VALORES EN ALZA
Mario Rodríguez, cartero del balneario de Atlántida,
mientras hacía su ronda el 24 de diciembre pasado, encontró dinero en un
jardín, llamó a la seccional policial correspondiente y la cifra fue
restituida a su dueña que se encontraba en otro lugar.
Este es el texto de una carta enviada a la
Administración Nacional de Correos, dando cuenta del significado
concreto de la honestidad como valor:
Atlántida, 27 de diciembre de 2005.
Señora
Presidenta del Directorio de la Administración
Nacional de Correos
Doña Cristina González
PRESENTE
Me dirijo a usted con motivo de informarle los hechos
que me sucedieron el día 24 de diciembre próximo pasado que directamente
involucran a personal a su cargo y que es de mi interés que usted y la
ciudadanía conozcan.
Hace aproximadamente un mes que me encuentro en el
país, en mi casa del balneario Atántida, ya que resido en Canadá desde
hace muchos años. El día 24 de diciembre fui invitado por un familiar a
pasar la Nochebuena a Punta del Este, por lo que me pasaron a buscar por
mi domicilio en horas de la mañana. Momentos antes había guardado en un
bolsillo de la maleta que llevaba el dinero de un giro recibido de
Canadá.
Estamos en Punta del Este, recibo un llamado de la
policía de Atlántida, que estaba tratando de localizarme en forma
urgente. Lo primero que uno piensa en estos casos es que algo malo
sucedió, ya que la policía no suele ser portadora de buenas noticias.
Me alegra decir, que, en este caso sí lo fue.
En un descuido en la partida, el dinero que guardé en
mi maleta se cayó en mi jardín, hecho del cual yo no tenía conocimiento
hasta que fui informada de ello por la policía.
El señor Mario Rodríguez, cartero del balneario, en
su ronda de la mañana del 24 de diciembre, encontró el dinero tirado en
mi jardín. Cabe mencionar que era una cifra nada despreciable en dólares
americanos.
Lo que quiero destacar ante usted y toda la
ciudadanía, es la actitud de este señor cartero, ejemplo de
HONESTIDAD en los tiempos que corren, quien pudiendo conservar este
dinero para sí, ya que en definitiva nadie lo vio recogerlo, recurre a
la seccional policial para que el mismo sea devuelto.
Lo que intento en estas líneas es plasmar el
agradecimiento que siento hacia esta excelente persona, más allá de la
alegría de haber recuperado el dinero, por el gesto y la lección de vida
que nos diera este señor en Navidad.
El balneario de Atlántida todo, y usted como máximo
jerarca de la Dirección Nacional de Correos, donde este señor trabaja,
deben sentirse orgulloso de tener entre sus filas a tan ejemplar
ciudadano y empleado.
Marina Hawke |