INDA: EL TRABAJO COMUNITARIO DIGNIFICA LA POBREZA
El INDA comenzó un proceso de
desinstitucionalización de la pobreza, donde el Estado cumple el papel
fundamental de generar modalidades de trabajo comunitarios, a través de
todos los servicios, para ayudar a aquellos que se encuentran en
situación de indigencia a reincorporase como personas y no como
"mantenidos".
Este es el objetivo de la nueva administración, tal
como lo explicó el Director del Instituto Nacional de Alimentación,
Uberfil Monzón, quien a su vez realizó una evaluación de lo que fue este
primer año de trabajo, el cual se caracterizó por la implementación de
varios cambios en las políticas que buscarán mejorar la atención de las
necesidades de las personas.
Por otra parte, informó que se realizará durante el
mes de mayo un encuentro junto al MSP que convocará a todos los
Directores de Salud Pública del país para trabajar en una política
alimentaria con el objetivo de detener la anemia y la desnutrición.
El trabajo de INDA se realiza en convenio con la
mayoría de los Gobiernos Departamentales. De hecho, el primer cambio que
se ha logrado fue que los intendentes se mostraran interesados, sobre
todo aquellos que manejaban intendencias muy pobres y que, por lo tanto,
exigían cambios. En este sentido, ya se encuentran algunos merenderos o
comedores con ciertas iniciativas de trabajo comunitario.
Los programas coordinados por el INDA son variados,
lo que permite llegar a todos los que necesitan este tipo de asistencia.
Entre ellos, se encuentra el Programa Alimentario Nacional (PAN), que
comúnmente se conoce como la "canasta de INDA" y está constituido por
una cantidad de alimentos no perecederos que se distribuyen cada dos
meses. Cabe aclarar que las canastas contienen artículos para el
abastecimiento durante esos dos meses.
Otro gran pilar del Instituto lo constituye el
Sistema Nacional de Comedores (SNC) y el programa que apoya a las
instituciones públicas y privadas (AIPP) que gestiona la actividad de
los merenderos donde el cambio que se está realizando es la
transformación de los mismos en espacios recreativos en los que los
niños -además de alimentarse- puedan jugar, y como lo explicó Monzón
"desarrollar esa cualidad lúdica innata."
A estos centros también están invitados los padres,
especialmente las madres, no solo para que ayuden en el trabajo, sino
también para formar grupos de manualidades, cocina, tejido, etcétera, y
poder ir realizando un proceso socializador entre las mujeres. Estas
técnicas ya se están implementando en el interior del país y están dando
resultados positivos.
INDA también tiene un Programa de Apoyo a Enfermos
Crónicos (PAEC) que atiende a más de 6.500 personas con problemas
oncológicos, renales, celíacos, diabéticos, portadores del virus HIV, y
niños contaminados con plomo, entre otros. Las personas usuarias de este
programa son certificados por Salud Pública y reciben la canasta de
alimentos acorde a su patología; por ejemplo, en el caso de los celíacos
que no pueden ingerir harinas se les provee con harinas de arroz.
A su vez, Monzón explicitó que es necesario que el
Ministerio de Salud Pública trabaje en sincronización con estos
programas y que sea real testigo de los controles que realice, dado que
INDA beneficiará de manera especial a las embarazadas -sobre todo a las
adolescentes embarazadas-, por lo que es necesario saber si la madre
está desnutrida, porque estaría gestando a un bebé desnutrido.
Fundamentalmente, se tratará el tema de la anemia, a
través de medidas que establezcan exigencias tanto para los niños como
para las madres embarazadas, sobre la ingesta de leche con hierro. Por
tal motivo, como quizás afecte el sabor también se buscará una forma de
compensarlo. Todo esto va a suponer un trabajo de formación, porque esa
leche con hierro tiene que ser suministrada en la medida adecuada, por
lo que se implementarán talleres para que la gente que toma la leche con
hierro aprenda a tomarla en la medida que necesite.
"Va a ser un trabajo realmente bueno, de
concientización, y a su vez es un fenómeno de desarrollo cultural que
vamos a aprovechar al máximo", dijo.
"El Ministerio tiene que hacer controles y, por lo
tanto, cuando la persona que recibe la tarjeta para ser beneficiaria de
una canasta o de algún servicio, debe presentar el certificado de los
controles médicos. Este requisito es ineludible", dijo.
En cuanto al cuidado que se brinda a través de los
Centros de Atención a la Infancia y la Familia (CAIF), coordinado por
INAU pero donde el INDA realiza la gestión del sustento, existen
actualmente dos modalidades de asistencia, la tradicional y la integral.
Esta última responde a una etapa del programa CAIF en donde los recursos
estaban más limitados y, por lo tanto, es un programa que atiende
determinados días.
Sin embargo, la forma tradicional tiene mayor
alcance, brinda una mejor atención y no es tan itinerante la presencia
de los niños. No obstante, entre los cambios a realizar se encuentra la
búsqueda de soluciones para alcanzar la forma tradicional para todos los
CAIF, en donde la atención y los resultados que allí se obtienen son
superiores.
En muchos casos, los beneficiaros de un plan y otro
se superponen. Tal como lo explicó el asesor del Director, Luis Álvarez,
"este hecho no está bien ni mal, porque puede ser que una cosa vaya
complementando otra, pero es un proceso que se está definiendo; por
ejemplo, en acuerdo con el BPS logramos tener la información
departamento por departamento y observar cuántos beneficiarios -de lo
que se llama la canasta de pensionistas- se superponen con otras. Hay
aproximadamente, en un marco de 35 mil personas, un diez por ciento".
En este sentido, explicó que "hasta que no se sepa
claramente quiénes son los que se superponen de un programa a otro no se
realizarán políticas de corte. Sin embargo, cada situación es analizada
particularmente teniendo en cuenta que son cuatro las comidas que hay
que solucionar para los usuarios, especialmente en el caso de los niños
que si bien reciben su desayuno y almuerzo en la escuela también
necesitan merendar y cenar".
Álvarez agregó que INDA debe "encontrar la forma para
que la población pueda alcanzar como meta tener sus cuatro comidas y que
sean, en lo posible, de calidad y no llena-estómagos".
Por su parte, Uberfil Monzón manifestó la necesidad
de vigilar los viejos programas que daban comida para que se transformen
en programas que nutran a la población, donde el impacto logre ser
medido, vigilado y tener un seguimiento.
"Cuando pasamos a trabajar con las intendencias fue
porque desde la calle Piedras no se podía atender en forma efectiva a
todo el territorio nacional; entonces, nuestros brazos -que van a ser
los convenios con las intendencias- son los que nos permiten hacer un
seguimiento de cerca a la problemática de la población con la que
efectivamente nosotros trabajamos".
Al respecto, explicó que otro cambio que se está
dando en este año es que durante mucho tiempo INDA fue "algo así como un
helicóptero que recorría el país largando alimento para todo el mundo,
usara quien lo usara", añadiendo que actualmente se están realizando
controles estrictos -a través de las intendencias- que ayudaron a
disminuir la mala administración de alimentos que muchas veces se
efectuaba. Monzón fue tajante al referirse que el Instituto tiene
personal calificado que realiza investigaciones y, ante la duda, se
realiza la correspondiente auditoria.
INDA busca ser un promotor de la cultura
departamental y regional, por lo que se considera como un error pensar
el Uruguay con la mentalidad de Montevideo, dado que el país tiene
regiones que se individualizan unas de otras.
A modo de anécdota, Monzón recordó que durante la
toma de mando de los intendentes, el año pasado, la gente de Tacuarembó
criticó que desde Montevideo le llegaban los programas de alimentación,
los cuales no incluían la feijoada en el menú de los comedores, siendo
este un alimento básico en todo el norte del país.
"Hay una cultura alimentaria. Es como comer el
ensopado con carne de oveja, en Montevideo es insospechable y en el
interior se hace", afirmó.
Actualmente, el Instituto Nacional de Alimentación se
está haciendo cargo de las provisiones del Plan Invierno y de la
Operación Techo, además de apoyar el programa Knock Out a las Drogas
impulsado por la Presidencia de la República.
En esta misma vía, también se está apoyando al
establecimiento penitenciario La Tablada, y se están dando los últimos
pasos para generar en el COMCAR un comedor donde los chicos que no
entran a ver a sus padres, o a sus familiares, puedan recibir una
merienda.
Monzón expresó que "actuar en estos sectores implica
tener claro el grado de sensibilidad de la problemática que se atiende.
Por lo tanto, trabajar con un perfil bajo es fundamental para no exhibir
innecesariamente a aquella gente que se siente ya muy golpeada por la
situación por la que está pasando".
Asimismo, se informó que -aunque no corresponde al
INDA- se asiste a muchos liceos con la finalidad de alivianar en alguna
medida el presupuesto de la ANEP, ya sea en lo atinente a la atención a
liceos, escuelas, UTU, como también institutos para chicos con
capacidades diferentes.
De todas formas, Monzón explicó que en cuanto la ANEP
regularice su situación será el presupuesto de INDA el que se verá
alivianado, el cual normalmente consta de doce millones de dólares
anuales.
Con respecto a la carga laboral durante el año, tanto
el Director como sus asesores, coincidieron en destacar que nunca se
sabe cuándo puede haber más o menos trabajo, dado que "la pobreza no se
toma licencia".
En el verano se realiza el plan "Verano Solidario",
debido a que no todos los comedores de Primaria funcionan, pero también
durante el año pueden suceder imprevistos: prueba de esto fue el
temporal del 23 de agosto del año pasado, donde se suministró alimentos
que permitieron totalizar 11.800 raciones de comida para toda la gente
que estuvo desalojada y que fuera llevada a Centros Comunales.
Por otra parte, no siempre los beneficiarios
permanecen en un solo lugar. Mucha de la población es itinerante debido
a la búsqueda de trabajo lo cual provoca algún tipo de desplazamiento de
esas poblaciones. "Estas altas y bajas de beneficiarios se presenta como
una problemática a la que hay que hacerle un seguimiento, porque si no
se transforman en duplicaciones o triplicaciones de alimentos que de no
controlarse a dónde van toman un camino desviado. El transformar comidas
en ingresos es una de las cosas que debemos controlar", dijo.
En cuanto a cómo llegar a los servicios de INDA,
Uberfil Monzón explicó que cada Intendencia tiene un equipo de acción
social a la cual se presentan personas en situación de indigencia y este
equipo le asigna una tarjeta a determinado lugar donde va a recibir la
comida, la merienda, o la canasta adecuada a la situación o enfermedad
que padezca, recordando que cada canasta con alimentos está balanceada
nutritivamente de acuerdo a las necesidades y patología de las personas.
En el caso de los usuarios del PAEC deben presentar, además, una
certificación por parte del Ministerio de Salud Pública avalado por una
asistente social.
En este ámbito lo que se quiere conseguir es la
simplicidad de las vías administrativas, que no sea una complicación
para la persona tener que pagar un boleto cada vez que tiene que
realizar estos trámites. Desde este punto, lo que se está haciendo es
agregar al convenio con las intendencias una tercera pata que estaría
formada por las organizaciones civiles representativas de los barrios.
Las mismas no tendrían oficinas en las intendencias, sino que la oficina
sería el barrio y que desde allí se conjugue un diálogo con el equipo de
acción social trasmitiéndole la mentalidad, la idiosincrasia, y las
modalidades de ese barrio. |