14/12/05


VÁZQUEZ PRESIDIÓ EL ACTO DE CLAUSURA DE CURSOS DE LA ESCUELA NACIONAL DE POLICÍA
El Presidente Tabaré Vázquez presidió el acto de fin de cursos de la Escuela Nacional de Policía, a la que calificó como “una ceremonia estupenda”. En una breve intervención al término de la ceremonia, el primer mandatario apuntó que “la patria espera mucho de estos nuevos Oficiales de Policía”.

Por su parte el Director de la Escuela, Insp. Gral. Raúl Perdomo, reivindicó el rol de la Policía moderna, llamó a los cadetes a hacer un uso racional de la autoridad que el estado les confiere y les recordó que su función tiene, como objetivo fundamental, “la protección de los derechos humanos”. 

PALABRAS DEL DIRECTOR DE LA ESCUELA NACIONAL DE POLICÍA, INSP. GRAL. RAÚL PERDOMO, EL ACTO DE LA CLAUSURA DE CURSOS 2005      

INSP. GRAL. PERDOMO: Señor Presidente de la República, doctor Tabaré Vázquez; señor Vicepresidente de la República, Don Rodolfo Nin Novoa; señor presidente de la Suprema Corte de Justicia, doctor Daniel Gutiérrez; señor Ministro del Interior, doctor José Díaz; señores subsecretarios; señoras y señores legisladores; señor Intendente Municipal de Maldonado; señoras y señores embajadores y representantes diplomáticos acreditados ante nuestra República; señor Director General de Secretaría del Ministerio del Interior; señor director interino de la Policía Nacional; autoridades nacionales y departamentales; señoras y señores directores nacionales y jefes y jefas de policía departamentales; señores oficiales superiores, jefes y subalternos de la Policía Nacional y de las Fuerzas Armadas en actividad y retiro; señoras y señores profesores de la Escuela Nacional de Policía; familiares de cadetes de esta escuela; damas y caballeros cadetes; personal de la Escuela Nacional de Policía; señores y señores representantes de los medios de comunicación; amigas, amigos.

Hoy es un día de alegría y de felicidad para muchos: para los cadetes de primero, porque pasaron ese siempre difícil período de adaptación a la vida interna de la Escuela; para los cadetes de segundo, por cuanto sólo queda la recta final; para los cadetes de tercero, porque alcanzaron el objetivo por el cual concursaron aquí hace tres años y para las madres, padres, hermanas, hermanos y familiares que comparten esa feliz culminación de una carrera que hoy finaliza y que también hoy comienza con reiteradas expectativas.

La Policía Nacional, en sus diversos aspectos, busca preservar el orden público, pero el orden público no debe ser entendido como un valor en sí mismo, sino como el conjunto de condiciones de seguridad, tranquilidad y salubridad que permiten la prosperidad general y el goce de los derechos humanos. El orden público en el Estado Social de Derecho es un valor subordinado al respeto de la dignidad humana, por lo cual, el fin último de la Policía en sus diversas formas y aspectos, es la protección de los derechos humanos.

Estos constituyen, entonces, el fundamento y el límite del poder del policía: la preservación del orden público lograda mediante la supresión de las libertades públicas no es entonces compatible con el ideal democrático, puesto que el sentido que subyace a la autoridad de policía no es el de mantener el orden a toda costa, sino el de determinar cómo permitir el más amplio ejercicio de las libertades ciudadanas sin que ello afecte el orden público.

Ahora bien, sabemos y aceptamos que toda sociedad civilizada requiere contar con un cuerpo de policía como una institución necesaria para la vigencia y efectividad de la paz y el orden público. De ahí que todos los esfuerzos que se hagan y todas las medidas que se tomen para vigorizar esta institución, sean decisivos en tanto y en cuanto se encuentren encaminadas a la realización de los fines de un Estado de derecho moderno y democrático.

Precisamente, entre los esfuerzos y medidas que el Estado debe adoptar para asegurar el cabal cumplimiento de la noble y trascendental misión que debe cumplir la policía nacional, figuran en primer lugar los que tienen por objeto asegurar la formación profesional, moral y ética de sus integrantes, que los haga aptos para el desempeño de su misión y para asumir la plenitud de la responsabilidad que sobre la policía pesa.

De todo lo dicho se desprende que ustedes, cadetes ,al ir avanzando en los cursos de formación profesional que están preparando para que cuando adquieran su condición de oficiales de Policía sepan cumplir a cabalidad la altísima misión a ellos encomendada, a fin de desarrollar los preceptos legales que le imponen a la policía el deber de asegurar a los integrantes de la nación la vida, la convivencia y la paz dentro de un marco jurídico que garantice un orden justo sirviendo a la comunidad.

La aventura de ustedes, cadetes, de solicitar su inscripción en estos cursos, puso de relieve en muchos una virtud: la inquietud por el perfeccionamiento de sus conocimientos y por la especialización en las áreas de seguridad y prevención.

Esas actividades de permanente aplicación y actualidad se desarrollan en espectáculos públicos realizados en espacios cerrados o abiertos, seguridad ciudadana, custodia de dignataríos, tránsito, migración de personas, penitenciaría investigación, identificación civil, criminología, rescate, extinción de incendios, control de siniestros y disturbios, por citar algunos.

Al ejercer esta opción de incrementar sus conocimientos, ustedes, cadetes, manifestaron un afán de superación intelectual digno de ponderación, lo que ya por sí mismo  representa una victoria posiblemente la mejor victoria que no es otra que la que se consigue a luchar por superarse uno mismo. Porque el ser humano es un eterno aprendiz que nunca logra abarcar todo el saber perseguido. Sin embargo, en tanto que consiga una persona del conocimiento y se convierta en un ser instruido alcanza un alto valor que para sí y sus semejantes, simplemente porque lleva en sí mismo sus mayores riquezas: las del saber, que nunca les podrán ser arrebatadas. Ustedes, los oficiales de la 56ª. promoción “Libertad y tolerancia”, que egresa ahora estarán deseosos de llevar a la práctica los conocimientos adquiridos durante sus tres años de permanencia en este instituto de formación profesional.

Ante esta perspectiva permítasenos que, con el mejor de nuestro ánimo y con toda humildad les traslademos algunas reflexiones de comportamiento que no nos atrevemos a calificar como consejos sino como sugerencias para la acción. Allá donde ustedes materialicen su trabajo, háganlo  siempre desde la confianza su propio bagage intelectual y paradójicamente, desde la prudencia y el arrojo, sepan usar la dosis adecuada en cada momento, pues no basta con poseer sabiduría sino que hay que saber usarla y ponerla de manifiesto en los momentos y circunstancias apropiadas. Conocimiento y trabajo permanente son la mejor receta para el éxito que ustedes desean para sí mismos.

La importancia que para las sociedades tienen en este momento los temas relativos a la seguridad pública, es creciente. Prueba de ello es que los mismos se encuentran presentes en el cotidiano debate y preocupación ciudadana. Y en muchas comunidades están en primer o segundo lugar, inclusive por encima de temas económicos o de desocupación laboral.

Ante esta realidad fue necesario encarar acciones de cambio para lograr una apertura y desarrollo de la enseñanza policial en nuestro país que contribuyese a mejorar a la policía y su gestión.

Alguna de estas iniciativas son: en el convenio entre el Ministerio del Interior y UNICEF en el que participan también otras Instituciones, la Escuela Nacional de Policía asumió, a los efectos prácticos, la representación del Ministerio.

En el marco de ese acuerdo se desarrollaron, en el presente año, cuatro jornadas regionales en el interior del país de capacitación sobre el nuevo Código del Niño y el Adolescente, donde se evaluó la problemática común de las diferentes instituciones.

El pasado 29 de noviembre, esta Escuela Nacional de Policía fue anfitriona de las jornadas en que se presentaron los trabajos de los participantes por región y se elaboraron las recomendaciones del ciclo, documento que fue entregado a las autoridades presentes.

Otra iniciativa de participación, con la Universidad de la República, a través de la Cátedra UNESCO de Derechos Humanos, denominada “Vivir en Clave de DDHH”, permitió la participación de un grupo de cadetes cuyos trabajos fueron seleccionados para presentar en el 1° Encuentro Internacional de Derechos Humanos en la Universidad Federal de Paraná, Curitiba, y también en la Universidad Federal de Santa María, en el Estado de Río Grande, Brasil, en un encuentro internacional con el tema ”DD.HH. en la Educación Policial”.

Un proyecto con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo en ejecución, es una iniciativa que tiene por objetivo apoyar al Ministerio del Interior en la finalización de obras de remodelación en las instalaciones existentes en esta Escuela Nacional de Policía.

Estas instalaciones servirán para la creación de una plataforma subregional donde se realizarán actividades de capacitación en el control del comercio legal y la prevención del tráfico ilícito de armas de fuego, así como también cursos de entrenamiento y seminarios relacionados con el tema.

Con la Agencia Española de Cooperación Internacional se está delineando un proyecto de asistencia donde uno de sus cuatro componentes está orientado a la formación del personal policial en general pero con un fuerte énfasis en el personal subalterno.

Aquí destacamos, como un objetivo trascendente a alcanzar, la centralización de la formación debate en una Escuela Nacional para el personal subalterno.

Tenemos entre nosotros, y agradecemos su presencia, ya que están trabajando con la Agencia Española en estos temas, los señores Santiago Caballero Mendaña y don Antonio Rabal Villalobos, Jefe del Servicio del Área de Cooperación Internacional del Ministerio del Interior de España.

Con estas ideas iniciamos un Programa de Apoyo y respaldo a las iniciativas y  proyectos educativos; el que se ha convertido en el eje central de nuestra acción y responsabilidad y cuyo objetivo es la mejora sustantiva de las capacidades del personal policial.

El clima de confianza creciente que ha presidido nuestro diálogo inicial con las Facultades de la Universidad de la República, organizaciones no gubernamentales, organismos internacionales y agencias de cooperación, nos hizo emprender nuevos proyectos, siempre dentro del estratégico escenario que ofrece la sociedad del conocimiento y las tecnologías de la información.

Por último queremos dejar constancia de nuestro profundo agradecimiento a todos los integrantes de las instituciones públicas o privadas que han apoyado los emprendimientos de nuestra Escuela.

En especial a los comandos, cuerpo docente, oficiales y personal que nos han acompañado en la diaria labor de hacer funcionar esta casa de estudios.

A las señoras Lucy Pereira y Mariela Maguno, por su desinteresado y generoso trabajo de embellecer con el enjardinado el predio de la Escuela.

A la Comisión de ex alumnos por el equipamiento de las salas de Internet y la adquisición de la infraestructura de ayuda a la enseñanza.

A los docentes y alumnos, de la Escuela de Comunicación Social de UTU por la realización del spot de promoción de ingreso.

Y a todos los que nos acompañan en este día, muchas gracias. 

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