ESCUELA MILITAR: VÁZQUEZ PRESIDIÓ ACTO DE FIN DE CURSOS
El Presidente de la República, Tabaré Vázquez
acompañado por autoridades nacionales, presidió este miércoles la
ceremonia de clausura del acto de fin de cursos de la Escuela Militar de
Toledo.
Hoy a partir de las 18:30 horas, se realizó el acto
de fin de cursos de la Escuela Militar de Toledo, ubicada en el
kilómetro 22.500 de la Ruta 6 del Departamento de Canelones.
En esta ceremonia el Director de la Escuela Militar,
General Tomás Medina, tomó juramento de los Alfereces de la Promoción
Coronel Manuel Francisco Artigas expresando que "el Poder Ejecutivo les
ha conferido el grado de Alférez del Ejército Nacional y con ello el
honor de integrar los cuadros oficiales de la República, una
responsabilidad ante el pueblo y las autoridades del país, teniendo como
norte la defensa de la Patria y sus instituciones".
En la oportunidad, hizo uso de la palabra el Director
de la Escuela Militar, General Tomás Medina.
PALABRAS DEL DIRECTOR DE LA ESCUELA MILITAR, GENERAL
TOMAS MEDINA EN EL ACTO DE FIN DE CURSOS
Señor Presidente de la República, doctor Tabaré
Vázquez, señor Presidente de la Suprema Corte de Justicia, doctor Daniel
Gutiérrez, señora Ministra de Defensa Nacional, doctora Azucena Berrutti,
señor Ex - Presidente de la República, doctor Luis A. Lacalle, señor
Subsecretario del Ministerio de Defensa Nacional, señor Comandante en
Jefe del Ejército, señores Comandantes en Jefe de la Armada Nacional, y
Fuerza Aérea Uruguaya, autoridades nacionales, señor Intendente
departamental de Canelones, y demás autoridades departamentales, señor
Presidente del Supremo Tribunal Militar, señores Oficiales Generales de
las Fuerzas Armadas en actividad y retiro, autoridades policiales,
autoridades de la Enseñanza Pública y Privada, señores ex directores del
Instituto, señores agregados militares de países amigos, personal
superior de las Fuerzas Armadas en actividad y retiro, señores
profesores del Instituto, personal subalterno, amigos de esta Escuela de
formación, señoras y señores:
Con este acto, prestigiado por la presencia de las
más altas autoridades civiles y militares, representantes de países
amigos y familiares de los integrantes de nuestra Escuela, culminamos
las actividades correspondientes al presente año académico.
Una vez más, las actividades de preparación
intelectual técnico-profesional y físicas, han caracterizado el quehacer
diario y silencioso que todos los integrantes del Instituto precisan y
que finalmente hoy fructifican, con satisfacción, aportando savia nueva
para la Institución militar.
Con satisfacción hago llegar a los integrantes del
cuerpo docente, instructores, jefes y oficiales del cuadro permanente,
cadetes, alumnos y personal subalterno de esta Casa de Estudios, mi
saludo y mis felicitaciones por los logros alcanzados, los que han sido,
sin lugar a dudas, el resultado de su dedicación y esfuerzo.
Permítaseme, también, expresar un especial
reconocimiento para con el señor General Don Carlos Díaz,
artífice de la formación de las últimas promociones de señores oficiales
y de la renovación física, que es parte fundamental en esta Casa, a
quien he sucedido en la dirección del Instituto en el mes de agosto del
presente año continuando la obra por él iniciada.
En sus 120 años de existencia, los cuales hemos
celebrado el pasado 25 de agosto, la Escuela Militar ha sido fuente de
formación de generaciones de oficiales, soldados de la Patria, celosos
custodios de la Independencia Nacional, que hoy con esfuerzo y
sacrificio cumplen tal misión como mandato histórico de los camaradas
del pasado, y teniendo siempre como ejemplo incomparable el del General
Artigas, Padre de la Patria y de nuestras Fuerzas Armadas.
Por ello, nada mejor que mencionar en este acto las
expresiones del nunca olvidado maestro de la juventud, el gran Rodó,
quien escribiera "El militar es ya cívicamente una fibra en el corazón
del pueblo, que vibra, participa en todas sus palpitaciones y vibra en
disonancia en sus congojas como en sus regocijos. El militar es,
esencialmente, un hombre culto, con quien se comparten puestos en todas
las manifestaciones de la vida civil, en todas las formas nobles y
superiores de la actividad, en todos los certámenes de la inteligencia."
En la sustancia de dicho pensamiento es que los
actuales integrantes del Instituto hemos considerado que la mejor manera
de reverenciar esos 120 años de gestión que se conjuntan con la vida
misma del país, era elaborar un libro, cuyo lanzamiento efectivizamos en
el día de hoy, con el objetivo de rendir un justo homenaje a la Escuela
Militar y a su actividad, recordando en sus páginas a generaciones de
civiles y militares, profesores e instructores, que aportaron lo mejor
de sí para que hoy esta Casa ocupe un lugar reconocido en el contexto
nacional e internacional, no sólo en lo que hace a la formación
castrense, sino también en lo que se refiere a lo superior, convertida
ya en una pieza más del sistema educativo nacional como centro de
enseñanza de nivel terciario.
Más allá de la impostergable mención que hemos hecho,
acerca de la misión formativa que históricamente tiene el Instituto, hoy
día nos convoca para celebrar la graduación de la Promoción Coronel
Manuel Francisco Artigas.
Fue este soldado un oficial artiguista, hermano del
Jefe de los Orientales, y uno de los hombres de confianza, a quien el
General Artigas, en octubre de 1811, entregara el sable, hecho éste más
que significativo entre los hombres de armas.
En su memoria esta Promoción lleva su nombre, y
quisiéramos que sus integrantes se impregnaran y tomaran como ejemplo
los valores morales y castrenses que los caracterizaron.
Permítaseme ahora dirigirme especialmente a los
noveles Alférez del Ejercito Nacional. Este día para ustedes significa
el fin del ciclo de estudios como alumnos de la Escuela Militar y la
apertura llena de inquietudes y esperanzas de una nueva etapa en sus
vidas como profesionales de la carrera militar. Carrera militar que debe
identificarse como la carrera del honor, la de servir a la Patria
íntegramente, con coraje y sacrificio, la de asumir su defensa en caso
necesario y contribuir a su engrandecimiento en épocas de paz.
Durante su pasaje por el Instituto han cimentado su
formación intelectual y profesional, sobre valores permanentes, como
disciplina, abnegación, lealtad, valor, respeto por la dignidad humana,
en ellos, radica lo trascendente y la identidad de nuestra profesión,
son la esencia misma de un soldado.
Integrantes de la Promoción Coronel Manuel francisco
Artigas, acaban de formular el juramento de respeto y defensa de la
independencia e integridad de la República, sus Leyes y sus
Instituciones democráticas, normas sobre las cuales se asienta con
natural y legítimo orgullo nuestro Ejército.
Y han pronunciado ese juramento frente a las más
altas autoridades nacionales, civiles y militares, quienes con su
presencia confirman que este acto tiene para la República el alto
significado de ver a sus hijos capacitarse para velar por su seguridad y
la tranquilidad de su pueblo.
También han jurado frente a sus familiares, quienes
habiendo apoyado su vocación, hoy ven esperanzados y orgullosos la
culminación de, tal vez, la etapa más importante en la vida de sus
hijos: la transformación de jóvenes adolescentes en hombres y mujeres
preparados intelectual y físicamente. Esperanza que como padres han
alimentado largamente, esperanza que han depositado confiados en esta
Escuela de Formación de Oficiales.
Les agradecemos su confianza, confianza que
reconocemos y valoramos en la sensibilidad de soldados y el sentimiento
de padre. Noveles oficiales que hoy asumen la difícil tarea de ser
conductores de tropas, es decir, conductores de hombres, no existe
nobleza mayor.
Adquieren la condición de profesionales militares, la
más alta capacitación para cumplir la misión de servir a la patria y las
causas que la sirven, sin ninguna obligación, sin ningún otro
compromiso.
Lo he expresado en otras oportunidades, y lo ha
reiterado vuestro jefe de cuerpo en su derrotero formativo, tienen que
tener claro la diferencia entre ordenar y mandar.
Para ordenar alcanza una jerarquía superior; para
mandar, hay que conocer a los hombres y ganar su corazón. La Ley les
concede la jerarquía; la autoridad deben ganarla cada uno de vosotros.
El ejemplo personal es el camino más seguro para ello. Recuerden que los
hombres que se capacitan para mandar deben tener buenos conocimientos,
mejores sentimientos e intachables procedimientos.
Empuñen con firmeza el sable que hoy se les ha
confiado y ejerzan el mando de manera firme y enérgica, pero también
justa y digna. El mayor reconocimiento que pueden tener es que algún día
puedan recibir el más noble calificativo, diciéndoles "Es un buen
soldado de la Patria". Indiscutiblemente representará una valoración
auténtica de la jerarquía castrense.
A quienes permanecen en la Escuela Militar,
cumpliendo con el ciclo formativo, caballeros y damas cadetes, jóvenes
aspirantes y alumnos del Curso de Administración, tienen ustedes la
satisfacción de despedir esta Promoción con alegría, sabedores que en su
caso deberán continuar su preparación sin distanciarse de los resultados
obtenidos, teniendo como meta alcanzar la excelencia, para que en un
futuro próximo lleguen a ocupar el lugar que hoy le corresponde a los
recién graduados Alfereces.
Finalmente, muy próximo a apartarme del servicio
activo, con la ilusión de detener el tiempo como el eterno cadete que
dentro de cada uno de nosotros estará por siempre, con los naturales
sentimientos encontrados, expreso mi confianza y la esperanza de que las
gestiones que les toque cumplir y los éxitos que podrán alcanzar serán
significativos, motivo de orgullo para la profesión militar, la grandeza
de nuestra Patria y de nuestro Ejercito. Que así sea. |