02/01/06


VALORES EN ALZA
Mario Rodríguez, cartero del balneario de Atlántida, mientras hacía su ronda el 24 de diciembre pasado, encontró dinero en un jardín, llamó a la seccional policial correspondiente y la cifra fue restituida a su dueña que se encontraba en otro lugar.

Este es el texto de una carta enviada a la Administración Nacional de Correos, dando cuenta del significado concreto de la honestidad como valor:

Atlántida, 27 de diciembre de 2005.

Señora

Presidenta del Directorio de la Administración Nacional de Correos

Doña Cristina González

PRESENTE

Me dirijo a usted con motivo de informarle los hechos que me sucedieron el día 24 de diciembre próximo pasado que directamente involucran a personal a su cargo y que es de mi interés que usted y la ciudadanía conozcan.

Hace aproximadamente un mes que me encuentro en el país, en mi casa del balneario Atántida, ya que resido en Canadá desde hace muchos años. El día 24 de diciembre fui invitado por un familiar a pasar la Nochebuena a Punta del Este, por lo que me pasaron a buscar por mi domicilio en horas de la mañana. Momentos antes había guardado en un bolsillo de la maleta que llevaba el dinero de un giro recibido de Canadá.

Estamos en Punta del Este, recibo un llamado de la policía de Atlántida, que estaba tratando de localizarme en forma urgente. Lo primero que uno piensa en estos casos es que algo malo sucedió, ya que la policía no suele ser portadora de buenas noticias.

Me alegra decir, que, en este caso sí lo fue.

En un descuido en la partida, el dinero que guardé en mi maleta se cayó en mi jardín, hecho del cual yo no tenía conocimiento hasta que fui informada de ello por la policía.

El señor Mario Rodríguez, cartero del balneario, en su ronda de la mañana del 24 de diciembre, encontró el dinero tirado en mi jardín. Cabe mencionar que era una cifra nada despreciable en dólares americanos.

Lo que quiero destacar ante usted y toda la ciudadanía, es la actitud de este señor cartero, ejemplo de HONESTIDAD en los tiempos que corren, quien pudiendo conservar este dinero para sí, ya que en definitiva nadie lo vio recogerlo, recurre a la seccional policial para que el mismo sea devuelto.

Lo que intento en estas líneas es plasmar el agradecimiento que siento hacia esta excelente persona, más allá de la alegría de haber recuperado el dinero, por el gesto y la lección de vida que nos diera este señor en Navidad.

El balneario de Atlántida todo, y usted como máximo jerarca de la Dirección Nacional de Correos, donde este señor trabaja, deben sentirse orgulloso de tener entre sus filas a tan ejemplar ciudadano y empleado.

Marina Hawke

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