NUEVO CONSEJO DE DERECHOS HUMANOS
El Embajador de Uruguay y Representante Permanente
ante la ONU, Alejandro Artucio, trabajó intensamente por incorporar
aspectos que dotarán al nuevo Consejo de DDHH -que reemplaza a una
Comisión- de mayores y mejores poderes para proteger dichos derechos.
Las Representaciones ante las Naciones Unidas de
Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay bajo la guía del Representante de
Uruguay ante la ONU, Alejandro Artucio, un experto internacionalmente
reconocido en materia de Derechos Humanos, apoyan unánimemente el
proyecto de creación del Consejo de Derechos Humanos en su versión
presentada el 23 de febrero de 2006 por el Presidente de la Asamblea
General, Jan Eliasson.
El próximo paso es presentarlo a la Asamblea General
de la ONU como proyecto de resolución.
El texto del nuevo documento es el resultado de cinco
meses de consultas, análisis y negociaciones entre los Estados,
coordinados correctamente y de modo ecuánime por los Embajadores de
Sudáfrica, Damisani Kumalo , y de Panamá, Ricardo Arias.
"Nuestros países -mencionó Artucio- "que como otros,
han desempeñado un papel muy activo en este proceso de negociación,
expresan su conformidad y satisfacción con el proyecto en su texto
actual".
Sin duda "en ese documento no se recogen todas
nuestras aspiraciones. Hubiéramos deseado un texto más enérgico, más
proactivo, más enfocado hacia la cooperación, la prevención y protección
de violaciones de derechos humanos de todas las personas, en todo
momento o circunstancia y en todas las regiones", dijo Artucio.
El nuevo Consejo, que sustituirá a la hasta ahora
Comisión de Derechos Humanos, recoge lo bueno que ésta tuvo y rectifica
aquello que ha sido objeto de fundadas criticas procedentes de
diferentes campos y sectores.
En suma se trata de un documento que consagra el
fortalecimiento del sistema de protección y promoción de los derechos
humanos, con lo que se cumple lo acordado por los Jefes de Estado y de
Gobierno de todo el mundo en la Reunión Cumbre de setiembre de 2005,
cuando establecieron en el párrafo 157 del Documento Final su compromiso
de reforzar aún más los mecanismos de derechos humanos, de las Naciones
Unidas.
El nuevo Consejo de Derechos Humanos será entonces un
órgano situado a un nivel jerárquico más elevado que la antigua
Comisión, puesto que será subsidiario de la Asamblea General.
Se reunirá en Ia Ciudad de Ginebra periódicamente a
lo largo de todo el año con no menos de tres períodos de sesiones con
una duración que podría llegar hasta 10 semanas.
Su labor estará guiada por los principios de:
universalidad, imparcialidad, objetividad y no selectividad, diálogo y
cooperación.
El Consejo seguirá manteniendo un órgano asesor de
expertos para el desarrollo del Derecho Internacional de los Derechos
Humanos y seguirá manteniendo un procedimiento de demandas provenientes
de las victimas
Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay hacen un
llamado a todas las delegaciones para aprobarlo por consenso.
"Aspiramos -destacó Artucio- que se tenga en cuenta
que con este nuevo Consejo aún cuando no otorgue total satisfacción,
estamos dando un paso adelante en los mecanismos de protección de los
derechos y que no deberíamos arriesgar que todo se frustre por no ceder
en algunos aspectos que quizás no sean tan esenciales como pudimos
pensarlo antes."
Este 15 de marzo, a la hora 12.07 en New York. la
Asamblea General de las Naciones Unidas ha aprobado por voto la
sustitución de !a Comisión de Derechos Humanos por un Consejo de
Derechos Humanos.
El resultado del voto, que fuera pedido por la
delegación de los Estados Unidos de América arrojó 170 votos a favor de
la resolución propuesta y consensuada, cuatro en contra (EEUU, Islas
Marshall, Palau e Israel) y tres abstenciones.
Para la delegación del Uruguay que votó a favor, el
hecho le produjo enorme satisfacción. Ha sido el resultado de cinco
meses de arduas consultas y negociación entre los 191 Estados que
componen las Naciones Unidas. Y no fue fácil ponerse de acuerdo. El
texto aprobado no refleja un mundo ideal, sino que refleja el mundo
real, lleno de injusticias y dificultades. Pero así y todo implica un
avance.
Uruguay trabajó intensamente por incorporar aspectos
que dotarán al nuevo organismo de mayores y mejores poderes para
proteger los derechos humanos.
No se descuidó la protección de las víctimas y
también se resalta en el texto el gran aporte de las Organizaciones No
Gubernamentales (sociedad civil), a las que se les otorga un lugar.
El nuevo Consejo será un órgano ubicado a un nivel
jerárquico mas elevado del que detentaba la ex Comisión, lo que le dará
mas fuerza.
Se reunirá en Ginebra por lo menos tres veces en el
año y por lo menos durante 10 semanas. Recogerá los mejores instrumentos
y mecanismos de los que disponía la ex Comisión y a su vez elimina
vicios que la habían hecho fundadamente criticable (doble rasero y
selectividad para tratar algunos casos y otros no).
En suma, un nuevo mecanismo cuya bondad o no,
dependerá de cómo actúen los Gobiernos ante las violaciones de derechos
humanos y los riesgos de violación. Que nunca más se cambie impunidad
por justicia y que esta última vaya siempre acompañada de verdad y
reparación a las víctimas y sus familias.
Uruguay, en compañía de sus vecinos latinoamericanos
Brasil, Colombia, y Paraguay y usando el mecanismo de explicación de
voto, hizo un discurso explicando en conjunto el por qué de haber
apoyado el texto sometido a votación.
Se ha dado un paso adelante en pro de la dignidad
humana. A nuestro juicio se trata de un claro avance; no hemos
ciertamente alcanzado la utopía, pero se ha hecho un poquito más de
camino en esa dirección.
(Declaraciones tomadas en New York al Embajador de
Uruguay y Representante Permanente ante las Naciones Unidas, Alejandro
Artucio). |