29/09/05


BROVETTO PRECONIZÓ INCORPORACIÓN DEL TEMA DERECHOS HUMANOS A TODO EL SISTEMA EDUCATIVO
El Ministro de Educación y Cultura, Ing. Quím. Jorge Brovetto, reivindicó hoy la importancia global del debate sobre derechos humanos en el Seminario "Hacia un Plan Nacional de Educación en Derechos Humanos" realizado en el Salón de Actos de la Unión Postal.

El mismo se desarrolla en cumplimiento de uno de los objetivos de la Dirección del Plan Nacional de Educación en Derechos Humanos del Ministerio de Educación y Cultura.

Brovetto reafirmó la necesidad que tiene el sistema educativo de incorporar este Plan a su operativa.  El jerarca se refirió al rol de Estado y a la enseñanza pública desde un proceso que se proponga cumplir con ese objetivo.

El Plan mencionado deberá establecer conceptos y contenidos básicos de derechos humanos, aplicables a todas las instancias educativas del país, públicas y privadas, formales e informales, sin perjuicio de las competencias o responsabilidades específicas de las diferentes instituciones de educación.

El Rector de la Universidad de la República, Ing. Rafael Guarga, presente en dicho Seminario, planteó que la Universidad ha sido fiel a su lucha por el reconocimiento de la dignidad de la persona, desde la perspectiva del respeto, la tolerancia y la solidaridad.

Por su parte el Coordinador y Representante residente de Naciones Unidas, Pablo Mandeville abordó el tema de los derechos humanos desde una perspectiva integral e interdependiente, incluyendo tanto los derechos civiles y políticos, como los económicos, sociales y culturales, así como también los derechos de naturaleza colectiva, como lo son los derechos a la paz, al desarrollo y al medio ambiente.

PALABRAS DEL MINISTRO DE EDUCACION Y CULTURA, ING. QUIM. JORGE BROVETTO, EN EL SEMINARIO “HACIA UN PROGRAMA NACIONAL DE EDUCACION SOBRE DERECHOS HUMANOS” QUE TUVO LUGAR HOY EN LA SEDE DE LA UNION POSTAL DE LAS AMERICAS, ESPAÑA Y PORTUGAL.

MINISTRO BROVETTO: Señores representantes de organismos internacionales, de organismos públicos uruguayos, profesores,  representantes civiles y militares, amigos todos.

Ya el representante residente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y el Rector de la Universidad han marcado lo que representa este seminario. Por lo tanto, voy a referirme específicamente al compromiso del gobierno nacional a través, en este caso, del Ministerio de Educación y Cultura, y su Dirección de Derechos Humanos con el tema.

Deseo relatarles que antes inclusive, de acceder al gobierno nacional, habíamos decidido conformar dentro del Ministerio una dirección especialmente dedicada al tema de Derechos Humanos. Estábamos convencidos -y lo hemos comprobado- que era una carencia en nuestro sistema nacional y para ello conformamos entonces, decía, la Dirección de Derechos Humanos del Ministerio y recurrimos a la experiencia, al conocimiento, a la dedicación y al compromiso de la Dra. María Elena Martínez para ponerlo en funcionamiento. En tan sólo seis meses se ha dado un vuelco fundamental en el abordaje del tema. Estamos absolutamente convencidos de que este es un tema central en el cual está en juego el destino del país. Y cuando digo destino me estoy refiriendo no sólo al momento que vivimos, sino a la creación de futuro. Solamente a modo de ejemplo digamos que la educación en Derechos Humanos y el derecho humano a la educación es un ejemplo claro de lo que pretendemos.

En ese sentido, como punto de partida, hemos comenzado a trabajar con el sistema público de educación, pero por supuesto, a los efectos de incorporar inmediatamente a todos los actores, a los actores públicos y privados en el tema educativo. Y ya entre paréntesis quiero comunicar a toda la audiencia la ausencia involuntaria del Dr. Luis Yarzábal, Presidente del CODICEN, de la ANEP, por no tener la posibilidad de estar en dos lados al mismo tiempo y estar en este momento en la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados presentando y defendiendo su proyecto de Presupuesto para el quinquenio, el proyecto de presupuesto del quinquenio de la Administración Nacional de la Educación Pública.

Ese compromiso con la educación, entre otros, está demostrado justamente en la decisión prioritaria que ha tomado este gobierno en la instancia presupuestal de poner el acento en el tema educativo y en el tema de salud y, además, enfrentar una de las cosas que más pegan sobre nuestras conciencias y sobre nuestros corazones, y es el estado en el que se encuentra un alto porcentaje de los habitantes de este país, particularmente niños y mujeres por su grado de pobreza y de exclusión.

De allí, también, el compromiso de llevar a la práctica esta lucha por los derechos humanos, comenzando con este Ministerio de Desarrollo Social que está encarando el tema de la emergencia social.

Estos son sólo algunos ejemplos de los que –creemos- es la responsabilidad de un gobierno para llevar a la práctica y a la realidad los derechos humanos. Creo quizás que la forma de comprender y de transmitir lo que representa el real ejercicio de los derechos humanos es el de pensar en el compromiso social; que todos y cada uno de sus integrantes puedan desarrollar en plenitud todas sus capacidades, todos sus talentos, todas sus inquietudes y todo aquello para lo cual se siente impulsado.

Quizás la mejor demostración de violencia sea la de aquella sociedad que no permite,  el desarrollo de todos los talentos, de todas las virtudes, de todas las posibilidades de cada ser.

Por lo tanto estamos comprometidos en impulsar todos y cada uno de los derechos humanos. Por supuesto, nuestra visión no es la visión exclusivamente de los derechos humanos enfrentados al tema de un período difícil, oscuro, que vivió el país. Pero si no lo podemos ocultar, debemos ponerlo arriba de la mesa igual que a todo el resto de los derechos humanos, sobre todo porque esto representa encarar un cambio, el cambio de no estigmatizar el estudio de los derechos humanos sino que es una obligación de toda sociedad incorporarlos a todo su sistema educativo y en todas sus formas de vida.

Como se dijo muy bien, no sólo en el sistema público y privado formal sino también en el informal. El conocimiento, el análisis para demostrar en cuánto los estamos cumpliendo y en cuánto somos conscientes o inconscientes de que aún no cumplimos con los derechos humanos en toda su plenitud; los económicos, los sociales, los educativos, los de todo tipo: analizarlos, profundizarlos, debatir sobre ellos y sobre todo -y a esto me he querido referir- el compromiso del gobierno de llevarlos a la práctica en diálogo con la sociedad civil,  en diálogo con el sector militar y, en definitiva, en diálogo entre todos.

Tengan la certeza de que este gobierno llevará adelante con responsabilidad y estará abierto a todas las críticas para poder mejorar aquello que no haya emprendido correctamente. Es, como decía al principio, el destino de toda la población: ésta -y la futura- las que están en juego. Muchas gracias. 

PALABRAS DEL RECTOR DE LA UNIVERSIDAD DE LA REPUBLICA, ING. RAFAEL GUARGA

GUARGA: Señor Ministro de Educación y Cultura, Jorge Brovetto, señor director del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Pablo Mandeville; señora directora de la Dirección de Derechos Humanos del Ministerio de Educación y Cultura, Dra. María Elena Martínez; señoras y señores; representantes civiles y militares de la sociedad uruguaya.

Para nosotros también, como lo decía Mandeville, es un honor y una satisfacción estar aquí en el inicio de este seminario.

Son múltiples los ejemplos que podríamos acercar a ustedes en relación a la preocupación constante por el respeto de los derechos humanos, que la Universidad de la República ha mostrado en diversas y variadas acciones desde tiempos lejanos.

Al respecto, el rol de la Universidad ha sido relevante en la formación humanista de especialistas que han proyectado sus conocimientos en diversas áreas, así como también en la instrumentación de acciones cuya esencia ha sido la promoción de los derechos de las personas que habitan en nuestra comunidad.

Atento al propio espíritu que se plasma categóricamente en el artículo 2º de  nuestra Ley Orgánica, la Universidad ha sido fiel a su lucha por el reconocimiento de la dignidad de la persona, desde la perspectiva del respeto, la tolerancia y la solidaridad.

Sin perjuicio de esta innegable proyección cívica -que identifica a la Universidad desde su fundación- hoy se ha instalado en el seno de la Universidad un proceso de transformación académica muy significativo.

Esta transformación, que viene operándose, pone de manifiesto una preocupación general por la construcción teórica y práctica de una perspectiva educativa centrada en la temática de los derechos humanos como fundamento de todos los estudios y especializaciones.

Este proceso, cuyos cambios se están generando en forma paulatina, resulta claramente armónico con las manifestaciones y pronunciamientos emanados de la comunidad internacional en el área de la educación y la cultura.

En tal sentido, como elemento que lo acredita, puede destacarse que la Universidad de la República ha sido pionera, a nivel nacional, en el cumplimiento de las recomendaciones enunciadas por las Naciones Unidas, en relación a la década para la educación en derechos humanos, transcurrida desde 1994 a 2004, así como también las emanadas del plan de acción elaborado por UNESCO en virtud de dichas recomendaciones.

En base a estos logros, la experiencia de la Universidad de la República en la materia que nos convoca, liderando al conjunto de universidades públicas nucleadas en el llamado grupo Montevideo, constituye, a la fecha, un ejemplo pertinente de la concreción de las recomendaciones internacionales.

Podemos destacar que algunas de ellas han sido tomadas por instituciones universitarias del exterior como modelo para la implementación de iniciativas que efectivamente promueven la incorporación de los derechos humanos en forma transversal en toda la currícula académica.

La Universidad es consciente de la importancia fundamental de educar desde la perspectiva de los derechos humanos. Es consciente también de que el proceso que lo habilita comienza en las etapas iniciales de la existencia de la persona y se prolonga por toda la vida sin permitir interrupciones.

Los estudios universitarios completan la formación del individuo en áreas concretas. No creemos válido considerar que quienes ingresan a la Universidad han culminado ya su formación cívica basados en el respeto de los derechos de las personas como fundamento de su accionar. Al contrario. Consideramos que la promoción de esta perspectiva constituye un tramo esencial del círculo formativo en el cual se introduce al ser humano desde que inicia su educación.  Su abordaje resulta ser una de las partes esenciales de la elaboración y puesta en marcha de un necesario plan nacional de educación en derechos humanos que permitirá, a través de pautas y lineamientos generales, impregnar y enriquecer en forma integral todo el proceso educativo en Uruguay tal cual lo vienen haciendo otros países de América Latina.

La incorporación a la que apuntamos a nivel terciario implica introducir una conciencia cívica que contribuya a fortalecer en forma integral el accionar cívico y profesional de todos quienes estudien y enseñen en nuestra casa de estudios. Esto supone, en forma concreta, elaborar contenidos cuya plataforma radique en los principios que informan los derechos y deberes, así como también la estimulación de metodologías que promuevan tales contenidos. El principal desafío de la educación en derechos humanos, a nivel terciario, es hacer comprender a la Universidad, y a las universidad en su conjunto, que la temática del respeto a los derechos humanos forma parte de la entidad misma de nuestra institución como parte de la esencia propia del proceso educativo. El abordaje de la temática de los derechos humanos exige una dimensión amplia, que no nos limite a fronteras ni a tiempos.

Esta perspectiva integral, que deberá impregnar las carreras universitarias, implica un compromiso educativo asumido desde todas ellas. Es en todas y cada una de estas disciplinas donde podemos encontrar elementos que informan los principios fundamentales de los derechos humanos con una misma lectura basada, en la naturaleza humana más allá de la variaciones que la propia especialidad puede atribuirle en forma específica y útil.

La construcción de los derechos humanos es una obra sin fin. El proceso educativo es, sin lugar a dudas, un elemento teórico fundamental para proyectar la solidez de un edificio cuyos pilares encuentran su razón de ser en el reconocimiento de la dignidad de los seres humanos. Muchas gracias.

PALABRAS DEL COORDINADOR RESIDENTE DE LAS NACIONES UNIDAS Y REPRESENTANTE RESIDENTE DEL PNUD EN URUGUAY, PABLO MANDEVILLE

MANDEVILLE: Señor Ministro de Educación y Cultura, ingeniero Jorge Brovetto; señor Rector de la Universidad de la República, ingeniero Rafael Guarga; doctora María Elena Martínez, Coordinadora del Área de Derechos Humanos; señores representantes de Instituciones de Educación Pública y privada, señores representantes organizaciones de la sociedad civil, señoras y señores docentes, señoras y señores amigas y amigos todos. Buenos días

Es para mí un honor inaugurar este evento llamado a ser apenas el primer paso de un largo camino que recorreremos juntos, quienes estamos aquí y muchos más, hacia un Plan Nacional de Educación en Derechos Humanos.

Es doblemente gratificante estar con ustedes, porque este primer paso que convoca a todos los actores directamente vinculados a la Educación, podamos junto al Ministerio de Educación y Cultura y a su área de Derechos Humanos.

Al señor Ministro de Educación y Cultura ingeniero Jorge Brovetto y a la doctora María Elena Martínez, Coordinadora del Área de Derechos Humanos, va nuestro reconocimiento por esta iniciativa y por su compromiso con los derechos humanos.

Esta es la primera convocatoria de un proceso ampliamente inclusivo que apunta avanzar de manera significativa en materia de educación en un área tan importante, tan sensible, como es el área de derechos humanos.

Se abordarán los derechos humanos desde una perspectiva integral e interdependiente, incluyendo tanto los derechos civiles y políticos, como los económicos, sociales y culturales, así como también los derechos de naturaleza colectiva, como lo son los derechos a la paz, al desarrollo y al medio ambiente.

El 10 de diciembre de 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó y proclamó la Declaración Universal de Derechos Humanos. Tras este acto histórico de proclamación, la Asamblea pidió a todos los países miembros que publicaran el texto de la Declaración, dando instrucciones precisas para que in situ, distribuido, expuesto, leído y comentado en las escuelas y otros establecimientos de enseñanza, siendo distribución fundada en la condición política de los países o de los territorios. Eso muestra que desde el primer momento se tuvo conciencia de que este conjunto de derechos no se había conocido y diseminado suficientemente si no lo era a través de la Enseñanza. 

Es por eso que hoy también el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, apoya esta iniciativa que convoca a todos los actores, sectores y niveles de la enseñanza pública y privada, formal y no formal, a una reflexión sobre como se incorporan los derechos humanos en la educación uruguaya, impregnándola en todas sus dimensiones.

Sin la más amplia participación de todos los actores no será posible vivir plenamente todos los derechos.

Tampoco se logrará sin una estrategia sostenida de protección y promoción a través de la educación. Se trata de una apuesta a la construcción de una ciudadanía informada y responsable, capacitada y empoderada para apropiarse y reivindicar los derechos humanos.

 Una ciudadanía que ya no será objeto o beneficiaria pasiva de derechos, sino sujeto de los derechos plenamente titular de los derechos humanos para poder ejercerlos como le corresponde hacerlo en democracia.

La educación en materia de derechos humanos promueve valores, principios, creencias y actitudes que alientan a todas las personas a defender y ejercer sus derechos y los de los demás; la educación en materia de derechos humanos contribuye de manera esencial a la prevención de abusos y a la lucha contra los abusos. Es una apuesta a favor de una sociedad más responsable, más libre y más justa, en la que los derechos humanos de toda persona sean valorados respetados y protegidos.

Naciones Unidas define la educación en la esfera de los derechos humanos como el conjunto de actividades de capacitación, difusión e información orientadas a crear una cultura universal en la esfera de los derechos humanos, actividades que se realizan transmitiendo conocimientos y moldeando actitudes y cuya finalidad es: primero, fortalecer el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales. Segundo, desarrollar plenamente la personalidad humana y el sentido de la dignidad del ser humano. Tercero, promover la comprensión, la tolerancia, la igualdad entre los sexos, la coexistencia pacífica entre naciones, grupos étnicos, religiosos, culturales y lingüísticos. Cuarto, facilitar la participación efectiva de la ciudadanía en una sociedad más libre, más justa, más democrática. Y quinto, intensificar las actividades de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas. En el marco del decenio de las Naciones Unidas para la educación en la esfera de los derechos humanos se acordó un conjunto de directrices para la elaboración de planes nacionales de acción para la educación en derechos humanos; estas directrices incluyen la recomendación de elaborar un plan de acción, cuyos objetivos son estimular y apoyar las actividades e iniciativas de alcance nacional y local y promover el concepto de asociación y alianza entre gobiernos, organizaciones intergubernamentales, organizaciones no gubernamentales, asociaciones de profesionales particulares, educadores de todos los niveles y campos de actividad y vastos sectores de la sociedad civil en pos de un plan nacional de educación en derechos humanos.

Naciones Unidas exhorta a aquellos países que no han elaborado su plan nacional de educación en derechos humanos a que lo hagan antes del 2008.  Hoy nos convoca una tarea profundamente humana con la cual todos debemos asumir un compromiso impostergable porque ya no pueden esperar más ni los niños ni los jóvenes ni el resto de la sociedad a que algo tan esencial como la educación en derechos humanos sea parte integral de su ser y de su desarrollo para beneficio de todas y de todos. Gracias.

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