BROVETTO PRECONIZÓ INCORPORACIÓN DEL TEMA DERECHOS
HUMANOS A TODO EL SISTEMA EDUCATIVO
El Ministro de Educación y Cultura, Ing. Quím.
Jorge Brovetto, reivindicó hoy la importancia global del debate sobre
derechos humanos en el Seminario "Hacia un Plan Nacional de
Educación en Derechos Humanos" realizado en el Salón de Actos de
la Unión Postal.
El mismo se
desarrolla en cumplimiento de uno de los objetivos de la Dirección del
Plan Nacional de Educación en Derechos Humanos del Ministerio de
Educación y Cultura.
Brovetto reafirmó
la necesidad que tiene el sistema educativo de incorporar este Plan a su
operativa. El jerarca se
refirió al rol de Estado y a la enseñanza pública desde un proceso
que se proponga cumplir con ese objetivo.
El Plan mencionado deberá establecer conceptos y
contenidos básicos de derechos humanos, aplicables a todas las
instancias educativas del país, públicas y privadas, formales e
informales, sin perjuicio de las competencias o responsabilidades específicas
de las diferentes instituciones de educación.
El Rector de la Universidad de la República, Ing.
Rafael Guarga, presente en dicho Seminario, planteó que la Universidad
ha sido fiel a su lucha por el reconocimiento de la dignidad de la
persona, desde la perspectiva del respeto, la tolerancia y la
solidaridad.
Por su parte el Coordinador y Representante residente
de Naciones Unidas, Pablo Mandeville abordó el tema de los derechos
humanos desde una perspectiva integral e interdependiente, incluyendo
tanto los derechos civiles y políticos, como los económicos, sociales
y culturales, así como también los derechos de naturaleza colectiva,
como lo son los derechos a la paz, al desarrollo y al medio ambiente.
PALABRAS DEL MINISTRO DE EDUCACION Y CULTURA, ING.
QUIM. JORGE BROVETTO, EN EL SEMINARIO “HACIA UN PROGRAMA NACIONAL DE
EDUCACION SOBRE DERECHOS HUMANOS” QUE TUVO LUGAR HOY EN LA SEDE DE LA
UNION POSTAL DE LAS AMERICAS, ESPAÑA Y PORTUGAL.
MINISTRO BROVETTO: Señores representantes de
organismos internacionales, de organismos públicos uruguayos,
profesores, representantes
civiles y militares, amigos todos.
Ya el representante residente del Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo y el Rector de la Universidad han
marcado lo que representa este seminario. Por lo tanto, voy a referirme
específicamente al compromiso del gobierno nacional a través, en este
caso, del Ministerio de Educación y Cultura, y su Dirección de
Derechos Humanos con el tema.
Deseo relatarles que antes inclusive, de acceder al
gobierno nacional, habíamos decidido conformar dentro del Ministerio
una dirección especialmente dedicada al tema de Derechos Humanos. Estábamos
convencidos -y lo hemos comprobado- que era una carencia en nuestro
sistema nacional y para ello conformamos entonces, decía, la Dirección
de Derechos Humanos del Ministerio y recurrimos a la experiencia, al
conocimiento, a la dedicación y al compromiso de la Dra. María Elena
Martínez para ponerlo en funcionamiento. En tan sólo seis meses se ha
dado un vuelco fundamental en el abordaje del tema. Estamos
absolutamente convencidos de que este es un tema central en el cual está
en juego el destino del país. Y cuando digo destino me estoy refiriendo
no sólo al momento que vivimos, sino a la creación de futuro.
Solamente a modo de ejemplo digamos que la educación en Derechos
Humanos y el derecho humano a la educación es un ejemplo claro de lo
que pretendemos.
En ese sentido, como punto de partida, hemos
comenzado a trabajar con el sistema público de educación, pero
por supuesto, a los efectos de incorporar inmediatamente a todos los
actores, a los actores públicos y privados en el tema educativo. Y ya
entre paréntesis quiero comunicar a toda la audiencia la ausencia
involuntaria del Dr. Luis Yarzábal, Presidente del CODICEN, de la ANEP,
por no tener la posibilidad de estar en dos lados al mismo tiempo y
estar en este momento en la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara
de Diputados presentando y defendiendo su proyecto de Presupuesto para
el quinquenio, el proyecto de presupuesto del quinquenio de la
Administración Nacional de la Educación Pública.
Ese
compromiso con la educación, entre otros, está demostrado justamente
en la decisión prioritaria que ha tomado este gobierno en la instancia
presupuestal de poner el acento en el tema educativo y en el tema de
salud y, además, enfrentar una de las cosas que más pegan sobre
nuestras conciencias y sobre nuestros corazones, y es el estado en el
que se encuentra un alto porcentaje de los habitantes de este país,
particularmente niños y mujeres por su grado de pobreza y de exclusión.
De
allí, también, el compromiso de llevar a la práctica esta lucha por
los derechos humanos, comenzando con este Ministerio de Desarrollo
Social que está encarando el tema de la emergencia social.
Estos
son sólo algunos ejemplos de los que –creemos- es la responsabilidad
de un gobierno para llevar a la práctica y a la realidad los derechos
humanos. Creo quizás que la forma de comprender y de transmitir lo que
representa el real ejercicio de los derechos humanos es el de pensar en
el compromiso social; que todos y cada uno de sus integrantes puedan
desarrollar en plenitud todas sus capacidades, todos sus talentos, todas
sus inquietudes y todo aquello para lo cual se siente impulsado.
Quizás
la mejor demostración de violencia sea la de aquella sociedad que no
permite, el desarrollo de
todos los talentos, de todas las virtudes, de todas las posibilidades de
cada ser.
Por
lo tanto estamos comprometidos en impulsar todos y cada uno de los
derechos humanos. Por supuesto, nuestra visión no es la visión
exclusivamente de los derechos humanos enfrentados al tema de un período
difícil, oscuro, que vivió el país. Pero si no lo podemos ocultar,
debemos ponerlo arriba de la mesa igual que a todo el resto de los
derechos humanos, sobre todo porque esto representa encarar un cambio,
el cambio de no estigmatizar el estudio de los derechos humanos sino que
es una obligación de toda sociedad incorporarlos a todo su sistema
educativo y en todas sus formas de vida.
Como
se dijo muy bien, no sólo en el sistema público y privado formal sino
también en el informal. El conocimiento, el análisis para demostrar en
cuánto los estamos cumpliendo y en cuánto somos conscientes o
inconscientes de que aún no cumplimos con los derechos humanos en toda
su plenitud; los económicos, los sociales, los educativos, los de todo
tipo: analizarlos, profundizarlos, debatir sobre ellos y sobre todo -y a
esto me he querido referir- el compromiso del gobierno de llevarlos a la
práctica en diálogo con la sociedad civil,
en diálogo con el sector militar y, en definitiva, en diálogo
entre todos.
Tengan la certeza de que este
gobierno llevará adelante con responsabilidad y estará abierto a todas
las críticas para poder mejorar aquello que no haya emprendido
correctamente. Es, como decía al principio, el destino de toda la
población: ésta -y la futura- las que están en juego. Muchas gracias.
PALABRAS DEL RECTOR DE LA UNIVERSIDAD DE LA
REPUBLICA, ING. RAFAEL GUARGA
GUARGA: Señor Ministro de Educación y Cultura,
Jorge Brovetto, señor director del Programa de las Naciones Unidas para
el Desarrollo, Pablo Mandeville; señora directora de la Dirección de
Derechos Humanos del Ministerio de Educación y Cultura, Dra. María
Elena Martínez; señoras y señores; representantes civiles y militares
de la sociedad uruguaya.
Para nosotros también, como lo decía Mandeville, es
un honor y una satisfacción estar aquí en el inicio de este seminario.
Son múltiples los ejemplos que podríamos acercar a
ustedes en relación a la preocupación constante por el respeto de los
derechos humanos, que la Universidad de la República ha mostrado en
diversas y variadas acciones desde tiempos lejanos.
Al respecto, el rol de la Universidad ha sido
relevante en la formación humanista de especialistas que han proyectado
sus conocimientos en diversas áreas, así como también en la
instrumentación de acciones cuya esencia ha sido la promoción de los
derechos de las personas que habitan en nuestra comunidad.
Atento al propio espíritu que se plasma categóricamente
en el artículo 2º de nuestra
Ley Orgánica, la Universidad ha sido fiel a su lucha por el
reconocimiento de la dignidad de la persona, desde la perspectiva del
respeto, la tolerancia y la solidaridad.
Sin perjuicio de esta innegable proyección cívica
-que identifica a la Universidad desde su fundación- hoy se ha
instalado en el seno de la Universidad un proceso de transformación
académica muy significativo.
Esta transformación, que viene operándose, pone de
manifiesto una preocupación general por la construcción teórica y práctica
de una perspectiva educativa centrada en la temática de los derechos
humanos como fundamento de todos los estudios y especializaciones.
Este proceso, cuyos cambios se están generando en
forma paulatina, resulta claramente armónico con las manifestaciones y
pronunciamientos emanados de la comunidad internacional en el área de
la educación y la cultura.
En tal sentido, como elemento que lo acredita, puede
destacarse que la Universidad de la República ha sido pionera, a nivel
nacional, en el cumplimiento de las recomendaciones enunciadas por las
Naciones Unidas, en relación a la década para la educación en
derechos humanos, transcurrida desde 1994 a 2004, así como también las
emanadas del plan de acción elaborado por UNESCO en virtud de dichas
recomendaciones.
En base a estos logros, la experiencia de la
Universidad de la República en la materia que nos convoca, liderando al
conjunto de universidades públicas nucleadas en el llamado grupo
Montevideo, constituye, a la fecha, un ejemplo pertinente de la concreción
de las recomendaciones internacionales.
Podemos destacar que algunas de ellas han sido
tomadas por instituciones universitarias del exterior como modelo para
la implementación de iniciativas que efectivamente promueven la
incorporación de los derechos humanos en forma transversal en toda la
currícula académica.
La Universidad es consciente de la importancia
fundamental de educar desde la perspectiva de los derechos humanos. Es
consciente también de que el proceso que lo habilita comienza en las
etapas iniciales de la existencia de la persona y se prolonga por toda
la vida sin permitir interrupciones.
Los estudios universitarios completan la formación
del individuo en áreas concretas. No creemos válido considerar que
quienes ingresan a la Universidad han culminado ya su formación cívica
basados en el respeto de los derechos de las personas como fundamento de
su accionar. Al contrario. Consideramos que la promoción de esta
perspectiva constituye un tramo esencial del círculo formativo en el
cual se introduce al ser humano desde que inicia su educación.
Su abordaje resulta ser una de las partes esenciales de la
elaboración y puesta en marcha de un necesario plan nacional de educación
en derechos humanos que permitirá, a través de pautas y lineamientos
generales, impregnar y enriquecer en forma integral todo el proceso
educativo en Uruguay tal cual lo vienen haciendo otros países de América
Latina.
La incorporación a la que apuntamos a nivel
terciario implica introducir una conciencia cívica que contribuya a
fortalecer en forma integral el accionar cívico y profesional de todos
quienes estudien y enseñen en nuestra casa de estudios. Esto supone, en
forma concreta, elaborar contenidos cuya plataforma radique en los
principios que informan los derechos y deberes, así como también la
estimulación de metodologías que promuevan tales contenidos. El
principal desafío de la educación en derechos humanos, a nivel
terciario, es hacer comprender a la Universidad, y a las universidad en
su conjunto, que la temática del respeto a los derechos humanos forma
parte de la entidad misma de nuestra institución como parte de la
esencia propia del proceso educativo. El abordaje de la temática de los
derechos humanos exige una dimensión amplia, que no nos limite a
fronteras ni a tiempos.
Esta perspectiva
integral, que deberá impregnar las carreras universitarias, implica un
compromiso educativo asumido desde todas ellas. Es en todas y cada una
de estas disciplinas donde podemos encontrar elementos que informan los
principios fundamentales de los derechos humanos con una misma lectura
basada, en la naturaleza humana más allá de la variaciones que la
propia especialidad puede atribuirle en forma específica y útil.
La construcción de los derechos humanos es una obra
sin fin. El proceso educativo es, sin lugar a dudas, un elemento teórico
fundamental para proyectar la solidez de un edificio cuyos pilares
encuentran su razón de ser en el reconocimiento de la dignidad de los
seres humanos. Muchas gracias.
PALABRAS DEL COORDINADOR
RESIDENTE DE LAS NACIONES UNIDAS Y REPRESENTANTE RESIDENTE DEL PNUD EN
URUGUAY, PABLO MANDEVILLE
MANDEVILLE: Señor Ministro de Educación y Cultura,
ingeniero Jorge Brovetto; señor Rector de la Universidad de la República,
ingeniero Rafael Guarga; doctora María Elena Martínez, Coordinadora
del Área de Derechos Humanos; señores representantes de Instituciones
de Educación Pública y privada, señores representantes organizaciones
de la sociedad civil, señoras y señores docentes, señoras y señores
amigas y amigos todos. Buenos días
Es para mí un honor inaugurar este evento llamado a
ser apenas el primer paso de un largo camino que recorreremos juntos,
quienes estamos aquí y muchos más, hacia un Plan Nacional de Educación
en Derechos Humanos.
Es doblemente gratificante estar con ustedes, porque
este primer paso que convoca a todos los actores directamente vinculados
a la Educación, podamos junto al Ministerio de Educación y Cultura y a
su área de Derechos Humanos.
Al señor Ministro de Educación y Cultura ingeniero
Jorge Brovetto y a la doctora María Elena Martínez, Coordinadora del
Área de Derechos Humanos, va nuestro reconocimiento por esta iniciativa
y por su compromiso con los derechos humanos.
Esta es la primera convocatoria de un proceso
ampliamente inclusivo que apunta avanzar de manera significativa en
materia de educación en un área tan importante, tan sensible, como es
el área de derechos humanos.
Se abordarán los derechos humanos desde una
perspectiva integral e interdependiente, incluyendo tanto los derechos
civiles y políticos, como los económicos, sociales y culturales, así
como también los derechos de naturaleza colectiva, como lo son los
derechos a la paz, al desarrollo y al medio ambiente.
El 10 de diciembre de 1948, la Asamblea General de
las Naciones Unidas aprobó y proclamó la Declaración Universal de
Derechos Humanos. Tras este acto histórico de proclamación, la
Asamblea pidió a todos los países miembros que publicaran el texto de
la Declaración, dando instrucciones precisas para que in situ,
distribuido, expuesto, leído y comentado en las escuelas y otros
establecimientos de enseñanza, siendo distribución fundada en la
condición política de los países o de los territorios. Eso muestra
que desde el primer momento se tuvo conciencia de que este conjunto de
derechos no se había conocido y diseminado suficientemente si no lo era
a través de la Enseñanza.
Es por eso que hoy también el Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo, apoya esta iniciativa que convoca a
todos los actores, sectores y niveles de la enseñanza pública y
privada, formal y no formal, a una reflexión sobre como se incorporan
los derechos humanos en la educación uruguaya, impregnándola en todas
sus dimensiones.
Sin la más amplia participación de todos los
actores no será posible vivir plenamente todos los derechos.
Tampoco se logrará sin una estrategia sostenida de
protección y promoción a través de la educación. Se trata de una
apuesta a la construcción de una ciudadanía informada y responsable,
capacitada y empoderada para apropiarse y reivindicar los derechos
humanos.
Una
ciudadanía que ya no será objeto o beneficiaria pasiva de derechos,
sino sujeto de los derechos plenamente titular de los derechos humanos
para poder ejercerlos como le corresponde hacerlo en democracia.
La educación en materia de derechos humanos promueve
valores, principios, creencias y actitudes que alientan a todas las
personas a defender y ejercer sus derechos y los de los demás; la
educación en materia de derechos humanos contribuye de manera esencial
a la prevención de abusos y a la lucha contra los abusos. Es una
apuesta a favor de una sociedad más responsable, más libre y más
justa, en la que los derechos humanos de toda persona sean valorados
respetados y protegidos.
Naciones Unidas define la educación en la esfera de
los derechos humanos como el conjunto de actividades de capacitación,
difusión e información orientadas a crear una cultura universal en la
esfera de los derechos humanos, actividades que se realizan
transmitiendo conocimientos y moldeando actitudes y cuya finalidad es:
primero, fortalecer el respeto de los derechos humanos y las libertades
fundamentales. Segundo, desarrollar plenamente la personalidad humana y
el sentido de la dignidad del ser humano. Tercero, promover la comprensión,
la tolerancia, la igualdad entre los sexos, la coexistencia pacífica
entre naciones, grupos étnicos, religiosos, culturales y lingüísticos.
Cuarto, facilitar la participación efectiva de la ciudadanía en una
sociedad más libre, más justa, más democrática. Y quinto,
intensificar las actividades de mantenimiento de la paz de las Naciones
Unidas. En el marco del decenio de las Naciones Unidas para la educación
en la esfera de los derechos humanos se acordó un conjunto de
directrices para la elaboración de planes nacionales de acción para la
educación en derechos humanos; estas directrices incluyen la
recomendación de elaborar un plan de acción, cuyos objetivos son
estimular y apoyar las actividades e iniciativas de alcance nacional y
local y promover el concepto de asociación y alianza entre gobiernos,
organizaciones intergubernamentales, organizaciones no gubernamentales,
asociaciones de profesionales particulares, educadores de todos los
niveles y campos de actividad y vastos sectores de la sociedad civil en
pos de un plan nacional de educación en derechos humanos.
Naciones
Unidas exhorta a aquellos países que no han elaborado su plan nacional
de educación en derechos humanos a que lo hagan antes del 2008.
Hoy nos convoca una tarea profundamente humana con la cual todos
debemos asumir un compromiso impostergable porque ya no pueden esperar más
ni los niños ni los jóvenes ni el resto de la sociedad a que algo tan
esencial como la educación en derechos humanos sea parte integral de su
ser y de su desarrollo para beneficio de todas y de todos. Gracias. |