Tras recordar el pasado común que nos impulsa y también el futuro común que nos convoca a uruguayos y mexicanos, el Presidente Tabaré Vázquez agradeció en nombre de todos por el recibimiento y el resguardo que ha significado aquel país a “tantos otros compatriotas que hace unos treinta años encontraron en México la casa que les habían quitado”.

Tales conceptos fueron expresados por el Primer Mandatario uruguayo durante la cena de Estado ofrecida en su honor por el Presidente Vicente Fox, oportunidad en la que el Presidente Vázquez agregó enfáticamente: “Se nos ocurre sólo una forma de corresponder a tanta generosidad: trabajar aún más por nuestros países, en tanto proyectos nacionales, y por la unidad de esa Patria Grande que es Latinoamérica”

PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, TABARÉ VÁZQUEZ, EN LA CENA DE ESTADO OFRECIDA POR EL PRESIDENTE DE LOS ESTADOS MEXICANOS, VICENTE FOX QUESADA, EN SU HONOR

PRESIDENTE VÁZQUEZ: Señor Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, licenciado Vicente Fox Quesada; distinguidísima Primera Dama, señora de Fox; autoridades nacionales; integrantes del Cuerpo Diplomático; señoras y señores; amigas y amigos:

Permítanme hacer en este momento una confesión. Aquí, en este momento y entre ustedes, recuerdo emocionadamente a don Carlos Quijano, a Carlos Martínez Moreno, a Juan Carlos Dean, a don Atahualpa Del Cioppo, a Alfredo Zitarrosa y a tantos otros compatriotas que hace unos treinta años encontraron en México la casa que les habían quitado.

Siento también que debo compartir este recuerdo con todos ustedes. Y siento además que en nombre de todos ellos, del gobierno pero sobre todo del pueblo de la República Oriental del Uruguay, mi querido amigo, Presidente de esta hermosa y queridísima nación, debo decir nuevamente: gracias, muchas gracias.

Gracias por recibirnos ayer; gracias por recibirnos hoy.

Señor Presidente, señoras y señores, aún no hemos agotado la nutrida agenda de esta visita de Estado.

Sin embargo, ya podemos afirmar que si bien la misma no significa ni el principio ni el fin de historia alguna, sí marca un hito en las relaciones de amistad y cooperación que hermanan a nuestros países y a nuestros pueblos.

Porque eso somos: hermanos. Y como hermanos somos diferentes por el paisaje en que andamos, pero iguales por nuestras esperanzas y por nuestros derechos.

Tenemos un pasado común que nos impulsa y tenemos también un futuro común que nos convoca. Hacia él vamos, paso a paso pero sin pausa. Sin modelos, pero firmes en los principios y valores que nos identifican, sin esperar milagros, pero aprovechando las oportunidades del presente.

Las diversas actividades realizadas en las últimas horas dan cuenta de ello, y las que realizaremos en las horas que restan para el fin de esta visita, lo confirmarán.

Estimado amigo y Presidente, querido amigo, amigas y amigos: las cenas aunque sean oficiales no son circunstancias propicias para discursos muy prolongados; por eso, les ruego me permitan cerrar esta breve intervención trasmitiéndoles el saludo afectuoso del pueblo uruguayo y nuestro agradecimiento por la hospitalidad con que nos honran.

Se nos ocurre sólo una forma de corresponder a tanta generosidad: trabajar aún más por nuestros países, en tanto proyectos nacionales y por la unidad de esa Patria Grande que es Latinoamérica. Muchísimas gracias.