VÁZQUEZ DESTACÓ EL CLIMA FAVORABLE A INVERSIONES QUE
IMPERA EN EL PAÍS
“En nuestro país, ni los inversores ni los
empresarios necesitan escoltas ni automóviles blindados” para concretar
sus negocios, dijo el Presidente de la República, Tabaré Vázquez, al
hablar en París ante un auditorio de dirigentes y afiliados al
Movimiento de Empresas de Francia.
El mandatario uruguayo
reiteró los grandes lineamentos de su gestión, encomió el clima de
estabilidad del país e invitó a los empresarios a valorar las
oportunidades de inversión productiva que Uruguay ofrece.
A continuación
ofrecemos el texto -no chequeado con audio- de la exposición realizada
por el Presidente Vázquez.
PÁLABRAS DEL
PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, TABARE VÁZQUEZ, ANTE LA DIRIGENCIA DEL
MOVIMIENTO DE EMPRESAS DE FRANCIA
PRESIDENTE VÁZQUEZ:
Señora Laurence Parissot, Presidenta del Movimiento de Empresas de
Francia: Agradezco al Movimiento de Empresas de Francia la convocatoria
y realización de este encuentro. Agradezco también a todos ustedes la
participación en el mismo.
Me acompañan los señores
Reinaldo Gargano, Ministro de Relaciones Exteriores y Danilo Astori,
Ministro de Economía y Finanzas.
A los efectos de posibilitar un diálogo más fluido
durante esta reunión, mi intervención será breve.
Y ante la
imposibilidad de abordar todos los temas, sólo haré referencia a
aquellos cuya exposición estimo prioritaria en este ámbito.
Luego, si ustedes
lo consideran necesario, podremos profundizar algunos aspectos de esta
intervención o referir a otros no directamente contemplados en la misma.
Amigas y amigos: No
es necesario describir la situación económica y social que vive el
Uruguay, un país de casi 188.000 kilómetros cuadrados de superficie y
poco más de tres millones de habitantes.
Ustedes la
conocen. Saben que la realidad actual de ese país, que alguna vez
pareció ser -pero nunca fue- “la Suiza de América”, es el resultado de
una combinación de circunstancias externas y de importantes fragilidades
estructurales internas agudizadas durante las últimas décadas.
Saben también que
en las elecciones nacionales realizadas en octubre de 2004 la ciudadanía
uruguaya expresó, soberana y categóricamente, su voluntad de revertir
esta situación mediante un proceso de cambios que suponga no sólo
resolver las dificultades del presente sino también promover y
articular, en clave de democracia, una estrategia de país en términos de
mediano y largo plazo.
La voluntad de la
ciudadanía uruguaya es nuestro mandato, un mandato que se expresa en una
estrategia de país que sistematizamos en cinco grandes áreas que se
convocan mutuamente y que pueden enumerarse de la siguiente manera:
El Uruguay social,
porque la mayor riqueza de un país es
su propia gente y en el nuestro, aproximadamente un millón de uruguayos
vive en condiciones de pobreza y desamparo social.
El Uruguay productivo,
porque para emprender la senda de un
desarrollo sostenible Uruguay necesita reorganizar su economía, mejorar
su Estado, establecer reglas de juego claras entre éste y el mercado,
recalificar el valor del trabajo, generar empleo, producir, competir y
vender.
El Uruguay inteligente,
porque para producir, competir y
vender en el mundo actual hay que apostar a la educación, a la
investigación científica, al avance tecnológico y a la innovación como
creación de nuevas herramientas, productos, bienes, servicios y formas
de organizar el trabajo de forma tal que éste sea más calificado y
competitivo.
El Uruguay democrático,
porque nosotros creemos en la
sociedad. Asumimos su compleja diversidad sin dramatismos pero con el
compromiso de gestionarla democráticamente. Es que a la gente, más que
invocarla, hay que convocarla e involucrarla en los asuntos que hacen a
su propia vida. Tal es, al fin y al cabo, la mayor responsabilidad de
los gobernantes.
El Uruguay integrado a la región y al mundo,
porque ningún país -y menos aún uno
como el nuestro- puede darse el lujo de la soledad. Tampoco ignoramos la
complejidad del mundo actual y de los procesos de integración, pero
somos de los que piensan que el presente, aún con sus dificultades, está
preñado de oportunidades que no debemos desaprovechar.
Estas son, muy
esquemáticamente enunciadas, las cinco áreas, complementarias entre sí,
de nuestro programa de gobierno y de la estrategia de país que el
gobierno nacional propone a la ciudadanía uruguaya.
Amigas y amigos:
El Movimiento de
Empresas de Francia tiene, entre otros objetivos, el de promover las
inversiones y el comercio de sus asociados en el exterior.
Ambos -inversiones
y comercio- son factores centrales en el proyecto de desarrollo
productivo sostenible que se ha planteado el Uruguay.
Y es en ese sentido
que una de las metas del gobierno que presido es promover las
inversiones.
Aún en el contexto
de las fuertes restricciones fiscales existentes, en el Proyecto de Ley
de Presupuesto Nacional -que hace pocos días presentamos al Parlamento-
se propone cierta inversión pública en infraestructura.
Pero ello, siendo
importante y lo máximo posible en las actuales circunstancias, no es
suficiente: también nos interesa promover la inversión privada.
A tales efectos, el
Uruguay y su gobierno ofrecen un clima favorable a la inversión que se
expresa de diversas maneras. Entre ellas:
1. Una programación
macroeconómica equilibrada y consistente.
En materia de
política monetaria
ofrecemos previsibilidad al valor de la moneda por la vía de procurar
equilibrar la creación del dinero con la demanda, controlando la
expansión de la base monetaria a los efectos de alcanzar un nivel
determinado de inflación.
En materia de
política fiscal
nos orientamos a operar tanto sobre la
estructura de los ingresos como de los gastos de sector público, a los
efectos de garantizar una estructura impositiva más eficiente y
equitativa y un gasto público más sesgado hacia la atención de planes
sociales prioritarios y de inversión pública.
Y en materia de
política cambiaria
respetamos la razón de ser de la
misma, que es disminuir la incertidumbre asociada a la evolución del
tipo de cambio.
Los lineamientos de
política fiscal y monetaria ya enunciados son consistentes con un
régimen cambiario con mercado de libre acceso y con un tipo de cambio
flexible.
2. En el Uruguay no
hay discriminación entre inversores nacionales y extranjeros.
La legislación de
nuestro país garantiza igualdad de tratamiento a las inversiones
uruguayas y no uruguayas.
Existe también
libre repatriación de utilidades.
3. El Uruguay respeta
los contratos y cumple sus obligaciones.
Nunca, ni aún en
las más difíciles circunstancias, nuestro país ha dejado de honrar sus
compromisos y este gobierno mantiene esa conducta.
4. En Uruguay hay regímenes promocionales
en distintas áreas de la actividad
productiva que conceden beneficios al inversor.
Básicamente se
trata de exoneraciones fiscales y exenciones arancelarias para la
importación de bienes asociados al proyecto de inversión.
Hay también
oportunidades de asociación entre empresas públicas y capitales privados
para modernizar y dotar de mayor competitividad a las empresas ya
existentes.
5. El Uruguay promueve una profunda reforma del
Estado.
No se trata de más
o menos Estado, sino de un Estado más dinámico, calificado, inclusivo,
vigoroso y eficiente tanto en la resolución de los problemas como en la
asignación de recursos, prestación de servicios públicos y creativo en
la generación de oportunidades.
Apuntamos a un Estado
proactivo ante los retos del futuro y capaz de articular al resto de los
agentes económicos, lo que no es incompatible con un mercado
comprometido con la sociedad.
Estamos trabajando
en ello. Por lo pronto, y rompiendo con cierta tradición de repartir los
cargos de dirección de las empresas públicas y entes autónomos entre
amigos y políticos desocupados, hemos designado en la dirección de las
empresas públicas a personas ética y técnicamente competentes para tan
importante tarea.
6. El Uruguay promueve políticas de
especialización productiva que
superando falsos antagonismos, tales como “país natural o país
tecnológico”, desarrollen sectores estratégicos tales como el
agropecuario, la biotecnología, las tecnologías de la información y
comunicación, las industrias culturales y el turismo.
7. El Uruguay está
fuertemente comprometido con la integración regional.
Nuestro gobierno apuesta
fuertemente al MERCOSUR en términos de fortalecimiento de su propia
institucionalidad, unión aduanera, complementación de procesos
productivos, accesibilidad a los mercados, integración física y
energética, preservación de recursos naturales y respeto al
medioambiente, complementación científica y tecnológica, integración
cultural e integración social.
Queremos más y mejor
MERCOSUR pero ello no es excluyente de un amplio esquema de
relacionamiento internacional basado en un decidido compromiso con la
paz, la soberanía, la democracia y la solidaridad; el firme rechazo a
todo tipo de terrorismo, violencia o discriminación; el respeto al
Derecho Internacional, la reafirmación del multilateralismo y el
reconocimiento a la indivisibilidad de todos los derechos humanos y el
inalienable derecho de las naciones al desarrollo.
En ese contexto, pues,
se inscriben y esperamos sean visualizadas nuestra firme disposición a
concretar el Acuerdo de Asociación entre el MERCOSUR y la Unión Europea
como instrumento para desarrollar el comercio y la cooperación entre
ambas regiones sobre condiciones de igualdad, así como nuestra voluntad
de fortalecer las relaciones entre Uruguay y Francia.
Amigas y amigos: Podría
enumerar otros factores de ese clima favorable a la inversión que
ofrecen nuestro país y su gobierno.
Pero todos ellos, siendo
importantes, no serían suficientes si no existieran otros dos factores
o bienes sustanciales que caracterizan a la sociedad uruguaya:
Uno es la educación de
nuestra gente; su concepción del trabajo como valor social y ética de
vida; así como el compromiso de los uruguayos con la tolerancia, el
respeto al semejante y la convivencia democrática.
Lo que hace grande a
nuestro pequeño país es que para los uruguayos la democracia no
solamente es una forma de gobierno sino también un estado de la sociedad
en el cual todos tenemos derechos y responsabilidades.
El otro bien intangible
favorable al clima de inversiones que ofrece el Uruguay es un tanto
difícil de expresar con palabras.
Digámoslo así: Uruguay
ofrece reglas previsibles, estables y claras a todos.
En nuestro país ni los
inversores ni los empresarios necesitan escoltas ni automóviles
blindados.
En el Uruguay no es
necesario apelar a sobornos u otros procedimientos venales para invertir
y hacer buenos negocios que beneficien a todos..
No existen vacunas contra
la corrupción, nadie es inmune a este flagelo, pero en el marco de
nuestras responsabilidades hemos tomado las medidas preventivas del caso
y adoptaremos las medidas que correspondan si dichas prevenciones no
funcionan.
Amigas y amigos: Les
agradezco nuevamente la oportunidad que nos han dado -de encontrarnos-
para intercambiar opiniones y compartir esperanzas y compromisos.
Porque eso es el Uruguay
para nosotros: una hermosa esperanza y un gran compromiso. Muchas
gracias. |