14/12/05


VÁZQUEZ ENCABEZO CLAUSURA DE CURSOS DE LA ESCUELA NAVAL .
El Presidente de la República, Tabaré Vázquez, presidió ayer la ceremonia de clausura de cursos 2005 de la Escuela Naval, que se realizó en las instalaciones del amplio predio ubicado en la Rambla Tomás Berreta.

En la oportunidad se dirigió a los guardiamarinas, pilotos mercantes e ingenieros navales de la presente promoción el Director de la Escuela, Capitán de Navío Walter Smircich, quien destacó el alto valor del juramento de honor que pronunciaron y destacó el significado de las tarea formativa del instituto.

PALABRAS DEL DIRECTOR DE LA ESCUELA NAVAL, CAPITAN DE NAVIO WALTER SMIRCICH, EN EL ACTO DE CLAUSURA DE LOS CURSOS 2005

C/N SMIRCICH: Señor Presidente de la República doctor Tabaré Vázquez, señor presidente de la Suprema Corte de Justicia, señora ministra de Defensa Nacional, señores ministros de Estado, señores senadores y diputados, señor Comandante en Jefe de la Armada, señor Comandante en Jefe del Ejército Nacional, señor Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea Uruguaya, autoridades nacionales y departamentales, representantes de países amigos acreditados ante el gobierno de la República, señores oficiales generales, almirantes y brigadieres en actividad y en retiro, autoridades de la enseñanza pública y privada, personal militar, señores docentes, cuerpo de alumnos, señoras y señores.

La Escuela Naval viste hoy sus mejores galas para celebrar una vez más, junto a las máximas autoridades nacionales, civiles y militares, e invitados especiales, el cumplimiento de su tarea esencial: formar oficiales para la Armada Nacional y para la Marina Mercante nacional. Es por mandato legal que así lo hace desde 1907 con respecto a la marina militar y desde 1916 con respecto a nuestra marina mercante.

El actual mando reglamentario nos impone además el cumplimiento de otra función, por cierto no menos importante, cuyo grado de cumplimiento hemos informado cerrado el año militar por las vías administrativas que el Comando General de la Armada tiene implementadas. Sin embargo me permitiré -sólo y brevemente- referirme a dos de ellas.

Es función de la Escuela Naval impartir cursos para la gente de mar apoyando su capacitación en el ámbito nacional e internacional con la finalidad de contribuir a una navegación más segura y prevenir la contaminación del medio marino. Para el cumplimiento de esta tarea el Instituto dicta los denominados cursos modelo de la Organización Marítima Internacional que, separados de los cursos de información, atienden requerimientos internacionales establecidos por dicha organización para los oficiales y la marinería de buques mercantes.

A modo de ejemplo, este año hemos recibido en nuestras aulas a más de 500 alumnos, no sólo orientales, sino también otros de las más diversas nacionalidades. Al ser la Escuela Naval del Uruguay reconocida por la Organización Marítima Internacional como centro de formación que asegura los estándares establecidos por ella, tanto para la titulación de nuestros oficiales, como para la de estos cursos modelo a que hacemos referencia, estos documentos que el instituto emite -títulos, certificados, etc.- son reconocidos por el resto de los países que adhieren a la ONU. En otras palabras, con los certificados que sobre estos cursos la Escuela Naval emite, la gente de mar uruguaya y de otras nacionalidades, está en condiciones de navegar en buques de otras banderas. Para fortalecer esta posición de privilegio en el contexto internacional que el país tiene en la búsqueda constante de la excelencia, la Escuela Naval ha venido llevando a cabo un proceso de mejora continua del sistema de gestión educativo.

Así, en diciembre del año 2003, certifica bajo la norma internacional UNIT ISO 9001- 2000, la  gestión académica de suceso de formación de oficiales para carrera militar y marina mercante, siendo el primer centro educativo del país en alcanzar tal distinción.

En diciembre del año 2004, al Escuela Naval se postula al primer puesto en el marco del Premio Nacional de Calidad, categoría educación, otorgado por el Comité Nacional de Calidad. Por último, en febrero pasado, certifica bajo la misma norma internacional UNIT ISO 9001-2000 estos cursos modelos hoy referidos.

Esta certificación que, con humildad y orgullo, la escuela Naval ostenta, fueron otorgadas por el Instituto Uruguayo de Normas Técnicas y homologadas por la Asociación Española de Normalización y Certificación y la Red Internacional de Certificación, por lo que también estas certificaciones son reconocidas a nivel internacional, lo que asegura esta posición de privilegio de la que hablábamos y este objeto se materializa en un neto beneficio para la gente de mar uruguaya.

La otra tarea establecida en nuestro reglamento de organización y funcionamiento y a la cual deseo referirme, es la de fomentar las actividades de investigación y desarrollo de nuestros alumnos en temas navales y marítimos. Para conceptuar esta tarea debemos recordar que durante el Decreto del Poder Ejecutivo Nº 497 del año 2001, se reconoce a la Escuela Naval como Instituto de nivel universitario, y a través del mismo decreto se permite a sus egresados, militados o mercantes, que cumplidos ciertos requisitos, obtener el título de Licenciados en Sistemas Navales o Náuticos respectivamente.

Como institución académica de primer nivel, entonces, el desarrollo de estas actividades de investigación ha sido considerado por la Escuela Naval como asunto prioritario.

En tal sentido, a fines del año 2002, se forma un grupo de investigación con nuestros alumnos, al cual se integran estudiantes de la Facultad de Química.

Al proyecto se le denominó “Contaminación Marina por Derrame de Hidrocarburos”, enfocándose en lo posible el área del Río de la Plata.

A mediados del año 2004, en ocasión de la visita que nos hiciera el señor Director de la Escuela Naval argentina, invitamos a participar del proyecto a cadetes de esa escuela hermana.

Como primer paso, el grupo concurre a su sede en Río Santiago, La Plata, para la presentación del proyecto.

Entre las actividades de este año 2005, nos fijamos como objetivo principal la realización de un seminario, el cual felizmente se llevó a cabo en nuestra escuela a fin del mes de octubre. En los talleres y conferencias de esta jornada participaron estudiantes de la facultades de Química y Ciencias, el grupo de investigación argentino formado por un docente y maestros de nuestro grupo, además, de contar con reconocidos profesores, profesionales del ámbito científico nacional y oficiales especializados de la Armada. Entre tal, el evento convocó a unas 100 personas.

La ceremonia de clausura contó con la participación de autoridades del Ministerio de Educación y Cultura, de la Universidad de la República y del señor director de la Escuela Naval argentina. Más allá de los juramentos académico y científico, entendemos que quizás lo más importante de esta jornada ha sido que ha permitido juntar a jóvenes argentinos y uruguayos, civiles y militares, que compartieron e intercambiaron conocimientos, formaron conciencia de esta problemática marítima, y muy especialmente permitió que se conocieran en el entendido de que por lo menos en el Uruguay, que en ellos y los estudiantes de esas facultades y los alumnos de nuestra escuela naval, están los hombres y mujeres que el país está preparando hoy para prevenir y enfrentar estos problemas mañana.

Es mi deber reconocer públicamente ahora el trabajo de la Dra. Selena Copes, profesora efectiva de la Facultad de Química, que en forma honoraria colabora con nosotros desde el comienzo de este proyecto, liderándolo, ya que sin su  aporte profesional y personal, el mismo no hubiera sido posible.

En otro orden les diría que en esta ceremonia también damos por finalizado el año lectivo. Como Director del Instituto deseo expresar mi respetuoso agradecimiento al mando naval y a los grandes mandos que componen la Armada. Sabemos el esfuerzo que la institución ha hecho para con la Escuela y por lo tanto toda su tripulación se ha sentido comprometida a actuar acorde a ese apoyo y a la confianza en nosotros depositada. Por eso, es mi obligación también reconocer públicamente la total dedicación, empeño y lealtad puesto de manifiesto no solo por los docentes del instituto, sino por aquellos a quienes he tenido el honor de comandar la plana mayor, y personal subalterno. También deseo agradecer el apoyo de la empresa que ha hecho posible, con sus barcos, que la Escuela esté cumpliendo con los embarques mínimos establecidos internacionalmente por la ONU para nuestros egresados mercantes.

Como mensaje de clausura de cursos exhorto a los alumnos aspirantes y mercantes y a todo el Bachillerato Naval que han optado por ingresar a los cursos de formación de oficiales, a continuar el esfuerzo, unos para lograr la tan anhelada graduación, otros para ingresar a la Escuela y así tener el honor de vestir el uniforme de aspirante o de marino mercante.

A los bachilleres que han elegido no seguir con nosotros le auguramos éxito en las actividades que voluntariamente elegirán. De cualquier forma, hemos cumplido con los objetivos esenciales por los cuales el Bachillerato Naval existe: fomentar el ingreso a la Escuela, apoyar a la Enseñanza Pública y colaborar con el Comando General de la Armada en el desarrollo de una conciencia marítima nacional.

Por eso les digo que cuando en el futuro desarrollen esas otras actividades, tengan presente que la Patria no se limita, como decía el capitán Francisco Miranda, al pedazo de tierra firme que ocupamos. Arribando ya a la parte ejemplar de este acto me permitiré decir ahora a los alumnos que, en unos minutos más, serán oficiales. A los marinos mercantes,. sabiendo que en lo inmediato, con su empleo, estarán lejos de la Patria, no sólo les deseamos éxito sino también esperamos que en el mediano plazo, la experiencia adquirida luego de navegar por los mares del mundo, sea dedicada a la  Escuela, lo que sin duda será de gran valor para las futuras generaciones de oficiales. A los señores guardiamarinas les insistiré en dos puntos. Primero: la escuela les ha impartido los conocimientos técnicos profesionales necesarios para llevar a acabo las tareas que prevé la Armada para un guardiamarina. Tengan fe en ella y en ustedes mismos. Les recuerdo muy especialmente que la escuela los ha preparado para ejercer el mando militar, que es, en esencia el arte profesional del oficial. Es el mando cuya práctica real y efectiva será ejercida por la Armada desde el primer momento, cuando sean asignados como oficiales de dirección en nuestros buques, primer y esencial eslabón  en la cadena de selección, mando que se integra no sólo por los conocimientos profesionales mencionados sino también por la práctica de las aptitudes que como futuros conductores de hombres, la Escuela se ha esforzado en desarrollar en todos como el ejemplo, la paciencia, equidad y el trato leal y respetuoso en su dos sentidos: hacia arriba y hacia abajo. En segundo lugar tengan presente que el juramento que el señor Comandante en Jefe de la Armada les tomará a continuación será por vuestro honor. Es un juramento que implica un compromiso moral tal que circunstancia alguna podrá quebrantar.

Es un honor que, si bien consideramos no es exclusivo de los militares, por cierto que es conceptuado y juzgado por reglamentaciones especiales. Es un honor militar, este, integrado por cualidades bien definidas en dicha reglamentación y que también la Escuela Naval se ha esforzado en desarrollar en ustedes, como la valentía, atentando sin trabas objetivas las más difíciles situaciones; la abnegación, renunciando a los intereses personales ante los intereses del servicio; disciplina, cumpliendo estrictamente las reglamentaciones militares; y los ideales democráticos, que el oficial deberá sustentar y aplicar y que se materializan en nuestro estado, organizado en forma republicana, democrática y soberana.

Guardiamarinas de la promoción No. 94; pilotos mercantes de la promoción No. 74, ingenieros mercantes de la promoción No. 34: la Escuela Naval se despide los despide hoy esperanzada en que la formación naval, militar, técnica y moral y ética aquí recibida, sumadas a sus actitudes personales, sean garantía, no sólo de un excelente futuro desempeño como oficiales, sino también garantía de una vida privada ejemplar, como buenas personas y buenos ciudadanos. Por vuestra felicidad, por el bien de la Escuela Naval, por el bien de la Armada y por el bien del país, que así sea. Muchas gracias.

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