23/08/05


“América Latina necesita a Bolivia y Bolivia necesita de nosotros”.
VÁZQUEZ COMPROMETIÓ RESPALDO A BOLIVIA: "SIN GAS BOLIVIANO NO HAY INTEGRACIÓN ENERGÉTICA REGIONAL"
Tras destacar la integración energética como factor decisivo de integración y desarrollo regional, el Presidente Vázquez enfatizó su apoyo a Bolivia al sostener que un proceso integrador "no se construye desde la soledad y sobre la indiferencia", agregando "que no hay integración energética regional sin el gas boliviano".

El Primer Mandatario uruguayo fue categórico al afirmar que “sin voluntad política no hay integración posible; podrá haber acuerditos para sobrellevar la vecindad, pero eso no es integración”, dijo esta mañana al dejar inaugurado en el Radisson un seminario sobre integración regional energética y el gasoducto sudamericano.

“Nadie ignora la sufrida historia de este país hermano ni sus dificultades del presente, ni la importancia que la resolución de las mismas tendrán para su futuro”, agregando que “por eso mismo y por razones elementales de ética, responsabilidad y solidaridad, no hay que olvidarla ni dejarla sola; hay que ayudarla”.

Vázquez afirmó que “no se trata de marcarle el camino, se trata sí de apoyarla desde nuestras respectivas competencias y responsabilidades a recorrer su propio camino como nación soberana”.

En tal sentido, reiteró “como Presidente de este país y del MERCOSUR hasta fin de año, digo que Bolivia, nuestra hermana República de Bolivia puede contar con nosotros”.

PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, TABARÉ VÁZQUEZ

PRESIDENTE VÁZQUEZ: Muy buenos días para todos ustedes. A quienes nos visitan les deseamos una muy buena estadía acá en el Uruguay. Sepan que los uruguayos apreciamos mucho la llegada de integrantes de sociedades de países amigos y de países hermanos. Señor Jeffrey Davidow,  presidente del Instituto de las Américas, señor Jorge Lepra, Ministro de Industria Energía y Minería de la República Oriental del Uruguay, autoridades nacionales y de gobierno de países hermanos y amigos, señoras y señores representantes de organismos y empresas vinculadas al tema de esta reunión, amigas y amigos.

Como Presidente de la República Oriental del Uruguay expreso nuestra bienvenida a quienes visitan nuestro país esperando, como decía, que aquí se sientan como en casa. Como responsable de la Presidencia Pro Témpore del MERCOSUR, les doy la bienvenida a Montevideo, seguramente la ciudad capital del mismo. Y a todos les agradezco la participación en esta mesa redonda ejecutiva, auspiciada por el Ministerio de Industria, Energía y Minería del Uruguay y el Instituto de las Américas sobre un asunto tan trascendente como es la integración regional energética.

El formato de este encuentro, así como la cantidad y calidad de participantes en cada uno de sus módulos temáticos me exhortan, por decirlo moderadamente, a ser breve.

Atento a tal exhortación, y a que en pocos minutos debo retirarme para atender otros compromisos, permítanme entonces compartir con ustedes el enunciado, apenas el enunciado, de algunas reflexiones que considero pertinentes en un ámbito como este.

Amigas y amigos, cinco siglos después de su encuentro con el resto del mundo, América Latina sigue buscando su lugar en el mismo.

Es que como tan magistralmente lo sintetizó Gabriel García Márquez al recibir el premio Nóbel de Literatura diciendo: “¿porqué, porqué la originalidad artística que tenemos y tanto se admira no la demostramos o se nos niega cuando se trata de promover el desarrollo productivo o de avanzar en justicia social?. ¿Porqué, porqué el progreso que se impulsa y se logra en otras regiones del mundo, no puede ser un objetivo de los latinoamericanos?, ¿Porqué nos pasa lo que nos pasa; porqué tenemos que resignarnos a la desigualdad, a la pobreza, a la soledad y a la desesperanza?”.

No pretendo responder aquí ahora estas interrogantes. En todo caso lo que pretendo es enfatizar en algo respecto a lo cual estoy seguro todos los aquí presentes estamos de acuerdo: que América Latina es una región que aún no ha realizado plenamente su derecho al desarrollo. Somos una región aún en desarrollo. Pero el desarrollo no se da por milagro ni florece por decreto. El desarrollo es un proceso multifactorial, progresivo y participativo. El desarrollo es sustancialmente democrático o no es desarrollo, pero a esto me referiré más adelante en esta misma intervención.

Lo que sí quiero resaltar en este momento es algo que también saben y comparten: que no hay desarrollo productivo y social sin sustento energético. De la misma forma que la obesidad no es sinónimo de nutrición adecuada ni de salud, el crecimiento a secas, y la opulencia de unos pocos, no es sinónimo, ni de desarrollo, ni de prosperidad.

Ahora bien, el desarrollo humano requiere una matriz energética sólida en términos de cantidad, calidad y diversidad, tanto en el tipo de fuentes como formas de suministro. La naturaleza ha otorgado a nuestra región el privilegio de contar con enormes reservas de petróleo, gas y agua. Tenemos, también, una enorme potencial en materia de fuentes energéticas alternativas, pero ese privilegio que implica una contrapartida: el deber ineludible de gestionar responsablemente tales recursos y tal potencialidad, el deber de no dilapidarlos, de sistematizarlos, de integrarlos y de ponerlos al servicio de una estrategia de desarrollo que beneficie finalmente a nuestra gente. Eso no significa caer en la actitud egoísta de olvidarnos del mundo o de limitarnos a un nacionalismo aldeano. Se trata simplemente de poner la cosas en su sitio, de poner a disposición de nuestros pueblos oportunidades para que sus necesidades y esperanzas se transformen en derechos, de consolidarnos como naciones y de reconocernos como región en el mundo.

Amigas y amigos, hace algunas semanas en el marco de la Cumbre de Jefes de Estado del MERCOSUR y Estados asociados, realizado en Asunción, expresé algo que considero pertinente reiterar en esta actividad que se realiza precisamente en el marco de la Presidencia Pro Témpore del MERCOSUR que corresponde a Uruguay durante el semestre en curso.

Dije y reitero que ya no hay razón para la lejanía y el desconocimiento entre nuestros pueblos y que construir esa integración es un desafío que debemos asumir entre todos, cada uno desde su respectiva identidad.

En tal sentido, para quienes por mandato ciudadano desempeñamos tareas de gobierno, la integración es un desafío que debemos asumir en clave política. Sin voluntad política no hay integración posible: podrán haber acuerditos para sobrellevar la vecindad, pero eso no es integración.

Consecuentemente con lo anterior, la integración energética requiere de nosotros los gobernantes voluntad política para, primero, establecer un marco jurídico adecuado; segundo, adoptar las medidas necesarias para consolidar una matriz no solamente abundante sino también diversa y calificada; tercero, diseñar, acordar y cumplir un plan estratégico para un desarrollo productivo y humano más justo, más responsable, más duradero y más saludable que garantice a la vez la conservación de nuestro patrimonio natural y el bienestar de nuestra gente.

Requiere también confianza y credibilidad, es decir, de gobiernos y de gobernantes que asuman sus responsabilidades, que ejerzan la autoridad que la ciudadanía les ha confiado sin caer en el autoritarismo ni en el autismo, que tengan en cuenta a la gente y que le rindan cuentas a la gente. Confianza y responsabilidad que ha de expresarse también en reglas claras y transparentes para todos, porque la integración regional energética no es solamente una cuestión del sector público.

Aquí, entre nosotros, hay directivos y representantes de empresas no estatales y consultoras vinculadas al sector energético que por supuesto tienen un importante papel a desempeñar en este común desafío de la integración energética. Porque la relación entre el Estado y el mercado no puede ser planteada como una expresión de ser o no ser. Shakespeare es un grande de la literatura universal y Hamlet es una obra maestra en todo sentido.

Pero en materia de integración regional energética se trata de sintonizar un Estado necesariamente más transparente, calificado, democrático, proactivo ante los retos del futuro y capaz de articular al resto de los agentes económicos con un mercado más eficiente y comprometido con la sociedad.

Amigas y amigos, al inicio de esta intervención dije que el desarrollo es un proceso sustancialmente democrático. No hay desarrollo posible sin democracia como forma de gobierno, como impulso humano y como estado de la sociedad.

Siendo la integración energética un factor decisivo, decisivo para la integración y el desarrollo regional, la democracia es también una clave para la integración energética.

En esta materia, me consta el compromiso y la tarea de todos los aquí presentes.

Considero, también, que como la democracia tiene por destino no ser perfecta pero  tiene también el encanto de ser perfectible, todos quienes aquí estamos debemos y podemos hacer algo más para darle a la integración regional energética el indispensable sustento democrático en términos -reitero- de impulso humano,  estado de  la sociedad  y  de forma de Gobierno.

Cada uno de nosotros, desde su respectiva responsabilidad, debe y puede hacerlo por sí mismo, pero también debe y puede hacerlo por los demás porque la integración no se construye desde la soledad y sobre la indiferencia.

Precisamente por eso y además porque uno de los módulos temáticos de este encuentro refiere específicamente a las reservas de gas disponibles en la región y a la factibilidad de un gasoducto sudamericano, sin las reservas bolivianas, permítanme decirles como Presidente de la República Oriental del Uruguay y desde la Presidencia Pro Témpore del MERCOSUR:

A)    Que no hay integración energética regional sin el gas boliviano;

B)    que América Latina necesita a Bolivia; y

C)    que Bolivia necesita de nosotros.

Nadie ignora la sufrida historia de este país hermano ni sus dificultades del presente, ni la importancia que la resolución de las mismas tendrán para su futuro.

Por eso mismo, y por razones elementales de ética, responsabilidad y solidaridad, no hay que olvidarla ni dejarla sola, hay que ayudarla.

No se trata de marcarle el camino; se trata sí de apoyarla desde nuestras respectivas competencias y responsabilidades a recorrer su propio camino como nación soberana.

En tal sentido, reitero como Presidente de este país y del MERCOSUR hasta fin de año, digo que Bolivia, nuestra hermana República de Bolivia puede contar con nosotros.

Amigas y amigos, esta intervención se ha extendido un poco más de lo inicialmente previsto, les pido disculpas por ello; pero no quiero finalizar mi mensaje sin antes expresarles que el diálogo propio de este encuentro no debiera agotarse en sí mismo y que, por el contrario, tendría que reflejarse en iniciativas concretas en materia energética, coadyuvantes al desarrollo de nuestros países, a nuestra integración como región, a nuestra proyección al mundo y al progreso de la humanidad en su conjunto. Confío que así será.

Muchas gracias.

PALABRAS DEL PRESIDENTE DEL INSTITUTO DE LAS AMÉRICAS, JEFFREY DAVIDOW

DAVIDOW: Señor Presidente, señor Ministro, demás ministros, secretarios, amigos del Instituto de las Américas, a todos les doy la bienvenida a esta conferencia. Yo creo que la gran mayoría de ustedes conoce al Instituto de las Américas. Somos un centro de investigación y diálogo en California, sin fines de lucro, y nuestro propósito es siempre traer gente de los gobiernos, de la industria, de organizaciones no gubernamentales, para charlar, para dialogar de asuntos muy importantes para el desarrollo de América Latina.

Ya tenemos casi 25 años haciendo esto y estoy muy orgulloso de estar aquí con ustedes hoy con la gran colaboración del gobierno de Uruguay para hablar de un tema de gran importancia no solamente para el Uruguay sino para toda América Latina y especialmente los países del sur de América Latina. Es obvio para todos nosotros que ustedes son los expertos que estamos por llegar a una crisis energética que el mundo hoy en día tiene. Tiene que enfrentar los problemas múltiples de las cuestiones del petróleo y del gas natural: cómo encontrarlo, cómo descubrirlo, qué podemos hacer.

Los problemas son graves tanto en América del Sur como en América del Norte y tenemos que encontrar respuestas; me alegro mucho de que los gobiernos de esta parte del mundo estén pensando seriamente en hacer todo lo posible para garantizar la energía que sus países, sus pueblos, necesitan para el desarrollo porque al fin del día estamos hablando del porvenir de los pueblos. Hoy día vamos a tener expertos de la industria, representantes del gobierno, personas que son expertos en el análisis y vamos a charlar sobre este asunto. Estamos al principio de un proceso y el Instituto de las Américas y el gobierno de Uruguay estamos muy contentos de que hayamos podido, en un período bastante corto, organizar esta gran concurrencia. Muchas Gracias.

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