VÁZQUEZ PRESIDIÓ EL ACTO DE CLAUSURA DE CURSOS DE LA
ESCUELA NACIONAL DE POLICÍA
El Presidente Tabaré Vázquez presidió el acto de fin
de cursos de la Escuela Nacional de Policía, a la que calificó como “una
ceremonia estupenda”. En una breve intervención al término de la
ceremonia, el primer mandatario apuntó que “la patria espera mucho de
estos nuevos Oficiales de Policía”.
Por su parte el Director de la Escuela,
Insp. Gral. Raúl Perdomo, reivindicó el rol de la Policía moderna, llamó
a los cadetes a hacer un uso racional de la autoridad que el estado les
confiere y les recordó que su función tiene, como objetivo fundamental,
“la protección de los derechos humanos”.
PALABRAS DEL DIRECTOR DE LA ESCUELA NACIONAL DE POLICÍA, INSP.
GRAL. RAÚL PERDOMO, EL ACTO DE LA CLAUSURA DE CURSOS 2005
INSP. GRAL. PERDOMO:
Señor Presidente de la República, doctor Tabaré Vázquez; señor
Vicepresidente de la República, Don Rodolfo Nin Novoa; señor presidente
de la Suprema Corte de Justicia, doctor Daniel Gutiérrez; señor Ministro
del Interior, doctor José Díaz; señores subsecretarios; señoras y
señores legisladores; señor Intendente Municipal de Maldonado; señoras y
señores embajadores y representantes diplomáticos acreditados ante
nuestra República; señor Director General de Secretaría del Ministerio
del Interior; señor director interino de la Policía Nacional;
autoridades nacionales y departamentales; señoras y señores directores
nacionales y jefes y jefas de policía departamentales; señores oficiales
superiores, jefes y subalternos de la Policía Nacional y de las Fuerzas
Armadas en actividad y retiro; señoras y señores profesores de la
Escuela Nacional de Policía; familiares de cadetes de esta escuela;
damas y caballeros cadetes; personal de la Escuela Nacional de Policía;
señores y señores representantes de los medios de comunicación; amigas,
amigos.
Hoy es un día de alegría
y de felicidad para muchos: para los cadetes de primero, porque pasaron
ese siempre difícil período de adaptación a la vida interna de la
Escuela; para los cadetes de segundo, por cuanto sólo queda la recta
final; para los cadetes de tercero, porque alcanzaron el objetivo por el
cual concursaron aquí hace tres años y para las madres, padres,
hermanas, hermanos y familiares que comparten esa feliz culminación de
una carrera que hoy finaliza y que también hoy comienza con reiteradas
expectativas.
La Policía Nacional, en
sus diversos aspectos, busca preservar el orden público, pero el orden
público no debe ser entendido como un valor en sí mismo, sino como el
conjunto de condiciones de seguridad, tranquilidad y salubridad que
permiten la prosperidad general y el goce de los derechos humanos. El
orden público en el Estado Social de Derecho es un valor subordinado al
respeto de la dignidad humana, por lo cual, el fin último de la Policía
en sus diversas formas y aspectos, es la protección de los derechos
humanos.
Estos constituyen,
entonces, el fundamento y el límite del poder del policía: la
preservación del orden público lograda mediante la supresión de las
libertades públicas no es entonces compatible con el ideal democrático,
puesto que el sentido que subyace a la autoridad de policía no es el de
mantener el orden a toda costa, sino el de determinar cómo permitir el
más amplio ejercicio de las libertades ciudadanas sin que ello afecte el
orden público.
Ahora bien, sabemos y
aceptamos que toda sociedad civilizada requiere contar con un cuerpo de
policía como una institución necesaria para la vigencia y efectividad de
la paz y el orden público. De ahí que todos los esfuerzos que se hagan y
todas las medidas que se tomen para vigorizar esta institución, sean
decisivos en tanto y en cuanto se encuentren encaminadas a la
realización de los fines de un Estado de derecho moderno y democrático.
Precisamente, entre los
esfuerzos y medidas que el Estado debe adoptar para asegurar el cabal
cumplimiento de la noble y trascendental misión que debe cumplir la
policía nacional, figuran en primer lugar los que tienen por objeto
asegurar la formación profesional, moral y ética de sus integrantes, que
los haga aptos para el desempeño de su misión y para asumir la plenitud
de la responsabilidad que sobre la policía pesa.
De todo lo dicho se
desprende que ustedes, cadetes ,al ir avanzando en los cursos de
formación profesional que están preparando para que cuando adquieran su
condición de oficiales de Policía sepan cumplir a cabalidad la altísima
misión a ellos encomendada, a fin de desarrollar los preceptos legales
que le imponen a la policía el deber de asegurar a los integrantes de la
nación la vida, la convivencia y la paz dentro de un marco jurídico que
garantice un orden justo sirviendo a la comunidad.
La aventura de ustedes,
cadetes, de solicitar su inscripción en estos cursos, puso de relieve en
muchos una virtud: la inquietud por el perfeccionamiento de sus
conocimientos y por la especialización en las áreas de seguridad y
prevención.
Esas actividades de
permanente aplicación y actualidad se desarrollan en espectáculos
públicos realizados en espacios cerrados o abiertos, seguridad
ciudadana, custodia de dignataríos, tránsito, migración de personas,
penitenciaría investigación, identificación civil, criminología,
rescate, extinción de incendios, control de siniestros y disturbios, por
citar algunos.
Al ejercer esta opción de
incrementar sus conocimientos, ustedes, cadetes, manifestaron un afán de
superación intelectual digno de ponderación, lo que ya por sí mismo
representa una victoria posiblemente la mejor victoria que no es otra
que la que se consigue a luchar por superarse uno mismo. Porque el ser
humano es un eterno aprendiz que nunca logra abarcar todo el saber
perseguido. Sin embargo, en tanto que consiga una persona del
conocimiento y se convierta en un ser instruido alcanza un alto valor
que para sí y sus semejantes, simplemente porque lleva en sí mismo sus
mayores riquezas: las del saber, que nunca les podrán ser arrebatadas.
Ustedes, los oficiales de la 56ª. promoción “Libertad y tolerancia”, que
egresa ahora estarán deseosos de llevar a la práctica los conocimientos
adquiridos durante sus tres años de permanencia en este instituto de
formación profesional.
Ante esta
perspectiva permítasenos que, con el mejor de nuestro ánimo y con toda
humildad les traslademos algunas reflexiones de comportamiento que no
nos atrevemos a calificar como consejos sino como sugerencias para la
acción. Allá donde ustedes materialicen su trabajo, háganlo siempre
desde la confianza su propio bagage intelectual y paradójicamente, desde
la prudencia y el arrojo, sepan usar la dosis adecuada en cada momento,
pues no basta con poseer sabiduría sino que hay que saber usarla y
ponerla de manifiesto en los momentos y circunstancias apropiadas.
Conocimiento y trabajo permanente son la mejor receta para el éxito que
ustedes desean para sí mismos.
La importancia que para las sociedades
tienen en este momento los temas relativos a la seguridad pública, es
creciente. Prueba de ello es que los mismos se encuentran presentes en
el cotidiano debate y preocupación ciudadana. Y en muchas comunidades
están en primer o segundo lugar, inclusive por encima de temas
económicos o de desocupación laboral.
Ante esta realidad fue necesario encarar
acciones de cambio para lograr una apertura y desarrollo de la enseñanza
policial en nuestro país que contribuyese a mejorar a la policía y su
gestión.
Alguna de estas iniciativas son: en el
convenio entre el Ministerio del Interior y UNICEF en el que participan
también otras Instituciones, la Escuela Nacional de Policía asumió, a
los efectos prácticos, la representación del Ministerio.
En el marco de ese acuerdo se
desarrollaron, en el presente año, cuatro jornadas regionales en el
interior del país de capacitación sobre el nuevo Código del Niño y el
Adolescente, donde se evaluó la problemática común de las diferentes
instituciones.
El pasado 29 de noviembre, esta Escuela
Nacional de Policía fue anfitriona de las jornadas en que se presentaron
los trabajos de los participantes por región y se elaboraron las
recomendaciones del ciclo, documento que fue entregado a las autoridades
presentes.
Otra iniciativa de participación, con la
Universidad de la República, a través de la Cátedra UNESCO de Derechos
Humanos, denominada “Vivir en Clave de DDHH”, permitió la participación
de un grupo de cadetes cuyos trabajos fueron seleccionados para
presentar en el 1° Encuentro Internacional de Derechos Humanos en la
Universidad Federal de Paraná, Curitiba, y también en la Universidad
Federal de Santa María, en el Estado de Río Grande, Brasil, en un
encuentro internacional con el tema ”DD.HH. en la Educación Policial”.
Un proyecto con el Programa de Naciones
Unidas para el Desarrollo en ejecución, es una iniciativa que tiene por
objetivo apoyar al Ministerio del Interior en la finalización de obras
de remodelación en las instalaciones existentes en esta Escuela Nacional
de Policía.
Estas instalaciones servirán para la
creación de una plataforma subregional donde se realizarán actividades
de capacitación en el control del comercio legal y la prevención del
tráfico ilícito de armas de fuego, así como también cursos de
entrenamiento y seminarios relacionados con el tema.
Con la Agencia Española de Cooperación
Internacional se está delineando un proyecto de asistencia donde uno de
sus cuatro componentes está orientado a la formación del personal
policial en general pero con un fuerte énfasis en el personal
subalterno.
Aquí destacamos, como un objetivo
trascendente a alcanzar, la centralización de la formación debate en una
Escuela Nacional para el personal subalterno.
Tenemos entre nosotros, y agradecemos su
presencia, ya que están trabajando con la Agencia Española en estos
temas, los señores Santiago Caballero Mendaña y don Antonio Rabal
Villalobos, Jefe del Servicio del Área de Cooperación Internacional del
Ministerio del Interior de España.
Con estas ideas iniciamos
un Programa de Apoyo y respaldo a las iniciativas y proyectos
educativos; el que se ha convertido en el eje central de nuestra acción
y responsabilidad y cuyo objetivo es la mejora sustantiva de las
capacidades del personal policial.
El clima de confianza
creciente que ha presidido nuestro diálogo inicial con las Facultades de
la Universidad de la República, organizaciones no gubernamentales,
organismos internacionales y agencias de cooperación, nos hizo emprender
nuevos proyectos, siempre dentro del estratégico escenario que ofrece la
sociedad del conocimiento y las tecnologías de la información.
Por último queremos dejar
constancia de nuestro profundo agradecimiento a todos los integrantes de
las instituciones públicas o privadas que han apoyado los
emprendimientos de nuestra Escuela.
En especial a los
comandos, cuerpo docente, oficiales y personal que nos han acompañado en
la diaria labor de hacer funcionar esta casa de estudios.
A las señoras Lucy
Pereira y Mariela Maguno, por su desinteresado y generoso trabajo de
embellecer con el enjardinado el predio de la Escuela.
A la Comisión de ex
alumnos por el equipamiento de las salas de Internet y la adquisición de
la infraestructura de ayuda a la enseñanza.
A los docentes y alumnos,
de la Escuela de Comunicación Social de UTU por la realización del spot
de promoción de ingreso.
Y a todos los que nos
acompañan en este día, muchas gracias. |