“América
Latina necesita a Bolivia y Bolivia necesita de nosotros”.
VÁZQUEZ COMPROMETIÓ RESPALDO A BOLIVIA: "SIN
GAS BOLIVIANO NO HAY INTEGRACIÓN ENERGÉTICA REGIONAL"
Tras destacar la integración energética como
factor decisivo de integración y desarrollo regional, el Presidente
Vázquez enfatizó su apoyo a Bolivia al sostener que un proceso
integrador "no se construye desde la soledad y sobre la
indiferencia", agregando "que no hay integración energética
regional sin el gas boliviano".
El Primer Mandatario uruguayo fue categórico al afirmar que “sin
voluntad política no hay integración posible; podrá haber acuerditos
para sobrellevar la vecindad, pero eso no es integración”, dijo esta
mañana al dejar inaugurado en el Radisson un seminario sobre integración
regional energética y el gasoducto sudamericano.
“Nadie ignora la sufrida historia de este país
hermano ni sus dificultades del presente, ni la importancia que la
resolución de las mismas tendrán para su futuro”, agregando que
“por eso mismo y por razones elementales de ética, responsabilidad y
solidaridad, no hay que olvidarla ni dejarla sola; hay que ayudarla”.
Vázquez afirmó que “no se trata de marcarle el
camino, se trata sí de apoyarla desde nuestras respectivas competencias
y responsabilidades a recorrer su propio camino como nación
soberana”.
En tal sentido, reiteró “como Presidente de este
país y del MERCOSUR hasta fin de año, digo que Bolivia, nuestra
hermana República de Bolivia puede contar con nosotros”.
PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, TABARÉ
VÁZQUEZ
PRESIDENTE VÁZQUEZ: Muy buenos días para todos
ustedes. A quienes nos visitan les deseamos una muy buena estadía acá
en el Uruguay. Sepan que los uruguayos apreciamos mucho la llegada de
integrantes de sociedades de países amigos y de países hermanos. Señor
Jeffrey Davidow, presidente
del Instituto de las Américas, señor Jorge Lepra, Ministro de
Industria Energía y Minería de la República Oriental del Uruguay,
autoridades nacionales y de gobierno de países hermanos y amigos, señoras
y señores representantes de organismos y empresas vinculadas al tema de
esta reunión, amigas y amigos.
Como Presidente de la República Oriental del Uruguay
expreso nuestra bienvenida a quienes visitan nuestro país esperando,
como decía, que aquí se sientan como en casa. Como responsable de la
Presidencia Pro Témpore del MERCOSUR, les doy la bienvenida a
Montevideo, seguramente la ciudad capital del mismo. Y a todos les
agradezco la participación en esta mesa redonda ejecutiva, auspiciada
por el Ministerio de Industria, Energía y Minería del Uruguay y el
Instituto de las Américas sobre un asunto tan trascendente como es la
integración regional energética.
El formato de este encuentro, así como la cantidad y
calidad de participantes en cada uno de sus módulos temáticos me
exhortan, por decirlo moderadamente, a ser breve.
Atento a tal exhortación, y a que en pocos minutos
debo retirarme para atender otros compromisos, permítanme entonces
compartir con ustedes el enunciado, apenas el enunciado, de algunas
reflexiones que considero pertinentes en un ámbito como este.
Amigas y amigos, cinco siglos después de su
encuentro con el resto del mundo, América Latina sigue buscando su
lugar en el mismo.
Es que como tan magistralmente lo sintetizó Gabriel
García Márquez al recibir el premio Nóbel de Literatura diciendo: “¿porqué,
porqué la originalidad artística que tenemos y tanto se admira no la
demostramos o se nos niega cuando se trata de promover el desarrollo
productivo o de avanzar en justicia social?. ¿Porqué, porqué el
progreso que se impulsa y se logra en otras regiones del mundo, no puede
ser un objetivo de los latinoamericanos?, ¿Porqué nos pasa lo que nos
pasa; porqué tenemos que resignarnos a la desigualdad, a la pobreza, a
la soledad y a la desesperanza?”.
No pretendo responder aquí ahora estas
interrogantes. En todo caso lo que pretendo es enfatizar en algo
respecto a lo cual estoy seguro todos los aquí presentes estamos de
acuerdo: que América Latina es una región que aún no ha realizado
plenamente su derecho al desarrollo. Somos una región aún en
desarrollo. Pero el desarrollo no se da por milagro ni florece por
decreto. El desarrollo es un proceso multifactorial, progresivo y
participativo. El desarrollo es sustancialmente democrático o no es
desarrollo, pero a esto me referiré más adelante en esta misma
intervención.
Lo que sí quiero resaltar en este momento es algo
que también saben y comparten: que no hay desarrollo productivo y
social sin sustento energético. De la misma forma que la obesidad no es
sinónimo de nutrición adecuada ni de salud, el crecimiento a secas, y
la opulencia de unos pocos, no es sinónimo, ni de desarrollo, ni de
prosperidad.
Ahora bien, el desarrollo humano requiere una matriz
energética sólida en términos de cantidad, calidad y diversidad,
tanto en el tipo de fuentes como formas de suministro. La naturaleza ha
otorgado a nuestra región el privilegio de contar con enormes reservas
de petróleo, gas y agua. Tenemos, también, una enorme potencial en
materia de fuentes energéticas alternativas, pero ese privilegio que
implica una contrapartida: el deber ineludible de gestionar
responsablemente tales recursos y tal potencialidad, el deber de no
dilapidarlos, de sistematizarlos, de integrarlos y de ponerlos al
servicio de una estrategia de desarrollo que beneficie finalmente a
nuestra gente. Eso no significa caer en la actitud egoísta de
olvidarnos del mundo o de limitarnos a un nacionalismo aldeano. Se trata
simplemente de poner la cosas en su sitio, de poner a disposición de
nuestros pueblos oportunidades para que sus necesidades y esperanzas se
transformen en derechos, de consolidarnos como naciones y de
reconocernos como región en el mundo.
Amigas y amigos, hace algunas semanas en el marco de
la Cumbre de Jefes de Estado del MERCOSUR y Estados asociados, realizado
en Asunción, expresé algo que considero pertinente reiterar en esta
actividad que se realiza precisamente en el marco de la Presidencia Pro
Témpore del MERCOSUR que corresponde a Uruguay durante el semestre en
curso.
Dije y reitero que ya no hay razón para la lejanía
y el desconocimiento entre nuestros pueblos y que construir esa
integración es un desafío que debemos asumir entre todos, cada uno
desde su respectiva identidad.
En tal sentido, para quienes por mandato ciudadano
desempeñamos tareas de gobierno, la integración es un desafío que
debemos asumir en clave política. Sin voluntad política no hay
integración posible: podrán haber acuerditos para sobrellevar la
vecindad, pero eso no es integración.
Consecuentemente con lo anterior, la integración
energética requiere de nosotros los gobernantes voluntad política
para, primero, establecer un marco jurídico adecuado; segundo, adoptar
las medidas necesarias para consolidar una matriz no solamente abundante
sino también diversa y calificada; tercero, diseñar, acordar y cumplir
un plan estratégico para un desarrollo productivo y humano más justo,
más responsable, más duradero y más saludable que garantice a la vez
la conservación de nuestro patrimonio natural y el bienestar de nuestra
gente.
Requiere también confianza y credibilidad, es decir,
de gobiernos y de gobernantes que asuman sus responsabilidades, que
ejerzan la autoridad que la ciudadanía les ha confiado sin caer en el
autoritarismo ni en el autismo, que tengan en cuenta a la gente y que le
rindan cuentas a la gente. Confianza y responsabilidad que ha de
expresarse también en reglas claras y transparentes para todos, porque
la integración regional energética no es solamente una cuestión del
sector público.
Aquí, entre nosotros, hay directivos y
representantes de empresas no estatales y consultoras vinculadas al
sector energético que por supuesto tienen un importante papel a desempeñar
en este común desafío de la integración energética. Porque la relación
entre el Estado y el mercado no puede ser planteada como una expresión
de ser o no ser. Shakespeare es un grande de la literatura universal y
Hamlet es una obra maestra en todo sentido.
Pero en materia de integración regional energética
se trata de sintonizar un Estado necesariamente más transparente,
calificado, democrático, proactivo ante los retos del futuro y capaz de
articular al resto de los agentes económicos con un mercado más
eficiente y comprometido con la sociedad.
Amigas y amigos, al inicio de esta intervención dije
que el desarrollo es un proceso sustancialmente democrático. No hay
desarrollo posible sin democracia como forma de gobierno, como impulso
humano y como estado de la sociedad.
Siendo la integración energética un factor
decisivo, decisivo para la integración y el desarrollo regional, la
democracia es también una clave para la integración energética.
En esta materia, me consta el compromiso y la tarea
de todos los aquí presentes.
Considero, también, que como la democracia tiene por
destino no ser perfecta pero tiene
también el encanto de ser perfectible, todos quienes aquí estamos
debemos y podemos hacer algo más para darle a la integración regional
energética el indispensable sustento democrático en términos
-reitero- de impulso humano, estado
de la sociedad
y de forma de
Gobierno.
Cada uno de nosotros, desde su respectiva
responsabilidad, debe y puede hacerlo por sí mismo, pero también debe
y puede hacerlo por los demás porque la integración no se construye
desde la soledad y sobre la indiferencia.
Precisamente por eso y además porque uno de los módulos
temáticos de este encuentro refiere específicamente a las reservas de
gas disponibles en la región y a la factibilidad de un gasoducto
sudamericano, sin las reservas bolivianas, permítanme decirles como
Presidente de la República Oriental del Uruguay y desde la Presidencia
Pro Témpore del MERCOSUR:
A)
Que no hay integración energética regional sin el gas
boliviano;
B)
que América Latina necesita a Bolivia; y
C)
que Bolivia necesita de nosotros.
Nadie ignora la sufrida historia de este país
hermano ni sus dificultades del presente, ni la importancia que la
resolución de las mismas tendrán para su futuro.
Por eso mismo, y por razones elementales de ética,
responsabilidad y solidaridad, no hay que olvidarla ni dejarla sola, hay
que ayudarla.
No se trata de marcarle el camino; se trata sí de
apoyarla desde nuestras respectivas competencias y responsabilidades a
recorrer su propio camino como nación soberana.
En tal sentido, reitero como Presidente de este país
y del MERCOSUR hasta fin de año, digo que Bolivia, nuestra hermana República
de Bolivia puede contar con nosotros.
Amigas y amigos, esta intervención se ha extendido
un poco más de lo inicialmente previsto, les pido disculpas por ello;
pero no quiero finalizar mi mensaje sin antes expresarles que el diálogo
propio de este encuentro no debiera agotarse en sí mismo y que, por el
contrario, tendría que reflejarse en iniciativas concretas en materia
energética, coadyuvantes al desarrollo de nuestros países, a nuestra
integración como región, a nuestra proyección al mundo y al progreso
de la humanidad en su conjunto. Confío que así será.
Muchas gracias.
PALABRAS DEL PRESIDENTE DEL INSTITUTO DE LAS AMÉRICAS,
JEFFREY DAVIDOW
DAVIDOW: Señor Presidente, señor Ministro, demás
ministros, secretarios, amigos del Instituto de las Américas, a todos
les doy la bienvenida a esta conferencia. Yo creo que la gran mayoría
de ustedes conoce al Instituto de las Américas. Somos un centro de
investigación y diálogo en California, sin fines de lucro, y nuestro
propósito es siempre traer gente de los gobiernos, de la industria, de
organizaciones no gubernamentales, para charlar, para dialogar de
asuntos muy importantes para el desarrollo de América Latina.
Ya tenemos casi 25 años haciendo esto y estoy muy
orgulloso de estar aquí con ustedes hoy con la gran colaboración del
gobierno de Uruguay para hablar de un tema de gran importancia no
solamente para el Uruguay sino para toda América Latina y especialmente
los países del sur de América Latina. Es obvio para todos nosotros que
ustedes son los expertos que estamos por llegar a una crisis energética
que el mundo hoy en día tiene. Tiene que enfrentar los problemas múltiples
de las cuestiones del petróleo y del gas natural: cómo encontrarlo, cómo
descubrirlo, qué podemos hacer.
Los problemas son graves tanto en América del Sur
como en América del Norte y tenemos que encontrar respuestas; me alegro
mucho de que los gobiernos de esta parte del mundo estén pensando
seriamente en hacer todo lo posible para garantizar la energía que sus
países, sus pueblos, necesitan para el desarrollo porque al fin del día
estamos hablando del porvenir de los pueblos. Hoy día vamos a tener
expertos de la industria, representantes del gobierno, personas que son
expertos en el análisis y vamos a charlar sobre este asunto. Estamos al
principio de un proceso y el Instituto de las Américas y el gobierno de
Uruguay estamos muy contentos de que hayamos podido, en un período
bastante corto, organizar esta gran concurrencia. Muchas Gracias. |