19/12/05


DÍAZ: DIEZ MESES DE APERTURA A NUEVOS CAMINOS Y APRENDIZAJE
Se trata de conseguir un Ministerio del Interior a la altura de los nuevos tiempos, adoptándose medidas para ser sensibles al clamor del pueblo, sin perder el horizonte de cambios profundos y sin abandonar los sueños, dijo el Ministro Díaz en el acto conmemorativo del 176º aniversario de la Policía Nacional.

Ante la presencia del Presidente de la República, Tabaré Vázquez, y de altas autoridades civiles y militares, el Ministro Díaz se congratuló por la conmemoración del 176º aniversario de la promulgación de la Ley de Organización de la Policía, recordando que la historia de nuestro país se enlaza con la creación de la policía.

En este sentido, dijo que la policía surgió en los albores del Estado, siete meses antes de la Jura de la Constitución, el 18 de julio de 1830, siendo el papel de la policía vertebral en el desarrollo institucional del país y "sigue siendo puntal significativo de nuestro Estado y democracia, que aspiramos desarrollar y profundizar en su triple dimensión", sentenció.

"Al asumir las funciones el 2 de marzo, se ha propuesto mejorar el Instituto Policial y todas las Direcciones Nacionales del Ministerio del Interior, cambiar con la policía no contra la policía", agregó el Ministro Díaz.

En estos diez meses se han logrado cambios y logros en el Ministerio del Interior, los cuales –según observó el Ministro- se notan a través de la Ley de Presupuesto quinquenal, donde se instrumentarán cambios para la policía sin comparación en la historia.

Al asumir el Ministerio se encontró con caos en la gestión, que se ha tratado de superar, dijo. "Se ha logrado objetivos significativos en tres dimensiones: firme política de seguridad ciudadana, cambios institucionales y nueva política criminal hacia un nuevo modelo penitenciario para superar la peor crisis humanitaria encontrada por Gobierno alguno".

En el marco de éstas tareas se ha realizado una redistribución de la policía, con el fin de incrementar la cantidad de policías ejecutivos en las tareas sustantivas, acrecentando el papel de las comisarías contando, además, con el apoyo de los vecinos en las organizaciones sociales. Se hace un racconto de las medidas adoptadas en el marco del tráfico ilícito de drogas y se señala la labor intensa de la policía en el interior del país contra el abigeato.

El Ministerio del Interior creó comisiones honorarias de asesoramiento en materia de transporte y deporte en coordinación con otros Ministerios e Intendencias.

Con el fin de mejorar la eficiencia se ha jerarquizado la Junta Asesora de Servicios Policiales y para lo operativo el Estado Mayor Policial, las cuales tienen por objetivo promover Resoluciones y Decretos para trabajar en la futura Ley Orgánica que se presentará el año entrante, así como un Código de Procedimiento Policial y de Éticas y Faltas, "para dotar a nuestro Instituto de normas modernizadoras y democratizadoras borrando todo vestigio autoritario y discriminatorio" , resumió el Ministro Díaz.

En cuanto a la reunión de Ministros del Interior del MERCOSUR y Estados Asociados, dijo que la seguridad ciudadana fue el eje principal del trabajo aprobándose en la reunión final un documento de coordinación en la región y la formación de políticas públicas.

Por otra parte, se destaca la creación del primer centro de atención a la víctima del delito y la violencia, creado por la Ley de Humanización del Sistema Penitenciario y el Observatorio de la Violencia y Criminalidad, para dar información veraz cada tres meses, para trabajar mejor contra el delito y para superar la visión subjetiva sobre la criminalidad.

"Estos diez primeros meses han sido de apertura de nuevos caminos y aprendizaje, falta mucho por hacer", dijo el Ministro José Díaz, quien afirmó que se aspira a tener "un Ministerio del Interior a la altura de los nuevos tiempos", para lo cual "todas y todos debemos trabajar con firmeza, humildad y perseverancia", comprometidos con principios y programas leales a la Constitución y a la Ley, "sensibles al clamor del pueblo sin perder el horizonte, cambios profundos y sin abandonar los sueños".

PALABRAS DEL MINISTRO DEL INTERIOR, JOSE DÍAZ, EN EL ACTO CELEBRATORIO DEL 176º ANIVERSARIO DE LA PROMULGACIÓN DE LA LEY DE ORGANIZACIÓN DE LA POLICÍA

MINISTRO DÍAZ: Señor Presidente de la República, y demás autoridades nacionales y departamentales; señoras y señores legisladores nacionales y departamentales; integrantes de las Fuerzas Armadas que nos acompañan; señoras y señores Jefes de Policía; y directoras y directores nacionales; y demás estimadísimos integrantes de la Policía Nacional; compatriotas:

En nombre del gobierno nacional nos congratulamos cálidamente por esta conmemoración del 176º aniversario de la promulgación de la Ley de organización de la Policía, de fecha 18 de diciembre de 1829; y por Decreto del 10 de marzo de 1943 se fijó el 18 de diciembre como fecha para la celebración del Día de la Policía en todo el territorio nacional.

Ya antes de aquella ley fundacional, el 6 de octubre de 1826, la Honorable Junta de Representantes había echado las bases de funcionamiento del Instituto Policial pasando las funciones policiales de los Cabildos coloniales a las nuevas Comisarías.

Quiere decir, que nuestra Policía Nacional surgió en los albores de nuestro Estado, siete meses antes exactamente de la Jura de la Constitución, el 18 de julio de 1830.

A partir de aquellos lejanos tiempos el país vivió una época de turbulencias, que recién culminó a comienzos del siglo XX, durante el primer gobierno de don José Batlle y Ordóñez.

En la construcción de ese Estado, sobre todo los primeros largos años del siglo XIX, el papel de la Policía Nacional fue sin duda de primordial importancia, tal vez vertebral en el desarrollo institucional del país.

Y por su despliegue en todos los rincones de nuestro territorio, acumulando una acrecentada función pública, sigue siendo puntal significativo de nuestro Estado y de nuestra democracia, que aspiramos desarrollar y profundizar en su triple dimensión, como diría don Emilio Frugoni: política social y económica, en lo que estamos desde que asumimos el pasado 1º de marzo las responsabilidades gubernamentales.

Pero como lo dijimos el 2 de marzo último, al asumir funciones los Jefes de Policía y Directores nacionales, nos propusimos desde el comienzo mejorar el Instituto Policial y todas las direcciones nacionales del Ministerio del Interior; cambiar con la Policía, no contra la Policía.

Y quiero decir, con toda claridad, que en estos diez meses escasos de gobierno muchos cambios y logros hemos sumado en nuestro Ministerio del Interior, en los demás Ministerios y en todas las empresas públicas.

Me siendo incapaz de hacer un balance medianamente abarcativo. Me llevó horas intentar hacerlo.

Hace poco, en la Cámara de Representantes donde fui interpelado por dos fugas y la seguridad pública, de lo que se habló durante más de un mes hasta que dejó de hablarse de la misma al día siguiente de producida, como por arte de magia.

Aunque luego reaparecen informaciones -falsas, maliciosas o exageradas- sobre la actuación policial, pasándosenos factura por algunos cambios de políticas y por muchos de los logros de la actividad ministerial.

Nos ha importado hacer cambios y trabajos, y no marketing o lanzar globos al viento.

Nos ha preocupado día a día mejorar los múltiples servicios a nuestro cargo, más allá de la medular tarea de mantener el orden y la seguridad pública, eje central de nuestros desvelos y esfuerzos.

Pero antes de dar algunas breves pinceladas sobre un balance mínimo en su día, en el Día de la Policía Nacional, quiero hacer el más afectuoso y cordial reconocimiento por la labor cumplida a todas y a todos los Jefes de Policía; a todas y a todos los Directores nacionales y sus respectivas colaboradoras y colaboradores; especialmente respecto del trabajo sacrificado y de riesgo que cumple nuestra auténtica vanguardia: los policías que realizan las tareas sustantivas en las calles, rutas y caminos, y en las Comisarías y Subcomisarías del Uruguay profundo; y los policías penitenciarios, ambos sometidos a las peores condiciones de trabajo, remuneraciones y jubilaciones, que nos angustia pero que empezamos a corregir gradualmente, a través de la Ley de Presupuesto Quinquenal que hoy promulgamos, sin las premuras de antaño y con cambios muy significativos para la seguridad pública y la policía.

Una de las cuatro prioridades de dicha ley fundamental para el futuro del país, prioridad que se traduce en que una parte significativa del incremento presupuestal viene al Ministerio del Interior y que el Presupuesto global de nuestro Inciso 04 es uno de los más importantes, algo superior al finalizar el quinquenio al del Ministerio de Defensa Nacional, sin comparación en nuestra historia.

Y en esa misma dirección de cambio favorable, especialmente hacia el Subescalafón Ejecutivo, Personal Subalterno, sigue el Proyecto de Ley de retiro policial que, entre otras cosas, propone integrar al haber jubilatorio, pagándose los correspondientes montepíos, sobre las compensaciones que hoy no están gravadas, así como las remuneraciones por el cumplimiento del Servicio 222; en ambos casos a razón de un 10 por ciento anual, de forma que en dos quinquenios tendremos saneada una situación jurídicamente irregular y socialmente injusta.

Al asumir el Ministerio, el equipo designado encontró una situación de caos administrativo y de gestión que estamos tratando de superar con mucho sacrificio y no pocas dificultades.

Trazamos metas y hemos ya logrado objetivos, muy significativos, en tres direcciones fundamentales.

Firme política de Seguridad Ciudadana; cambios institucionales y nueva política criminal hacia un nuevo modelo penitenciario, para superar la peor crisis humanitaria encontrada por gobierno alguno.

En materia de Seguridad Ciudadana, a partir de un estricto respeto a los méritos profesionales y personales de todos los integrantes del Ministerio, terminando con la política clientelar, los logros alcanzados -muy esquemáticamente- han sido los siguientes: 

En la importantísima Jefatura de Policía de Montevideo, se ha redistribuido el personal asignado, mayor cantidad de policías ejecutivos en labores prevento-represivas; se reorganizó la Dirección de Seguridad, potenciando las Comisarías y el papel de Comisario en cada barrio; se potenció el Departamento de Orden Público, para la prevención y represión del tráfico de drogas, en estrecha coordinación con la Dirección General correspondiente.

La Dirección de Investigaciones se esforzó en las operaciones preventivas del delito y sus nuevas modalidades.

El Departamento de Operaciones Especiales, el DOE, viene efectuando una labor muy intensa frente a irregularidades y corruptelas, ayudando incluso en operaciones delicadas en el interior.

En la Dirección de Grupos de Apoyo, el Cuerpo de Radiopatrulla incrementó el patrullaje en móviles y horas. Y podríamos seguir.

En las Jefaturas de Policías del interior el trabajo ha sido muy intenso y eficiente. El pasado viernes escuché un pormenorizado balance efectuado en el Teatro Macció de San José, por la señora Jefa de Policía. Y me quedé tan impresionado de lo que habían hecho que dije: con solo este balance podría haberme defendido estupendamente en la reciente, clamorosamente silenciada.                

Las Jefaturas del interior, en las zonas urbanas, incrementaron la presencia policial, con especial atención en la zona de los bancos, centros de enseñanza y otros.

Se realizaron operativos de cierre sorpresivos y rotativos en las áreas metropolitanas, con inspecciones de vehículos y personas.

Para mejorar la Seguridad Ciudadana se implementó la coordinación interinstitucional con el Poder Judicial y Ministerio Público, los Municipios y las Fuerzas Armadas, los Entes Autónomos, la Educación y la Salud.

En cada Jefatura se redistribuyó el personal para incrementar la cantidad de policías ejecutivos en las tareas sustantivas y se realizaron controles en locales nocturnos.

Y a partir del asesoramiento e impulso de la Comisión Honoraria de Seguridad Rural del Ministerio, de carácter interinstitucional y con participación de las organizaciones vinculadas al agro, se potenció la tarea contra el abigeato, especialmente el organizado, y otras formas delictivas en el campo, mejorando las brigadas especiales y las patrullas rurales; disminuyendo el número de abigeatos y aumentando el número de abigeatos aclarados.

Asimismo, el Ministerio creó también Comisiones Honorarias de Asesoramiento en otras áreas neurálgicas del delito.

Comisión de Seguridad en el Transporte de Pasajeros, con empresarios, trabajadores, Ministerio de transporte y Obras Públicas e intendencias.

La Comisión de Seguridad en el Deporte, junto al Ministerio de Turismo y de Deporte e intendencias, que no solo intervino en diferentes momentos conflictivos, sino que presentó un Proyecto de Ley de Seguridad en el Deporte y hasta organizó un concurso entre niñas y niños de 4º a 6º año de escuela con un tribunal de lujo que ya falló, eligiendo el eslogan que publicitaremos: “El deporte es salud, no lo enfermes”.

Para mejorar la eficiencia ministerial hemos jerarquizado fuertemente dos colectivos importantes, muchas veces dejados de lado: para el asesoramiento la Junta Asesora de Servicios Policiales, y para lo operativo el Estado Mayor Policial.

Aquella, aconsejándonos en materia de servicios policiales, proponiendo resoluciones y decretos y trabajando para ultimar la futura Ley Orgánica Policial que presentaremos el año entrante; así como el Código de Procedimiento Policial, y de Ética y Faltas, para dotar a nuestro Instituto de normas modernizadoras y democratizadoras, borrando todo vestigio autoritario y discriminatorio.

Y el Estado Mayor, que también coordinó las Comisiones de Seguridad nombradas, preparó diferentes planes permanentes de operaciones, nuestros PTO; inclusive arrimó al INAU un borrador para el mejor manejo de eventuales motines, con tomas de rehenes, y unificó en un Plan Permanente de Operaciones, el denominado Plan Verano Azul, especialmente fortalecido en los departamentos de mayor afluencia turística.

Y en la lucha contra la criminalidad y la violencia, que ha crecido exponencialmente en los últimos quince años, hemos puesto el acento en el crimen organizado, con resonantes éxitos en materia de drogas, con una muy jerarquizada Dirección General de Represión del Tráfico Ilícito de Drogas, cuya estupenda actuación subraya el extraordinario trabajo de las demás Direcciones Nacionales, todas ellas con logros y avances de todo tipo.

En materia de Seguridad Ciudadana dos aspectos más queremos destacar. El papel que le asignamos a las organizaciones sociales en su construcción, incluidas las Comisiones Barriales de Seguridad, realmente existentes, con las que ya hemos realizado más de un millar de fructíferas reuniones.

Y la importancia que le asignamos en nuestra Presidencia Pro Témpore de la reunión de Ministros del Interior del MERCOSUR y Estados Asociados, del segundo semestre de este año, pues la Seguridad Ciudadana fue el eje principal de nuestro trabajo subregional, aprobándose en la reunión final de Montevideo del mes pasado un documento de coordinación en la zona y de formación en políticas públicas de Seguridad Ciudadana.

Hemos creado dos instituciones ministeriales más en torno a esta materia sustancial. El primer centro de atención a la víctima del delito y la violencia que ya funciona, creado por la ley de humanización del sistema penitenciario y el Observatorio de la Violencia y la Criminalidad, dentro de nuestro Departamento de Estadística, Datos y Análisis, para dar información veraz cada tres meses, instrumento para trabajar mejor contra el delito y para superar la apreciación subjetiva sobre la criminalidad.

Hemos sido también rigurosos en el combate interno contra irregularidades y corruptelas, incrementando las investigaciones administrativas y los sumarios, con el fin de eliminar la deslealtad institucional y enviar a la Justicia todo autor de hechos con apariencia delictiva.

Toda buena política ministerial se basa en la dignificación del funcionario. Este es y será otro de los ejes de nuestro trabajo, para mejorar los diferentes servicios a nuestro cargo.

Y bien sabe la policía y sus organizaciones, con las que dialogamos y dialogaremos, siempre receptivos a sus buenas sugerencias. ¡Cuánto hemos hecho y cuánto nos falta  hacer en la materia!

Y a la policía se le dignifica sobre la base de tres pilares fundamentales. Primero, mejorar las remuneraciones y condiciones de trabajo, de lo que ya hablé. Segundo, impulsar políticas sociales a través de la Dirección Nacional correspondiente, que volverá a poner en funcionamiento el Parque Policial, éste año parcialmente, pero dentro de un proyecto integral de recuperación e integrador en el entorno de la sociedad. Y que dirigirá la construcción del Hogar Estudiantil propio, a partir del año que viene, en el inmueble comprado a esos efectos. Y tercero, mejorar la formación policial, unificando la política educativa a través de una Escuela Nacional de Policía, con avances en recursos educativos, docentes y materiales; y de escuelas regionales para la mejor formación del Personal Subalterno, todo mediante riguroso ingreso por concurso, con las mayores exigencias culturales y educativas.

El tercer eje de nuestros esfuerzos, y por qué no decirlo, de nuestra angustias es el de la nueva política criminal y el nuevo modelo penitenciario que estamos impulsando desde el 1° de marzo último cuando el nuevo Presidente de la República declaró el estado de emergencia humanitaria en nuestras cárceles y anunció las  medidas que nos disponíamos impulsar.

También mirando al derecho a vivir con mejor seguridad ciudadana, respetuosa de los derechos humanos de todas y de todos los habitantes de la República.

Las tres fases de esta nueva política serán: primero, superar la crisis humanitaria a través de múltiples acciones de las que la ley de humanización es un ingrediente importante, pero no único; unificar la política penitenciaria, que ya lo habilita la nueva ley presupuestal, potenciando la Dirección Nacional correspondiente; y en tercer lugar, crear un Instituto Nacional de Rehabilitación fuera del Ministerio del Interior, con una dirección y personal penitenciario debidamente preparado, idóneo y profesional, acorde al mandato constitucional de prestar este servicio de rehabilitación mediante el estudio y el trabajo en centros que de verdad lo permitan y no las cárceles que encontramos, con penosas situaciones de hacinamiento, mala alimentación y pobre salud penitenciaria.

Para el presente quinquenio, de este primer gobierno, estos diez primeros meses han sido de apertura de nuevos caminos y de aprendizaje. Falta mucho por hacer y necesitaremos seguramente más de un quinquenio para tener un Ministerio del Interior bien organizado, a la altura de los nuevos tiempos y de los justos reclamos de todos los habitantes de nuestro país.

Y para lograrlo, todas y todos debemos trabajar con firmeza, humildad y perseverancia, cada vez mejor; comprometidos con principios y programas leales a la Constitución y a la Ley, sensibles al clamor del pueblo, sin perder el horizonte de cambios profundos y sin abandonar los sueños.

A todas y a todos los integrantes del Ministerio del Interior: ¡Feliz Día de la Policía Nacional!

Muchas gracias.

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