12/05/06


INDA: EL TRABAJO COMUNITARIO DIGNIFICA LA POBREZA
El INDA comenzó un proceso de desinstitucionalización de la pobreza, donde el Estado cumple el papel fundamental de generar modalidades de trabajo comunitarios, a través de todos los servicios, para ayudar a aquellos que se encuentran en situación de indigencia a reincorporase como personas y no como "mantenidos".

Este es el objetivo de la nueva administración, tal como lo explicó el Director del Instituto Nacional de Alimentación, Uberfil Monzón, quien a su vez realizó una evaluación de lo que fue este primer año de trabajo, el cual se caracterizó por la implementación de varios cambios en las políticas que buscarán mejorar la atención de las necesidades de las personas.

Por otra parte, informó que se realizará durante el mes de mayo un encuentro junto al MSP que convocará a todos los Directores de Salud Pública del país para trabajar en una política alimentaria con el objetivo de detener la anemia y la desnutrición.

El trabajo de INDA se realiza en convenio con la mayoría de los Gobiernos Departamentales. De hecho, el primer cambio que se ha logrado fue que los intendentes se mostraran interesados, sobre todo aquellos que manejaban intendencias muy pobres y que, por lo tanto, exigían cambios. En este sentido, ya se encuentran algunos merenderos o comedores con ciertas iniciativas de trabajo comunitario.

Los programas coordinados por el INDA son variados, lo que permite llegar a todos los que necesitan este tipo de asistencia. Entre ellos, se encuentra el Programa Alimentario Nacional (PAN), que comúnmente se conoce como la "canasta de INDA" y está constituido por una cantidad de alimentos no perecederos que se distribuyen cada dos meses. Cabe aclarar que las canastas contienen artículos para el abastecimiento durante esos dos meses.

Otro gran pilar del Instituto lo constituye el Sistema Nacional de Comedores (SNC) y el programa que apoya a las instituciones públicas y privadas (AIPP) que gestiona la actividad de los merenderos donde el cambio que se está realizando es la transformación de los mismos en espacios recreativos en los que los niños -además de alimentarse- puedan jugar, y como lo explicó Monzón "desarrollar esa cualidad lúdica innata."

A estos centros también están invitados los padres, especialmente las madres, no solo para que ayuden en el trabajo, sino también para formar grupos de manualidades, cocina, tejido, etcétera, y poder ir realizando un proceso socializador entre las mujeres. Estas técnicas ya se están implementando en el interior del país y están dando resultados positivos.

INDA también tiene un Programa de Apoyo a Enfermos Crónicos (PAEC) que atiende a más de 6.500 personas con problemas oncológicos, renales, celíacos, diabéticos, portadores del virus HIV, y niños contaminados con plomo, entre otros. Las personas usuarias de este programa son certificados por Salud Pública y reciben la canasta de alimentos acorde a su patología; por ejemplo, en el caso de los celíacos que no pueden ingerir harinas se les provee con harinas de arroz.

A su vez, Monzón explicitó que es necesario que el Ministerio de Salud Pública trabaje en sincronización con estos programas y que sea real testigo de los controles que realice, dado que INDA beneficiará de manera especial a las embarazadas -sobre todo a las adolescentes embarazadas-, por lo que es necesario saber si la madre está desnutrida, porque estaría gestando a un bebé desnutrido.

Fundamentalmente, se tratará el tema de la anemia, a través de medidas que establezcan exigencias tanto para los niños como para las madres embarazadas, sobre la ingesta de leche con hierro. Por tal motivo, como quizás afecte el sabor también se buscará una forma de compensarlo. Todo esto va a suponer un trabajo de formación, porque esa leche con hierro tiene que ser suministrada en la medida adecuada, por lo que se implementarán talleres para que la gente que toma la leche con hierro aprenda a tomarla en la medida que necesite.

"Va a ser un trabajo realmente bueno, de concientización, y a su vez es un fenómeno de desarrollo cultural que vamos a aprovechar al máximo", dijo.

"El Ministerio tiene que hacer controles y, por lo tanto, cuando la persona que recibe la tarjeta para ser beneficiaria de una canasta o de algún servicio, debe presentar el certificado de los controles médicos. Este requisito es ineludible", dijo.

En cuanto al cuidado que se brinda a través de los Centros de Atención a la Infancia y la Familia (CAIF), coordinado por INAU pero donde el INDA realiza la gestión del sustento, existen actualmente dos modalidades de asistencia, la tradicional y la integral. Esta última responde a una etapa del programa CAIF en donde los recursos estaban más limitados y, por lo tanto, es un programa que atiende determinados días.

Sin embargo, la forma tradicional tiene mayor alcance, brinda una mejor atención y no es tan itinerante la presencia de los niños. No obstante, entre los cambios a realizar se encuentra la búsqueda de soluciones para alcanzar la forma tradicional para todos los CAIF, en donde la atención y los resultados que allí se obtienen son superiores.

En muchos casos, los beneficiaros de un plan y otro se superponen. Tal como lo explicó el asesor del Director, Luis Álvarez, "este hecho no está bien ni mal, porque puede ser que una cosa vaya complementando otra, pero es un proceso que se está definiendo; por ejemplo, en acuerdo con el BPS logramos tener la información departamento por departamento y observar cuántos beneficiarios -de lo que se llama la canasta de pensionistas- se superponen con otras. Hay aproximadamente, en un marco de 35 mil personas, un diez por ciento".

En este sentido, explicó que "hasta que no se sepa claramente quiénes son los que se superponen de un programa a otro no se realizarán políticas de corte. Sin embargo, cada situación es analizada particularmente teniendo en cuenta que son cuatro las comidas que hay que solucionar para los usuarios, especialmente en el caso de los niños que si bien reciben su desayuno y almuerzo en la escuela también necesitan merendar y cenar".

Álvarez agregó que INDA debe "encontrar la forma para que la población pueda alcanzar como meta tener sus cuatro comidas y que sean, en lo posible, de calidad y no llena-estómagos".

Por su parte, Uberfil Monzón manifestó la necesidad de vigilar los viejos programas que daban comida para que se transformen en programas que nutran a la población, donde el impacto logre ser medido, vigilado y tener un seguimiento.

"Cuando pasamos a trabajar con las intendencias fue porque desde la calle Piedras no se podía atender en forma efectiva a todo el territorio nacional; entonces, nuestros brazos -que van a ser los convenios con las intendencias- son los que nos permiten hacer un seguimiento de cerca a la problemática de la población con la que efectivamente nosotros trabajamos".

Al respecto, explicó que otro cambio que se está dando en este año es que durante mucho tiempo INDA fue "algo así como un helicóptero que recorría el país largando alimento para todo el mundo, usara quien lo usara", añadiendo que actualmente se están realizando controles estrictos -a través de las intendencias- que ayudaron a disminuir la mala administración de alimentos que muchas veces se efectuaba. Monzón fue tajante al referirse que el Instituto tiene personal calificado que realiza investigaciones y, ante la duda, se realiza la correspondiente auditoria.

INDA busca ser un promotor de la cultura departamental y regional, por lo que se considera como un error pensar el Uruguay con la mentalidad de Montevideo, dado que el país tiene regiones que se individualizan unas de otras.

A modo de anécdota, Monzón recordó que durante la toma de mando de los intendentes, el año pasado, la gente de Tacuarembó criticó que desde Montevideo le llegaban los programas de alimentación, los cuales no incluían la feijoada en el menú de los comedores, siendo este un alimento básico en todo el norte del país.

"Hay una cultura alimentaria. Es como comer el ensopado con carne de oveja, en Montevideo es insospechable y en el interior se hace", afirmó.

Actualmente, el Instituto Nacional de Alimentación se está haciendo cargo de las provisiones del Plan Invierno y de la Operación Techo, además de apoyar el programa Knock Out a las Drogas impulsado por la Presidencia de la República.

En esta misma vía, también se está apoyando al establecimiento penitenciario La Tablada, y se están dando los últimos pasos para generar en el COMCAR un comedor donde los chicos que no entran a ver a sus padres, o a sus familiares, puedan recibir una merienda.

Monzón expresó que "actuar en estos sectores implica tener claro el grado de sensibilidad de la problemática que se atiende. Por lo tanto, trabajar con un perfil bajo es fundamental para no exhibir innecesariamente a aquella gente que se siente ya muy golpeada por la situación por la que está pasando".

Asimismo, se informó que -aunque no corresponde al INDA- se asiste a muchos liceos con la finalidad de alivianar en alguna medida el presupuesto de la ANEP, ya sea en lo atinente a la atención a liceos, escuelas, UTU, como también institutos para chicos con capacidades diferentes.

De todas formas, Monzón explicó que en cuanto la ANEP regularice su situación será el presupuesto de INDA el que se verá alivianado, el cual normalmente consta de doce millones de dólares anuales.

Con respecto a la carga laboral durante el año, tanto el Director como sus asesores, coincidieron en destacar que nunca se sabe cuándo puede haber más o menos trabajo, dado que "la pobreza no se toma licencia".

En el verano se realiza el plan "Verano Solidario", debido a que no todos los comedores de Primaria funcionan, pero también durante el año pueden suceder imprevistos: prueba de esto fue el temporal del 23 de agosto del año pasado, donde se suministró alimentos que permitieron totalizar 11.800 raciones de comida para toda la gente que estuvo desalojada y que fuera llevada a Centros Comunales.

Por otra parte, no siempre los beneficiarios permanecen en un solo lugar. Mucha de la población es itinerante debido a la búsqueda de trabajo lo cual provoca algún tipo de desplazamiento de esas poblaciones. "Estas altas y bajas de beneficiarios se presenta como una problemática a la que hay que hacerle un seguimiento, porque si no se transforman en duplicaciones o triplicaciones de alimentos que de no controlarse a dónde van toman un camino desviado. El transformar comidas en ingresos es una de las cosas que debemos controlar", dijo.

En cuanto a cómo llegar a los servicios de INDA, Uberfil Monzón explicó que cada Intendencia tiene un equipo de acción social a la cual se presentan personas en situación de indigencia y este equipo le asigna una tarjeta a determinado lugar donde va a recibir la comida, la merienda, o la canasta adecuada a la situación o enfermedad que padezca, recordando que cada canasta con alimentos está balanceada nutritivamente de acuerdo a las necesidades y patología de las personas. En el caso de los usuarios del PAEC deben presentar, además, una certificación por parte del Ministerio de Salud Pública avalado por una asistente social.

En este ámbito lo que se quiere conseguir es la simplicidad de las vías administrativas, que no sea una complicación para la persona tener que pagar un boleto cada vez que tiene que realizar estos trámites. Desde este punto, lo que se está haciendo es agregar al convenio con las intendencias una tercera pata que estaría formada por las organizaciones civiles representativas de los barrios. Las mismas no tendrían oficinas en las intendencias, sino que la oficina sería el barrio y que desde allí se conjugue un diálogo con el equipo de acción social trasmitiéndole la mentalidad, la idiosincrasia, y las modalidades de ese barrio.

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