17/08/05


COMBATIR EL TABAQUISMO EN PRO DE LA CONVIVENCIA DEMOCRÁTICA
"Controlar el tabaco y combatir el tabaquismo es una cuestión de construcción de ciudadanía y de convivencia democrática", indicó el Presidente Vázquez, ya que la salud "es un factor de seguridad para las personas, de cohesión social y de evolución de la sociedad hacia un mayor bienestar para todos sus componentes", dijo, en su participación en las Jornadas Internacionales sobre Legislación para el Control del Tabaco, realizadas en Buenos Aires.

PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, TABARÉ VÁZQUEZ, EN LA APERTURA DE LAS JORNADAS INTERNACIONALES SOBRE LEGISLACIÓN PARA EL CONTROL DEL TABACO, EN BUENOS AIRES

PRESIDENTE VÁZQUEZ: Académicos, colegas, señoras y señores.

Gracias por invitarme a participar en la apertura de estas Jornadas Internacionales sobre Legislación para el Control del Tabaco, organizadas por el Ministerio de Salud y Ambiente de la República Argentina, con la finalidad de promover la ratificación del convenio marco para el control del tabaco, alentar la sanción de legislación en el MERCOSUR y Estados Asociados, e influir en los actores claves para la adopción de políticas de control del tabaco.

Asisto a esta reunión en una condición cuádruple y fundamentalmente por una razón. Las cuatros condiciones son: 1- En carácter de Presidente de la República Oriental del Uruguay. 2- Como consecuencia de lo anterior, la Presidencia Pro Témpore del MERCOSUR que actualmente desempeño. 3- Mi condición de médico oncólogo, actividad profesional que inicié hace más de 30 años, y que aún hoy por suerte, aunque con menos dedicación que antes sigo ejerciendo. 4- Mi condición de ex fumador, condición que asumí hace también muchos años, y a la cual –si así puede decirse- me dedico cada día más.

Pero más allá de esta cuádruple condición, hay una razón, una única y fundamental razón para mi presencia en este acto: el tema de las Jornadas que estamos inaugurando me interesa pues hoy, por experiencia de vida y por responsabilidad de gobierno plenamente conciente de su importancia, de sus contenidos y de sus alcances.

Amigas y amigos, permítanme hablarles de mi país. Uruguay tiene casi 190 mil kilómetros cuadrados de superficie, y poco más, un poquito más de tres millones de habitantes.

El 0.04% del total de la tierra uruguaya dedicada a cultivos agroindustriales, está afectada al cultivo del tabaco, muy poca cosa, prácticamente casi nada. Son unas 350 hectáreas en la zona norte del país.

El promedio de cosecha tabacalera oscila entre los 750 mil y 950 mil kilos por año. El productor tabacalero en Uruguay recibe aproximadamente 1,10 dólares por cada kilo de tabaco que vende.

Estamos hablando entonces, de un proceso agroindustrial que hasta ahí –no estamos hablando de la comercialización- representa aproximadamente solo un millón de dólares anuales. Después de esa etapa es otra cosa, porque una cosa son los productores y consumidores de tabaco, y otra bastante diferente por cierto, los tabacaleros, quienes seguramente no fuman, pues quieren disfrutar saludablemente sus ganancias.

Si se tiene en cuenta que en esas etapas del proceso trabajan en total unas 500 personas, fácil es concluir que en términos productivos Uruguay no vive del tabaco; pero 5500 uruguayas y uruguayos mueren anualmente de enfermedades tabaco-dependientes. 5500 por año son 450 personas por mes, y son 15 personas por día que mueren por causa de consumir tabaco. Y estoy hablando por cierto de vidas humanas. Pero también podría hablar de tratamientos, de secuelas o de gastos en salud, que por cierto representan en términos financieros, mucho más que ese millón de dólares que "aporta" la industria tabacalera al Producto Bruto Interno del Uruguay.

Sin embargo si esta es la realidad de la producción del tabaco, del consumo del mismo y de sus consecuencias, las resistencias para iniciar una campaña por parte del gobierno, para prohibir o disminuir el consumo de tabaco son enormes.

Amigas y amigos, seguramente esta triste realidad del Uruguay no es diferente a la de otros países de la región, y entonces, cómo no reaccionar ante esta cifra estremecedora, que habla de vidas humanas tronchadas por el tabaquismo.

¿Qué esperamos para reaccionar contra este terrible flagelo? Y reitero lo del flagelo, porque fumar lejos de ser el placer genial y sensual, al que refiere un legendario tango titulado sugestivamente: "Fumando espero", es una suerte de agonía, al principio voluntaria, pero luego adictiva e implacable.

Qué se puede esperar del placer de consumir nicotina, acetona, benceno, butano, metanol, naftaleno, DDT, arsénico, formaldehído, níquel, cation, anilina y algunos otros de los 400 compuestos químicos, 43 sustancias cancerígenas u otros productos tóxicos detectados en el tabaco y en el humo de tabaco. Nada genial, ni sensual, por cierto, todo lo contrario. El tabaco es la causa reconocida -como ustedes saben- probable o favorable respecto a enfermedades tales como cardiopatías coronarias, enfisema pulmonar, EPOC, neumonía, gastritis, úlcera, impotencia, infertilidad y diversos cánceres.

En Uruguay el tabaquismo es el responsable del 96% de los cánceres bronco-pulmonares, del 70% de los casos de cáncer de laringe, del 50% de los cánceres de cavidad oral y esófago, del 40% de los cánceres de vejiga, y del 30% de los casos de cáncer de páncreas. Y seguramente esta estadística se inscribe también en la media regional.

Amigas y amigos, podría seguir aportando datos estadísticos, evidencias científicas y testimonios profesionales, pero creo innecesario hacerlo en este ámbito pues todos los aquí presentes sabemos de qué hablamos cuando hablamos del tabaquismo, y de la necesidad de legislar en materia de control del tabaco.

En todo caso y para no agobiarlos al principio de esta Jornada, cuyo programa de trabajo, por lo que he visto, es muy exigente, permítanme decirles algo que siempre se dice, pero no siempre se asume: el hábito de fumar está directamente vinculado a la calidad de vida, a la educación, a las condiciones de trabajo, en fin, al lugar de la gente en la sociedad y a la sociedad misma.

No es casual que el tabaquismo sea un fenómeno extendidamente más urbano que rural; no es casual que la edad más frecuente para empezar a fumar se ubique entre los 12 y los 15 años y que casi el 70% de los adolescentes fumadores admitan que comenzaron a hacerlo influenciados por un bombardeo publicitario y mediático, según el cual importa más el éxito que la propia vida. Y tampoco es casual que mientras los fumadores se ubican en los niveles socioeconómicos medio y bajo, las fumadoras pertenecen a los sectores socioeconómicos medio y alto. Tal cruzamiento según sexo y nivel socio-económico, algo nos está indicando.

Combatir este ámbito, legislar en materia de control del tabaco es respetar el derecho de la gente a una vida saludable y plena.

Podrá decirse también como sucede en nuestro país, que la libertad es libre y que cada quien tiene el derecho a elegir libremente ser o no ser fumador, y es verdad, es cierto, cada cual tiene el derecho a elegir a ser o no ser fumador. Pero también es verdad, y la historia de los pueblos lo demuestra irrefutablemente, que así como no hay vida sin libertad, no es libertad lo que va contra la vida. Controlar el tabaco y combatir el tabaquismo es entonces, una cuestión de construcción de ciudadanía y de convivencia democrática.

También es cierto que tal afirmación puede parecer exagerada, pero las apariencias engañan, y lo cierto es que la salud, en tanto derecho y responsabilidad, es un factor de seguridad para las personas, es un factor de cohesión social y de evolución de la sociedad hacia un mayor bienestar para todos sus componentes.

Amigas y amigos, en materia de control del tabaco no partimos de cero; todos los aquí presentes podemos dar testimonio de diversas medidas que en esta materia se están adoptando en nuestros respectivos países, y en el concierto internacional.

En Uruguay, el pasado 31 de mayo en ocasión del Día Mundial sin Humo de Tabaco, por iniciativa de la Comisión Asesora para el Control del Tabaco que funciona en la órbita del Ministerio de Salud Pública, y cumpliendo lo establecido en el Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud para el Control del Tabaco, el gobierno nacional de mi país modificó la normativa vigente en lo que refiere a consumo, a comercialización y publicidad de los productos de tabaco.

Y en Argentina, donde de acuerdo a la información del Programa Nacional de Control del Tabaco, el costo de tratamiento de las patologías relacionadas al tabaquismo equivale al 15% del gasto total de salud, la Presidencia de la Nación, ha remitido recientemente al Congreso –como lo decía el señor Ministro- un Proyecto de Ley Antitabaco.

Son avances, pero aún queda mucho por hacer. La participación de ustedes en este encuentro, y los distintos módulos temáticos del mismo dan cuenta de ello. Por ello, precisamente, creo que esta reunión marcará sin lugar a dudas un importante mojón en ese largo recorrido, que tiene mucho de investigación científica y otro tanto de elaboración legislativa, pero que es sustancialmente un proceso social que –en tanto tal- ha de realizarse en clave democrática y política porque no hay democracia sin política.

Y yo, que sin perjuicio de mi formación profesional y de mis responsabilidades de gobierno, confío en la sociedad y creo en los procesos sociales, por eso estoy seguro que estas jornadas sin lugar a dudas, ayudarán al logro de los objetivos planteados.

Muchas gracias.

PALABRAS DEL MINISTRO DE SALUD Y AMBIENTE DE ARGENTINA, GINÉS GONZÁLEZ GARCÍA, EN LA APERTURA DE LAS JORNADAS INTERNACIONALES SOBRE LEGISLACIÓN PARA EL CONTROL DEL TABACO, EN BUENOS AIRES

GÓNZALEZ GARCÍA: Bueno, hoy como decía Rudolph Virchow hace muchos años "La medicina es política a escala social". Entonces, naturalmente hoy tiene que cambiar la escala de lo que debe cuidar a sus ciudadanos.

Para nosotros es un enorme honor que esté acá el doctor Vázquez, y por supuesto es un enorme gusto poder compartir con todos ustedes la enorme experiencia y la enorme energía que se viene desplegando hace algunos años en el mundo, pero particularmente hemos intentando en nuestra región, y que nuestro Presidente Pro Témpore del MERCOSUR esté hoy con nosotros también implica un compromiso regional además del compromiso de cada uno de los países que están aquí representados.

Las sociedades siempre valoran más lo que sucede que lo que no sucede. Cuando uno hace prevención no es fácil, porque nadie valora justamente lo que no sucede.

Cuando un médico cura, es mucho más famoso que cuando un médico cuida. Pero nosotros estamos absolutamente dispuestos como gobiernos, como sociedad a cuidar lo más que podamos a nuestros ciudadanos. Y nada, nada hay más importante que podamos hacer para cuidarlos que luchar contra el tabaco, luchar contra el tabaquismo, establecer políticas internacionales, acuerdos mundiales, establecer Leyes propias. Ustedes saben que en nuestro país hace pocos días nuestro Presidente ha enviado una Ley de última generación que hemos trabajado muy intensamente con toda la sociedad civil, y que además de las Leyes que siempre son obviamente un ordenamiento de la realidad y un mejoramiento de la realidad, estamos haciendo una política nacional; una política nacional que busca –como decíamos recién con el Presidente Vázquez- ganar la primera de las batallas políticas que uno tiene que ganar, que es la batalla de la opinión pública; que la opinión pública sienta, perciba que esto no va contra nadie sino a favor de todos.

Que nadie se sienta agredido, que todos se sientan protegidos, que todos se sientan que lo que estamos haciendo es por cuidar, lo estamos haciendo por cuidar sobre todo lo que más debemos cuidar, que es el futuro, cuidar que los adolescentes no empiecen a fumar, cuidar que los que fuman si pueden dejen de fumar y cuidar que los que no fuman, no sean perjudicados por los que fuman. Esas cosas tan simples requieren obviamente una enorme movilización popular, desde todo punto de vista.

El Estado inclusive tiene una actitud paradojal en términos históricos con respecto al cigarrillo. Por un lado, desde ya una de sus consecuencias en sistemas públicos que le dan atención a todo el mundo, como en el caso de nuestros países, o el caso de la mayoría de los países de la región.

Sin embargo, en la misma enjundia que ponen para curarlos y que hacen que una persona que necesite atención por una incapacidad generada por el cigarrillo, por una enfermedad generada por el cigarrillo, se quede sin atención, verdaderamente no le ponen la misma enjundia en cuidar que eso no ocurra. Y es lo que estamos tratando de cambiar: seguir atendiendo las consecuencias del cigarrillo, pero tratar de evitar las consecuencias del cigarrillo.

Y esto que parece una cuestión simple, todos saben, no es una cuestión tan simple y exige una enorme energía, primero de convencimiento de la sociedad de por qué se hace, y segundo por supuesto de integración dentro de lo que es el Poder Legislativo, lo que es el Poder Ejecutivo, en el sentido de buscar que la norma sea protectora sobre el conjunto pero que a su vez, tenga la posibilidad de ser compartida con la mayoría de los ciudadanos. Y eso es lo que estamos tratando en nuestro país.

La política que ustedes van a discutir hoy, el convenio marco que vamos a discutir hoy, las legislaciones que vamos a discutir mañana, bueno son formidables, formidables formas de expresar esto, y creo que cada país, cada cultura tiene además un comportamiento idiosincrásico muy particular. Por eso, si bien las experiencias son válidas de todos y vamos a escucharnos a todos, y vamos a aprender de algunos errores propios y de muchos aciertos ajenos, pero también creo que particularmente en el Río de la Plata, que tenemos una idiosincrasia tan sustantiva, tenemos que hacer un esfuerzo especial en términos culturales –lo hablábamos recién con el Presidente Vázquez- para que esto también sea contemplado.

Nosotros queremos -como les dije antes- cambiar el futuro, y cambiar el futuro es cambiarlo para la sociedad, pero con la sociedad. Y esto es lo que nuestro gobierno, nuestros gobiernos de toda la región y lo que vuelvo a decirlo, la primera política y estratégica mundial que hay en función de la salud pública debemos hacer.

Por eso yo quiero agradecerle muchísimo a todos ustedes, especialmente al médico Vázquez, al hombre que sigue todavía cumpliendo lo que ha sido su profesión histórica, porque sigue trabajando de médico, y hoy también está trabajando de médico, porque hoy está trabajando de médico pero en gran escala, en otra escala mi querido colega. Y por eso me parece muy importante que hoy esté aquí, como una ratificación del compromiso político del MERCOSUR, de toda la región y por supuesto también, como una forma de alentarnos a todos a esta forma de construir política y de construir futuro que todos los que están acá vienen protagonizando desde hace mucho tiempo.

Por eso les agradezco lo que van a hacer. Estoy muy contento que todo se realice aquí.

El compromiso de nuestro gobierno sigue siendo firme en este tema. Esto no es voto activo ni es preelectoral, esto es una política de Estado, que va más allá inclusive de lo que dura un Ministro, inclusive de lo que dura un Presidente. Esto tiene que ser un compromiso de la sociedad con vistas a futuro.

El futuro es nuestro recurso y el futuro lo tenemos que modelar de otra manera. Muchísimas gracias por todo.

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