08/12/05


ACUERDO CON VENEZUELA BENEFICIA AL HOSPITAL DE CLÍNICAS
Hoy en su visita al Hospital de Clínicas, los Presidentes de Uruguay y Venezuela, Tabaré Vázquez y Hugo Chávez, procedieron a la firma del acuerdo para la cooperación de la mejora de la infraestructura edilicia y de equipamiento del Hospital de Clínicas, "Doctor Manuel Quintela".

Los Presidentes estaban acompañados por la Embajadora de Venezuela en nuestro país María Urbaneja, la Directora del Hospital de Clínicas Graciela Ubach, el Rector de la Universidad de la República, Rafael Guarga, la Decana de la Facultad de Medicina Ana María Ferrari y autoridades ministeriales.

En este acto de firma entre la República Bolivariana de Venezuela y la República Oriental del Uruguay, la Directora del Hospital de Clínicas, Graciela Ubach, destacó que la visita de ambos presidentes es un enorme honor y un gran compromiso para la institución universitaria que en cada fecha de aniversario de creación renueva su compromiso por la vida, por el trabajo y por la salud del pueblo uruguayo.

Ubach colocó en la solapa de cada uno de los dos Presidentes presentes un pin, el cual es entregado a los funcionarios de la salud que trabajaron en el hospital por 50 años continuos, quedando así hoy simbólicamente los Mandatarios, decretados por 50 años trabajadores eméritos de la institución hospitalaria.

El Presidente de la República, Tabaré Vázquez, expresó que "lo que firmamos con el Comandante Chávez, con el compañero Chávez, no fue el endoso de un cheque por una cantidad de dinero, sino que fue la dignidad de dos pueblos que se encuentran en lo mas profundo de sus sentimientos para lograr lo que tenemos que lograr: la unidad de los pueblos latinoamericanos y la recuperación permanente de los símbolos que representan esa dignidad de nuestros pueblos. Y el Hospital de Clínicas, Hugo, es una insignia de la dignidad de este pueblo uruguayo".

El Presidente Hugo Chávez subrayó que "esta es la verdadera integración. No es la integración de la macroeconomía, no es la integración de las trasnacionales, no es la integración economicista la que necesitamos. Eso no integra nada. Eso termina desintegrando. Esto sí integra. La lucha por la vida. La lucha por la salud, por la educación, por el trabajo. La unión de todos nuestros pueblos".

 

PALABRAS DEL PRESIDENTE TABARÉ VÁZQUEZ

Señora directora, autoridades del Hospital, querido amigo y compañero Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Comandante Hugo Chávez, señora Embajadora, señores senadores, autoridades, ministros, queridas compañeras y compañeros de toda la vida de este Hospital, querido Hospital de Clínicas.

Comprenderán ustedes la alegría y la emoción que nos embarga en la tarde de hoy, en primer lugar por el recibimiento que me han hecho, que agradezco enormemente, y en segundo lugar, porque comenzamos a ver, concretado en los hechos, sueños que tuviéramos tantas veces el destino de nuestro querido Hospital de Clínicas, este hospital universitario, este hospital donde se atienden los ciudadanos de este país mas humildes que vienen del interior, de todas partes del Uruguay, a buscar solución para su problema de salud, para su patología, y encuentra un excelente equipo de profesionales, pero por encima de eso encuentra un excelente equipo humano. Un excelente equipo humano a todo nivel, un equipo humano que hizo posible que hoy, aún hoy, con todas las adversidades, con todos los problemas, este Hospital este enhiesto, este levantado, este orgulloso, sea realmente un símbolo del Uruguay que lucha, del Uruguay que trabaja, del Uruguay que busca la justicia, la justicia social, la solidaridad, que busca los caminos que lleven a que todos los uruguayos podamos vivir mejor.

Cuando llegamos al gobierno nacional por la voluntad popular una de las primeras visitas que hicimos fue a nuestra querida Facultad de Medicina. Y allí nos encontramos con las autoridades de nuestra Facultad, con las autoridades del Hospital de Clínicas. Y uno de los temas que surgió fue precisamente la posibilidad de recuperar este Hospital de Clínicas, recuperar este edificio, recuperar su funcionamiento pleno, dotarlo del equipamiento que necesita para poder prestar el servicio que este Hospital debe prestar.

Y cuando hablamos de él, la señora directora del Hospital de Clínicas planteó el proyecto, planteó su idea, dijo cuales eran los sueños de quienes vivimos, habitamos, hacemos a este Hospital de Clínicas y rápidamente, sin dudarlo, porque así lo sentíamos en lo mas profundo de nuestro corazón, dijimos que teníamos que apoyar ese proyecto. No era fácil. Se precisa mucho dinero.

Acá en el Uruguay nos hemos acostumbrado, con el correr del tiempo a que se hable de cientos de millones de dólares o miles de millones de dólares como si no fueran nada. Y cuando decimos o tres millones de dólares, o cuatro millones de dólares, nos parece que no es nada, y es mucha plata. Para el Uruguay es mucha plata.

Y entonces cuando se establece el monto, el presupuesto de esta obra que va a dejar al Hospital de Clínicas en muy buenas condiciones de funcionamiento para reestructurar a este querido símbolo del Uruguay, pensamos cuál era el camino para poder encontrar los fondos para llevar adelante esta tarea.

Y hubo varios caminos que pudimos transitar, pero elegimos uno, que es el que estamos concretando en el día de hoy. Y lo elegimos porque queríamos que cuando encontráramos la solución para mejorar, desde el punto de vista edilicio y también desde el punto de vista de su tecnología, este Hospital, no encontráramos simplemente la expresión fría de un dinero que sirve para hacer la obra, sino que encontráramos los caminos que este Hospital siempre ha tenido como símbolo, que es el camino de la solidaridad, que es el camino de la fraternidad, que es el camino del humanista.

Hoy podemos decir que ese camino ha sido encontrado y que ha sido encontrado en la dignidad de dos pueblos que van a estar mas unidos que siempre y que tendrán como símbolo un Hospital de Clínicas en Montevideo, en Uruguay, recuperado, pero que también llevará la dignidad de este pueblo uruguayo que esta dispuesto a abrir sus puertas, a recibir estudiantes venezolanos, a recibir médicos de la Republica Bolivariana de Venezuela, a intercambiar conocimientos, a intercambiar experiencias, a intercambiar experiencias de vida.

Lo que firmamos con el Comandante Chávez, con el compañero Chávez, no fue el endoso de un cheque por una cantidad de dinero, sino que fue la dignidad de dos pueblos que se encuentran en lo mas profundo de sus sentimientos para lograr lo que tenemos que lograr: la unidad de los pueblos latinoamericanos y la recuperación permanente de los símbolos que representan esa dignidad de nuestros pueblos. Y el Hospital de Clínicas, Hugo, es una insignia de la dignidad de este pueblo uruguayo. Te agradezco que estés aquí, agradezco a tu gobierno y a tu pueblo por lo que han hecho y te brindamos con este agradecimiento, al terminar esta larga jornada que hemos tenido en el día de hoy, pero tan linda, tan hermosa, te ofrecemos el cariño que esta en el corazón del pueblo uruguayo, hacia todo el pueblo venezolano. Muchas gracias.

 

PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA, HUGO CHAVEZ

Querido compañero, Presidente Tabaré Vázquez, excelentísima señora María Julia Muñoz, Ministra de Salud Pública, señores Embajadores, señor Rector de la Universidad de la República, señora Decana de la Facultad de Medicina, señora doctora Graciela Ubach, directora del Hospital de Clínicas, muchas gracias por esta bienvenida.

Médicos, médicas, enfermeros, enfermeras, personal empleados y trabajadores del Hospital de Clínicas, profesores, estudiantes, jóvenes, de la Facultad de Medicina de esta prestigiosa Universidad, vaya mi saludo, mi respeto y mi afecto.

Es un gran honor para nosotros estar aquí en estos espacios universitarios, y especialmente en estos espacios, señor Rector, señora Decana, señora directora, donde se lucha por la vida. Por la vida, por la salud de un pueblo, y la salud de un pueblo es la vida de un pueblo.

Hemos dado hoy ya no sé cuantos discursos y cuantos encuentros, en esta jornada tenía yo tiempo de no cumplir una jornada tan intensa como ésta, desde muy tempranas horas de la mañana. Y todavía nos falta una velada para inaugurar de esa manera el encuentro de Presidentes del MERCOSUR, que mañana tendrá efecto.

Hemos dicho muchas cosas, hoy han pasado cuantas ráfagas de ideas, de sentimientos, todas alineadas con un amor que lo que hace es crecer entre nosotros. Amor que se convierte en compromiso, compromiso de trabajo, compromiso de lucha, compromiso de batalla, irrenunciable, por esa vida, por esa dignidad de la que tú hablas, y le hablas a tu pueblo, siempre, Tabaré. La dignidad.

Recordábamos ahora en el barrio el Cerro, allá en el Polo Tecnológico Industrial, que esta renaciendo, esta renaciendo de sus cenizas, pudiéramos decirlo así. Estábamos recordando a mi general Liber Seregni, hombre de dignidad, de principios, de banderas, aferrarnos a las banderas, a los principios.

Estábamos esta mañana en aquel grande pueblo. Es pequeño en tamaño, pero grande por su humildad, Pueblo Bolívar. Pueblo Bolívar, aquellos niños, aquellas imágenes que uno se lleva grabadas aquí, grabadas aquí, aquellos niños que cantaron el Himno Nacional, aquellos niños con aquellas banderas, aquella directora de aquella escuela, aquella maestra, que va en bicicleta todos los días, y la otra va en motocicleta. Aquellos habitantes, aquel hombre que llegó y me abrazó, duro bajo la lluvia, y tenía unas gotas que le rodaban, no sé si era el agua o era el llanto. Las dos cosas, seguramente. Y me dijo "Yo nací aquí en Pueblo Bolívar". Y como hemos luchado por este Pueblo Bolívar. Y allí están, con su dignidad y su bandera, también renaciendo de las cenizas, como Bolívar renace, como Artigas renace, de las cenizas de los tiempos. Porque yo creo que eso es lo que esta ocurriendo en América del Sur, especialmente en América del Sur.

El mundo se esta moviendo, en todas partes. Uno va por Europa y hay cosas que están ocurriendo. Uno va por el Asia, uno va incluso por la Norte América y también hay cosas que están ocurriendo.

Pero yo creo que la América del Sur se ha convertido en el epicentro de un nuevo movimiento que se levanta y que apenas esta comenzando en el Universo Mundo.

Movimientos populares, viejas banderas que resurgen, viejos gritos, viejas consignas, viejos sueños. Un poco como Nietzsche, y así hablo Zaratustra, Zaratustra, el de Nietzsche, que se fue a la montaña. Se fue a la montaña, como sabemos, y pasó diez años allá arriba, solo en la montaña. Zaratustra hablando con el sol, hablando con el árbol, hablando con la roca, hablando con la serpiente. No tenía ningún conflicto él. Pero un día se cansó de la soledad y se decidió a bajar al valle de los hombres, al valle de la gente, al valle de los pueblos. Y se fue camino abajo, hacia el valle. A la mistad del bosque, le sale un viejo sabio, duende de aquellos bosques y le dice: "Detente, Zaratustra. Detente. Hace diez años subiste a la montaña con tus cenizas. Hoy vienes bajando con tu fuego. Detente, porque vas a incendiar el valle. Y te van a castigar por incendiario". Y Zaratustra le dijo: "Apártate tú, que yo voy al valle, y no me importa el castigo que me impongan por incendiario y no me importa nada, porque amo a los hombres, amo a la humanidad, amo al ser humano".

Creo que eso es lo que esta pasando hoy en América del Sur. Lo que fue ceniza, hoy es fuego. Decía el Intendente de Montevideo, mi buen compañero allá en el Polo Tecnológico, refería como se fueron cerrando fabricas aquí, cada fabrica que se cerraba era un bombillo que se apagaba, era un barrio que se apagaba, un pueblo que se apagaba.

Bueno, hoy están prendiéndose de nuevo los bombillos, prendiéndose las luces de nuevo. Así estamos igual aquí hoy. Así que cuantas experiencias. Gracias Tabaré por esta agenda que preparaste con tu equipo. Además, hemos batido record en puntualidad. Record en puntualidad. Yo no me quiero conocer a mí mismo. Ni en Londres son tan puntuales, que tienen fama los ingleses de puntuales. Ya podré decir al mundo que el sitio de mayor puntualidad que he conocido se llama Montevideo y Pueblo Bolívar, de Pueblo Bolívar a Hospital de Clínicas, una puntualidad rigurosa, hermosa, bonita, fresca.

Bueno, hasta me han regalado una yegua. No sé si me voy a ir cabalgando como Martín Fierro en esa yegua que me ha regalado Pepe y el pueblo y los trabajadores y los productores, y unos cochinos. Me han regalado tantas cosas, que en realidad no son para mí, son para mis compañeros, y sobre todo para nuestro pueblo, que es de ustedes también.

Los trabajadores de ANCAP, la refinería de la fábrica de vidrio de la fábrica de cueros, tenería, la fábrica de caucho, de neumáticos. Todo eso se esta levantando de nuevo. Tabaré, adelante, viejo. Viejo no porque eres viejo sino por combatiente, por guerrero, por luchador de toda la vida. Adelante, que ahora es cuando hay camino que labrar y pueblo que impulsar.

Llegar aquí y oír las palabras de salutación de la directora, de Graciela, y las palabras de Tabaré, firmar ese libro. ¿Cuántos años tendrá ese libro? Y mirar el rostro de ustedes y saber y tener conciencia de dónde estamos, este centro, que es un símbolo, ya me lo decía Tabaré por teléfono, hace unos días, un símbolo de lucha del pueblo uruguayo, de lucha, de resistencia, contra la privatización, esa nefasta corriente neoliberal que privatizó la vida, que pretende privatizarnos la vida, privatizarnos hasta el alma, robarnos el alma.

La vida no es privatizable, por tanto la salud no es privatizable. La educación no es privatizable, de ahí la batalla que estamos dando y debemos dar contra la formula neoliberal que pretende privatizar todo y por tanto quitarle todo a nuestros pueblos.

La medicina, en Venezuela estamos dando una verdadera batalla contra lo que se convirtió, o lo que convirtió a la medicina en mercancía. La mercantilización de la medicina. ¡Qué cosa tan horrible! ¡Qué cosa tan diabólica! ¡Qué cosa tan inhumana! Es decir, si tienes dinero, te atiendo. Si no tienes dinero, te puedes ir a morir. No me importa que seas niño, o niña, anciano, anciana, hombre o mujer. Eso es lo más inhumano que uno pueda mirar.

En Venezuela prácticamente privatizaron la medicina. Hoy, estaba recordando mientras tú hablabas, compañero Tabaré, compañero Presidente, a otro compañero, otro compañero. Tu me dijiste comandante, aquel comandante, aquél barbudo, que tiene medio siglo resistiendo al imperialismo. Aquel pueblo, diría yo, aquel gigante que es como un hermano, es un hermano de esta lucha. Desde aquí con mucho sentimiento saludo a Fidel Castro, hermano, compañero, de esta batalla y al pueblo cubano.

¿Y por qué recuerdo en este momento con tanto afecto a Fidel, a Cuba? y cuando veo las batas blancas, a los médicos cubanos, las médicas cubanas, con el apoyo directo de Fidel, del gobierno cubano, y de miles de médicos cubanos, es que hemos logrado algo que parecía increíble de lograr en tan poco tiempo.

Hace tres años Venezuela no tenía un sistema de salud. Y nosotros, a pesar de que ya teníamos varios años en el gobierno, pues no habíamos podido engranar, no habíamos podido activar verdaderas políticas transformadoras. Teníamos claro el panorama, pero no habíamos podido poner en marcha políticas verdaderas transformadoras.

Comenzamos hace dos años y medio. Primero, con nuestros equipos, con nuestros planificadores. Primero llegaron, eran como veinte médicos cubanos, a hacer un plan piloto en un barrio de Caracas, y le pusimos Plan Barrio Adentro. Los médicos a vivir con el pueblo. A dormir ahí en el suelo, a caminar los barrios, donde millones y millones de venezolanos vivieron excluidos casi totalmente de la vida, de la educación, de la salud, del trabajo, de la atención de nada. Teniendo en aquel país nuestro, y también de ustedes, tantos recursos, habiendo recibido Venezuela tantos recursos en el siglo XX, sobre todo provenientes de la explotación petrolera.

Venezuela fue durante varias décadas el primer exportador de petróleo del mundo, hoy somos el quinto, pero seguimos siendo uno de los grandes productores de petróleo.

Decía Arturo Uslar Pietri, insigne venezolano, poco antes de morir, que en Venezuela entre los años 60, 70 y 80, se evaporaron recursos equivalentes a quince planes Marshall. El Pacto de Punto Fijo, la corrupción, el elitismo, la oligarquía adueñada del país, los amos del valle se enriquecieron infinitamente, a costa de saquear a un pueblo, a millones y a millones.

Bueno, luego hoy, después de estos más de dos años trabajando en lo que luego se convirtió en Misión Barrio Adentro, hoy en Venezuela están viviendo desde la ciudad de Caracas hasta los más apartados lugares, más allá del Orinoco, y en las altas montañas, en las islas, tenemos veinte mil médicos cubanos en todo Venezuela.

Un día hablé con algunos de ellos y les dije "Pero permítanme mandar a comprar unas camas, porque conseguí algunos. ¿Dónde duermen ustedes?" "Ahí en un rincón, en una colchoneta en el suelo. En las primeras etapas, sobre todo. No teníamos recursos nosotros para apoyar, el Ejército, con todos los recursos necesarios". Y me dijo un médico cubano algo que fue una lección para mí. Me dijo "No, Presidente, no haga eso". Porque yo dije "Mañana les voy a mandar unas camas". "No, no, por favor no lo haga. Póngase en nuestro lugar. ¿Qué pensaría toda esta gente si llega una cama para el médico y ellos no tienen cama? Tenemos que vivir tal cual como ellos". Ejemplo de desprendimiento. Ese es el médico. La profesión del médico requiere, decía José Marti, almas grandes, almas generosas, almas desprendidas.

Me traje, para los médicos del Uruguay, que son ejemplo, ustedes los médicos del Uruguay. Y ahora con este convenio que hemos firmado hoy, pues nos van ustedes a ayudar mucho en la formación, en la capacitación, de los nuevos médicos venezolanos, de la nueva medicina venezolana. La medicina social, la medicina humana, no la medicina mercantilizada. José Marti, estos versos sencillos. "Vino el médico amarillo a darme su medicina con una mano cetrina y la otra en el bolsillo. Yo tengo allá en el rincón a un médico que no manca, con una mano muy blanca y otra mano al corazón". Esto para todos los médicos uruguayos.

Así que agradezco por adelantado a nombre de nuestro pueblo todo el apoyo que ustedes nos van a dar a partir de hoy en este convenio, en este Hospital de Clínicas, en esta prestigiosa Universidad de la República.

Nosotros estamos comenzando a formar esa nueva generación de médicos, con el apoyo cubano y ahora con el apoyo uruguayo. Estoy seguro, Tabaré, que si planteamos a Fidel algunas ideas, seguramente él nos esta viendo, porque donde quiera que andamos el nos carga un monitor, parece que tiene un satélite allá especial para eso. Seguro que esta viéndonos allá en La Habana.

Pero qué bueno sería extender ese acuerdo que ha venido funcionando Cuba-Venezuela ahora de un solo viaje largarlo hacia el Sur, hasta el Río de la Plata, y juntos –juntos- Uruguay con toda su experiencia, su medicina, su humanismo, sus valores y sus principios, Venezuela, con esa revolución que esta emergiendo de la dignidad de nuestros pueblos, y el esfuerzo que estamos impulsando. Cuba con su experiencia, con su medicina, tan social, tan humana, tan ejemplar.

Cooperemos, no solo con nuestros pueblos, en primera instancia, sino con todos los pueblos de esta nuestra América, para recuperar el camino de la grandeza. Esta es la verdadera integración. No es la integración de la macroeconomía, no es la integración de las trasnacionales, no es la integración economicista la que necesitamos. Eso no integra nada. Eso termina desintegrando. Esto sí integra. La lucha por la vida. La lucha por la salud, por la educación, por el trabajo. La unión de todos nuestros pueblos.

Tabaré, este día empezó bastante temprano, y ha sido un día largo, productivo. De los días que he vivido, en mi vida, uno de los más felices, de los más hermosos. Muchísimas gracias.

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