22/12/05


ONSC HIZO ENTREGA DE CERTIFICADOS DE CURSOS DE ALTA DIRECCIÓN PÚBLICA Y DE SUPERVISIÓN DIRECTIVA
Con la presencia del Director de la Oficina Nacional del Servicio Civil, Miguel Toma, del Subdirector de la ONSC, Humberto Ruocco, y del Director y Subdirector de la Escuela de Funcionarios Públicos, Sergio Villanueva y Carlos Faroppa, se entregaron los Certificados de los Cursos de Alta Dirección Pública y de Supervisión Directiva dictados por esta Oficina de la Presidencia de la República.

Dicho acto tuvo lugar este miércoles en el Salón de Actos del Edificio Libertad, oportunidad en que hizo uso de la palabra el Subdirector de ONSC, Humberto Ruocco.

PALABRAS DEL SUBDIRECTOR DE LA OFICINA NACIONAL DEL SERVICIO CIVIL, HUMBERTO RUOCCO

RUOCCO: Amigos, la Dirección de la Oficina Nacional del Servicio Civil y la Dirección de la Escuela, me han delegado la responsabilidad de enviar un mensaje en el día de hoy. Voy a proceder a ello en consecuencia.

Nosotros estamos llegando al inicio de un nuevo año, nos preparamos para situarnos en el punto de largada para un año 2006 que deseamos que sea lleno de realizaciones, para todos ustedes en lo personal y para esta gran familia extendida -como le gusta decir a los antropólogos- del sistema del Servicio Civil al cual todos pertenecemos. Y en consecuencia, en este plano, deseamos que se cumplan los deseos más profundos de cada uno de nosotros y deseamos con mucha fuerza que el 2006 sea un año de trabajo, en donde la unidad y coherencia de nuestro accionar se exprese en cada uno de los emprendimientos que tenemos programados para este año.

Nuestro deseo de realizaciones para el año 2006, no es una fórmula para no hablar del año 2005.

Siempre que se llega a estos momentos, de alguna forma hay que hacer un breve balance. Entonces, ¿qué fue lo que hemos hecho?

En primer lugar, me gustaría resaltar que en un grupo de trabajo interdisciplinario integrado por representantes de la academia, de COFE y de la Mesa Sindical Coordinadora de Entes, por docentes y por funcionarios de la Escuela, definimos un plan estratégico.

Acordamos que nuestra misión es poner la formación permanente de los trabajadores públicos al servicio de la transformación del Estado y de la dignificación del rol de los funcionarios, en tanto ellos servidores públicos.

Y comenzamos a dar pasos en este sentido. Iniciamos -¡y vaya solo a título de ejemplo!- el proceso de reversión del atraso tecnológico en el que encontramos a la Escuela, incorporando equipamiento y una red informática que se merecía de hace largo tiempo.

También nos fijamos una serie de metas, que fueron desarrollar 81 cursos, de los cuales hicimos 119; que estimamos que iba a haber alrededor de 2.090 participantes y participaron 3.239 funcionarios; que las horas de clase previstas fueron 2.920 y se transformaron en 3.417 las efectivamente dictadas.

Y haber superado estas metas, ampliamente, que en un momento nos parecieron por demás ambiciosas por los recursos disponibles, porque recién ingresábamos, porque más allá de tener diez meses de gobierno, esencialmente en la Escuela comenzamos a reordenarla tan sólo hace ocho meses; y nosotros pensamos que esto solamente fue posible como resultado de la conjunción de dos factores: uno, el interés que ustedes demostraron en participar de las actividades que propusimos, y el compromiso y la dedicación de los decentes y los funcionarios de la Escuela.

Nosotros somos concientes que un balance no se agota solamente en lo cuantitativo y que haciéndolo así podemos correr el riesgo de hacer mucha cantidad pero no en el sentido correcto, o de reproducir aquello que en realidad queríamos cambiar.

Entonces, dejémoslo a cuenta de inventario este primer balance cuantitativo.

Hemos aprendido otras cosas más. Hemos aprendido que la Escuela ya no debe solo ofertar capacitación, sino que debe trabajar conjuntamente con los Organismos en la elaboración de la respuesta que atienda las especificidades de cada institución; en consecuencia, sin entrar en ejemplos, seguiremos impulsando esta línea de trabajo en el año próximo, sin olvidar otras que como en el caso de formación de los cargos de conducción de la Administración Pública es de nuestra responsabilidad y que, por otra parte, consideramos estratégica.

No tenemos que fundamentar la relevancia que a este programa le asignamos, pues, estoy plenamente convencido que ustedes comparten con nosotros que la formación del más alto nivel jerárquico de la Administración Pública es vital en este proceso.

En este sentido, un grupo de trabajo interdisciplinario generado a partir del plan estratégico de la Escuela ha elaborado los lineamientos generales de lo que habrá de ser un Programa de Formación de la Alta Dirección de la Administración Pública.

Hemos abierto ahora un proceso de discusión de estos lineamientos de programa, de manera que todos los involucrados -los académicos, los docentes, los directivos de las organizaciones estatales y representantes de COFE y la Mesa Sindical Coordinadora- puedan enriquecerlo formulando aportes, porque en realidad queremos tener no solamente el mejor Programa, en realidad lo que queremos es tener el Programa que sea de todos.

Hoy decía que el hecho de desear que se posibilitaran nuestras aspiraciones para el año 2006, no era una formula para eludir este brevísimo balance que hicimos de 2005. Por el contrario, nosotros pensamos que es la manera que se expresa la concatenación de los objetivos que tiene la Dirección de la Oficina Nacional del Servicio Civil.

Lo realizado en el 2005 tiene sentido en vista de los objetivos del 2006; así como los del 2007, 8 y 9 explicarán las realizaciones de los años precedentes.

Es esta visión de futuro la que nos lleva a la programación estratégica en forma continúa. Los afanes del 2005 tienen una justificación en este 2006 del cual estamos preparando su inicio.

En esta preparación, la Oficina Nacional del Servicio Civil ha trabajado muy fuerte y lo hemos hecho con método, con serenidad. Hemos aplicado una estrategia definida, que hemos tratado de ir precisando en la medida que se avanzaba en los trabajos.

Se ha trabajado para dar cumplimiento al Plan de Gobierno que se presentó a la ciudadanía en las últimas elecciones y precisados en oportunidad de asumir la Presidencia de la República por el doctor Tabaré Vázquez.

Y se llega a este acto con una satisfacción muy grande, porque hemos recorrido un camino que nos habilita para nuevas y más importantes realizaciones. Sólo permítanme que haga mención a algunos de los elementos que van a enriquecer el trabajo del 2006.

Primero: se ha consolidado una línea de coherencia, profundización y trabajo en el equipo, en el proceso de transformación del Estado y la Administración Pública, y que tiene a la Oficina Nacional del Servicio Civil como un protagonista dinámico.

Segundo: el proceso de participación, negociación y diálogo con los trabajadores, del que hemos sido protagonistas importantes, ha transitado por un camino positivo y nos encuentra comprometidos a seguirlo con mayores niveles de profundización.

Tercero: a nivel presupuestal se han tenido niveles de iniciativa y actuación en nuestros ámbitos de competencia, que hace muchos años la Oficina no conocía, y se ha podido trabajar en perfecta coordinación y armonía con todas las instituciones públicas comprometidas en el ejercicio presupuestal.

Cuarto: en las relaciones con los Organismos del sector público se ha actuado según principio de cooperación y servicio público, lo que ha tenido por norte una contribución a la mayor coherencia del gobierno en su conjunto.

Quinto: nuestro trabajo se ha extendido a los Organismos Descentralizados y los gobiernos departamentales, en donde se ha tratado de colaborar extremando nuestras posibilidades; la acción de nuestros funcionarios ha sido importante y muchos Organismos nos han trasmitido por estos días su evaluación positiva.

Sexto: en el plano científico y académico se han establecidos Convenios de Cooperación Técnica e Investigación Científica, con la Universidad de la República, que son fruto del excelente y fluido relacionamiento existente, y que aspiramos a profundizar.

Séptimo: en el ámbito internacional la Oficina Nacional del Servicio Civil ha vuelto a asumir protagonismo y vuelve a ser considerada y tenida en cuenta.

La cooperación técnica que se está negociando en este momento, tanto a nivel multilateral como bilateral, es expresión de este avance. Lo que este invierno posibilitará que se realice, por primera vez en el Uruguay, la reunión de los Ministros de Administraciones Públicas de los países de Iberoamérica.

Estas conquistas de estos meses están en la línea de largada del trabajo para el año 2006, por eso, nos sentimos con fuerza que queremos trasmitir a todos ustedes.

Por eso, es que al tiempo que iniciamos el 2006 cargados de proyectos con muchos objetivos ha alcanzar, contamos con lo logrado para apoyarnos. Es eso lo que nos imprime la velocidad de crucero con la que transitaremos todo el año.

Permítanme ahora hacer una reflexión sobre la importancia que le asignamos a la Escuela, con la importancia que le asignamos a la capacitación.

La Oficina Nacional del Servicio Civil nació con una preocupación y una misión específica respecto a la formación de los funcionarios públicos.

Se ha impartido capacitación desde el inicio de la Oficina y si la Escuela lleva el nombre del doctor Aquiles Lanza, es porque se rinde homenaje a quien tuvo claro desde el inicio que esa era una marca indeleble que debíamos aportar en el Servicio Civil a los funcionarios públicos.

De esa marca nos sentimos orgullosos y no concebimos la misión de la Oficina sin la formación, sin el Servicio a los funcionarios públicos.

Pero, claro, el gobierno está empeñado en un proceso de transformación del Estado y la formación entonces es un elemento estratégico fundamental del proceso de las transformaciones. Lo que significa que la formación debe renovarse para estar a la altura de los tiempos, para estar a la altura de los objetivos planteados.

La Escuela es un lugar donde ocurren cosas trascendentes para los funcionarios públicos y para el proceso de transformación.

Pensamos en que los funcionarios como personas, que tienen deberes y derechos cuyo ejercicio va de la mano siempre con el desarrollo personal, esto supone el ejercicio de valores trascendentes como el medio para ser mejores servidores públicos; cultivo en el cual estamos comprometidos todos.

Es por eso que lo que meditamos sobre la Escuela expresa la política institucional de la capacitación; es eso lo que impulsa a esta Dirección de la Oficina Nacional del Servicio Civil.

Algunos de los elementos que la Escuela debe potenciar, serían: la formación que se brinde en el espacio institucional de la Escuela y en todos sus emprendimientos debe ser de carácter integral; lo exige la transformación del Estado, que es integral o no es.

Así lo proclama la Carta Iberoamericana de la Función Pública, que asumimos el compromiso de aplicar. Lo exige el desarrollo de la persona, lo exige la modernización del proceso de gestión de la Administración Pública en busca de mayor productividad y calidad al servicio del ciudadano.

Debe existir un continuo campo de experimentación que asegure la modernización de los contenidos y metodologías, para lanzar ofertas de capacitación para cada una de las situaciones que se van planteando en la Administración.

No hay que olvidar que el campo de la gestión pública es el campo de trabajo específico y especializado de la Escuela, al cual concurren varios aportes académicos de importancia superlativa.

La formación moderna exige cada vez más la libertad de cátedra; libertad que está ligada a la investigación y la extensión por medio de la práctica.

Debemos ser celosos custodios del espacio pedagógico de la Escuela; abiertos en el intercambio de ideas y en la vigencia de las más variadas propuestas; cuidadosos en la preservación de los actores de la Escuela.

La Escuela es la casa del funcionario. Creemos que debe potenciarse la participación de docentes, funcionarios, movimiento sindical, etcétera.

Toda propuesta será bien recibida y debe encontrar una canalización para su realización.

La Escuela es una comunidad en donde participan docentes, técnicos y gestores de la formación. Todos deben participar, para asegurar una buena productividad y una buena calidad en la formación; es ello lo que garantiza su vocación democrática.

Es por ello que la Escuela debe ser –simultáneamente- laboratorio, experimentación; espacio de encuentros sistemáticos de ideas, familia en donde se gesten nuevos valores y emprendimientos; taller y usina donde se generen potencialidades y se construyan personalidades en la profesión de la gestión pública; campos de desarrollo de equipos, de entrenamiento de nuevas realizaciones, y en donde se jueguen los partidos del crecimiento personal y colectivo; jardín donde se cultiven los nuevos retoños de la administración colectiva; huerta de la que se deben extraer frutos y semillas de las que surgirán los plantines de proyectos y programas para la mejora de la Administración.

Debe ser un lugar seguro para la mayor confraternidad y valores de solidaridad.

Todos estos elementos, que en apretada síntesis he tratado de expresarles, hoy están presentes en este diploma que se entrega. No es un simple papel o cartón, es la expresión de la conjunción de vuestros anhelos y esfuerzos con los nuestros.

Por ello, la felicitación contiene un fuerte abrazo de esperanza al futuro de realizaciones. Muchas gracias.

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