzo, procurando crear una cultura de gestión que responda al desafío de la participación, con iniciativas consolidadas y respaldadas por sus actores.

Aseguraremos la transversalidad de la integración en el diseño de políticas, proyectos y planes de acción que lleve adelante nuestro equipo de gobierno y trabajaremos integrando y asegurando la coordinación de los planes locales y regionales con los planes de alcance metropolitano.

Y cuando hablamos de sueños y planes de futuro, inmediatamente surge la natural pregunta: ¿qué lugar queda para los sueños en un país que tiene un millón de pobres, de los cuales la mitad está en Montevideo, cuando más de la mitad de sus niños y adolescentes nacen en hogares que están por debajo de la línea de pobreza?

El plan de trabajo nos lleva necesariamente a continuar atendiendo especialmente la situación de quienes hoy están excluidos, para que realmente sea de todos el proyecto de un Montevideo integrado y participativo, humano y solidario.

Crearemos el Departamento de Desarrollo Social, desde donde coordinaremos las políticas sociales, en base a programas de enfoque territorial y de participación ciudadana, pues son los propios ciudadanos quienes deben encontrar con nuestro apoyo, los caminos de integración e inclusión social.

Apoyaremos desde Montevideo el Plan de Emergencia, coordinando nuestras acciones estrechamente con el gobierno nacional, pues la emergencia no admite ineficiencias.

Impulsaremos la concertación de políticas sobre asentamientos, que integre a los actores del ámbito nacional y municipal, que implique una política firme de regularización, reinserción e inclusión y que implemente una política de prevención.

Atenderemos la emergencia y priorizaremos firmemente las políticas a favor de los más necesitados, al tiempo de avanzar en conjunto con toda la sociedad, abriendo espacios para soñar y crecer, abriendo horizontes para las nuevas generaciones y continuando los esfuerzos para tejer, para consolidar nuestra fragmentada trama social.

Decíamos hace pocas semanas, durante la campaña electoral: "El proceso de fragmentación y fractura que ha vivido nuestra sociedad, adquirió formas diversas. La exclusión y la segregación tienen varios rostros, nuestros hombres y mujeres sin oportunidades de trabajo; la segregación de nuestras mujeres en distintos espacios sociales; nuestros ancianos aislados de los espacios ciudadanos y separados de los afectos; nuestros jóvenes marginados o expulsados de un país que no les permite desarrollar sus sueños; la exclusión de los diferentes y de los que tienen capacidades diferentes, son formas diversas de exclusión y segregación".

Impulsaremos fuertemente la integración de nuestro departamento con nuestros jóvenes, nuestras mujeres, nuestros adultos mayores, nuestros ciudadanos con capacidades diferentes, todos nuestros ciudadanos, desde todos los sectores de responsabilidad municipal.

Trabajo, educación, cultura, son pilares de la integración de una sociedad.

En este contexto, debemos incluir igualmente las propuestas en el área de deportes, tanto propias como coordinadas con actores institucionales diversos, incluyendo los programas nacionales en el área.

Nuestro Programa de Salud se propone contribuir, desde el Servicio de Atención a la Salud de la Intendencia de Montevideo, a la construcción de un sistema de atención en el primer nivel en Montevideo, con desarrollo de una estrategia de atención primaria de la salud como elemento clave del Sistema Nacional Integrado de Salud. Eso incluirá en particular: profundizar el procesos de transformación del modelo de atención y gestión de los servicios de salud; aumentar la capacidad de respuesta de las policlínicas municipales; promover la participación comunitaria en relación con los temas de salud y profundizar la coordinación de las políticas de salud con el conjunto de políticas vinculadas con la calidad de vida de los montevideanos.

La integración social y el arraigo de la gente implica trabajo para nuestros ciudadanos, mediante el trabajo los ciudadanos podremos apropiarnos de nuestros recursos, de nuestra inteligencia, de nuestro futuro.

El desarrollo de un Montevideo productivo será un eje central de nuestro gobierno. Crearemos espacios de coordinación con actores sociales y empresariales para buscar los mejores caminos de desarrollo productivo mirando la matriz productiva de Montevideo, con una perspectiva no menor a 20 años, pues también en el desarrollo productivo, debemos pensar que lo que hagamos hoy estará preparando las condiciones para abrir sendas que recorreremos desde ahora y hacia el futuro.

Estimularemos desde grandes inversiones a microemprendimientos, teniendo en cuenta la calidad de las inversiones, respetando el carácter sustentable y cuidadoso del ambiente, asumiremos un rol activo para acompasar los tiempos del Estado con los tiempos de las inversiones, estableciendo reglas claras que permitan contemplar la oportunidad y la rapidez, sin sacrificar los aspectos normativos, y los controles.

Promoveremos la generación de empleo de calidad, garantizando condiciones laborales que permitan un desarrollo pleno del trabajador y apoyaremos programas de formación para que nuestros trabajadores estén preparados para asumir los desafíos futuros.

A partir de la exitosa experiencia del parque tecnológico del Cerro se estimularán experiencias de características comparables en otros puntos de la ciudad.

El traslado del Mercado Modelo a una nueva ubicación que reconozca la actual realidad urbanística del departamento, es una oportunidad de desarrollar a su alrededor un polo agroalimentario y tareas conexas al mercado y al transporte de carga.

Nos proponemos avanzar en esa dirección en conjunto, con todos los actores involucrados.

El área rural de Montevideo continuará siendo objeto de políticas especificas, coordinadas tanto a nivel departamental como metropolitano.

Finalmente la promoción y el desarrollo del turismo, será un eje prioritario. En ese sentido hemos resuelto la creación de una división específica.

La inclusión y la integración social, la construcción de ciudadanías, la proyección al futuro de una sociedad que debe soñar y debe crecer, y que debe soñar para poder crecer, se apoya en batallas culturales que abran espacios fecundos para la creación, para el crecimiento de las personas, para el descubrimiento de las propias capacidades, para el descubrimiento del mundo. Espacio culturales que contemplen la diversidad de la sociedad y la diversidad de la cultura.

Seguiremos los caminos iniciados en los períodos precedentes, sumándonos hoy con énfasis desde Montevideo a una agenda nacional, apoyando la apertura de espacios en los barrios que contribuyan a la integración social, estimulando la creación nacional y el reconocimiento a la misma, construyendo desde la cultura valores y referencias con total apertura al mundo, pero buscando y afirmando nuestra propia identidad, y promoviendo la creación de trabajo desde la cultura.

El proyecto de departamento de ciudad integrada e integradora, solidaria, democrática, requiere seguir desarrollando los servicios que mejoren la calidad de vida de su gente, de toda su gente, y seguir construyendo una ciudad que gane en seguridades.

En relación a la movilidad social, los aspectos de tránsito, transporte, y vialidad. Los cambios y transformaciones en el sistema de transporte estarán orientados a profundizar el proceso democratizador de la sociedad.

Será una política prioritaria del gobierno departamental en materia de inversiones, en las regulaciones del tránsito y en la educación y cambio cultural de nuestra sociedad. Dichos cambios se realizarán con la participación de todos los sectores: ciudadanos, usuarios, trabajadores del sector y empresas, priorizando el carácter social e integrador del transporte público.

La transformación del sistema de transporte colectivo implica también la integración y coordinación en el área metropolitana, donde trabajaremos junto con el Ministerio de Transporte y Obras Públicas, y las Intendencias vecinas.

La reestructura del sistema de líneas, pasará por la diferenciación entre troncales o grandes ejes viales y circuitos transversales y locales.

Se retomarán las iniciativas para las obras de los corredores troncales para el transporte público en los ejes viales principales. Se introducirán nuevas tecnologías que apoyen la gestión, regulación y mejora de los servicios.

La seguridad en el tránsito será considerada en forma prioritaria y serán implementadas enérgicas iniciativas de control, educación, prevención, coordinación, señalización y ordenamiento. Para atacar este muy serio problema de la ciudad se retomará el impulso en la instalación de ciclovías, y se legislará y regulará para disminuir los perjuicios derivados del transporte de cargas en el funcionamiento de la ciudad.

En relación a obras viales, la construcción del colector perimetral norte, asumida por el gobierno nacional, cuyo trazado fuera recientemente acordado con la Intendencia de Montevideo, tendrá un muy gran impacto sobre el departamento.

A nivel municipal los esfuerzos se centrarán en culminar y desarrollar obras en grandes ejes viales.

Finalmente, se impulsarán acciones de bacheo de calles a nivel de todo el departamento, estableciendo un calendario de trabajo que conduzca a una reversión del estado actual de las calles, al mismo tiempo se implementarán programas para el mantenimiento de veredas a través de sistemas de financiamiento que faciliten esta iniciativa, promoviendo nuevas oportunidades laborales en los barrios.

En otros aspectos del acondicionamiento urbano, enfatizaremos el desarrollo y la mejora de espacios públicos de carácter democrático e integrador, apoyando la reconstrucción de centralidades barriales, incluyendo espacios verdes y de esparcimiento.

Con relación a las temáticas ambientales, referente a los aspectos de limpieza y destino de los residuos, las acciones principales se centrarán en la extensión del sistema de contenedores, comienzo de la clasificación domiciliaria, y la implantación de centros de clasificación que permitan la realización de esta actividad en condiciones dignas, protegiendo al ambiente.

En cuanto a la disposición final de residuos sólidos, en el marco de la implementación de un plan director de residuos sólidos, de proyección metropolitana y de la implementación de la nueva planta, se mejorará y completará la infraestructura de la actual instalación de disposición final de residuos.

Con relación al saneamiento, se terminarán las obras del Plan de Saneamiento III en el primer semestre de 2006, que posibilitará el acceso a la red del 90% de la población de Montevideo, y se continuarán las gestiones ya iniciadas, para implementar a continuación el cuarto Plan, que además de asegurar el acceso al saneamiento de nuevas zonas, contempla la rehabilitación de colectores, la recuperación de arroyos y las costas de la bahía de Montevideo.

Con relación a aspectos de naturaleza presupuestal, la situación económico-financiera de la Intendencia de Montevideo es absolutamente manejable con el esquema de recaudación y los porcentajes de actualización que se estiman para los diversos tributos, en particular en el nuevo contexto nacional.

En consecuencia, no será pertinente ni necesario aumentar la presión tributaria en este período.

Más allá de esto, nos proponemos realizar un examen minucioso de los distintos componentes del gasto, revisando su nivel de rigidez y detectando aquellos que son productos de inercias institucionales y pueden ser revisados o abatidos de manera de obtener los mayores niveles de eficiencia en la ejecución y puesta en práctica de las políticas.

Se implementará una reformulación tributaria, con el objetivo de alcanzar mayores niveles de equidad para los cuales se revisarán los tributos territoriales de viviendas de bajo valor, de modo de aliviar la carga tributaria de los hogares de menores ingresos.

Propondremos igualmente, la exoneración de la tasa general municipal y de la tarifa de saneamiento a los beneficiarios del Plan de Emergencia.

El énfasis de este período en materia de innovación presupuestal, estará centrado en la implementación de mecanismos de financiación que son necesarios para viabilizar los planes de obras y de servicios proyectados.

En relación a recursos humanos y gestión, el Ejecutivo Municipal impulsará una política de recursos humanos en la cual la participación de los trabajadores municipales, se constituya en uno de los pilares y contribuya a jerarquizar la función y valorizar su papel de servidor público.

Se continuará el proceso de cambios tendientes a la construcción de una gestión más activa, creativa, transparente y eficiente con particular énfasis en las propuestas descentralizadas.

A corto plazo se crearán espacios institucionales, tendientes a favorecer la participación de los trabajadores municipales con el objetivo de impulsar propuestas y planes de trabajo, que coadyuven a mejorar la calidad de los servicios.

Los cambios de gestión tendrán como principal objetivo disminuir las barreras entre los vecinos y la Administración, establecer reracionamientos fluidos entre el ciudadano, la Intendencia y sus funcionarios, que contribuyan a apoyar la participación ciudadana en la vida municipal.

En relación a descentralización y participación ciudadana, planteamos fortalecer el sistema descentralizado, participativo de Montevideo, con una gestión transparente, con la mayor eficiencia en la gestión de los servicios y programas descentralizados, con una atención sensible a los requerimientos de la comunidad y la promoción de la participación social en el proceso de formulación, toma de decisiones y control de programas municipales.

En el marco de esta iniciativa, que se inscribe en el objetivo de profundizar el desarrollo de ciudadanías y consolidar un modelo de gestión municipal con referentes territoriales de dimensión humana, planteamos: la realización de un foro ciudadano a iniciarse en breve, destinado a definir las etapas futuras del proceso de descentralización y participación ciudadana, a instrumentar nuevas etapas de presupuesto participativo, que implican asignación de recursos para que los ciudadanos puedan tomar decisiones directas y concretar planes y proyectos que mejoren su calidad de vida. Con el foro se iniciará también un proceso de diálogo social, que debe conducir al promediar el nuevo período de gobierno municipal, a definir los grandes ejes de la proyección futura del departamento, a una imagen compartida sobre el futuro de la ciudad y de su gente.

Montevideo debe estar integrado al país, el futuro de Montevideo está estrechamente vinculado a su integración al país, tanto a través de una propuesta de coordinación metropolitana, como en una perspectiva intermunicipal amplia, proyectando su capitalidad de cara a los otros 18 departamentos.

Proponemos la constitución e instrumentación de una agenda metropolitana. Esta agenda incluirá un plan metropolitano de movilidad que incluya propuestas específicas sobre vialidad, transporte de cargas y pasajeros, en coordinación con el Ministerio de Transporte y Obras Públicas; coordinación de iniciativas para enfrentar la emergencia social; coordinación de recursos e iniciativas culturales y educativas; planes de salud; coordinación de iniciativas de desarrollo productivo y logístico; promoción del comercio y turismo; desarrollo ambiental; gestión territorial integrada con particular énfasis en la gestión costera y gestión de las cuencas del Río Santa Lucía y los arroyos locales.

Finalmente la vocación de apertura regional de Montevideo, en el marco de su integración al país, es un elemento clave para la proyección de la ciudad futura.

La construcción de la capitalidad del MERCOSUR, es en ese sentido un rumbo central y marca opciones logísticas, urbanísticas, culturales y económicas. Desde el gobierno local, la integración regional cobra una particular significación desde el ángulo de la integración social y cultural, apoyando la integración económica y política. Nos proponemos contribuir en ese sentido, a al integración regional de ciudadanos en el marco de la cual, crearemos en Montevideo, una Casa del Ciudadano del MERCOSUR.

Para concluir, quiero reafirmar las pautas de conducta en el servicio público que marcarán nuestra acción.

Hemos enfatizado en la austeridad, pues lo contrario sería insultante en el contexto social actual del país, la probidad y la lucha frontal contra la corrupción, mal capaz de corroer las bases de la vida democrática y finalmente la transparencia indispensable para generar confianza y promover participación.

Los desafíos que nos esperan requieren, como nunca, que el gobernante recuerde siempre que el poder reside en la ciudadanía y que los grandes cambios y la construcción del futuro requieren la participación de todos.

Es en ese sentido que queremos reafirmar nuestra convicción sobre la importancia que tienen todas las voces, y la necesidad de abrir los brazos bien amplios, para que los ciudadanos y las ciudadanas de todos los horizontes, tengan su lugar en la construcción del futuro. A ello nos comprometemos.

Construir, compartir el desafío de modelar juntos nuestro futuro, requiere sincronizar esfuerzos y voluntades para abrir los nuevos horizontes. Eso es sólo posible si somos capaces de crear un contexto de confianza, de optimismo, de generosidad en la sociedad, entre los ciudadanos y a nivel institucional, donde sectores diversos, manteniendo sus identidades específicas, miren juntos hacia el futuro.

Invito, convoco a los ciudadanos a sumarse a este esfuerzo para trabajar juntos en la construcción de nuestro futuro.

El Intendente y su equipo estarán al lado de la gente. Construyamos un gobierno de la gente.

Es el tiempo del Montevideo del futuro, del Montevideo de todos y para todos. Muchas gracias.

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