29/04/06


COMPROMISO CON LA REGIÓN NO EXCLUYE OTROS PROCESOS DE INTEGRACIÓN
Tras ratificar la vocación mercosureña de Uruguay, Vázquez dijo que "el irrenunciable compromiso con la región no es excluyente de un amplio esquema de interacción del MERCOSUR -todo el bloque- con otros procesos de integración ni de las relaciones bilaterales de las naciones soberanas que lo integran, porque el MERCOSUR, tal como lo concebimos, no es ni una jaula de oro ni un club con socios clase de primera y segunda categoría".

El Presidente de la República, Tabaré Vázquez, realizó una disertación ante los miembros del Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, donde afirmó que las inversiones y comercio son, precisamente, factores centrales en la estrategia de desarrollo productivo sostenible que impulsa el gobierno de la República que presido".

Luego de señalar que en el mundo actual producir implica innovar e integrar inteligencia, Vázquez sostuvo que "el desarrollo ha de ser armónico en términos sociales y ambientales; por eso es que hablamos de "desarrollo productivo sostenible", el cual "asumimos no sólo como compromiso de gobierno, sino también como estrategia de construcción nacional.

En este sentido, agregó que "las naciones son, por cierto, tradición pero también son proyecto y su construcción es una tarea de todos los días, es una tarea permanente, colectiva y democrática".

Tras señalar que "a los uruguayos no nos gusta la palabra "extranjero", porque "somos un país de inmigrantes pero también de emigrantes; sabemos lo que es la hospitalidad pues la hemos dado y también recibido, y en lo que a México refiere somos hermanos y nadie es extranjero en la casa de su hermano", Vázquez enumeró "nueve elementos de lo que podríamos denominar el contexto favorable que Uruguay ofrece a la inversión mexicana", destacando la transparencia y las transformaciones en que el país se encuentra embarcado, tales como la reforma impositiva, la reforma del Estado, la reforma del sistema de salud pública, etcétera.

PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, TABARÉ VÁZQUEZ, EN EL CONSEJO EMPRESARIAL MEXICANO DE COMERCIO EXTERIOR

PRESIDENTE VÁZQUEZ: Estimadísimos amigas y amigos hermanos mexicanos, agradezco al Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior la convocatoria a este encuentro; agradezco también a todos ustedes la participación en el mismo.

Me acompañan, como ya ha sido marcado, los señores Ministros de Relaciones Exteriores, don Reinaldo Gargano; de Economía y Finanzas, contador Danilo Astori; de Industria, Energía y Minería, señor Jorge Lepra; así como el señor Embajador de la República Oriental del Uruguay en México, doctor José Ignacio Korzeniak.

Una sola aclaración al principio. Este gobierno, el actual gobierno de la República Oriental del Uruguay, conciente del crecimiento del conocimiento, de las ideas, de las propuestas, de los desafíos que existen en distintas líneas de trabajo para cualquier gobierno de cualquier país del mundo, trabaja en equipo; es imposible que una sola persona, una persona, pueda abarcar la totalidad de los conocimientos aún de una sola disciplina. Valga de ejemplo, más allá de mi condición que representa para mi un altísimo honor que me otorgaran los uruguayos de ser Presidente de la República, como médico puedo decir que es imposible abarcar el conocimiento exhaustivo de todas las especialidades en esa materia.

Y aún más: en mi propia especialidad la oncología, es prácticamente imposible abarcar todo el conocimiento en estas ramas de la medicina moderna.

Si esto es así en un área pequeña comprenderán ustedes que en un gobierno, que un Presidente pretenda conocer todo, saber todo, dar respuestas a todas las preguntas que se le presentan sería de una soberbia ya limitante con una irresponsabilidad.

Por tanto, es que todas estas giras que hace el gobierno uruguayo, el Presidente de la República va acompañado de los ministros del ramo al que seguramente se referirán las distintas preguntas que tengamos en los distintos países.

Hago esta aclaración porque, seguramente, ustedes tendrán preguntas para plantearnos y , por ejemplo, sería una irreverencia de mi parte que en temas de economía respondiera quien está hablando y no lo hiciera el contador Danilo Astori que es quien maneja la política económica del país.

Pero, a los efectos de estimular un diálogo fluido durante esta reunión, mi intervención tendrá el carácter de una introducción que pretendo sea breve y panorámica, sobre algunos asuntos que estimo de interés considerar en este ámbito.

Amigas y amigos, el Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior tiene, entre otros cometidos, el de promover las inversiones y el comercio de sus asociados en el contexto internacional.

Inversiones y comercio son, precisamente, factores centrales en la estrategia de desarrollo productivo sostenible que impulsa el gobierno de la República que presido.

"¿Por qué razón una estrategia de desarrollo productivo?", se preguntarán ustedes. Nuestra razón es la siguiente.

En primer lugar, porque el desarrollo es un derecho de los países y de su gente, que al fin y al cabo son la razón de ser de los gobiernos.

En segundo lugar, porque, desde nuestro muy modesto punto de vista, no hay auténtico desarrollo sin producción. Otras estrategias de desarrollo, al menos en nuestro país, en el Uruguay, han fracasado y el costo de tal fracaso ha sido altísimo y quienes más han pagado este fracaso han sido los más humildes.

En tercer lugar, porque en el mundo actual producir implica innovar e integrar inteligencia. Asimismo, el desarrollo ha de ser armónico en términos sociales y ambientales. Por eso es que hablamos de "desarrollo productivo sostenible"

Un desarrollo productivo sostenible que asumimos no sólo como compromiso de gobierno, sino también como estrategia de construcción nacional.

Porque las naciones son, por cierto, tradición pero también son proyecto y su construcción es una tarea de todos los días, es una tarea permanente, colectiva y democrática.

También se preguntarán ustedes sobre las características de esta estrategia de desarrollo productivo sostenible.

Muy esquemáticamente enunciadas, son las siguientes:

Uno, Integral, en la medida que interactúa con otros aspectos; institucional, que obliga a una mejora de la gestión del Estado; políticos, sociales, culturales, etcétera, de nuestro proyecto de país.

En segundo lugar, Especializada, porque ningún país puede producir todo.

En tercer lugar, Calificada e innovadora, porque en el mundo actual el principal valor de cualquier producto es la inteligencia incorporada al mismo.

En cuarto lugar, Integradora de grandes, de medianos y de pequeños emprendimientos.

Quinto, una propuesta con políticas coherentes y consistentes de inversiones, crédito y endeudamiento interno.

Sexto, que en el corto plazo aproveche al máximo la capacidad ya instalada en el país, y que en muchos casos está ociosa o subutilizada.

En séptimo lugar, acompasada a una redefinición y transformación del Estado, tarea en la que nos encontramos involucrados en este momento con varias reformas estructurales y profundas, que el gobierno de la República Oriental del Uruguay pretende llevar adelante como la reforma impositiva, la reforma del Estado, la reforma de la Salud Pública, etcétera.

Octavo, que implique la revalorización y reestructura de los recursos, infraestructura y servicios ya existentes, y de aquellos que necesariamente habrá que incorporar para mejorar la competitividad.

Noveno, un proyecto territorialmente equilibrado y ambientalmente sostenible. El Uruguay ocupa, de acuerdo a los registros internacionales, el tercer lugar en país que más protege su medioambiente.

En décimo lugar, Integrador de los distintos sectores de la sociedad uruguaya.

Y en undécimo lugar, al mismo tiempo integrado a la región y no solo a la región, sino también integrado al mundo.

Amigas y amigos, esta estrategia de desarrollo productivo sostenible que, reitero, también es un proyecto deseable, por cierto, pero además posible de país, requiere de inversión extranjera.

Ahora bien; "¿qué nos ofrecen?", se preguntarán ustedes. ¿Qué ofrece el Uruguay al inversor mexicano? Bien. Quiero hacer una precisión previa a la respuesta a esta pregunta.

A los uruguayos no nos gusta la palabra "extranjero". Somos un país de inmigrantes pero también de emigrantes; sabemos lo que es la hospitalidad pues la hemos dado y también recibido. Y en lo que a México refiere, somos hermanos y nadie es extranjero en la casa de su hermano.

Hecha esta precisión, enumeraré nueve elementos de lo que podríamos denominar el contexto favorable que Uruguay ofrece a la inversión mexicana.

En primer lugar, una muy fuerte y consolidada estabilidad democrática; fundamental pues nadie hace negocios en un clima de incertidumbre o arbitrariedad.

Estabilidad democrática que se expresa también en la cultura de la gente, en los uruguayos, en sus valores y principios de vida y convivencia.

Y que se expresa además en algo difícil de definir con palabras, pero no obstante ello, permítanme decirlo así: en Uruguay los empresarios no necesitan custodias ni vehículos blindados; para hacer negocios con el Estado uruguayo no hay que apelar a métodos espurios.

Nadie está libre de corrupción, tampoco nosotros lo estamos. Pero tratamos de evitarla y cuando no lo logramos, la combatimos implacablemente.

Si algún inversor mexicano, en algún momento en el Uruguay , al intentar llevar adelante su empresa, su negocio, su inversión, encuentra alguna situación irregular del tipo que estamos hablando no duden en hacérnoslo saber inmediatamente al gobierno que actuará en consecuencia.

Hay un dicho que utilizamos mucho allá en Uruguay, que no es muy académico pero creo que grafica medianamente con precisión lo que queremos decir: en el gobierno actual de la República Oriental del Uruguay podremos meter la pata, es decir nos podremos equivocar, pero nadie va a meter la mano en la "lata" y si alguien la mete se la cortaremos.

En segundo lugar, el Uruguay respeta sus contratos y cumple sus obligaciones.

Nunca, ni aún en las más difíciles circunstancias, algunas de ellas actuales, del ahora, de este momento, nuestro país ha dejado de honrar sus compromisos y este gobierno mantiene esa conducta histórica del Uruguay.

En tercer lugar, en el Uruguay no hay discriminación entre inversores uruguayos y no uruguayos. La legislación de nuestro país garantiza igualdad de tratamiento a las inversiones y existe también libre repatriación de utilidades.

Cuarto, el Gobierno de la República ha definido y desarrolla una programación equilibrada y consistente.

En materia de política monetaria ofrecemos previsibilidad al valor de la moneda por la vía de procurar equilibrar la creación del dinero con la demanda, controlando la expansión de la base monetaria, a los efectos de alcanzar un nivel determinado de inflación. Esta ecuación aplicada en el primer año de gobierno ha tenido claros resultados que, seguramente, el contado Danilo Astori podrá ampliar si ustedes lo desean.

En materia de política fiscal nos orientamos a operar tanto sobre la estructura de los ingresos, como de los gastos del sector público, a los efectos de garantizar una estructura impositiva más eficiente y equitativa, y un gasto público más sesgado hacia la inversión y atención de programas sociales, para nosotros, absolutamente prioritarios.

En materia de política cambiaria respetamos su razón de ser, esto es, disminuir la incertidumbre asociada a la evolución del tipo de cambio.

Los lineamientos de política fiscal y monetaria ya enunciados son consistentes con un régimen cambiario con mercado de libre acceso y con un tipo de cambio flotante.

Quinto, Uruguay ofrece regímenes promocionales en distintas áreas de la actividad productiva que conceden beneficios al inversor. Básicamente, se trata de exoneraciones fiscales y exenciones arancelarias para la importación de bienes asociados al proyecto de inversión.

Hay también oportunidades de asociación entre empresas públicas y capitales privados para modernizar y dotar de mayor competitividad a las empresas ya existentes.

Sexto, en el contexto de la estrategia de desarrollo productivo antes mencionada, el Gobierno de la República desarrolla políticas dirigidas a sectores productivos específicos, seleccionados por su importancia para la economía del país; a saber: sistema agroindustrial; biotecnología; industria del software; industrias culturales y creativas; industrias turísticas.

A su vez, en cada uno de estos sectores se identifican áreas también específicas. Por ejemplo, y para citar algunas comprendidas en el sistema agroindustrial: carne vacuna; lácteos; arroz; citrus; oleaginosos y aceites; fitoterápicos; forestal/celulosa/madera; lana/textil/vestimenta; y agro-energía, esta última para nosotros de vital importancia, y seguramente con una potencialidad enorme de crecimiento en el futuro.

En séptimo lugar, ofrecemos un Estado en proceso de transformación para estar más acorde con un proyecto de país en el cual no es omnipresente, pero tampoco el Estado está ausente.

El Estado para nosotros no es incompatible con el mercado, y por eso mismo ha de asumir aquellas competencias y responsabilidades que son intransferibles, aquellas que el mercado por su propia esencia no puede abordar ni resolver.

En octavo lugar, Uruguay tiene una política internacional basada en valores y principios, por cierto, pero también -como cualquier otro país comprometido consigo mismo- en sus proyectos, derechos e intereses.

Nuestro irrenunciable compromiso con la integración regional implica "más y mejor MERCOSUR" en términos de fortalecimiento institucional del mismo; integración energética y de infraestructura; complementación productiva; unión aduanera; proyección a otros mercados, etcétera.

Pero ese irrenunciable compromiso con la región no es excluyente de un amplio esquema de interacción del MERCOSUR -todo el MERCOSUR- con otros procesos de integración, ni de las relaciones bilaterales propias de las naciones soberanas que lo integran.

Porque el MERCOSUR, tal como nosotros lo concebimos, no es ni una jaula de oro. ni un club con socios clase de primera y segunda categoría.

Como ven, Uruguay ofrece a ustedes, empresarios e inversores mexicanos, un marco específico adecuado.

Me refiero al Acuerdo Bilateral entre México y Uruguay para la promoción y protección de inversiones. Acabamos de aprobar en el Uruguay también un Tratado de Protección Bilateral de Inversiones entre Uruguay y los Estados Unidos de Norteamérica que, seguramente, el Congreso americano lo está tratando y que va a estar en estos días, con el visto bueno del Poder Ejecutivo de los Estados Unidos.

Pero también con México hay Tratado de Libre Comercio entre nuestros países vigente desde julio de 2004.

Son formidables instrumentos que, valga la redundancia, hay que usar pues para eso fueron creados.

Por supuesto que estos acuerdos son corolarios de largos procesos y de complejas negociaciones, pero más que un punto de llegada deberían ser un punto de partida.

A tales efectos, y como forma de coadyuvar a la inversión y al comercio, a nivel del Gobierno uruguayo hemos creado la Comisión Interministerial para Asuntos de Comercio Exterior integrada -entre otros- por los tres señores Ministros que me acompañan.

Bien, dichos estos pensamientos generales, quedando a vuestra disposición para profundizar los mismos y ampliar la discusión si ustedes lo consideran pertinente, agradezco la benevolencia con que me han escuchado y, reitero, con los señores Ministros quedamos a disposición de ustedes para escuchar sus opiniones, responder sus preguntas, profundizar algunos de los puntos tratados, o abordar otros que ustedes consideren de interés. Muchas gracias.

© 2006 PRESIDENCIA - República Oriental del Uruguay | Derechos Reservados