CEPAL: MIGRACIÓN EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
Este martes 21, continúa desarrollándose el XXXI
Período de Sesiones de la CEPAL en la Sala 2 del Radisson
Montevideo-Victoria Plaza Hotel. El encuentro llevado a cabo durante la
mañana, se sustentó en un Comité Especial sobre Población y Desarrollo .
Se transcribe a continuación un documento emanado de
la CEPAL que a partir del diagnóstico sobre Derechos Humanos y
Desarrollo, reflexiona sobre la Migración en América Latina y El Caribe
DOCUMENTO CEPAL:
La migración genera beneficios para los países
emisores y para los receptores. El número de migrantes de la región
aumentó a 25 millones en 2005.
El número de migrantes de la región aumentó desde
21millones de personas en el 2000 a casi 25 millones en 2005, sumando el
13%del total mundial. Esta cifra revela la necesidad de impulsar medidas
para la gobernabilidad de la migración internacional desde una
perspectiva latinoamericana, facilitar la movilidad, potenciar
externalidades positivas y proteger los derechos humanos de todos los
migrantes, sostiene la CEPAL.
El documento "Migración internacional, derechos
humanos y desarrollo en América Latina y el Caribe" fue presentado ante
los delegados de los gobiernos reunidos en el Trigésimo primer período
de sesiones de la CEPAL, que tiene lugar en Montevideo del 20 al 24 de
marzo. Allí se ofrecen orientaciones para hacer frente a los desafíos y
oportunidades para el desarrollo que presenta la migración, con un
enfoque de los derechos humanos de los migrantes y sus familias. México,
la Comunidad del Caribe y Colombia, tienen la mayor cantidad de
emigrantes, superando el millón de personas en cada caso. Otros nueve
países sobrepasan el medio millón (Argentina, Brasil, Cuba, Ecuador, El
Salvador, Guatemala, Haití, Perú y República Dominicana) cada uno. En
varios países caribeños más del 20% de la población se encuentra en el
exterior, mientras que en América Latina los porcentajes más altos
corresponden a Cuba (8,7), El Salvador (14,5), México (9,4), Nicaragua
(9,6), República Dominicana (9,3) y Uruguay (8,3).
Estados Unidos sigue siendo el destino preferido.
Hacia el 2004 había 18 millones de inmigrantes provenientes de la región
y junto a sus descendientes nacidos allá ya son la primera minoría
étnica del país. Entre sus características destacan los fuertes lazos
que este grupo mantiene con sus países de origen. Por otro lado, casi la
mitad de los latinoamericanos y caribeños vive en forma indocumentada.
El estudio de la CEPAL registra también la ampliación
y diversificación de los destinos de la migración. Desde los años
noventa ha aumentado el número de latinoamericanos que se dirige a
Europa (en particular a España), Japón y Canadá, que se estima en 3
millones de personas. España es el segundo destino de la emigración
regional, con 1,2 millones de personas en 2004.
Argentina, Costa Rica y Venezuela se mantienen como
los principales destinos de la migración intraregional, aunque ahora hay
países que combinan su condición de receptores con la de emisores, de
tránsito y retorno (varios Estados insulares del Caribe, México, los
países del Istmo Centroamericano y algunos del Cono Sur). Estos
migrantes suman 3 millones de personas y se desplazan entre países
fronterizos o geográficamente cercanos, lo que coincide con las
iniciativas destinadas a la facilitación de la movilidad en la Caricom,
el Mercosur y la Comunidad Andina de Naciones.
Género, fuga de cerebros, remesas
La mitad de los migrantes internacionales de la
región son ahora mujeres, que viajan muchas veces solas en busca de
oportunidades laborales y se ocupan en servicios domésticos.
La migración calificada sigue causando pérdidas para
los países emisores, y el potencial beneficio a través de la circulación
y del retorno no parece materializarse. En todo caso, existen
iniciativas en varios países para establecer vínculos con sus
comunidades de emigrados y apoyar redes científicas asociadas a las
diásporas. La situación de los países de economías más pequeñas preocupa
por la emigración de profesionales, especialmente de sus enfermeras y
profesoras. Los países más poblados experimentan igualmente pérdidas
sensibles en áreas especializadas y su flujo constante amenaza las masas
críticas de conocimiento.
Otro rasgo novedoso de la migración es el gran
crecimiento de las remesas, que se han transformado en una de las
principales fuentes de financiamiento externo para la región. México,
Brasil y Colombia concentran más del 60% de las remesas percibidas en la
región, y un 20% es captado por Guatemala, El Salvador y República
Dominicana.
Las remesas reflejan la vinculación de los
trabajadores migrantes y son un apoyo a la economía nacional que desafía
a las políticas públicas. En países como Haití, Nicaragua y Honduras
representan el 24%, 11% y 10% del PIB, respectivamente, y en economías
más grandes como las de El Salvador y República Dominicana, el 14% y el
10%. Su utilización, su medición, los costos de transferencia, el
potencial productivo, son temas de debate. Un estudio reciente de la
CEPAL indica que su repercusión en términos de pobreza en toda la
población es poco significativa, si bien para los hogares que las
reciben son un ingreso estratégico.
Junto con ser una salida al desempleo y la falta de
oportunidades, la migración internacional acarrea crecientes riesgos y
vulnerabilidades. Los derechos humanos de muchos migrantes, ya sea a lo
largo de sus travesías, durante su inserción en las sociedades de
destino o durante el proceso de repatriación, suelen ser vulnerados de
manera alarmante, señala la CEPAL.
En América Latina y el Caribe se da ahora una
importante experiencia en torno a la gobernabilidad migratoria, posible
de aprovechar para adoptar posturas conjuntas, y promover buenas
prácticas con vistas al diálogo de alto nivel sobre migración
internacional y desarrollo previsto por las Naciones Unidas para este
año. |