14/12/05


ESCUELA MILITAR: VÁZQUEZ PRESIDIÓ ACTO DE FIN DE CURSOS
El Presidente de la República, Tabaré Vázquez acompañado por autoridades nacionales, presidió este miércoles la ceremonia de clausura del acto de fin de cursos de la Escuela Militar de Toledo.

Hoy a partir de las 18:30 horas, se realizó el acto de fin de cursos de la Escuela Militar de Toledo, ubicada en el kilómetro 22.500 de la Ruta 6 del Departamento de Canelones.

En esta ceremonia el Director de la Escuela Militar, General Tomás Medina, tomó juramento de los Alfereces de la Promoción Coronel Manuel Francisco Artigas expresando que "el Poder Ejecutivo les ha conferido el grado de Alférez del Ejército Nacional y con ello el honor de integrar los cuadros oficiales de la República, una responsabilidad ante el pueblo y las autoridades del país, teniendo como norte la defensa de la Patria y sus instituciones".

En la oportunidad, hizo uso de la palabra el Director de la Escuela Militar, General Tomás Medina.

PALABRAS DEL DIRECTOR DE LA ESCUELA MILITAR, GENERAL TOMAS MEDINA EN EL ACTO DE FIN DE CURSOS

Señor Presidente de la República, doctor Tabaré Vázquez, señor Presidente de la Suprema Corte de Justicia, doctor Daniel Gutiérrez, señora Ministra de Defensa Nacional, doctora Azucena Berrutti, señor Ex - Presidente de la República, doctor Luis A. Lacalle, señor Subsecretario del Ministerio de Defensa Nacional, señor Comandante en Jefe del Ejército, señores Comandantes en Jefe de la Armada Nacional, y Fuerza Aérea Uruguaya, autoridades nacionales, señor Intendente departamental de Canelones, y demás autoridades departamentales, señor Presidente del Supremo Tribunal Militar, señores Oficiales Generales de las Fuerzas Armadas en actividad y retiro, autoridades policiales, autoridades de la Enseñanza Pública y Privada, señores ex directores del Instituto, señores agregados militares de países amigos, personal superior de las Fuerzas Armadas en actividad y retiro, señores profesores del Instituto, personal subalterno, amigos de esta Escuela de formación, señoras y señores:

Con este acto, prestigiado por la presencia de las más altas autoridades civiles y militares, representantes de países amigos y familiares de los integrantes de nuestra Escuela, culminamos las actividades correspondientes al presente año académico.

Una vez más, las actividades de preparación intelectual técnico-profesional y físicas, han caracterizado el quehacer diario y silencioso que todos los integrantes del Instituto precisan y que finalmente hoy fructifican, con satisfacción, aportando savia nueva para la Institución militar.

Con satisfacción hago llegar a los integrantes del cuerpo docente, instructores, jefes y oficiales del cuadro permanente, cadetes, alumnos y personal subalterno de esta Casa de Estudios, mi saludo y mis felicitaciones por los logros alcanzados, los que han sido, sin lugar a dudas, el resultado de su dedicación y esfuerzo.

Permítaseme, también, expresar un especial reconocimiento para con el señor General Don Carlos Díaz, artífice de la formación de las últimas promociones de señores oficiales y de la renovación física, que es parte fundamental en esta Casa, a quien he sucedido en la dirección del Instituto en el mes de agosto del presente año continuando la obra por él iniciada.

En sus 120 años de existencia, los cuales hemos celebrado el pasado 25 de agosto, la Escuela Militar ha sido fuente de formación de generaciones de oficiales, soldados de la Patria, celosos custodios de la Independencia Nacional, que hoy con esfuerzo y sacrificio cumplen tal misión como mandato histórico de los camaradas del pasado, y teniendo siempre como ejemplo incomparable el del General Artigas, Padre de la Patria y de nuestras Fuerzas Armadas.

Por ello, nada mejor que mencionar en este acto las expresiones del nunca olvidado maestro de la juventud, el gran Rodó, quien escribiera "El militar es ya cívicamente una fibra en el corazón del pueblo, que vibra, participa en todas sus palpitaciones y vibra en disonancia en sus congojas como en sus regocijos. El militar es, esencialmente, un hombre culto, con quien se comparten puestos en todas las manifestaciones de la vida civil, en todas las formas nobles y superiores de la actividad, en todos los certámenes de la inteligencia."

En la sustancia de dicho pensamiento es que los actuales integrantes del Instituto hemos considerado que la mejor manera de reverenciar esos 120 años de gestión que se conjuntan con la vida misma del país, era elaborar un libro, cuyo lanzamiento efectivizamos en el día de hoy, con el objetivo de rendir un justo homenaje a la Escuela Militar y a su actividad, recordando en sus páginas a generaciones de civiles y militares, profesores e instructores, que aportaron lo mejor de sí para que hoy esta Casa ocupe un lugar reconocido en el contexto nacional e internacional, no sólo en lo que hace a la formación castrense, sino también en lo que se refiere a lo superior, convertida ya en una pieza más del sistema educativo nacional como centro de enseñanza de nivel terciario.

Más allá de la impostergable mención que hemos hecho, acerca de la misión formativa que históricamente tiene el Instituto, hoy día nos convoca para celebrar la graduación de la Promoción Coronel Manuel Francisco Artigas.

Fue este soldado un oficial artiguista, hermano del Jefe de los Orientales, y uno de los hombres de confianza, a quien el General Artigas, en octubre de 1811, entregara el sable, hecho éste más que significativo entre los hombres de armas.

En su memoria esta Promoción lleva su nombre, y quisiéramos que sus integrantes se impregnaran y tomaran como ejemplo los valores morales y castrenses que los caracterizaron.

Permítaseme ahora dirigirme especialmente a los noveles Alférez del Ejercito Nacional. Este día para ustedes significa el fin del ciclo de estudios como alumnos de la Escuela Militar y la apertura llena de inquietudes y esperanzas de una nueva etapa en sus vidas como profesionales de la carrera militar. Carrera militar que debe identificarse como la carrera del honor, la de servir a la Patria íntegramente, con coraje y sacrificio, la de asumir su defensa en caso necesario y contribuir a su engrandecimiento en épocas de paz.

Durante su pasaje por el Instituto han cimentado su formación intelectual y profesional, sobre valores permanentes, como disciplina, abnegación, lealtad, valor, respeto por la dignidad humana, en ellos, radica lo trascendente y la identidad de nuestra profesión, son la esencia misma de un soldado.

Integrantes de la Promoción Coronel Manuel francisco Artigas, acaban de formular el juramento de respeto y defensa de la independencia e integridad de la República, sus Leyes y sus Instituciones democráticas, normas sobre las cuales se asienta con natural y legítimo orgullo nuestro Ejército.

Y han pronunciado ese juramento frente a las más altas autoridades nacionales, civiles y militares, quienes con su presencia confirman que este acto tiene para la República el alto significado de ver a sus hijos capacitarse para velar por su seguridad y la tranquilidad de su pueblo.

También han jurado frente a sus familiares, quienes habiendo apoyado su vocación, hoy ven esperanzados y orgullosos la culminación de, tal vez, la etapa más importante en la vida de sus hijos: la transformación de jóvenes adolescentes en hombres y mujeres preparados intelectual y físicamente. Esperanza que como padres han alimentado largamente, esperanza que han depositado confiados en esta Escuela de Formación de Oficiales.

Les agradecemos su confianza, confianza que reconocemos y valoramos en la sensibilidad de soldados y el sentimiento de padre. Noveles oficiales que hoy asumen la difícil tarea de ser conductores de tropas, es decir, conductores de hombres, no existe nobleza mayor.

Adquieren la condición de profesionales militares, la más alta capacitación para cumplir la misión de servir a la patria y las causas que la sirven, sin ninguna obligación, sin ningún otro compromiso.

Lo he expresado en otras oportunidades, y lo ha reiterado vuestro jefe de cuerpo en su derrotero formativo, tienen que tener claro la diferencia entre ordenar y mandar.

Para ordenar alcanza una jerarquía superior; para mandar, hay que conocer a los hombres y ganar su corazón. La Ley les concede la jerarquía; la autoridad deben ganarla cada uno de vosotros. El ejemplo personal es el camino más seguro para ello. Recuerden que los hombres que se capacitan para mandar deben tener buenos conocimientos, mejores sentimientos e intachables procedimientos.

Empuñen con firmeza el sable que hoy se les ha confiado y ejerzan el mando de manera firme y enérgica, pero también justa y digna. El mayor reconocimiento que pueden tener es que algún día puedan recibir el más noble calificativo, diciéndoles "Es un buen soldado de la Patria". Indiscutiblemente representará una valoración auténtica de la jerarquía castrense.

A quienes permanecen en la Escuela Militar, cumpliendo con el ciclo formativo, caballeros y damas cadetes, jóvenes aspirantes y alumnos del Curso de Administración, tienen ustedes la satisfacción de despedir esta Promoción con alegría, sabedores que en su caso deberán continuar su preparación sin distanciarse de los resultados obtenidos, teniendo como meta alcanzar la excelencia, para que en un futuro próximo lleguen a ocupar el lugar que hoy le corresponde a los recién graduados Alfereces.

Finalmente, muy próximo a apartarme del servicio activo, con la ilusión de detener el tiempo como el eterno cadete que dentro de cada uno de nosotros estará por siempre, con los naturales sentimientos encontrados, expreso mi confianza y la esperanza de que las gestiones que les toque cumplir y los éxitos que podrán alcanzar serán significativos, motivo de orgullo para la profesión militar, la grandeza de nuestra Patria y de nuestro Ejercito. Que así sea.

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