03/10/05


UNA POLÍTICA DE DEFENSA IMPLICA LA PARTICIPACIÓN Y DIÁLOGO DE TODA LA SOCIEDAD, DIJO EL PRESIDENTE
El Presidente Tabaré Vázquez afirmó que "la formulación de una política de Defensa ha de implicar un proceso participativo y de diálogo de todos los actores de la sociedad", con el fin de "llevar adelante un concepto moderno, actualizado y profundo de la Defensa Nacional".

Tales conceptos fueron vertidos por el Primer Mandatario al asistir este lunes a la apertura de la VI Conferencia de Directores de Colegios de Defensa de Iberoamérica que, desde el 3 al 7 de octubre, tendrá lugar en la sede del Centro de Altos Estudios Nacionales (CALEN).

En la oportunidad, hizo uso de la palabra el presidente de la VI Conferencia de Directores, General Francisco Wins, cerrando la parte oratoria el Presidente de la República, Tabaré Vázquez.

En esta VI edición participan representantes de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Cuba, Ecuador, España, Honduras, México, Portugal y Venezuela.

Cabe recordar, que en ocasión de celebrarse la VIII Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno, que tuvo lugar en 1998 en Madrid, los mandatarios participantes del citado evento decidieron que a partir del año siguiente, en el marco de la cooperación y entendimiento en materia de Defensa, los países iberoamericanos deberían iniciar reuniones periódicas a través de los organismos académicos encargados de estos estudios.

En esta VI Conferencia de Directores de Colegios de Defensa de Iberoamérica el tema central tiene por título "Hacia la formulación de una política de Defensa Nacional a través de un proceso participativo y de diálogo, en un escenario de globalización, incertidumbres, riesgos y amenazas multiformes y en el contexto de esquemas subregionales de integración".

PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA REPUBLICA, TABARE VAZQUEZ, EN LA VI CONFERENCIA DE DIRECTORES DE COLEGIOS DE DEFENSA DE IBEROAMÉRICA

PRESIDENTE VAZQUEZ: Señora Ministra de Defensa Nacional, Azucena Berrutti; señor Comandante en Jefe del Ejército, Teniente General Ángel Bertolotti; señores Comandantes en Jefe de la Armada y la Fuerza Aérea; señor presidente de la VI Conferencia de Directores de Colegios de Defensa de Iberoamérica, General Francisco Wins; autoridades del Gobierno Nacional; señores legisladores presentes; señoras y señores integrantes del Cuerpo Diplomático acreditado en la República Oriental del Uruguay; autoridades nacionales y departamentales; civiles y militares; señores delegados e invitados a esta Conferencia; señoras y señores:

Como Presidente de la República y Mando Superior de las Fuerzas Armadas, me complace abrir esta VI Conferencia de Directores de Colegios de Defensa de Iberoamérica.

En nombre del Uruguay, expreso nuestra especial bienvenida a quienes llegan a esta reunión desde países hermanos y sepan que aquí no son extranjeros y que esperamos que entre nosotros se sientan como en su casa.

La temática planteada para este encuentro es tan amplia como interesante; nada menos que "Hacia la formulación de una política de Defensa Nacional, a través de un proceso participativo y de diálogo, en un escenario de globalización, incertidumbres, riesgos y amenazas multiformes, y en el contexto de esquemas subregionales de integración".

A simple vista parece una temática inabarcable en una reunión de tres días y más inabarcable aún en una intervención de pocos minutos en el Acto de Apertura de dicha reunión.

Sin perjuicio de ello, y sin pretensión alguna de abrir una polémica o cerrar un debate, quiero expresar y compartir con ustedes algunas consideraciones que estimo pertinentes a la hora de avanzar en la formulación de políticas de Defensa en el contexto del mundo actual.

Señoras y señores, hace algunos años el término globalización era poco menos que desconocido, hoy es casi una muletilla para aludir a lo que está pasando, sin saber exactamente qué está pasando, o sin definirlo con precisión.

En todo caso, ha de tenerse en cuenta que -tal como sostiene Luis Carlos Brezzer Pereira- la globalización como fenómeno real debería diferenciarse con claridad de la globalización como ideología.

En efecto, un análisis sistemático y profundo de este fenómeno demuestra que una cosa es el proceso, o conjunto de procesos, de transformación en la organización espacial de las relaciones sociales y de las transacciones, generando flujos o redes de actividad, interacción o ejercicio del poder, de carácter transcontinental o interregional; y otra -bastante diferente, por cierto- es la utilización ideológica del fenómeno de la globalización.

En otras palabras: la globalización como proceso o conjunto de procesos es ya indiscutible. Lo que hay que discutir, lo que hay que analizar y mejorar son sus consecuencias.

Y entre las consecuencias de la globalización están aquellas que afectan a tres conceptos -hasta ahora muy ligados- al orden internacional: la soberanía, la seguridad y el papel del Estado.

En efecto, primero, la realidad del mundo actual demuestra que la soberanía no es sinónimo de voluntad nacional ilimitada e incontrolable.

El derecho de intervención en los asuntos de un Estado se ha consolidado tanto el la práctica en las decisiones de las Naciones Unidas, como en la opinión pública internacional, que a menudo exige intervenciones para resolver emergencias humanitarias ante desastres naturales y conflictos internos.

¡Y vaya si nuestro país tiene ya experiencia al respecto!

Segundo, del mismo modo la seguridad ya no es solamente la integridad territorial de la nación garantizada por las Fuerzas Armadas, sino que también abarca a las amenazas o riesgos medioambientales, la delincuencia internacional, el narcotráfico y el terrorismo.

Y tercero, en lo que respecta al Estado - Nación, este pierde poder tanto ante la consolidación de organismos internacionales, o supranacionales, como ante el fortalecimiento de los gobiernos locales.

Estas profundas transformaciones, que acabamos de mencionar y que hemos priorizado desde nuestro humilde punto de vista, plantean también la necesidad de actualizar otros conceptos.

Porque la paz, tema central en nuestros días, es mucho más que la ausencia de violencia; tampoco hay paz en la desigualdad, en la intolerancia o en la indiferencia.

Porque el orden internacional no se limita a la ausencia de guerra entre Estados.

Porque la seguridad ya no depende, exclusivamente, del poderío propio de cada Estado; lo que pasó el 11 de setiembre de 2001 en Nueva York, o lo que está sucediendo en Nueva Orleáns, son prueba de ello.

Porque el destinatario final de las políticas de Defensa son los ciudadanos, es la gente.

Y porque la democracia no es solamente un régimen de gobierno, es también un impulso humano y un estado de la sociedad.

Señoras y Señores, por lo anteriormente expuesto, en forma muy esquemática por cierto, pero que ha sido en honor a la brevedad del tiempo que disponemos, resulta obvio que la formulación de una política de Defensa ha de implicar, como bien señala el titular de esta Conferencia, un proceso participativo y de diálogo de todos los actores de la sociedad; del sistema político en su conjunto, de los señores Oficiales de las Fuerzas Armadas, para llevar adelante un concepto moderno, actualizado y profundo de la Defensa Nacional.

Porque es, consecuentemente con la democracia como forma de gobierno y estado de la sociedad, que la definición de una política de Defensa -como el diseño del Presupuesto Nacional o la decisión de una determinada política pública- no puede ser una competencia exclusiva de los entendidos en la materia.

Lo he dicho muchas veces y lo reitero ahora: las líneas rectoras de las políticas de Estado requieren, a parte de sustento técnico y político, sustento social.

En la sociedad actual, ya no basta que una política de Estado sea legítima y correcta para que la ciudadanía la apruebe.

No se trata de desconocer la importancia de los aspectos técnicos, ni de buscar atajos en la institucionalidad, sino de reconocer el derecho de la gente a ser convocada y consultada sobre asuntos que hacen a su propia vida.

No es romanticismo ni populismo, es democracia.

Democracia que implica también, como muy bien lo decía el señor General, el respeto a los derechos humanos como clave de la seguridad y la defensa.

Señoras y señores, como dije anteriormente, no pretendo con esta intervención abrir polémicas ni clausurar debates, pero creo firmemente que esta VI Conferencia de Directores de Colegios de Defensa de Iberoamérica es una muy buena ocasión para reflexionar sobre temas y desafíos, que en buena medida nos son comunes. ´

Creo importante, también, que esa reflexión se haga desde la tradición que une a nuestros países; desde los valores democráticos que comparten nuestros pueblos, y hacia un futuro mejor donde las posibilidades de progreso, hoy jaqueadas por la incertidumbre, se liberen y concreten en beneficios de nuestras naciones y de la comunidad internacional, sin exclusiones. Muchas gracias.

PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA VI CONFERENCIA DE DIRECTORES DE COLEGIOS DE DEFENSA DE IBEROAMERICA, GENERAL FRANCISCO WINS

GENERAL WINS: Señor Presidente de la República, doctor don Tabaré Vázquez; señora Ministra de Defensa Nacional; señor Ministro de Turismo y Deporte; señores integrantes de las Comisiones de Defensa de las Cámaras de Senadores y Diputados; señores Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas; excelentísimos representantes diplomáticos acreditados en nuestra país; señor Secretario de la Asociación Latinoamericana de Integración; señor representante del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo; autoridades civiles y militares; camaradas; señoras y señores:

Es en el marco de la Organización Cumbre de Jefes de Estado y Gobiernos de los Países Iberoamericanos que se llevan a cabo estas conferencias de Directores de Colegios de Defensa de las respectivas naciones.

Y en mi carácter de presidente de la VI edición, cargo con el que fue distinguido el señor Director de este Centro de Altos Estudios en la ciudad de Caracas, es que tengo el honor de dirigir a ustedes estas breves palabras inaugurales.

En primer lugar, deseo destacar y agradecer la sensibilidad del Mando Superior, jerarquizando este importante evento y apoyándolo incondicionalmente en su organización, dentro de una política de austeridad que las circunstancias imponen y que compartimos plenamente.

Nuestro reconocimiento a su vez a los señores Ministros, señores Legisladores, integrantes del Poder Ejecutivo, señores Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas, distinguidos representantes diplomáticos acreditados en la República Oriental del Uruguay, que hoy nos acompañan.

Me consta que el orgullo y la honra que embarga a quien les habla, son sentimientos comunes con los demás participantes de esta VI Conferencia de la ciudad de Montevideo.

El tema central propuesto, "Hacia la formulación de una política de Defensa Nacional, a través de un proceso participativo y de diálogo, en un escenario de globalización, incertidumbres, riesgos y amenazas multiformes y en el contexto de esquemas subregionales de integración", que está marcado -como lo indica su redacción- por las dificultades implícitas en las complejidades del acentuado y heterogéneo proceso que vivimos; que implica a veces ventajas, a veces prejuicios, y siempre -en todos los casos- renovados desafíos.

La Defensa Nacional, que desde la postrimería de la Segunda Guerra Mundial se desarrolló al influjo de un mundo de hegemonía bipolar compartida, se vio distorsionada por un cambio global en la distribución del poder, por el sufrimiento de nuevas amenazas y por la reaparición -con impresionante impulso- de antiguas prácticas que erosionan la seguridad de los Estados.

En ese sentido, el terrorismo, el narcotráfico, la marginación social, el desempleo, el crimen organizado, los procesos migratorios, la violación a los derechos humanos y la agresión al ambiente, han irrumpido en el debate alterando el cariz tradicional de los conceptos.

Pero no basta con señalar estos nuevos desafíos ni aquel proceso acelerado, por el cual los efectos globales afectan las autonomías nacionales, para poder dar cuenta de las dificultades del ahora.

Es preciso agregar la incidencia de un marco internacional aún indefinido entre una unipolaridad no consolidada y una multipolaridad que se insinúa; en un entorno de expectativas acentuadas por la consolidación de las democracias en la región y también de frustraciones crecientes, porque los ideales de libertad, de justicia, de igualdad y desarrollo económico y social sustentable no acaban de concretarse; en un contexto donde las estrategias de acción unilateral en el ámbito de las relaciones interestatales socavan la vigencia del derecho internacional y relegan a las instancias de diálogo, de transacción, de acuerdo, únicos mecanismos de gestación de una paz duradera.

En este clima de inseguridad e incertidumbre que se manifiesta en el mundo, el diseño de políticas de defensa, que reconociendo las singularidades del ahora procuren afianzar la prevalencia del derecho, de la confianza recíproca y del respeto mutuo, cobran una particular importancia y avalan la trascendencia de estas jornadas que hoy comenzamos a transitar.

Con nuestra mayor calidez, más allá del cometido específico que nos ha convocado, deseo transmitir a los dignos representantes de los Colegios de Defensa de Iberoamérica, que este país los recibe con afecto y esperanza, y aspiramos puedan disfrutar de una estadía grata, en el seno de una sociedad abierta que históricamente supo acoger con grandeza las diversas corrientes inmigratorias, amalgamadas hoy en el ser nacional y que, seguramente, le hará sentir también a ustedes su fraternidad.

Con placer os hago saber que la Secretaría de Estado responsable, el Ministerio de Turismo y Deportes, ha declarado el evento de interés nacional y ha brindado un particular apoyo a las diversas actividades previstas en su programación, al igual que otras instituciones y en particular el Ejército Nacional y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, lo que valoramos en su debida dimensión al facilitarnos nuestro compromiso.

Finalmente, y con la solemne presencia del Señor Presidente de la República y distinguido por la Señora Ministra de Defensa Nacional, cumplo con el deber y a su vez feliz oportunidad de declarar oficial y formalmente inaugurada la VI Conferencia de Directores de Colegios de Defensa de los Países Iberoamericanos, de la ciudad de Montevideo. Muchas gracias.

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