VÁZQUEZ REIVINDICO LA VOCACIÓN DEMOCRÁTICA DEL PAÍS,
ASÍ COMO UN "MAS Y MEJOR MERCOSUR"
El Presidente de la República, Tabaré Vázquez, habló
ayer en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de
Washington ante una audiencia de periodistas, académicos y hombres de
empresa, donde revindicó la permanente vocación democrática del Uruguay
y trazó las principales líneas de lo que será su gestión.
El Primer Mandatario también reivindicó al MERCOSUR,
pero dijo que la pertenencia a este bloque "no es incompatible con un
amplio esquema de relacionamiento internacional".
La disertación se complementó con un capítulo de
preguntas de periodistas y sus respectivas respuestas, oportunidad en la
que también hicieron uso de la palabra el Canciller de la República,
Reinaldo Gargano, el Ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori, y
el Ministro de Industria, Energía y Minería, Jorge Lepra, quienes
acompañan en su viaje al doctor Vázquez.
PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA REPUBLICA, TABARE
VAZQUEZ, EN EL CENTRO PARA ESTUDIOS ESTRATEGICOS E INTERNACIONALES,
JUNTO A LOS MINISTROS DANILO ASTORI, REINALDO GARGANO Y JORGE LEPRA, EN
WASHINGTON DC, ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMÉRICA
PRESIDENTE VAZQUEZ: Muy buenas tardes para todos
ustedes. Voy hablar en idioma español, porque quiero ser extremadamente
preciso en los términos y en los conceptos que voy a tener el honor y el
gusto de verter en esta reunión para todos ustedes.
Les agradezco enormemente vuestra presencia y que
hayan dispuesto compartir con nosotros este tiempo, siendo precisamente
ese factor, el factor tiempo, lo único que no tenemos posibilidad de
recuperar en la vida. Por tanto, valoro enormemente este tiempo que
ustedes nos dispensan estando aquí con nosotros.
Señoras y señores, agradezco al Centro de Estudios
Estratégicos e Internacionales el auspicio de este encuentro con ustedes
para considerar asuntos de interés común. Y agradezco el interés y la
presencia de ustedes, así como la sincera hospitalidad con que nos han
recibido en el marco de nuestra breve estadía en Washington.
Ya fueron mencionados los ciudadanos uruguayos que
integran el Consejo de Ministros y me acompañan en esta oportunidad:
nuestro Canciller, señor Reinaldo Gargano, el señor Ministro de Economía
y Finanzas contador Danilo Astori, señor Jorge Lepra, Ministro de
Industria, Energía y Minería; también nuestro Embajador de la República
Oriental del Uruguay en los Estados Unidos de América, doctor Carlos
Gianelli.
Hace un momento hablábamos con los directivos de esta
institución sobre algunos desencuentros entre países de nuestra América
Latina y Estados Unidos y en particular se me planteaba la pregunta de
las relaciones de Estados Unidos con Venezuela, el gobierno de Estados
Unidos con el gobierno de Venezuela y durante algunos minutos estuvimos
analizando esa temática.
Por eso quisiera decir antes de comenzar a
profundizar en mi exposición, que creo que los grandes problemas que hoy
tiene la humanidad, obedecen en buena medida a la falta de encuentros, a
la falta de reconocimiento mutuo y a la falta de diálogo. De ahí que
valoramos enormemente esta oportunidad de poder conversar con todos
ustedes.
Amigas y amigos: ustedes, por formación profesional,
por experiencia de trabajo, por estar vinculados a este Centro para
Estudios Estratégicos e Internacionales y por las características del
mismo, conocen la realidad del Uruguay en el contexto latinoamericano.
Obviaré, entonces, su descripción.
En todo caso, permítanme decirles que la actual
coyuntura económica y social de nuestro país es el resultado de una
combinación de circunstancias externas y de importantes fragilidades
estructurales internas agudizadas durante las ultimas décadas.
Permítanme decirles también que en el marco de los valores democráticos,
en el marco de los valores democráticos que caracterizan a la sociedad
uruguaya, en las elecciones nacionales realizadas en octubre de 2004, la
ciudadanía expresó soberana y categóricamente su voluntad de revertir
esta situación mediante un proceso de cambios que suponga no sólo
resolver las dificultades del presente sino también promover y articular
una estrategia de país en términos de mediano y largo plazo. Esa
voluntad de la ciudadanía uruguaya es un mandato que este gobierno
comenzó a cumplir al asumir, hace hoy exactamente 196 días, nuestras
responsabilidades como gobierno nacional.
Ciento noventa y seis días es un poco más que la
décima parte de un periodo de gobierno, que dura cinco años. No es un
lapso insignificante pero tampoco es -para decirlo con una expresión que
todos conocemos pero que no todos compartimos- "el fin de la historia".
Nuestra tarea está comenzando en el Uruguay. Los cambios que promovemos
ya están en marcha. Son cambios necesarios, son cambios posibles, son
cambios responsables, son cambios progresivos.
Son cambios que no ignoran la realidad pero que
tampoco renuncian a la utopía concreta del crecimiento económico y del
desarrollo humano en paz, con libertad, con democracia, en justicia y
con solidaridad. Son cambios -reitero- en el marco de una estrategia de
país que podríamos sistematizar en cinco grandes áreas estrechamente
vinculadas entre sí. Una de ellas es el Uruguay social. Porque la mayor
riqueza de un país es su propia gente y en el nuestro -tres millones de
habitantes y algo más- aproximadamente un tercio de la población -un
millón de uruguayos- vive en condiciones de pobreza y desamparo social.
Sería absolutamente incomprensible que en el programa
de gobierno progresista no se contemplara en profundidad la problemática
social que el país tiene. En segundo lugar, el Uruguay productivo.
Porque para emprender la agenda de un desarrollo sostenible no basta con
buena voluntad solamente ni basta desarrollar política meramente
asistencialistas. Para emprender la agenda de un desarrollo sostenible
nuestro país debe reorganizar su economía como lo está haciendo,
transformar su Estado, establecer reglas de juego claras entre éste y el
mercado, recalificar el valor del trabajo, generar empleo decente -que
esta finalmente es la mejor política social que podemos llevar adelante-
producir, competir y vender.
En tercer lugar, el Uruguay inteligente, porque para
producir, competir y vender en el mundo actual hay que apostar a la
educación, a la investigación científica al avance tecnológico y a la
innovación como proceso de creación de nuevas herramientas, productos,
bienes servicios y formas de organizar el trabajo.
En cuarto lugar, el Uruguay democrático, porque sin
desconocer la completa diversidad de la sociedad, hay que creer en la
gente, hay que convocarla, hay que involucrarla en la construcción de su
propia vida. Tal es, al fin y al cabo, la mayor responsabilidad de los
gobernantes.
Y en quinto lugar el Uruguay integrado a la región y
al mundo. Porque ningún país, y menos aún uno como el nuestro, puede
existir y progresar en soledad. Tampoco ignoramos los riesgos del mundo
actual, ni la complejidad de los procesos de integración. Pero estamos
convencidos de que en los pliegues del presente anida la oportunidad de
un futuro mejor para toda la humanidad.
La necesaria brevedad de esta intervención no permite
profundizar sobre cada una de estas áreas como quisiéramos, pero
teniendo en cuenta que estamos en un centro de estudios estratégicos e
internacionales, haré algunas consideraciones respecto a ese Uruguay
internacional que mencioné hace un instante.
Amigas y amigos, la República Oriental del Uruguay
nació en medio de complejas circunstancias regionales e internacionales.
La lucha entre los reinos de España y Portugal primero, luego entre las
Provincias Unidas y el Imperio de Brasil por el control del Río de la
Plata y de lo que es nuestro actual territorio. Y como telón de fondo,
aunque en realidad, ni tan telón, ni tan de fondo, la incidencia del
entonces hegemónico Imperio Británico.
Tales circunstancias determinaron que la dimensión
internacional esté presente desde los orígenes mismos de nuestro país.
Esta realidad histórica ha hecho que inevitablemente lo internacional
sea parte absolutamente fundamental, absolutamente arraigada, en la vida
del Uruguay como nación.
Su constitución como país independiente, su
afirmación como estado de derecho y sus posibilidades de desarrollo han
estado, están y -desde nuestro muy modesto punto de vista- estarán
estrechamente ligada a su inserción internacional. En otras palabras, la
viabilidad del Uruguay como nación está estrechamente vinculada a su
lugar en la región y en el mundo. De ahí entonces, la importancia
-fundamental en nuestra opinión- de acordar, diseñar e instrumentar una
política exterior independiente, una política exterior de estado y
basada en valores y principios tales como: 1º., el decidido compromiso
con la paz, con la soberanía, con la democracia y con la solidaridad;
2º., el firme rechazo a todo tipo de terrorismo, violencia y
discriminación; 3º., el inalienable derecho de los países a tener
fronteras estables y seguras y a ejercer en forma libérrima su soberanía
y autodeterminación; 4º., el respeto al derecho internacional,
entendiendo que las normas que ordenan y regulan las relaciones entre
los Estados constituyen la mejor forma de garantizar la convivencia
pacífica y el respeto a los derechos soberanos de los pueblos; 5º., el
no alineamiento y la no intervención; 6º., la reafirmación del
multilateralismo como forma de fortalecer el derecho internacional,
jerarquizando el papel de las Naciones Unidas, lo cual implica promover
las reformas necesarias para que dicha organización cumpla plenamente
sus cometidos y 7º., el reconocimiento a la indivisibilidad de todos los
derechos humanos, sean políticos, sociales, económicos, civiles o
culturales, incluidos los derechos de titularidad colectiva, tales como
el derecho a la propiedad, el derecho al desarrollo y el derecho a un
medio ambiente sano.
Amigas y amigos, los países, como las personas se
relacionan puertas afuera a partir de su realidad más inmediata, esto
es, a sus vecinos o con sus vecinos. Profundas realidades históricas,
como la que mencionamos, políticas, económicas, sociales y culturales,
nos unen a Argentina, Brasil y Paraguay. Con ellos estamos en un
Mercosur, un proceso de integración iniciado en 1991 que por cierto no
es sencillo, que pese a ello ha avanzado en estos casi quince años, pero
que puede y debe avanzar mucho más aún. Queremos más y mejor Mercosur.
Para un país pequeño como el Uruguay es vital integrarse con los países
de la región y proyectarse al mundo. Más y mejor Mercosur en términos de
a) Unión Aduanera, que la tenemos que mejorar para mejorar también las
relaciones comerciales intrabloque; b) complementación de procesos
productivos; y c) accesibilidad a los mercados, dentro de la región y
fuera de la región.
Y aquí quiero hacer un alto. Para los países del
mundo desarrollado que nos han pedido, nos han exigido, nos han
planteado, nos han condicionado, a que abramos nuestras puertas y
ventanas, a que no desarrollemos políticas proteccionistas, nos han
enseñado que la palabra subsidio es una mala palabra, y nosotros hemos
cumplido abriendo nuestras puertas y ventanas, no desarrollando
políticas proteccionistas, eliminando los subsidios, hemos encontrado en
el mundo desarrollado que ellos, que nos piden que nosotros hagamos eso,
nos fijan cuotas, subsidian sus productos agrícolas y pecuarios, nos
cierran los mercados y cuando nuestros pueblos se alzan pidiendo
justicia social, lo que están pidiendo es igualdad de oportunidades.
Nuestro país no necesita créditos ni dineros.
Necesita oportunidades, necesita apertura de mercados. Queremos colocar
nuestro trabajo, queremos producir más y mejor para que nuestra gente
pueda trabajar más y vivir dignamente en nuestro país sin tener que
dejarlo. Necesitamos trasparencia en el intercambio comercial y
necesitamos también que los países poderosos, los países del mundo
desarrollado respeten los derechos de los países menores de este mundo
en el que nos ha tocado vivir.
Para "un mejor y más Mercosur" necesitamos una
integración física y energética, mejorar nuestras vías de comunicación,
nuestra infraestructura, llevar adelante un acuerdo de complementación
energética y preservar nuestros recursos naturales, que son enormes.
América Latina es el jardín, es el vergel del mundo. Enormes riquezas,
entre otras, hídricas, que acondicionarían, sin duda, bien trabajadas y
explotadas, una calidad mejor de vida para todos quienes vivimos en
Latinoamérica.
Preservación de recursos naturales y respeto al medio
ambiente, complementación científica y tecnológica del Mercosur,
fortalecimiento institucional e integración social. El Uruguay reafirma
su compromiso con el Mercosur pero no quiere seguir solo, ni como país
ni como Mercosur. Nuestra pertenencia al Mercosur no es incompatible con
un amplio esquema de relacionamiento internacional que pasa por la
ampliación del propio Mercosur y su interacción, como otros procesos de
integración regional y de áreas de libre comercio, tanto en nuestro
continente como en otros, pero también pasa por la inserción específica
del Uruguay en el escenario internacional. No renunciamos a profundizar
las relaciones bilaterales con otros países, con otros gobiernos, como
Uruguay integrando, por cierto, la región.
Por sus relaciones bilaterales con otros países, por
su presencia activa en organismos multilaterales, así como por su
capacidad de aporte en asuntos tales como el fortalecimiento de la paz,
Uruguay tiene una importantísima cantidad de destacamentos militares en
diversas partes del mundo, que honran el país trabajando por la paz de
otros pueblos, así como también tiene el Uruguay su capacidad de aporte
en asuntos tales como la lucha contra la pobreza, el combate al
terrorismo, la cooperación, el relacionamiento internacional,
etcétera.
No hay contradicción alguna entre ser uruguayo,
sentirse latinoamericano e insertarse en un escenario internacional que
es complejo, pero que puede llegar a ser mucho más complejo aún si
excluye o agrede a alguno de sus integrantes.
No hay razón para la soledad o el desconocimiento.
Desconocimiento que al fin y al cabo es una forma de soledad en el mundo
actual. Del mismo modo, tampoco hay contradicción alguna entre asumir
cabalmente nuestros derechos y responsabilidades como miembros de la
comunidad internacional, reivindicar nuestra identidad latinoamericana y
recorrer un camino propio, que es la construcción de nuestra nación.
En otras palabras, el proceso de cambios que estamos
realizando, que estamos llevando adelante en el Uruguay no es un clon ni
es clonable, no tiene modelos ni aspira a ser modelo. Es auténticamente
uruguayo y, por tanto, decididamente democrático. Los cambios en el
Uruguay los hacemos a la uruguaya o no se hacen.
Amigas y amigos: en este contexto de desafíos y
tareas que la sociedad y el gobierno de la República Oriental del
Uruguay se plantean en claves de cambios progresistas, se enmarcan
nuestras relaciones con los Estados Unidos de Norteamérica.
Las relaciones económicas, importantísimas si se
tiene en cuenta que en el año 2004, los Estados Unidos se posicionaron
como el principal socio comercial del Uruguay, adquiriendo casi el 20%
del total de nuestras exportaciones y que tal tendencia se ha mantenido
durante el primer semestre del año 2005. Pero también las relaciones
diplomáticas, el intercambio cultural, la cooperación científica.
Aspiramos a consolidar esas relaciones porque nuestros Estados Unidos y
Uruguay son pueblos jóvenes, crisoles de razas, con una rica tradición
que vive en el aire y que respiramos y en la tierra que nos nutre.
Nos unen los principios republicanos de George
Washington, también presentes en la lucha de nuestro héroe nacional don
José Gervasio Artigas. Nos une la tradición democrática consagrada en
vuestra constitución de 1787 y declaración de derechos de 1791 y nuestra
propia tradición constitucional. No somos ájenos a la democracia agraria
de Thomas Jefferson ni a la igualdad de razas de Abraham Lincoln ni al
respeto a la soberanía de los pueblos de Franklin Delano Roosevelt.
Somos diferentes pero tenemos mucho en común. También tenemos en común
cosas similares a los otros pueblos, y en particular América Latina.
Ciertamente la historia del relacionamiento hoy entre Latinoamérica y
los Estados Unidos es, en buena medida, una larga secuencia de
desencuentros motivados por diversos factores algunos de responsabilidad
compartida, otros no, pero siempre con efectos negativos para nuestros
pueblos. Votamos para que en el futuro este relacionamiento transite el
camino de una mejor y mayor encuentro entre nuestros pueblos y entre
nuestros países y que realmente América sea una sola desde Tierra del
Fuego hasta Alaska. Esta charla se ha extendido demasiado y no quiero
extenderla abordando aún más en profundidad esta temática. Pero
permítanme terminar reiterando algo que expresé en el año de 1993 en la
Universidad de Princeton en el marco de una visita a Estados Unidos que
realicé como Intendente Alcalde de Montevideo.
Refiriéndome precisamente a esta historia de
desencuentros entre América Latina y Estados Unidos ,dije en aquella
oportunidad y reitero ahora que toda la historia tiene su futuro y que
nuestro futuro no está en disimular tales desencuentros ni en convertir
sus consecuencias en un motivo de definitiva separación entre nosotros,
sino en asumir esa historia en su exacta dimensión para construir entre
todos una nueva relación en esta América que, como dije, desde Alaska a
Tierra del Fuego es una y varias Américas al mismo tiempo. Les agradezco
enormemente la atención que me han dispensado. Muchas gracias.
PERIODISTA: Una información y dos preguntas. Teodoro
Picón, que fue Ministro de Hacienda del presidente Caldera después de
haber sido guerrillero, acaba de publicar un libro en Caracas diciendo
que hay dos izquierdas en América Latina: una izquierda democrática,
como la de Chile, la de su gobierno y la de Brasil, y una izquierda
radical, como la de Fidel y la del presidente Chávez, que aparentemente
opera en ese sentido. Mi pregunta: ¿qué opinión le merece esa dicotomía
de Teodoro Picón? Segundo, ¿cree que esa izquierda sana y democrática
como razón de nuestras libertades pudiera construir para que Venezuela
se mantenga dentro de un régimen democrático.....
PRESIDENTE VAZQUEZ: Bien, en primer lugar y si usted
me permite, me gustaría colocar estas dos preguntas en un contexto
general. Creo que lo mencioné en mi discurso: no hay una única realidad
en América Latina. Como científico, como médico, yo amo profundamente la
biología. Me apasiona lo que representa para la humanidad, Latinoamérica
-América en general- como un enorme laboratorio de mestizaje. Es en
Latinoamérica, donde las distintas razas llegan, viven y se cruzan.
Latinoamérica tiene diferentes culturas, diferentes religiones,
diferentes grupos étnicos, diferentes realidades históricas y presentes,
diferentes culturas. En Cuba predomina el pensamiento del partido único
desde la época de Martí.
En el Uruguay, exponemos a todos los partidos
políticos, el Uruguay que tiene el privilegio de tener los partidos
políticos más viejos del mundo, los que tienen mayor tiempo de
existencia en el mundo, como partidos políticos, el Uruguay y su
democracia tiene ese orgullo, pese a que yo pertenezco a un partido
mucho más joven, más nuevo. Sin embargo los partidos tradicionales en el
Uruguay son los partidos políticos más viejos en la historia de la
humanidad.
Nosotros tenemos una cultura de pluripartidismo y de
la necesaria rotación de los diferentes partidos políticos e ideologías
en el ejercicio del gobierno libre y democráticamente electo por el
pueblo. Son realidades diferentes y para esta realidad diferente no voy
a lanzar un estereotipo o estigmatizar esa realidad en un estereotipo,
que no se condice, desde mi muy humilde punto de vista, con una realidad
que es como la vida misma: contradictoria, fuerte, de proyección hacia
el futuro, de una riqueza enorme.
Nosotros, y yo puedo hablar por mi país, por mi
gobierno, por mi gente, por ese pueblo, amamos profundamente la libertad
de expresión en toda su dimensión, la libertad de prensa, la libertad de
desplazamiento, el respeto y la tolerancia, la solidaridad, la
democracia, no sólo como sistema político sino como modo de vida, como
ética de conducta en la vida.
Esta es la realidad del Uruguay que también a veces
es distinta de la que tiene Argentina, que está ahí pegadita o Chile o
de Brasil. Lo decíamos en nuestras palabras: en nuestros modelos no hay
posibilidad de clonaje, hay cada realidad dedicada en cada momento de la
historia, teniendo como antecedente su historia misma.
Yo creo y defiendo para mi país estos conceptos a los
que hice referencia. No voy a cometer lo que podría ser, de mi parte,
una imprudencia de juzgar a gobiernos de países hermanos. Cada pueblo
tiene el derecho de su autodeterminación y de elegir a su gobierno, a su
forma de gobierno, a su forma de encarar la vida política, social y
cultural.
Pero una cosa sí es cierta: todo lo que el Uruguay
pueda hacer, no con este gobierno, con los que hubo, y estoy hablando de
gobierno democráticos, por cierto, y con los que vendrán seguramente
democráticos, todos los pueblos y naciones del mundo pueden contar con
este muy pequeñito país, muy humilde país, en todo lo que pueda
contribuir para lograr el entendimiento entre las naciones, el respeto a
la soberanía, el respeto al derecho a la autodeterminación, en fin,
todos los caminos que lleven a la tolerancia, a la mejor convivencia
pacífica entre las naciones y los pueblos del mundo.
PERIODISTA: Me llama la atención su presentación con
respecto al programa de Ciencia y Tecnología. Me gustaría si podría en
este momento desarrollar una reflexión en torno a la investigación y a
la tecnología en el Uruguay.
PRESIDENTE VAZQUEZ: Para investigación y desarrollo
el Uruguay destina menos del 0.1 por ciento de su Producto Bruto
Interno, para la parte de investigación en general; de investigación,
como ser investigación tecnológica e científica. Con este nuevo
presupuesto -y acá tengo al Ministro Astori, junto a los otros ministros
que integran el Consejo de Ministros de nuestro gobierno- pretendemos
llegar en este período, en la investigación y en la educación pública,
pretendemos llegar al 4,5 por ciento del Producto Interno.
Quiere decir que en este momento y me gustaría que me
ayudaran también con esta pregunta, tenemos destinado para la educación
pública un 3.2, un 3.4 por ciento. Eso para la Educación Pública. A la
Educación Privada el Uruguay estima aproximadamente un 1 por ciento, un
0.9 por ciento del Producto Bruto Interno. Pretendemos llegar en el
sistema educativo uruguayo, que está constituido por la educación
pública y la privada, a un 5.5 al final de nuestro período de gobierno,
muy próximo al 6 por ciento que aconseja UNESCO, para los países que
destinen a su Producto Bruto Interno para la educación.
Y comienzo a responder esta pregunta por el concepto
general de la educación, porque entendemos que la herramienta más
importante que podemos desarrollar, a la que hay que apostar, a la que
tenemos que darle un papel absolutamente prioritario para que en nuestro
país, nuestra gente, el futuro de nuestros jóvenes, el desarrollo
humano, se puedan realmente consolidar rompiendo estructuras que
comprimen, que aprietan, que quitan libertad, como decía Edison, es la
educación.
El Uruguay se ha destacado históricamente en el
contexto internacional por el nivel educativo de su gente. Estamos
quedándonos un poco rezagados en esta historia. De los países de la
región, el Uruguay es uno de los que destina el menor porcentaje de su
Producto Bruto Interno para la educación. Queremos debatir esta
situación y en la medida de las posibilidades que tiene este gobierno
que, como dije al principio, son muy limitadas -recibimos un país con
muchos problemas, producto de condiciones externas e internas- realmente
ningún gobierno... porque se acostumbra a decir, el gobierno va hacer un
gran esfuerzo para que la educación tenga tanto para poder desarrollarse
¿no? No es el gobierno el que hacen el esfuerzo son los uruguayos.
Todos, los de adentro y los de afuera, porque también el Uruguay recibe
una cantidad importante de dinero de uruguayos que transitoria o
definitivamente están trabando fuera del país, pero que tienen acá sus
raíces, que tienen allá su familia, que tienen allá su gente y la ayuda
la aportan, envían cantidades importantes de dinero. El Uruguay somos
todos. El Uruguay que viven en el Uruguay pero también el Uruguay
peregrino. Bueno; es ese pueblo uruguayo en su conjunto el que va hacer
el esfuerzo para que realmente la educación como actividad prioritaria
ocupe el lugar que debe ocupar en el Uruguay para mejorar las
condiciones de vida de su gente. Pero en ciencia y tecnología
pretendemos transformarnos en el todo tecnológico del Mercosur y en esta
dirección estamos trabajando. Hay un gabinete para la innovación
científica y tecnológica creada en el seno del gobierno uruguayo que
entre otros integra el Ministro Astori. Yo le pediría a Danilo si puede
hacer alguna referencia para contestar estas preguntas, dineros,
destinos, planes
MINISTRO ASTORI: Bueno, muy buenas tardes a todos.
Creo que el Presidente acaba de dar una respuesta muy completa, desde
luego la comparto totalmente.
Nosotros estamos haciendo un gran esfuerzo financiero
en este gobierno para incrementar los recursos a disposición de la
formación educacional, pero también de la creación de conocimiento, que
es la base fundamental del progreso.
Yo diría más, creo que si solo se hicieran esfuerzos
en materia educativa, pero no tuviéramos progresos importantes en
materia de creación de conocimiento, perderíamos seguramente
posibilidades de reproducción en el futuro.
La educación es la principal prioridad del
Presupuesto Quinquenal de este gobierno, y esto se puede verificar al
comprobar la evolución en los recursos que prevemos destinar a todo el
proceso de formación educacional, Integralmente considerado.
En términos reales, el crecimiento más importante es
el de los recursos que se destinarán a la educación, que estarán
aumentando prácticamente en un 50% en cinco años, repito, en términos
reales.
Para no extenderme mucho en la respuesta, un concepto
final: el Presidente Vázquez recién mencionaba el Gabinete de la
Innovación, que integro como el muy bien lo decía, pero también lo
integra el Ministro de Educación y Cultura, el Ministro de Ganadería,
Agricultura y Pesca, el Ministro de Industria, Energía y Minería y el
Director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto.
¿Cuál es la idea con el Gabinete? La de comenzar a
lograr, desde ya, algo que nos ha pasado en Uruguay no solo en este
campo, también en el campo de las políticas sociales, que es la falta de
coordinación a nivel nacional para lograr los mejores resultados, los
impactos más significativos, a partir de los recursos que destinamos.
Uruguay no es un país donde no se realice
investigación científica extralimitada en el ámbito del sector público,
en el ámbito del sector privado; pero muchas veces con un grado de
divorcio entre quienes actúan en estos campos. Por lo tanto, no se trata
solamente de reforzar el apoyo de recursos a estas finalidades tan
estratégicas, se trata además de gastar cada vez mejor. De coordinar
esfuerzos, de tener una personalidad nacional en el campo de la creación
y la difusión del conocimiento científico.
El objetivo fundamental del gabinete es ese: tener un
espacio en el Poder Ejecutivo desde el cual armonizar esfuerzos,
intercambiar información, ir moldeando esa personalidad de la que yo
hablaba recién y, naturalmente, construir los canales de contacto de los
resultados que se vayan obteniendo, con la sociedad en su conjunto.
Gracias.
PREGUNTA: La pregunta, señor Presidente, es con
respecto a que usted había mencionado que Uruguay lo que pretende es que
sea el MERCOSUR más fuerte, más profundo; quisiera saber, ¿cómo usted ve
que Uruguay va a obtener eso de los países más grandes, particularmente
Brasil?
PRESIDENTE VAZQUEZ: Bien, hemos tomado algunas
medidas. Nos ha tocado en este momento presidir de manera pro témpore al
MERCOSUR; tiene Uruguay la presidencia del MERCOSUR. En ese sentido,
hemos programado en este semestre cuatro actividades que entendemos son
de fundamental importancia para lograr lo que usted planteaba como
pregunta. De esas cuatro actividades dos ya se desarrollaron, dos se van
a desarrollar en el mes de noviembre.
Las dos que se desarrollaron, fueron: uno, la reunión
de Ministros de Energía de los países que integramos el MERCOSUR y
países asociados -Chile, Bolivia, participó también Perú- para acordar
la construcción de un anillo energético de forma que de manera
complementaria los países de la región no vivamos la zozobra de la falta
de energía, pero además contemos con la energía necesaria para el tan
necesario crecimiento económico, sobre todo del sector productivo, base
para que el Uruguay pueda despegar, para que cualquier país de la región
pueda despegar.
Sobre la base del crecimiento económico y la
distribución justa de la riqueza es que pretendemos avanzar.
Esa reunión de Ministros se hizo, la presidió nuestro
Ministro Jorge Lepra; no sé, Jorge, si tú quieres decir algo al respecto
de la misma.
MINISTRO LEPRA: Simplemente, que vamos promoviendo
esa unión de gasoductos no tanto de Sur a Norte, como también de
Pacífico a Atlántico.
El principal problema es precisamente la integración
política y por eso era necesario y el Presidente Vázquez así lo decidió
la integración de Bolivia a este gasoducto que había nacido sin Bolivia.
Bolivia está integrado, estuvo el Ministro de hidrocarburo de Bolivia y
ahora con fondos del BID se está estudiando la viabilidad de ese
gasoducto.
PRESIDENTE VÁZQUEZ: Bien. Y con fondos, seguramente
del Fondo Monetario Internacional, la Corporación Andina, y estuvimos en
la tarde de hoy reunidos con el Secretario General de la OEA para que
nos apoye desde el punto de vista jurídico esta organización, estaremos
instrumentando un Protocolo de avance para los acuerdos políticos que en
el seno del MERCOSUR vamos a realizar en el próximo mes de diciembre.
Esa fue una reunión. La segunda reunión para intentar
fortalecer el MERCOSUR se refiere específicamente a aspectos políticos.
Se está discutiendo y hablando en los países de la región de la
necesidad de crear un Parlamento del MERCOSUR, tal cual existe el
Parlamento europeo.
Hay una Comisión Permanente Legislativa del MERCOSUR
que ha funcionado, bueno, como más o menos ha funcionado el MERCOSUR, y
se han reunido para comenzar un trabajo profundo y elaborar un documento
de cuáles serían los pasos que deberíamos dar, con seguridad, con
firmeza, para avanzar en una unidad política -no estoy hablando de
política partidaria ni ideológica- como unidad política de los países
que integran el MERCOSUR y sus asociados. Esta reunión ya se realizó, la
primera de ellas está trabajando en ese sentido. Van a haber dos
reuniones más: en el mes de noviembre una de los trabajadores del
MERCOSUR y países asociados; hay una Federación que reúne a las
centrales sindicales de los países de la región, yo ya estuve reunidos
con ellos, y van a hacer su trabajo a través de seminarios, mesas
redondas, talleres, etcétera, para definir qué concepción, cómo ven y
cómo aspiran que sea el MERCOSUR que hemos trabajado desde la región;
qué aportes pueden hacer los trabajadores de la región al MERCOSUR. Que
discutan las diferencias que hay en la legislación laboral, en la
legislación social; cuáles son las ideas que los trabajadores pueden
aportar para generar puestos de trabajos genuinos para nuestra gente,
que tienen tasas de desocupación abiertas muy alta. Esta reunión se va
hacer en el mes de noviembre.
Y va a haber una cuarta reunión en el mes de
noviembre, de empresarios, productores e integrantes del sector
financiero de los países de la región, que también buscarán definir qué
MERCOSUR quieren; cómo lo ven, cuáles serían los caminos para consolidar
el crecimiento, el intercambio, la complementaridad productiva,
financiera, cultural, educativa, en la región.
Con esto lo que intentamos es darle vida al MERCOSUR.
Hacer que el MERCOSUR se fortalezca desde sus propios actores y no que
el MERCOSUR sea el resultado de elucubraciones intelectuales,
exclusivamente en el ámbito político de sus Ministros de Relaciones
Exteriores o de los Presidentes, o de los técnicos. Porque políticamente
se puede tomar una decisión muy acertada, y ser acertada no sólo en lo
político, sino en lo jurídico e incluso buscar fines que beneficien a la
sociedad.
Pero si esa propuesta política, si esa decisión
política no está acompañada de la voluntad de la gente, de la gente que
ve hacer algo en esa dirección, seguramente por buena que sea esa
decisión política está condenada al fracaso.
Por el contrario, si hay una amplia participación de
los distintos actores, si se ponen todos los temas sobre la mesa; si se
discuten los mismos, si se buscan acuerdos, si se expande el diálogo y
se establecen bases mínimas, aunque esas bases sean mínimas van a ser
bases muy sólidas para impulsar un MERCOSUR mejor al que hoy tenemos.
En ese sentido, el que tiene una gran experiencia y
ha trabajado mucho en este tema es nuestro Canciller, el ex senador
Reinaldo Gargano; no sé si tú Gargano quieres decir alguna cosa al
respecto.
MINISTRO GARGANO: Bueno, le agradezco. Yo creo que ya
el Presidente ha explicado cuál es nuestra concepción, ¿verdad? Yo
quisiera, a efectos de una valoración del MERCOSUR, decir también que
está basado en el intercambio comercial entre los países de la región,
porque creció en forma muy importante, desde la constitución del
MERCOSUR.
Pasamos prácticamente de integrarlo nosotros de 250,
300 millones de dólares a 1000 millones de dólares; cayó esto también
producto de la crisis de factores internos y externos.
Pero la Comisión en la cual trabajamos duro para
fortalecer el MERCOSUR y para tratar de que el MERCOSUR se extienda y
comprenda a otros países de América del Sur es que llevemos adelante la
complementariedad en nuestras infraestructuras, ¿verdad? Es uno de los
temas graves que tenemos que resolverlo.
América del Sur ha sido desintegrada durante décadas,
no hay una sola carretera que una el Pacífico con el Atlántico, ni una
sola vía férrea que una el Pacífico con el Atlántico.
La Hidrovía que conforman el Paraná, el Paraguay y el
Uruguay es una formidable carretera fluvial, que tiene muy poco costo de
mantenimiento, y que se podría volcar a favor del desarrollo.
El anillo energético del que hablaba Lepra es un
trabajo muy intenso y lo venimos desarrollando para asegurar que el
Continente, que tiene posibilidades de reservas petroleras y de gas para
abastecer prácticamente a la región durante 200 años, esté
interconectado y que no ocurra por ejemplo que nosotros estuviéramos
dependiendo, en enero y en febrero, de que lloviera para que las
represas pudieran producir energía eléctrica en junio y no quedarnos a
oscuras.
Cuando se creó el MERCOSUR, el Presidente de aquel
momento, que era el doctor Lacalle, decía: "ahora hay un mercado de 200
millones de habitantes"; lo que a nosotros nos parece muy importante es
que el mercado se expanda, en lugar de ser de 200 millones de habitantes
sea de 400 millones de habitantes, si es posible.
Es necesario que se interconecte las cadenas
productivas, y el desarrollo y la infraestructura posibilita eso,
¿verdad? Que se cree una cadena productiva que comprenda la tecnología
del Uruguay, de la Argentina y el desarrollo tecnológico de Brasil.
Yo termino, diciendo una cosa, Presidente, permítame
repetir lo que usted me ha oído decir algunas otras veces. Vivimos
nosotros en un continente, Sudamérica, hablando de nuestra América; que
tiene todos los recursos, minerales, petroleros, gasíferos, de
alimentos. No podemos olvidar que Brasil es el primer exportador de soja
del mundo, y exporta un millón de toneladas de carne al año. Y
Argentina, que ha sido tan golpeada por la crisis, exporta 130 millones
de toneladas de carne.
De modo, que nuestro continente sudamericano puede
dar de comer no solo a 400 millones, sino a cuatro mil millones.
Pero, como decía el Presidente, necesitamos acceso a
los mercados. Los que tienen hambre no nos pueden comprar porque no
tienen dinero. Y los que tienen dinero no nos compran para proteger sus
propios mercados.
Entonces, sin duda, hay que cambiar muchas cosas.
Pero vamos a tener una voz común, si no unimos y desarrollamos
jurídicamente también esta región latinoamericana en un proceso de
integración único. Gracias.
PERIODISTA: Señor Presidente, buenas tardes. Yo le
quería preguntar, ¿cómo calificaría usted la relación de su gobierno con
el gobierno de George W. Bus? Y también le quería preguntar, ¿cuál es el
objetivo real de su visita a Washington? Porque, yo sé que usted tiene
una extensa agenda de actividades, pero no lo recibe nadie en el
Departamento de Estado, en el Tesoro, en el Pentágono, en la Casa
Blanca, cualquier autoridad nacional. ¿A qué se debe su vista a
Washington? ¿O es que cambió una reunión prevista y tuvo que cancelarse?
¿A qué se debe su visita?
PRESIDENTE VAZQUEZ: Bien; con respecto al
relacionamiento con los Estados Unidos de Norteamérica, creo que lo dije
e intenté hacerlo con la mayor claridad posible, tenemos una excelente
relación con los Estados Unidos de Norteamérica. Desde el punto de vista
comercial, reitero, hemos exportado el 20% de nuestros productos, a
Estados Unidos lo debemos identificar como el mayor comprador de nuestra
carne vacuna. Y aspiramos, pretendemos, a aumentar ese intercambio
comercial con los Estados Unidos de América y aumentar el intercambio y
el relacionamiento diplomático, cultural, científico con los Estados
Unidos de Norteamérica.
Yo debo decir que al otro día de asumir, el 2 de
marzo, recibí un llamado telefónico del Presidente Bus, con el que tuve
una extensa conversación telefónica; que fue muy amable, muy simpático y
acordamos en su momento mantener -él mismo me lo propuso- una
reunión personal para conversar de distintos aspectos vinculados al
relacionamiento entre nuestros países.
Hace poquitos días atrás, no más de tres o cuatro,
estuvo acá en Washington el Vicepresidente de la República, el señor
Rodolfo Nin Novoa; se entrevistó con la señora Condoleezza Rice. Las
primeras palabras, estaba el señor Embajador presente, que me gustaría
si usted señor Embajador que usted las escuchó, a mi me las contó
Rodolfo Nin y usted; las primeras palabras de la señora Condoleezza
Rice, ¿cuáles fueron?
EMBAJADOR GIANELLI: La señora Condoleezza Rice le
dijo al Vicepresidente que no le importaba si los gobiernos eran de
derecha, de izquierda o de centro, sino que fueran democráticos. Eso fue
lo que le dijo la Secretaria de Estado al señor Vicepresidente.
PRESIDENTE VÁZQUEZ: Es decir, que debo decir también
que, yo no sé si esto lo dicen las Sagradas Escrituras, Danilo...
MINISTRO ASTORI: Ya te digo si es verdad.
PRESIDENTE VÁZQUEZ: O como me lo enseñaron los
Salesianos de La Teja,
pero de todas formas consiste en que tu mano derecha
no sepa lo que dio tu mano izquierda , o al revés; no sé cuál de
ellas...
Es decir, yo creo que nosotros hemos sido fiel a esa
idea, a ese pensamiento. Pero debo decir que en función de tan dolorosos
sucesos acaecidos con el paso del Huracán Katrina por los Estados Unidos
de Norteamérica y el sufrimiento que el pueblo norteamericano de Nueva
Orleáns ha experimentado, el Uruguay en la humildad de sus recursos
económicos y materiales se ha puesto a disposición para ayudar al
gobierno y al pueblo de los Estados Unidos de Norteamérica; hemos
ofrecido y creo que vienen en viaje dos unidades potabilizadoras de agua
que fueron diseñadas en nuestro país por los técnicos correspondientes,
para venir a trabajar sobre el agua, para potabilizarla, elemento
fundamental para evitar no solo la sed, sino la inseminación de otro
tipo de enfermedades y también hemos hecho donaciones de cantidades
importantes de leche en polvo. Quiere decir que las relaciones son las
mejores.
Con respecto a la última parte de su pregunta,
efectivamente estaba prevista una reunión con el señor Presidente de los
Estados Unidos, aquí, en Washington, pero por los hechos a los que acabo
de hacer mención el señor Presidente ha suspendido las entrevistas, por
ese motivo no me reuniré con él.
De cualquier manera, había una segunda razón por la
veníamos a Washington, y es que veníamos a acompañar en su despedida de
la Presidencia del BID a nuestro querido compatriota Enrique Iglesias,
con el que vamos a estar almorzando mañana y cerrando con él el ciclo de
almuerzos que hace la Presidencia del BID con presidentes de países que
visitaron los Estados Unidos.
PERIODISTA: Escuché hablar del Departamento Número
20, una forma de integrar a los compatriotas que están en el exterior.
¿De qué manera se puede contribuir?
PRESIDENTE VAZQUEZ: El señor Canciller le va a
responder esa pregunta.
MINISTRO GARGANO: Muchas gracias por la pregunta. En
primer lugar, responder a los graves problemas que vivimos los uruguayos
en forma muy intensa. Usted, que es una de las representantes de este
Uruguay peregrino, del que hablaba el señor Presidente: tres millones y
medio de habitantes, y casi seiscientos mil uruguayos viviendo en el
exterior.
Enrique Iglesias, que es un hombre muy talentoso y
verdadero pragmático, en una reunión que hicimos estudiando esta
realidad, en noviembre del año pasado, después de las elecciones, dijo
si se aplicara este porcentaje, que es el 15 por ciento de la población
uruguaya que está fuera del país, a Brasil serían 30 millones de
brasileños estarían afuera.
Hemos sufrido una sangría de gente no solo muy
calificada técnicamente, de lo cual aquí hay varios representantes, sino
también de un montón de gente que ustedes bien saben tienen una raíz
productiva.
¿Qué hemos hecho en el Ministerio, desde que
llegamos? Poner en práctica una serie de ideas que desde antes veníamos
madurando, como fue crear en Relaciones Exteriores junto al departamento
consular un departamento que asumiera la tarea de relacionamiento con
los uruguayos en el exterior, para ver qué hacen y cuántos son; dónde
están, cómo se les puede ayudar y cómo pueden ellos ayudar al país.
El Departamento 20 se refiere a nombre del
Departamento 20, porque Uruguay ya tiene una división territorial y
tenemos 19 departamentos, entonces, decimos que el 20 está afuera.
PRESIDENTE VAZQUEZ: Bien. Sinceramente quiero en mi
nombre y en nombre de mis compañeros, agradecer a las autoridades por
esta oportunidad tan importante para nosotros, realmente muy valioso, y
a todos ustedes por el tiempo que hemos tenido en compartir. Muchas
gracias. |