08/03/06


NO DEBEMOS TEMER A LA DISCUSIÓN, A PRESENTAR IDEAS POR OPUESTAS QUE SEAN
“No debemos temer a la discusión, a la presentación de ideas por opuestas que sean”, dijo el Presidente de la República, Tabaré Vázquez, agregando que “sí debemos temer al oscurantismo, al tratar de no discutir los temas, al tratar de subsumirlos o al tratar de imponer por la fuerza a otros lo que nosotros creemos que es correcto y que lo apreciamos desde una única perspectiva”.

Tal concepto fue expresado por el Primer Mandatario durante su alocución con motivo del Día Internacional de la Mujer, oportunidad en la que Vázquez manifestó su beneplácito por la iniciativa del Instituto Nacional de las Mujeres al efectuar el lanzamiento del primer Plan Nacional de Igualdad de Derechos y Oportunidades.

En Salón de Actos del Edificio Libertad ampliamente colmado por el público presente, el Presidente Vázquez destacó la presencia de la prensa porque “me alegro enormemente que hayan podido captar las expresiones de muchas de ustedes y muchos de ustedes cuando el Presidente de la República entró en sala, cuando ocupó el estrado, demostrando que los uruguayos sabemos convivir en paz, en democracia; con respeto, con tolerancia, aún cuando en algunos temas pensemos distinto, pensemos diferentes”.

De esta forma, Vázquez hizo mención a aquellas personas que en el Salón mostraron su posición favorable al aborto, añadiendo que “me alegro enormemente que quienes están defendiendo una determinada posición en el tema de la interrupción de un embarazo, aquí en la sala de la propia Presidencia de la República y en un  acto como el día de hoy se hayan podido expresar libremente”.

“Congratula el corazón de los demócratas, congratula la mejor historia de nuestro país, esta expresión que ha habido en esta sala”, dijo.

En la oportunidad, Vázquez defendió el concepto de igualdad en lo que hace la humanidad toda y afirmó que “la igualdad ante la ley y ante la vida es un derecho de todos y todas las ciudadanas del mundo. Y ese derecho a la igualdad se consagra con políticas de igualdad”.

PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, TABARÉ VÁZQUEZ,  EN EL ACTO REALIZADO EN EL EDIFICIO LIBERTAD POR EL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

PRESIDENTE VÁZQUEZ: Buenos días, para todos. A fe de verdad, traía escrito un discurso pero lo voy a dejar para el final.

A todas las mujeres del Uruguay mi más sincero y cordial saludo, mis felicitaciones por tan justo homenaje de tener un día como el de hoy que no sólo recuerda la función importante que la mujer cumple en  nuestra sociedad, sino que además reivindica justos derechos que tienen las mujeres y que, lamentablemente, aún hoy en día en todas partes del mundo son desconocidos.

Me alegro enormemente de la masiva presencia de la prensa uruguaya y creo que también de la prensa internacional. Y me alegro enormemente que hayan podido captar las expresiones de muchas de ustedes y muchos de ustedes cuando el Presidente de la República entró en sala, cuando ocupó el estrado, demostrando que los uruguayos sabemos convivir en paz, en democracia; con respeto, con tolerancia, aún cuando en algunos temas pensemos distinto, pensemos diferentes.

Me alegro enormemente que quienes están defendiendo una determinada posición en el tema de la interrupción de un embarazo, aquí en la sala de la propia Presidencia de la República y en un  acto como el día de hoy se hayan podido expresar libremente.  Congratula el corazón de los demócratas, congratula la mejor historia de nuestro país, esta expresión que ha habido en esta sala.

De verdad lo quería decir, de verdad me alegro que así haya sucedido. Y de verdad esto abre un camino de análisis y de discusión de un tema en el que podemos tener distintas opiniones, creo que todas respetables, y donde seguramente con argumentos de distintos tipos, de distinta naturaleza, los uruguayos -como lo hemos hecho históricamente- procesaremos entre todos nosotros cuál es la posición que este país tiene sobre los distintos temas.

No debemos temer a la discusión, a la presentación de ideas, por opuestas que sean. Sí debemos temer al oscurantismo, al tratar de no discutir los temas, al tratar de subsumirlos o al tratar de imponer por la fuerza a otros lo que nosotros creemos que es correcto y que lo apreciamos desde una única perspectiva.

Mis respetos a quiénes se han expresado distinto a lo que piensa el Presidente de la República.

Amigas y amigos, allá por 1931 cuando las Cortes Generales de España discutían un texto constitucional que consagraba el derecho a voto de las mujeres, Clara Campoamor, nacida en Madrid, en 1888, que fue abogada, periodista, activista política y parlamentaria, además de promotora del voto universal de las mujeres, que al caer la segunda República española marchó al exilio y que murió en Suiza en el año 1972; Clara Campoamor, referente ineludible del feminismo y republicanismo español del Siglo XX, expresó textualmente lo que voy a leer:

“Resolved lo que queráis, pero afrontando la responsabilidad de dar entrada a esa mitad del género humano en la política, para que la política sea cosa de dos, porque solo hay una cosa que hace un sexo solo: alumbrar; las demás, las hacemos todos en común y no podéis venir aquí vosotros a legislar, a votar impuestos, a dictar deberes, a legislar sobre la raza humana, sobre la mujer y el hijo, aislados, fuera de nosotras”.

Tenía razón Clara Campoamor. Pero sus razones no fueron fácil ni inmediatamente reconocidas.

Tan es así que hoy, 75 años después de aquel debate durante el cual hasta se manejaron argumentos supuestamente científicos para negar el voto a la mujer, la consigna adoptada por las Naciones Unidas para este Día Internacional de la Mujer es: “La mujer en la adopción de decisiones, enfrentando los desafíos, generando el cambio”.

Se trata, desde nuestro muy humilde punto de vista, de una consigna pertinente, pues, aunque han de reconocerse avances en la potenciación del papel de la mujer y su participación en condiciones de igualdad en las distintas esferas de la sociedad, también hay que reconocer que esos avances, siendo importantes, aún no son suficientes.

La Humanidad aún no ha comprendido cabalmente, y si ya lo ha comprendido aún no lo ha expresado concretamente, que, salvo ese hermoso don de la naturaleza que es el alumbramiento de una nueva vida, las mujeres se ven igualmente afectadas que los hombres por los problemas que afronta la Humanidad en el presente Siglo XXI.

Y a menudo, más afectadas que ellos. No es casualidad que la mayoría de los pobres del mundo sean mujeres, o que un altísimo porcentaje de las víctimas de los conflictos bélicos también sean mujeres. ¡No es casualidad!

Ante esta realidad, y para hacer honor a la brevedad que se nos ha pedido, debemos reconocer todos que: la igualdad ante la ley y ante la vida es un derecho de todos y todas las ciudadanas del mundo.

Y ese derecho a la igualdad se consagra con políticas de igualdad.

Por eso me parece muy oportuno que en este Día Internacional de la Mujer,  y en correspondencia con el tema planteado por las Naciones Unidas referido al papel de la mujer en la adopción de decisiones para enfrentar los desafíos y generar el cambios, nuestro Instituto Nacional de las Mujeres efectúe el lanzamiento del primer Plan Nacional de Igualdad de Derechos y Oportunidades.

Al hacerlo, está reafirmando y concretando un compromiso asumido por el Gobierno Nacional en su conjunto hace hoy exactamente un año. Y lo cumple, como también asume este Gobierno de la República sus compromisos: convocando a la sociedad e involucrándola en un proyecto de país que es de todos y que entre todos debemos hacer realidad.

Es que la igualdad de derechos y oportunidades empieza, precisamente, por plantearla entre quienes son sus sujetos. Porque la gente, sin duda, en este Uruguay de siempre, es la raíz y el horizonte de nuestro país que necesitamos, queremos y entre todos podemos construir.

En este Día Internacional de la Mujer saludo esta iniciativa y saludo también, por cierto, a todas las uruguayas donde quiera que se encuentren. Muchas gracias.

© 2006 PRESIDENCIA - República Oriental del Uruguay | Derechos Reservados