CEPAL PROPONE EXPANDIR LA COBERTURA DE LOS SISTEMAS
DE PENSIONES
Según CEPAL reformar los sistemas de pensiones para
expandir la cobertura es uno de los desafíos más significativos, ya que
actualmente sólo cuatro de cada diez personas mayores de 70 años recibe
algún tipo de ingreso por jubilación o pensión en América Latina y el
Caribe.
Los actuales sistemas de pensiones excluyen a vastos
sectores de la población, por lo que se requiere orientar los esfuerzos
a ampliar la cobertura y mejorar la solidaridad.
A pesar de los múltiples esfuerzos y reformas
realizados a los sistemas de pensiones de los países de la región, sólo
cuatro de cada diez personas mayores de 70 años recibe algún tipo de
ingreso por jubilación o pensión en América Latina y el Caribe, según el
documento "La protección social de cara al futuro: Acceso,
financiamiento y solidaridad", presentado en el Trigésimo primer período
de sesiones de la CEPAL, que se está desarrollando desde el 20 al 24 de
marzo en Montevideo, Uruguay.
Una de las principales lecciones de las últimas
décadas es que la realidad de los países de América Latina no permite
fundar los procesos de reforma de los sistemas de pensiones
exclusivamente en los modelos tradicionales de seguridad social, basados
en la protección del trabajador formal a través de cotizaciones. Las
pensiones otorgadas por estos sistemas dependen de la capacidad de
realizar aportes en forma constante a lo largo de la vida activa. Esto
ha excluido a amplios sectores, en especial a quienes se ocupan en
actividades estacionales, informales o de baja productividad, constata
la CEPAL.
Asimismo, la incorporación de componentes de
capitalización en los sistemas previsionales de algunos países no se
tradujo en un aumento de la participación contributiva. Más aún, la
incorporación de cuentas individuales eliminó parte importante de la
solidaridad inherente a los sistemas de reparto.
Otro factor que tensiona aún más los sistemas de
protección social en América Latina y el Caribe es el proceso de
envejecimiento de su población, que se proyecta como uno de los más
acelerados del mundo.
Los cambios demográficos que se avecinan ejercerán
crecientes presiones financieras sobre todos los sistemas previsionales
y los países que utilizan esquemas de reparto se verán forzados a
introducir importantes cambios a los parámetros de sus sistemas.
Las reformas de los sistemas deben tender a ampliar
la cobertura de los programas no contributivos de pensiones (cuya
recepción no depende de los aportes realizados) y a mejorar la
solidaridad de los programas contributivos (basados en aportes),
mediante un modelo que integre ambos esquemas, mantenga incentivos a la
contribución y garantice la viabilidad financiera a corto y largo plazo.
El documento propone a los países trabajar en la búsqueda de una
adecuada combinación entre un componente de reparto, un esquema de
capitalización, un programa de pensiones no contributivas garantizadas
para los adultos mayores en situación de pobreza, y reglas solidarias
para los aportantes con pensiones inadecuadas.
También se requiere avanzar hacia la unificación de
los sistemas de pensiones ya que la coexistencia de regímenes especiales
suele transformarse en una importante fuente de inequidad, así como en
una presión financiera adicional, ya que estos absorben importantes
recursos y benefician a fracciones relativamente pequeñas de la
población.
La CEPAL estima que entregar pensiones no
contributivas equivalentes a la línea de pobreza de cada país a todas
las personas mayores de 65 años que se encuentren por debajo de ese
nivel permitiría, en promedio, reducir significativamente la incidencia
de pobreza en la vejez, a un costo cercano al 1% del producto.
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