VÁZQUEZ: NO PERDER DE VISTA AL LLANO Y APRECIAR EL
HORIZONTE
Tras señalar que la historia se construye más en las
calles que en los salones o en los campos de batalla, el Presidente
Vázquez reconoció la importancia de las reuniones cumbres cuando éstas
"no pierden de vista al llano, aprecian el horizonte en toda su
dimensión y asumen el compromiso de trabajar para alcanzarlo".
En su discurso pronunciado este sábado con motivo de
la clausura de la XV Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y
Gobierno, el Presidente de la República, Tabaré Vázquez, calificó de
"extremadamente productiva" el encuentro en Salamanca, afirmando que
"soy de los que creen que la historia es mucho más que una cronología de
hechos destacados y una galería de retratos de personajes ilustres", al
tiempo que manifestó que "confío en la sociedad y estoy convencido de
que la historia se construye más en la calles que en los salones o en
los campos de batalla".
No obstante, "tal convicción no es incompatible con
reconocer la importancia de las reuniones cumbres cuando éstas son
productivas, es decir, cuando no pierden de vista al llano, aprecian el
horizonte en toda su dimensión y asumen el compromiso de trabajar para
alcanzarlo", dijo.
En su pasaje final, el Primer Mandatario planteo su
invitación a todos los asistentes a la Cumbre para que tendrá lugar en
nuestro país, afirmando que ya se está trabajando para "una Cumbre que
asuma el pasado, que sea rigurosa con el presente y confiada en el
futuro. Una Cumbre con el desarrollo como utopía concreta, con la
democracia como idioma común y con la ciudadanía como raíz y horizonte".
PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, TABARÉ
VÁZQUEZ, EN LA CLAUSURA DE LA XV CUMBRE IBEROAMERICANA
PRESIDENTE VÁZQUEZ: Sus Majestades; señores Jefes de
Estado y de Gobierno; señor Secretario General Iberoamericano; señoras y
señores: En uno de los pasajes tal vez más conmovedores de esa excelente
obra, mezcla de novela y crónica histórica, titulada "Los años con Laura
Díaz", el escritor mexicano Carlos Fuentes expresa: ".... Nada se posee
totalmente. Ni la verdad, ni el error, ni el conocimiento, ni el
recuerdo, porque descendemos de amores incompletos aunque intensos.
Y no podemos heredar sino lo mismo que nuestros
antepasados nos legaron; la comunidad del pasado y la voluntad del
porvenir; unidos en el presente por la memoria, por el deseo y la
sabiduría de que todo acto de amor cumple hoy, al fin, el acto de amor
iniciado ayer...".
He querido compartir con ustedes este párrafo, pues
creo que el mismo, aunque escrito hace ya varios años, refleja el
espíritu de la reunión que estamos cerrando.
En efecto, aún reconociendo que el encuentro entre lo
que hoy es la comunidad iberoamericana no fue necesariamente un acto de
amor, hemos de asumir que desde entonces, más allá de verdades y
errores, estamos unidos por una larga memoria, cierta sabiduría, muchos
deseos, y un porvenir que en realidad no está por venir, sino que ya
llegó.
Porque no hay presente sin futuro. Ni siquiera hay
historia sin futuro.
Pero también, porque el futuro no se espera, sino que
se construye entre todos, como decía su Majestad en el día de ayer, y
todos los días.
Señoras y señores: Soy de los que creen que la
historia es mucho más que una cronología de hechos destacados y una
galería de retratos de personajes ilustres. Confío en la sociedad y
estoy convencido de que la historia se construye más en las calles que
en los salones o en los campos de batalla.
Pero tal convicción no es incompatible con reconocer
la importancia de las reuniones cumbres cuando éstas son productivas, es
decir, cuando no pierden de vista al llano, aprecian el horizonte en
toda su dimensión y asumen el compromiso de trabajar para alcanzarlo.
En tal sentido, creo que esta reunión ha sido
extremadamente productiva.
Aquí, en el marco de esta hermosa ciudad y de la
hospitalidad nuestros anfitriones, hemos considerado temas que hacen a
la comunidad iberoamericana como tal.
No todos, por supuesto, pero varios e importantes
tales como los referidos a la calidad de la democracia; la lucha contra
la desigualdad y la pobreza; los fenómenos migratorios y la proyección
hacia el futuro de este encuentro.
De las conclusiones y acuerdos alcanzados da cuenta
la Declaración Final de la Cumbre.
Una declaración formalmente final, pero
sustancialmente inicial por cuatro razones estrechamente vinculadas
entre sí y que en realidad tienen un mismo sentido:
Primero, es cierto que la agenda de problemas con que
nos vamos de Salamanca no difiere de la que traíamos al llegar a esta
ciudad, pero, ¿acaso podemos esperar que las cosas alguna vez cambien si
siempre hacemos lo mismo?
Los nuevos tiempos, aunque planteen viejas
interrogantes, exigen también nuevas respuestas.
Segundo, inicial de una nueva etapa en la
estructura institucional de la Comunidad Iberoamericana, con una
Secretaría General radicada en Madrid que, reitero, ha de asumirse la
primera etapa en un proceso evolutivo de fortalecimiento de nuestra
identidad y de nuestra acción.
Tercero, Inicial de nuestra acción en esta nueva
etapa, porque de poco sirven las agendas y las estructuras si no hay
convicción y voluntad política de darles vida. Es decir, de trabajar
para dignificar la vida de la gente en claves de integración social , de
protagonismo ciudadano y de construcción nacional.
Convicción y voluntad política que no es exclusiva de
nadie, que no puede terminar aquí, pero que debe empezar aquí.
Somos nosotros, Jefes de Estado y de Gobierno de los
países integrantes de la Comunidad Iberoamericana, quienes debemos
convocarnos e involucrarnos para, entonces sí, convocar e involucrar a
nuestra gente.
No se trata de renunciar a lo que se es; se trata de
no renunciar a lo que hay que hacer , porque, al fin y al cabo, se es lo
que se hace.
Cuarto, inicial de la próxima Cumbre, la décimo
sexta, que tendrá lugar en el país del cual vengo y cuyas esperanzas y
compromisos he traído a esta reunión.
Sus Majestades; señoras y señores; amigas y amigos:
Como Presidente de la República Oriental del Uruguay quiero compartir
con ustedes nuestra enorme alegría por ser anfitriones de la próxima
Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno.
Permítanme decirles que gobierno y sociedad uruguaya
ya estamos trabajando en los aspectos organizativos de la misma, pues
queremos que todos quienes a ella concurran se sientan como en su propia
casa.
Así nos hemos sentido en Salamanca y así deseamos que
nuestros visitantes se sientan en Uruguay y en Montevideo, nuestra
ciudad capital que será sede de la Cumbre.
Permítanme decirles también que en coordinación con
Secretaria General Iberoamericana y a través de ésta con los referentes
correspondientes de cada país miembro de la Comunidad, definiremos el
contenido de ese encuentro que deseamos sea, como éste, otra productiva
reunión de trabajo.
Una Cumbre que asuma el pasado, que sea rigurosa con
el presente y confiada en el futuro.
Una Cumbre con el desarrollo como utopía concreta,
con la democracia como idioma común y con la ciudadanía como raíz y
horizonte.
Queridos amigos y hermanos, Uruguay y Montevideo los
esperan. Muchas gracias.
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