EL PROBLEMA DE LAS PLANTAS ES MÁS ECONÓMICO QUE
ECOLÓGICO
Los argumentos argentinos sobre el impacto ambiental
contra la instalación de las plantas de celulosa en Uruguay no tendrían
sustento técnico, según nota publicada por La Nación.com, en la que
expertos argentinos afirmaron que el problema es económico y que la
tecnología que utilizarán las plantas es la mejor disponible para
prevenir daños en la salud y el ecosistema.
TEXTO DE LA NOTA:
LANACIÓN.COM (Lunes 30 de enero de 2006)
El conflicto diplomático: el debate técnico de la
instalación de las papeleras.
Expertos argentinos aprueban la tecnología que usará
Uruguay
Advierten, sin embargo, que los malos olores
podrían afectar el turismo
Los argumentos argentinos sobre el impacto ambiental
contra la instalación de las dos plantas de celulosa en Uruguay no
tendrían sustento técnico. Expertos argentinos consultados por LA NACION
afirmaron que el problema es económico y que la tecnología que
utilizarán las plantas es la mejor disponible para prevenir daños en la
salud y el ecosistema.
"Desde el punto de vista técnico, éste es un
problema más económico que ecológico. Si bien no habría riesgos para la
salud, el olor típico que produce la industria papelera podría tener un
alto impacto sobre las zonas turísticas de Entre Ríos", señaló el
ingeniero Marcelo Novaresi, coordinador de la Unidad Técnica Análisis y
Estudios Especiales del Centro de Investigación de Celulosa y Papel del
Instituto Nacional de Tecnología Industrial.
Para Alberto Venica, doctor en Ciencias de la Madera
y Papel de la Universidad de Carolina del Norte (Estados Unidos) y
consultor independiente, existen tecnologías capaces de resolver en un
99% los problemas ambientales propios de la industria papelera, como son
el olor, las partículas y los efluentes que produce. "Lo primero que
se debe exigir es la instalación de la mejor tecnología disponible para
controlar la contaminación. Mientras se utilice la tecnología adecuada
de manera correcta y se controle que estas fábricas cumplan lo que
prometieron, no debería haber problemas", afirmó Venica.
Es que según los informes de impacto ambiental
presentados por ambas empresas al gobierno uruguayo, se comprometieron a
usar sistemas de recuperación y tratamiento de los líquidos y las
sustancias químicas recomendados por la Unión Europea, la Agencia de
Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos y el Convenio de
Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes, suscripto por la
Argentina en 2001.
Claro que la duda que esto produce es si cumplirán
con su promesa. "Cada foco probable de contaminación, como pueden ser
las partículas que salgan de la chimenea, los líquidos vertidos de la
planta de blanqueo o los residuos sólidos que se liberen en el río,
cuenta con elementos tecnológicos de mitigación para eliminar el
problema", se animó a afirmar la ingeniera química Maria Cristina
Área, experta en tecnologías limpias de pulpado y blanqueo de la
Universidad Nacional de Misiones (UNaM), que tuvo acceso al informe de
la empresa finlandesa Botnia. Según Área, investigaciones realizadas en
los últimos años sobre plantas instaladas y, en especial, sobre cómo
evoluciona la vida acuática en aguas en las que las fábricas vierten sus
efluentes dieron resultados que sorprenden. "Tras 15 años de
estudios, y con los cambios introducidos en el proceso industrial, los
niveles de sustancias contaminantes emitidas son mínimos como para dañar
la salud o el ambiente", sentenció la titular del Programa de
Investigación de Celulosa y Papel de la UNaM.
Y puso como ejemplo que a principios de la década del
90 había alertas sobre el consumo de peces en 25 ecosistemas río abajo
de las plantas de Estados Unidos, el mayor productor de pasta de
celulosa del mundo. "Después de dieciséis años de blanqueo libre de
cloro elemental se ha levantado la mayoría de los alertas", señaló .
Papel limpio
Pero ¿existe alguna forma "limpia" de producir papel?
Escudados detrás de sus estudios y minuciosos
análisis, los especialistas afirmaron que dos de los tres procedimientos
que se utilizan garantizan una protección del equilibrio medioambiental
en una muy castigada naturaleza: el libre de cloro elemental (ECF, por
sus siglas en inglés) y el totalmente libre de cloro. (TCF).
Mientras que el primero usa dióxido de cloro para
blanquear la pulpa celulósica, el segundo utiliza peróxido de hidrógeno
(agua oxigenada), oxígeno y ozono. Las plantas que se instalarán en
Uruguay usarán tecnología ECF.
"Técnicamente, con el dióxido de cloro no se
producen dioxinas y casi no se generan organoclorados", afirmó
Venica. Las dioxinas son sustancias químicas con alto poder tóxico y,
junto con los dibenzofuranos, integran la familia de los organoclorados,
compuestos que se acumulan en el tejido graso de los peces y a los que
se les atribuye capacidad mutagénica y cancerígena.
"Cuando el blanqueo es del tipo ECF, no se llegan
a detectar dioxinas en los efluentes porque durante el proceso de
blanqueo de la pasta el dióxido de cloro oxida las sustancias orgánicas
-sostuvo Venica-. Luego, esas sustancias sufren un tratamiento biológico
en el que bacterias las degradan a anhídrido carbónico y agua antes de
salir al río."
En cuanto al riesgo de los reactivos químicos
utilizados durante la cocción de la madera, Novaresi consideró: "No
son un problema porque los reutilizan, y si no existiera la caldera de
recuperación para poder procesarlos, la planta resultaría antieconómica".
La demanda de organizaciones ambientalistas de
reemplazar el proceso ECF por el TCF no es la mejor opción para los
expertos. "La pulpa y el papel que se obtienen con la técnica
totalmente libre de cloro son menos blancos, menos resistentes y más
costosos de producir que el sistema libre de cloro elemental -explicó
Venica-. A su vez, el mercado exige cada vez papel más blanco, más
resistente y con mejores propiedades para imprimir".
En la actualidad, el 85% de las plantas en los países
desarrollados produce con tecnología ECF yel15% restante utiliza TCF y
ECF. "Desde principios de la década del 90, comienzan a instalarse
varias plantas totalmente libre de cloro, mientras que en Estados Unidos
se mantuvieron con la tecnología libre de cloro elemental -dijo Área-.
En 1996, el Banco Mundial recomendó el blanqueo TCF, pero la Convención
de Estocolmo validó en 2001 que la tecnología ECF genera una
contaminación similar al proceso TCF".
Por Fabiola Czubaj
De la Redacción de LA NACION
http://Iwww.Ianacion.com.ar/política/nota.asp?nota-id=776395
LA NACION I 30.01.2006 I Página 6 I Política |