VÁZQUEZ ENCABEZO CLAUSURA DE CURSOS DE LA ESCUELA
NAVAL .
El Presidente de la República, Tabaré Vázquez,
presidió ayer la ceremonia de clausura de cursos 2005 de la Escuela
Naval, que se realizó en las instalaciones del amplio predio ubicado en
la Rambla Tomás Berreta.
En la
oportunidad se dirigió a los guardiamarinas, pilotos mercantes e
ingenieros navales de la presente promoción el Director de la Escuela,
Capitán de Navío Walter Smircich, quien destacó el alto valor del
juramento de honor que pronunciaron y destacó el significado de las
tarea formativa del instituto.
PALABRAS DEL DIRECTOR DE LA ESCUELA
NAVAL, CAPITAN DE NAVIO WALTER SMIRCICH, EN EL ACTO DE CLAUSURA DE LOS
CURSOS 2005
C/N SMIRCICH: Señor Presidente de la
República doctor Tabaré Vázquez, señor presidente de la Suprema Corte de
Justicia, señora ministra de Defensa Nacional, señores ministros de
Estado, señores senadores y diputados, señor Comandante en Jefe de la
Armada, señor Comandante en Jefe del Ejército Nacional, señor Comandante
en Jefe de la Fuerza Aérea Uruguaya, autoridades nacionales y
departamentales, representantes de países amigos acreditados ante el
gobierno de la República, señores oficiales generales, almirantes y
brigadieres en actividad y en retiro, autoridades de la enseñanza
pública y privada, personal militar, señores docentes, cuerpo de
alumnos, señoras y señores.
La Escuela Naval viste hoy sus mejores
galas para celebrar una vez más, junto a las máximas autoridades
nacionales, civiles y militares, e invitados especiales, el cumplimiento
de su tarea esencial: formar oficiales para la Armada Nacional y para la
Marina Mercante nacional. Es por mandato legal que así lo hace desde
1907 con respecto a la marina militar y desde 1916 con respecto a
nuestra marina mercante.
El actual mando reglamentario nos impone
además el cumplimiento de otra función, por cierto no menos importante,
cuyo grado de cumplimiento hemos informado cerrado el año militar por
las vías administrativas que el Comando General de la Armada tiene
implementadas. Sin embargo me permitiré -sólo y brevemente- referirme a
dos de ellas.
Es función de la Escuela Naval impartir
cursos para la gente de mar apoyando su capacitación en el ámbito
nacional e internacional con la finalidad de contribuir a una navegación
más segura y prevenir la contaminación del medio marino. Para el
cumplimiento de esta tarea el Instituto dicta los denominados cursos
modelo de la Organización Marítima Internacional que, separados de los
cursos de información, atienden requerimientos internacionales
establecidos por dicha organización para los oficiales y la marinería de
buques mercantes.
A modo de ejemplo, este año hemos recibido en
nuestras aulas a más de 500 alumnos, no sólo orientales, sino también
otros de las más diversas nacionalidades. Al ser la Escuela Naval del
Uruguay reconocida por la Organización Marítima Internacional como
centro de formación que asegura los estándares establecidos por ella,
tanto para la titulación de nuestros oficiales, como para la de estos
cursos modelo a que hacemos referencia, estos documentos que el
instituto emite -títulos, certificados, etc.- son reconocidos por el
resto de los países que adhieren a la ONU. En otras palabras, con los
certificados que sobre estos cursos la Escuela Naval emite, la gente de
mar uruguaya y de otras nacionalidades, está en condiciones de navegar
en buques de otras banderas. Para fortalecer esta posición de privilegio
en el contexto internacional que el país tiene en la búsqueda constante
de la excelencia, la Escuela Naval ha venido llevando a cabo un proceso
de mejora continua del sistema de gestión educativo.
Así, en diciembre del año 2003, certifica bajo la
norma internacional UNIT ISO 9001- 2000, la gestión académica de suceso
de formación de oficiales para carrera militar y marina mercante, siendo
el primer centro educativo del país en alcanzar tal distinción.
En diciembre del año 2004, al Escuela Naval se
postula al primer puesto en el marco del Premio Nacional de Calidad,
categoría educación, otorgado por el Comité Nacional de Calidad. Por
último, en febrero pasado, certifica bajo la misma norma internacional
UNIT ISO 9001-2000 estos cursos modelos hoy referidos.
Esta certificación que, con humildad y orgullo, la
escuela Naval ostenta, fueron otorgadas por el Instituto Uruguayo de
Normas Técnicas y homologadas por la Asociación Española de
Normalización y Certificación y la Red Internacional de Certificación,
por lo que también estas certificaciones son reconocidas a nivel
internacional, lo que asegura esta posición de privilegio de la que
hablábamos y este objeto se materializa en un neto beneficio para la
gente de mar uruguaya.
La otra tarea establecida en nuestro
reglamento de organización y funcionamiento y a la cual deseo referirme,
es la de fomentar las actividades de investigación y desarrollo de
nuestros alumnos en temas navales y marítimos. Para conceptuar esta
tarea debemos recordar que durante el Decreto del Poder Ejecutivo Nº 497
del año 2001, se reconoce a la Escuela Naval como Instituto de nivel
universitario, y a través del mismo decreto se permite a sus egresados,
militados o mercantes, que cumplidos ciertos requisitos, obtener el
título de Licenciados en Sistemas Navales o Náuticos respectivamente.
Como institución académica de primer
nivel, entonces, el desarrollo de estas actividades de investigación ha
sido considerado por la Escuela Naval como asunto prioritario.
En tal sentido, a fines del año 2002, se
forma un grupo de investigación con nuestros alumnos, al cual se
integran estudiantes de la Facultad de Química.
Al proyecto se le denominó “Contaminación
Marina por Derrame de Hidrocarburos”, enfocándose en lo posible el área
del Río de la Plata.
A mediados del año 2004, en ocasión de la
visita que nos hiciera el señor Director de la Escuela Naval argentina,
invitamos a participar del proyecto a cadetes de esa escuela hermana.
Como primer paso, el grupo concurre a su
sede en Río Santiago, La Plata, para la presentación del proyecto.
Entre las actividades de este año 2005,
nos fijamos como objetivo principal la realización de un seminario, el
cual felizmente se llevó a cabo en nuestra escuela a fin del mes de
octubre. En los talleres y conferencias de esta jornada participaron
estudiantes de la facultades de Química y Ciencias, el grupo de
investigación argentino formado por un docente y maestros de nuestro
grupo, además, de contar con reconocidos profesores, profesionales del
ámbito científico nacional y oficiales especializados de la Armada.
Entre tal, el evento convocó a unas 100 personas.
La ceremonia de clausura contó con la
participación de autoridades del Ministerio de Educación y Cultura, de
la Universidad de la República y del señor director de la Escuela Naval
argentina. Más allá de los juramentos académico y científico, entendemos
que quizás lo más importante de esta jornada ha sido que ha permitido
juntar a jóvenes argentinos y uruguayos, civiles y militares, que
compartieron e intercambiaron conocimientos, formaron conciencia de esta
problemática marítima, y muy especialmente permitió que se conocieran en
el entendido de que por lo menos en el Uruguay, que en ellos y los
estudiantes de esas facultades y los alumnos de nuestra escuela naval,
están los hombres y mujeres que el país está preparando hoy para
prevenir y enfrentar estos problemas mañana.
Es mi deber reconocer públicamente ahora
el trabajo de la Dra. Selena Copes, profesora efectiva de la Facultad de
Química, que en forma honoraria colabora con nosotros desde el comienzo
de este proyecto, liderándolo, ya que sin su aporte profesional y
personal, el mismo no hubiera sido posible.
En otro orden les diría que en esta
ceremonia también damos por finalizado el año lectivo. Como Director del
Instituto deseo expresar mi respetuoso agradecimiento al mando naval y a
los grandes mandos que componen la Armada. Sabemos el esfuerzo que la
institución ha hecho para con la Escuela y por lo tanto toda su
tripulación se ha sentido comprometida a actuar acorde a ese apoyo y a
la confianza en nosotros depositada. Por eso, es mi obligación también
reconocer públicamente la total dedicación, empeño y lealtad puesto de
manifiesto no solo por los docentes del instituto, sino por aquellos a
quienes he tenido el honor de comandar la plana mayor, y personal
subalterno. También deseo agradecer el apoyo de la empresa que ha hecho
posible, con sus barcos, que la Escuela esté cumpliendo con los
embarques mínimos establecidos internacionalmente por la ONU para
nuestros egresados mercantes.
Como mensaje de clausura de cursos
exhorto a los alumnos aspirantes y mercantes y a todo el Bachillerato
Naval que han optado por ingresar a los cursos de formación de
oficiales, a continuar el esfuerzo, unos para lograr la tan anhelada
graduación, otros para ingresar a la Escuela y así tener el honor de
vestir el uniforme de aspirante o de marino mercante.
A los bachilleres que han elegido no
seguir con nosotros le auguramos éxito en las actividades que
voluntariamente elegirán. De cualquier forma, hemos cumplido con los
objetivos esenciales por los cuales el Bachillerato Naval existe:
fomentar el ingreso a la Escuela, apoyar a la Enseñanza Pública y
colaborar con el Comando General de la Armada en el desarrollo de una
conciencia marítima nacional.
Por eso les digo que cuando en el futuro
desarrollen esas otras actividades, tengan presente que la Patria no se
limita, como decía el capitán Francisco Miranda, al pedazo de tierra
firme que ocupamos. Arribando ya a la parte ejemplar de este acto me
permitiré decir ahora a los alumnos que, en unos minutos más, serán
oficiales. A los marinos mercantes,. sabiendo que en lo inmediato, con
su empleo, estarán lejos de la Patria, no sólo les deseamos éxito sino
también esperamos que en el mediano plazo, la experiencia adquirida
luego de navegar por los mares del mundo, sea dedicada a la Escuela, lo
que sin duda será de gran valor para las futuras generaciones de
oficiales. A los señores guardiamarinas les insistiré en dos puntos.
Primero: la escuela les ha impartido los conocimientos técnicos
profesionales necesarios para llevar a acabo las tareas que prevé la
Armada para un guardiamarina. Tengan fe en ella y en ustedes mismos. Les
recuerdo muy especialmente que la escuela los ha preparado para ejercer
el mando militar, que es, en esencia el arte profesional del oficial. Es
el mando cuya práctica real y efectiva será ejercida por la Armada desde
el primer momento, cuando sean asignados como oficiales de dirección en
nuestros buques, primer y esencial eslabón en la cadena de selección,
mando que se integra no sólo por los conocimientos profesionales
mencionados sino también por la práctica de las aptitudes que como
futuros conductores de hombres, la Escuela se ha esforzado en
desarrollar en todos como el ejemplo, la paciencia, equidad y el trato
leal y respetuoso en su dos sentidos: hacia arriba y hacia abajo. En
segundo lugar tengan presente que el juramento que el señor Comandante
en Jefe de la Armada les tomará a continuación será por vuestro honor.
Es un juramento que implica un compromiso moral tal que circunstancia
alguna podrá quebrantar.
Es un honor que, si bien consideramos no
es exclusivo de los militares, por cierto que es conceptuado y juzgado
por reglamentaciones especiales. Es un honor militar, este, integrado
por cualidades bien definidas en dicha reglamentación y que también la
Escuela Naval se ha esforzado en desarrollar en ustedes, como la
valentía, atentando sin trabas objetivas las más difíciles situaciones;
la abnegación, renunciando a los intereses personales ante los intereses
del servicio; disciplina, cumpliendo estrictamente las reglamentaciones
militares; y los ideales democráticos, que el oficial deberá sustentar y
aplicar y que se materializan en nuestro estado, organizado en forma
republicana, democrática y soberana.
Guardiamarinas de la promoción No. 94; pilotos
mercantes de la promoción No. 74, ingenieros mercantes de la promoción
No. 34: la Escuela Naval se despide los despide hoy esperanzada en que
la formación naval, militar, técnica y moral y ética aquí recibida,
sumadas a sus actitudes personales, sean garantía, no sólo de un
excelente futuro desempeño como oficiales, sino también garantía de una
vida privada ejemplar, como buenas personas y buenos ciudadanos. Por
vuestra felicidad, por el bien de la Escuela Naval, por el bien de la
Armada y por el bien del país, que así sea. Muchas gracias. |