03/04/06


CULTURA PARA TODOS SIN DESMEDRO DE SU CALIDAD
El Presidente de la República, Tabaré Vázquez, pidió el pasado sábado 1º., en la ciudad de Salto, “una cultura que sea para todos que no pierda, por ello, su calidad”; preguntándose luego “quién, sin faltar a la ética, puede decir que los pobres no son sensibles a la cultura”.

Vázquez habló en oportunidad de inaugurarse la Asamblea Nacional de la Cultura, que tuvo lugar los pasados sábado 1º y domingo 2 en las Termas del Arapey, con la presencia de unos 300 agentes culturales de todo el país.

Previamente, el Ministro de Educación y Cultura, Jorge Brovetto, había destacado “el riquísimo bagaje” de propuestas y proyectos con los que los delegados llegaban al encuentro.

La Asamblea trazó un Plan Estratégico de Cultura y coordinó mecanismos para la composición y distribución de tareas de un Consejo Permanente Nacional de la Cultura, con carácter honorario, donde todos los departamentos, gremiales, asociaciones y Ministerios están representados.

Las sesiones se cumplieron bajo la modalidad de Talleres, lo que permitió una amplia interacción de las delegaciones presentes.

El programa contó con la participación de figuras como Clara Budnik de Chile y Mario De Meria de Brasil además de los uruguayos Luis Stolovich, Gerardo Caetano, Hugo Achúgar y Eduardo De León.

En la ocasión también hicieron uso de la palabra el Director de Cultura del MEC, Luis Mardones, y el Intendente Municipal de Salto, Ramón Fonticiella.   

PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, TABARÉ VÁZQUEZ, EN LA INAUGURACIÓN DE LA “ASAMBLEA PERMANENTE DE LA CULTURA” EN LA CIUDAD DE SALTO

PRESIDENTE VÁZQUEZ: Señor Intendente Municipal de Salto, ingeniero, amigo, don Ramón Fonticiella y en su nombre y de su persona a todos los salteños, muchísimas gracias por recibirnos tan hospitalariamente. Cuando estamos a punto de dejar esta hermosa tierra de Salto, una vez más debemos decir, y lo decimos con satisfacción, con orgullo, también con mucha modestia, que nos vamos profundamente reconocidos a un pueblo que nos recibe siempre, en cualquier instancia, de una manera excepciona. Así que muchas gracias a Salto por todo lo que nos hicieron vivir en estas horas.

Señor Ministro de Educación y Cultura, señor Director Nacional de Cultura, don Luisito Mardones, autoridades nacionales y departamentales; amigas y amigos de todo el país, que animan hoy acá en Salto el hermoso paisaje cultural del Uruguay, gracias por darme la oportunidad de participar en esta sesión inaugural de la Asamblea Permanente de la Cultura.

Lo hago con satisfacción, pero no satisfecho. Me explico: satisfacción por estar junto a todos ustedes y cumpliendo un compromiso de gobierno que habíamos asumido durante la campaña electoral. Seguramente muchos recuerdan que durante un encuentro realizado el 4 de octubre de 2004 anunciamos –textual- nuestra disposición a convocar a una Asamblea Permanente de la Cultura como ámbito consultivo, honorario y representativo de todos los sectores involucrados en la materia, para diseñar juntos el mapa cultural de la sociedad uruguaya, detectar las carencias y debilidades, reconocer las oportunidades, potenciar las fortalezas y articular una misión democrática, integral, dinámica, plural, totalizadora y a la vez atenta a las especificidades.

El fin: para sentar las bases de auténticas políticas de Estado mediante las cuales la cultura llegue a ser, verdaderamente, sinónimo de dignidad democrática, de convivencia; de crecimiento colectivo; de aprendizaje, de pluralidad y de intergeneracional. Desde que dijimos estas palabras, 18 meses han transcurrido y aquí estamos cumpliendo lo prometido.

Cómo no vamos a sentir satisfacción si por la vía de los hechos -que es la vía mejor, aunque no la más fácil- hemos ganado el derecho a ella. Mejor dicho, ustedes lo han ganado porque han sido ustedes, el Ministerio de Educación y Cultura, la Dirección Nacional de Cultura, las direcciones de cultura de los gobiernos departamentales, los artistas, creadores y agentes culturales quienes durante meses y desde todos los rincones del país, han dado vida a esta asamblea tan numerosa y tan fermental. Esta es una asamblea importante.

El gobierno le da una tremenda importancia, como seguramente se la da la mayoría, la enorme mayoría de los uruguayos; y esta importancia es la que genera la insatisfacción mencionada anteriormente.

En efecto, siento que si me conformara con lo que ya hemos logrado -que no es poco, por cierto- esperaría menos de esta asamblea de la cual espero mucho pues me consta que puede dar mucho. Quien se conforma se resigna y quien se resigna renuncia, y yo no renuncio a la cultura, así como construcción colectiva y permanente de la identidad de mi pueblo, ni como lugar de encuentro democrático, ni como especio de disenso, ni como territorio de la libertad, ni como campo de la utopía; porque la cultura es todo eso y mucho más.

Amigas y amigos, en aquel encuentro de octubre de 2004 dije, citando a un destacado ex ministro de cultura francés, que tal como el lo había dicho, “la cultura es todo”. La cultura es todo: lo dije y lo reafirmo. La cultura es todo. Cultura, como dice otro ministro, éste brasileño y en ejercicio del cargo, llamado Gilberto Gil, que va mucho más allá del ámbito restrictivo y restringido de las concepciones académicas o de los ritos y liturgias de una supuesta –entre comillas- “frase artística intelectual”; cultura, como sentido de nuestros actos y de nuestras habilidades, como todo aquello que en cada objeto que usamos o producimos trasciende el mero valor del uso y lo meramente técnico, cultura, como esencia de un proyecto nacional.

De ahí, entonces, señoras y señores, estimados amigos, que esta Asamblea sea tan cercana al “Uruguay productivo” considerado ayer en la sesión del Consejo de Ministros. Es cercana en el tiempo, cercana en el espacio, cercana en la temática,  porque en nuestra concepción del desarrollo no solamente hay que distribuir socialmente la riqueza. También hay que distribuir socialmente la belleza.

Amigas y amigos, no vine a extenderme demasiado en esta pequeña charla, ni traje recetas. Pero antes de irme quisiera compartir con ustedes alguna breve consideración al respecto de temas que seguramente serán planteados en el seno de esta asamblea. Uno de ellos es la accesibilidad a la cultura y sobre ese asunto nuestra opinión es bien sencilla. La cultura es todo y ha de ser para todos, para todos los uruguayos y todas las uruguayas.

La cultura no es, como alguien, ya dijo una especie de ignorancia que distingue a los estudiosos y quien sostenga lo contrario tal vez sea estudioso pero sin duda es ignorante y casi seguro poco inteligente. La cultura en el Uruguay tiene que ser para todos los uruguayos.

El otro punto al que quiero referirme es la calidad de la cultura. También en este asunto nuestra postura puede expresarse en muy pocas palabras: el acceso a la cultura no puede ir en detrimento de la calidad de la misma y ustedes seguramente saben de lo que estoy hablando. Basta de lo que nos hacen digerir en horas donde la cultura.  

Este pueblo uruguayo es demasiado serio, responsable, culto, muy culto en todos sus niveles, como para merecer algunas manifestaciones llamadas culturales que no son más que un manejo triste, por no decir otro término, de espacios televisivos y radiales que deberían ser destinados a la cultura, a la enseñanza seria.

Estoy absolutamente seguro de que la creatividad de los uruguayos, de todos ustedes permitiría elaborar productos realmente formidables, importantes, interesante como para poder ser expuestos y llevados adelante en este tiempo. Y tampoco se puede, en aras de la accesibilidad, generar una cultura para ricos y otra cultura para pobres. ¿Quién, con un mínimo de inteligencia y ética, se anima sostener que los pobres son insensibles, o no son cultos, o no tienen derecho a la cultura?

Por eso la cultura está tan íntimamente ligada al Uruguay productivo. Como decíamos ayer sin educación no va haber Uruguay productivo, y sin cultura tampoco.

Estrechamente vinculada a la accesibilidad, y a la calidad de la cultura está la descentralización de la misma. Soy montevideano, como ustedes saben, y fui Intendente Municipal de Montevideo. Creo entonces tener cierta autoridad para decir que me resisto a que la cultura sea un privilegio o una oportunidad acotada a quienes viven, a quienes vivimos en ese departamento. Y como Presidente de la República comprometo el esfuerzo del gobierno nacional para que, por los canales correspondientes y en coordinación con los gobiernos departamentales, todos los habitantes del país accedan a la cultura y sean sujetos de la misma.

Descentralizar la cultura es, por supuesto, transferir recursos pero también es, además de descentralizar recursos, estimular, permitir el desarrollo autónomo e influyente de todas las comunidades culturales para que entre todas ellas se genere un diálogo genuino en pie de igualdad porque -dicho sea de paso- los países democráticos serios, los países responsables como el nuestro, no necesitan una cultura oficial.

Otro aspecto que seguramente considerará esta asamblea es el referido a los Fondos concursables para el desarrollo de las artes y la cultura. Se trata precisamente del compromiso del gobierno -que ya está plasmado en la Ley de Presupuesto Nacional- al igual que otros recursos, para el fortalecimiento de la infraestructura cultural del interior del país y para la formación, capacitación y animación en materia de industrias culturales y creativas.

Sabemos, lo reconocemos, que los recursos asignados son insuficientes, que la cultura necesita y merece mucho más pero es lo máximo dentro de lo posible. El país está saliendo de una situación económica y financiera muy crítica, está saliendo felizmente bien, se está afianzando, se han reconstruido los cimientos de esta casa que estaban profundamente resquebrajados, lo que da la solidez como para ahora sí, desde el presente, proyectarnos hacia el futuro y hacerlo con confianza, hacerlo con esperanza, hacerlo con seguridad. Pero este inicio, esta proyección hacia el futuro, tiene sus limitaciones porque todavía el Uruguay no está en una situación floreciente ni mucho menos.

En este tema de los recursos -o este tema- nos conduce a otro también importante y que seguramente ustedes van a considerar con mayor detenimiento y me refiero al rol del Estado en materia cultural.

En nuestra modesta opinión no corresponde al Estado hacer cultura, pero sí le corresponde establecer un contexto favorable para el acceso universal a bienes y servicios culturales de calidad.

El Estado no puede renunciar a la responsabilidad de formular y ejecutar políticas publicas, culturales, para generar precisamente ese ámbito favorable para el desarrollo de la cultura. Pero no hay que esperarlo todo del Estado. No todo puede estar siempre subsidiado. Yo sé que es duro lo que estoy diciendo; más aún en un país que, como el nuestro, tiene una fuerte impronta estatista y en el caso de una cultura que, como la uruguaya tanto, ha dado y tanto ha sufrido.

Pero como lo decíamos en la campaña electoral:  “si para llegar a la Presidencia de la República teníamos que mentirle a la gente, preferíamos no llegar a la Presidencia de la República” y hoy desde la Presidencia de la República decimos que siempre vamos a hablar con la verdad porque no somos capaces de mentirles. Por tanto en esta realidad, la de un país que está económicamente con problemas, no es todo lo que la cultura se merece desde el punto de vista de los recursos económicos lo que podemos atender. Pero  mucho más duro sería no plantear las cosas dónde ni ante quien hay que plantearlas.

Creo que esta es una buena oportunidad para hacerlo -no para dramatizar los problemas que todos sabemos existen- sino para comenzar a resolverlos juntos. Creo además, señoras y señores y estimados amigos, que esta es una buena oportunidad para dejar claro que una cosa es la diversidad cultural y otra la disgregación que hay en ciertas propuestas supuestamente culturales pero que en realidad atentan contra la libertad real de creación y de difusión.

Y es también esta asamblea una buena oportunidad para rebelarse, aún rebelarse contra lo que acaba de decir el Presidente de la República y exigirle al Presidente de la República y al gobierno. Porque la cultura también es rebeldía contra aquellas tendencias que intentan reducir la cultura al ámbito del tiempo libre dirigido por el marketing.

Amigas y amigos, los temas que acabo de numerar tan sólo de enumerar, señor Ministro, señor Director, dan cuenta de los desafíos planteados en esta Asamblea y de la tarea que ustedes tienen por delante.

Sólo me resta expresarles de corazón que les deseo buen trabajo y que confío en el aporte de ustedes para, entre todos, darle un nuevo impulso a la cultura uruguaya, llenarla de ciudadanía y hacer de ella un horizonte de progreso alcanzable para todos. Muchas gracias

PALABRAS DEL MINISTRO DE EDUCACION Y CULTURA, JORGE BROVETTO

MINISTRO BROVETTO: Señor Intendente de Salto, don Ramón Fonticiella, compañero, Director de Cultura del Ministerio, Luis Mardones; autoridades nacionales, departamentales, queridas amigas y amigos, que forman parte de esta primera Asamblea Nacional de la Cultura.

Señor Presidente, aquí en esta hermosa tierra salteña, que nos recibe con la calidez de sus termas -como no ha podido ser de otra manera- aquí están presentes más de cuatrocientos participantes y casi trescientos asambleístas, provenientes de todos los rincones del país, pertrechados con un riquísimo bagaje, de propuestas, de inquietudes, de ideas y de proyectos, resultante de los debates realizados en un centenar de asambleas de carácter local, de carácter departamental o de carácter regional. Debates entre ciudadanos, no sólo entre artistas o críticos de arte; ciudadanos preocupados por la cultura; por la cultura en todas las expresiones, por su destino, por su enriquecimiento, por su difusión. Debate entre maestros y amas de casas; entre historiadores, antropólogos y aficionados individuales y organizados. Con los que existen en los rincones menos pensados del país. Debates entre directores e instituciones culturales privadas o empleados públicos; entre músicos o pintores y artistas callejeros. Sí, me refiero a los artistas callejeros, como los que organizaron la asamblea en Montevideo, y hoy me hicieron llegar, justamente de Artistas Callejeros Asociados, un agradecimiento por la invitación a participar, bienvenidos ustedes, compañeros de la cultura. Asambleas y debates en las cuales estuvo presente en su mayoría, nuestro Ministerio recorriendo todo el país y para ser más preciso, en 79 de ellas participó el Director de Cultura, Luis Mardones y su equipo responsable, creativo, entusiasta.

Y lo hizo llevando a la práctica la política de esta administración de escuchar, de prestar atención a la gente como fuente insustituible de inspiración, pero que nadie se equivoque. Esto no es oscurismo cultural. Es democratización de la cultura. Valoramos la cultura antropológica como una herramienta conceptual válida para el análisis de nuestra identidad cultural, pero no para el diseño de las políticas culturales ni para el impulso de la valoración ni de  la difusión de la cultura artística. Todos esto será seguramente motivo de análisis y debate, y bienvenido sea ese debate sobre todos estos aspectos.

Hoy aquí se hace realidad a través -y gracias a la diversidad- ese concepto acuñado por la dirección de cultura de nuestro ministerio, de “un solo país”. Un sólo litoral, como se planteó en la asamblea regional, y esto se hace realidad en medios culturales tan vastas y diversas como integradas y sinérgicas. Hoy aquí están presentes muy variadas expresiones de la cultura y del arte. De la cultura en su acepción más amplia.

Está presente también el legado de otros que como Nelson Ramos y el “Corto” Buscaglia han dejado con generosidad la obra de su talento cultural.

Señor Presidente, querido amigo Tabaré, usted dijo el 4 de octubre del  año 2004 en el teatro el Galpón  que era ineludible e impostergable promover un debate de ideas  sobre la cultura en sí, sobre los fundamentos, la sustancia y los objetivos de las políticas culturales a diseñar e impulsar y propuso como en otras áreas del proyecto nacional de desarrollo convocar a una asamblea de la cultura. Su propuesta, compañero Tabaré, hoy se hace realidad en esta asamblea, asamblea que es confluencia y punto de partida al mismo tiempo, confluencia del trabajo de todo un año en todo el país y punto de partida para potenciar al Uruguay como centro dinámico y pujante de creación de cultura, arte, pensamiento y realidad, para pretender a una efectiva accesibilidad por parte de todos los ciudadanos a los bienes de la cultura y para convertir a la cultura en la herramienta jerarquizada y efectiva para el fortalecimiento de la democracia, la construcción de ciudadanía y de la cohesión social. Señor Presidente, lo invitamos a dar por iniciada su propia propuesta. Muchas gracias.

PALABRAS DEL DIRECTOR DE CULTURA DEL MEC, LUIS MARDONES

MARDONES: Bien, como dijimos en cada una de las Asambleas locales que son tres objetivos estratégicos, importantes por tanto los tres, pero que hay un objetivo en el cual nosotros estamos poniendo un énfasis que lo destaca,  por sobre los otros, y es el que está ubicado en el número dos: si desarrollar más y mejor cultura en el Uruguay es el primero y el segundo es avanzar en la accesibilidad democrática a bienes y servicios culturales por parte de todos los ciudadanos.

Este segundo objetivo, para nosotros es un objetivo absolutamente central y prioritario. Esto es, va a ser la gran guía -digamos- que nos va permitir discernir a la hora de tomar decisiones en cultura siempre difíciles, siempre complejas; las famosas y malditas tres preguntas de la bibliografía cultural de: quién selecciona, qué selecciona y por qué selecciona lo que selecciona; que la bibliografía dice además que no hay una respuesta universal ni pacífica y que sea cuál sea el mecanismo que se invente, en todo caso vamos a estar construyendo una herramienta falible, menos mala, perfeccionable, pero nunca satisfactoria, definitivamente satisfactoria para todos.

Ese va a ser un objetivo que va a estar presente a la hora de tomar determinaciones, con una fuerza muy singular.

Adelante; no leo, no veo.... A ver, potenciar al Uruguay como centro dinámico y pujante de creación de cultura, arte y pensamiento de calidad.

Adelante; convertir la cultura en herramienta jerarquizada y efectiva para la fortaleza democrática, la construcción de ciudadanía y la cohesión social.

Jerarquizar y promover la preservación y el disfrute ciudadano del Patrimonio Cultural de la Nación.

Distinguir al Uruguay como un espacio cultural abierto y con identidad vigorosa en la región y en el mundo.

Adelante; una breve definición de lo que sería la misión institucional de la Dirección de Cultura en términos de plan estratégico: promover y coordinar políticas y programas que contribuyan a potenciar nuestra identidad cultural, alcanzando niveles de excelencia en cada una de las manifestaciones artísticas y propendiendo a la más amplia accesibilidad de bienes y servicios culturales. 

Ahora vamos a hacer un breve repaso, y va a tener que ser necesariamente breve, sobre los proyectos institucionales a ser ejecutados.

Como decía hoy, cuando decimos a ser ejecutados quiere decir que en algún caso se comenzará y culminará en el período; y en otros casos se tratará de dar el puntapié inicial o disparar acciones que sucesivas generaciones, o futuros Directores de Cultura o autoridades, puedan proseguir.

Es más algunos de ellos por definición son proyectos que no acaban nunca, porque uno termina y tiene que volver a iniciarlo para volver a actualizar.

El primero es la Asamblea Nacional de la Cultura; esto que estamos desarrollando es la conclusión de un proyecto, de un proceso muy largo que nos insumió un año  de esfuerzo, que yo evalúo muy positivamente más allá de los documentos  sobre los resultados concretos que emanen de la Asamblea el proceso ya en sí fue un valor.

El intercambio, el contacto; que la gente se encontrara, que se conociera, que se visitaran las localidades, que las capitales departamentales no olvidaran a las ciudades que no son capitales departamentales; porque es el famoso tema de que el centralismo no es solo Montevideo - interior, sino que el centralismo se reproduce al interior de cada uno de los departamentos.

Las iniciativas que se desprenden desde los conocimientos en las asambleas, se genera un espacio y un ámbito de intercambio, y luego los proyectos surgen solos.

Río Negro se comunica con Soriano; Paysandú con Artigas; Salto con... entonces llega un momento que uno lo que hizo fue disparar, facilitar y hay cosas que empiezan a pasar.

Creo que eso fue un plus, un valor agregado del proceso Asamblea de la Cultura.

Adelante; lo puse como el primero de los proyectos porque para nosotros fue un proyecto central a lo largo de todo el año pasado, y porque estamos llegando a la culminación de una etapa muy importante.

Dos, fondos concursables para el desarrollo de las artes y de la cultura. El Presidente hizo alusión en su intervención a este proyecto. Yo considero que es un proyecto esencial.

Quiero decir dos cosas. La primera, digamos, que por supuesto coincido con el Presidente en el sentido de que hay que celebrar la existencia de un Fondo Nacional para el Desarrollo de la Cultura y de las Artes en Uruguay, porque no lo había.

Porque desde que hace muchos años el Uruguay no tiene Fondo Nacional de Cultura; y los países, las naciones -y no hablo de Europa, no hablo de Estados Unidos, no hablo de Canadá, hablo de la región- tienen Fondos Nacionales de Cultura.

Este es uno de los capítulos más en donde el Uruguay está extremadamente rezagado, ¿verdad? Entonces, el Fondo se generó en la Ley de Presupuesto, pero es mínimo; es mínimo, es insuficiente. Hay que celebrarlo como un punto de partida y hay que tener claro que es necesario que ese Fondo crezca y que se desarrolle, ¿verdad?

En algún momento, en el itinerario del debate de la Ley de Presupuesto, y quiero acá hacer una mención expresa digamos al papel que jugó la senadora Margarita Percovich, como una gran trabajadora de la Cultura en el Parlamento; parece importante decirlo, porque acá una de las cosas que nos queda pendiente para el año que viene es saber, tenemos varios legisladores presentes en esta asamblea; necesitamos más diputados y senadores a quienes logremos persuadir del valor y de la importancia que puede llegar a tener en este país lo que estamos intentando hacer.

El esfuerzo de Margarita fue titánico, pero necesitamos más metidos en el tema, más convencidos, y depende de nosotros; de nadie más que de nosotros y de cada uno de ustedes en lo que refiere a los diputados departamentales en todo el territorio nacional.

Hay Fondo concursable, ¡por suerte! Si no hubiera Fondo concursable, si no hubiera un Fondo de Cultura, a mi juicio no hay política cultural, no hay política cultural si no existe Fondo concursable.

Porque pensemos, hasta por antagonismo, si no hay Fondo concursable –es casi la construcción de una antítesis- hay limosna discrecional, limosna arbitraria y un país no puede tener política cultural con limosna arbitraria.

El tercer proyecto, muy importante para nosotros, es un proyecto de formación, capacitación y animación cultural en el interior del país. Esto es producto de las recorridas por el Uruguay, de nuestras setenta y nueve visitas; una de las demandas que se presentaba con mayor anhelo, con mayor fuerza, en cada una de las localidades que visitábamos hacía referencia a la formación y a la capacitación cultural.

Hay avidez, hay necesidad, y hay desamparo y hay postergación. De modo que este es un proyecto que nosotros consideramos crucial y estratégico; y también estamos en este momento conformando lo que sería la puesta en funcionamiento de la propuesta, que esperamos que pueda estar en funcionamiento en el segundo semestre del año 2006.

Este sí es un proyecto que podemos estar, igual que Fondos concursables, ¿verdad?; también tenemos el objetivo de que la primera edición del Fondo Concursable se ponga en funcionamiento hacía fines del año 2006.                          

PALABRAS DEL INTENDENTE DE SALTO,  RAMÓN FONTICIELLA.

INTENDENTE FONTICIELLA: Estamos a la orden, para con ustedes ayudar a construir el futuro cultural del país. Habremos quienes por más viejos, como ciudades o como departamentos, quizás hayamos cosechado más; hay otros que en muy poco tiempo han hecho unas tareas fenomenales. Pero hay muchos a los que les tiene que llegar por lo menos una parte de ese trabajo intelectual y práctico que desarrollan los actores culturales en todo el país.

Porque, sin duda, en la medida en que no derrotemos algunas barreras que casi nos hacen creer que la incultura es cultura; si no logramos ver ese mundo verdaderamente cultural; si no logramos mostrarlo a quienes tienen mayores necesidades de él, en tanto reciben quizás algunas andanadas de incultura; si nosotros, los que tenemos el compromiso con la cultura de verdad, no hacemos el tránsito para mejorar el camino para que todos lleguemos -como decía el Presidente- hay algunos que pueden quedar, algunos queridos compatriotas que pueden quedar quizás alejados y confundidos en un mundo consumista, marquetinero y otras cosas más.

Por eso, a esta bienvenida que los salteños les queremos dar a todos y desearles que ojalá se sientan por lo menos como en su casa, le queremos agregar el ferviente deseo de que más allá de las posiciones de cada sector; más allá de las lógicas y plausibles intenciones de cada una de las ramas de actividad, todos podamos tener la apertura, la entrega, la solidaridad y la fraternidad para ayudarnos a construir ese presente y ese futuro cultural destinado, sobre todo, a quienes tienen mayores dificultades de llegar.

Que tengan un muy buen trabajo; que a pesar que este calor que es parte de nuestra vida, ustedes se sientan felices de estar acá y que cuando retornen nos hayan dejado, a quienes hoy somos anfitriones, toda la riqueza que ustedes nos traen y se lleven aunque sea un poquito de nuestra solidaridad y de nuestra felicidad de tenerlos hoy con nosotros. Muchas gracias por estar.

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