REIVINDICAN VALOR DEL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO
El Director General de la Administración Nacional de
Enseñanza Pública, Luis Yarzábal, denunció hoy “el escaso interés” de
los estudiantes universitarios por la ciencia y la tecnología, y propuso
una revisión radical de las formas bajo las cuales se imparte en un
gran número de centros docentes.
También reivindicó el conocimiento científico como el gran motor de las
soluciones que deben llevar al hombre a un combate eficaz contra los
severos problemas ambientals que afligen al mundo.
Yarzábal habló en el acto de inauguración del
encuentro "La Reunión Regional de Ciencias y Tecnología, Sociedad y
Ciudadanía y Papel de la Educación Científica", que se cumplió en la
sede del CODICEN ubicada en la avenida Libertador.
Le acompañaron la Consejera del CODICEN
Lilián D’Elía y la representante de la Oficina Regional para América
Latina y el Caribe de UNESCO con sede en Santiago, Beatriz Macedo,
organismo que coparticipa con las máximas autoridades de la educación
pública uruguaya en la organización del seminario.
De este encuentro participan, además,
representantes de seis países de América Latina, que analizarán
estrategias para viabilizar acceso masivo al conocimiento científico y
tecnológico.
La Reunión Regional de Ciencias y
Tecnología, Sociedad y Ciudadanía y Papel de la Educación Científica",
se extenderá hasta este jueves 25 con la participación de técnicos y
educadores de Uruguay, Argentina, Brasil, Chile, Perú y Cuba. También se
debaten estrategias destinadas a la construcción de programas que
posibiliten el masivo acceso de los educandos al conocimiento científico
y su inserción en el mundo contemporáneo.
Al dar comienzo al acto de apertura, la
Consejera D’Elía señaló que “ofrecer una educación científica a nuestros
niños y niñas, a nuestros jóvenes, implica que todos tengan la misma
oportunidad de acceder y a aprender las habilidades vinculadas con las
formas del trabajo y el pensamiento de la ciencia”.
“Nos empeñaremos en que todos los
docentes tengan la formación y el estímulo adecuados para situarse en
las exigencias del siglo XXI”, agregó la integrante del CODICEN.
La especialista regional representante de
OREALC/UNESCO, Beatriz Macedo, valoró “esta gran oportunidad para
continuar con valiosos debates sobre cómo asegurar una ciencia de
calidad para todos” y agradeció a las autoridades docentes uruguayas
“por permitirnos ser parte de esta instancia de cambio”.
PALABRAS DEL DIRECTOR NACIONAL DE
EDUCACIÓN PÚBLICA, LUIS YARZABAL, EN “LA REUNIÓN REGIONAL DE CIENCIAS Y
TECNOLOGÍA, SOCIEDAD Y CIUDADANÍA, PAPEL DE LA EDUCACIÓN PÚBLICA”
YARZÁBAL: Muy buenos días para todos.
Quiero decirles que estoy particularmente contento por participar con
ustedes en la inauguración de este encuentro, de esta reunión regional.
Y lo estoy fundamentalmente porque ocurre en un momento muy especial de
la sociedad uruguaya, que es el año en el cual hemos decidido abrir las
puertas para discutir entre todos las políticas educativas que debemos
llevar adelante en el país.
Es un escenario en el cual la sociedad
uruguaya ha sido convocada a manifestarse sobre qué educación quiere
para el futuro, sobre para qué educarse, sobre cómo educar y sobre de
qué manera educarse.
Este debate es un debate que queremos que
tenga un tiempo social que sea el más importante de estos tiempos, un
tiempo social en que toda ciudadana y todo ciudadano que quiera
participar del debate tenga la posibilidad de hacerlo, y queremos que
sea, además de participativo y amplio, democrático. Y además de
participativo, amplio y democrático, extendido por todo el territorio
nacional, pero que al estar extendido por todo el territorio nacional,
se afirme en ese territorio para mirar hacia afuera y para recibir de
afuera el viento fresco que le permita continuar andando con las velas
hinchadas, en un mar bravío, que sólo se atraviesa con la solidaridad de
todos.
Entonces es particularmente estimulante
estar aquí rodeado de amigos latinoamericanos. Es particularmente
emocionante poderles decir que tenemos con nosotros a Nora Bahamonde, a
Bárbara Briscioli y a Héctor Pedrón de Argentina. Que tenemos nosotros a
Eduardo Mortimer de Brasil, a Alberto Labarrere de Cuba, a Mario
Quintanilla de Chile, a Teresa Salinas del Perú.
Los voy a conocer a todos personalmente,
aunque me quede sentado aquí ante mí. Pero es muy lindo que los tengamos
para que nos traigan ese viento fresco que viene de sus esfuerzos en
cada uno de sus países y de sus comunidades para llevar adelante una de
las misiones fundamentales del educador del siglo XXI, que es la de
contribuir a la enseñanza de las ciencias. Y no puede haber un cambio,
una transformación educativa sin que, a la vez, abordemos un cambio en
la manera de enseñar las ciencias.
Yo he tenido poco tiempo para elaborar
algunas reflexiones para discutir con ustedes y me preocupa que puedan
no ser reflexiones de enjundia, porque resulta que estando aquí llamados
por la actividad administrativa de todos los días, el tiempo que nos
queda para ser educadores, el tiempo que nos queda para volver a ser
investigadores y el tiempo que nos queda para ser comunicadores es muy
reducido, pero de todas maneras lo que sí quiero hacer es pronunciar un
diálogo con ustedes sobre cosas que me preocupan y que me gustaría que
me discutieran en el seminario y que me gustaría que terminaran en
recomendaciones para que nosotros podamos incluirlas en el Debate
Educativo y en la transformación del modelo educativo que vamos a llevar
adelante en el país.
A mí me parece interesante que por lo
menos se analice en el transcurso del seminario, la enseñanza de las
ciencias desde la perspectiva “Ciencia, Tecnología y Sociedad” o
“Proyecto CTS” que sea incubado y desarrollado en los dos continentes
-el americano y el europeo- que en el americano tenía un enfoque más
pragmático y político y que en el europeo ha tenido un enfoque más
académico, pero que en todo caso nos ayuda con previsiones y
aspiraciones sobre cuál es el papel que la Ciencia y la Tecnología deben
tener en la sociedad y sobre cuál es el papel de la enseñanza de las
ciencias para que se facilite el encuentro entre los elementos
positivos, científicos y tecnológicos y el desarrollo humano sostenible.
Yo creo que no podemos concebir el papel
de las interacciones entre la ciencia, y la tecnología y la sociedad sin
partir de un enfoque global, un enfoque global y globalizante, que nos
lleve a reflexionar al principio que una cosa, como decía Hudson, es
aprender ciencias, es decir, adquirir el conocimiento conceptual y
teórico, otra es aprender acerca de la ciencia, es decir, desarrollar
cierta comprensión de la naturaleza de la ciencia y sus métodos y sus
complejas interacciones con la sociedad y otra cosa es hacer ciencia, es
decir, implicarse en tareas de indagación científica adquiriendo dominio
en el tratamiento de los problemas.
Me parece que esto es fundamental para
comenzar a debatir sobre la enseñanza de las ciencias, porque si no,
entramaos en un terreno confuso en el cual no logramos avances
significativos..
Ahora el futuro de la dimensión “ciencia,
tecnología y sociedad”, que es el proyecto que se está llevando adelante
a nivel curricular en muchos ámbitos educativos de América y de Europa,
tiene que ser analizado en la perspectiva de la alfabetización
científico - tecnológica de nuestras sociedades.
Una alfabetización científico -
tecnológica que a mi juicio debe ser multidimensional y que debe recoger
esa aspiración que señalaba Lilián de Elía cuando comenzó su exposición
en el sentido de que se vuelva esencial para la educación de todas y
todos los ciudadanos. Pero que también -y esto me parece muy importante-
se vuelva esencial para la formación de los futuros científicos. Que los
futuros científicos se afirmen en el conocimiento de las interacciones
ente ciencia, tecnología y sociedad, cuando comienzan a despegar con sus
investigaciones y sus actividades diarias.
Me costó bastante encontrar una
definición para proponerles de lo que pudiera ser la alfabetización
científica que buscamos. Me parece que la más cercana que tuve, en
estos pocos minutos en los cuales revisé la bibliografía, es la que
articuló Balbi en 1997 y que se dirige a desarrollar perspectivas de la
ciencia y la tecnología que incluyan la historia de las ideas
científicas, la naturaleza de la ciencia y la tecnología y el papel de
ambas en la vida personal y social.
Eso es, a mi juicio, un aporte muy
multidimensional de la alfabetización científica. Y esa alfabetización
científica, para mí, debe implicar el compromiso y la participación de
los ciudadanos en la toma de decisiones en torno a los problemas de
interacción, ciencia, tecnología y sociedad.
Todo esto desde una apreciación global de
la ciencia, y todo esto afirmado en una transformación de la imagen
pública sobre la ciencia y la tecnología, un asunto que me parece
particularmente importante en nuestro papel de educadores.
No tenemos solamente que quejarnos de la
mala imagen pública de la ciencia y la tecnología. Tenemos que
contribuir a transformarla; este es nuestro rol. Es difícil lograr la
alfabetización científica de nuestras muchachas y de nuestros muchachos
si no despertamos en ellos interés. Cuando nosotros leemos la
distribución de la matrícula en la Universidad de la República -la única
universidad pública que hay en el país- nos damos cuenta de que el
interés por las áreas científicas y tecnológicas es muy escaso. Hay
desinterés, hay en realidad una cierta “huída” desde las áreas
científicas y tecnológicas hacia las humanidades y las letras: digámoslo
así por ahora, para comenzar el diálogo. Hay un escaso interés de los
estudiantes hacia la ciencia además de que hay una imagen crecientemente
negativa de la ciencia en la sociedad. Es difícil determinar cuáles son
las causas de ese desinterés. A mí me parece que debemos pensar en uno
que nos interpela directamente, que es la manera cómo los docentes
enseñamos las ciencias y las tecnologías. A mí me parece que los jóvenes
lo ven como algo abstracto y puramente formal, como algo aburrido y poco
interesante. Me parece -es una hipótesis de trabajo- estoy seguro de que
entre ustedes hay quienes podrán examinar esta hipótesis y ver si es así
o si está equivocada. Además creo que la ciencia se enseña
descontextualizándola, sacándola de su entorno y al sacarla de su
entorno naturalmente se vuelve menos interesante. También hay un
problema de escasos recursos, de escasos recursos pedagógicos, escasos
recursos didácticos, escasos recursos para la experimentación, escasos
recursos para la diversión. Eso tiene que ser corregido y tenemos que
encontrar la manera más ingeniosa y eficiente de corregirlo.
Ahora, lo que me preocupa sobre todo de
este desinterés es que estos ciudadanos y ciudadanas que se están
educando con nosotros son los que van a formar la opinión pública. No
tan mañana, sino tal vez hoy mismo al llegar a sus casas e interactuar
con sus padres, al llegar a sus comunidades e interactuar con sus amigos
y entonces, al ir perdiendo interés, al ir valorando negativamente las
ciencias y las tecnologías, se van acercando los fundamentalismos, se
van acercando los dogmatismos, van constituyendo sectas y van aumentando
el contingente marginado de nuestra sociedad.
Es cierto que tenemos que luchar contra
la imagen neutra de la ciencia. Es cierto que la neutralidad puede
interpretarse como sometimiento a intereses particulares. Es cierto que
esto puede provocar desbalances, desequilibrios en el medio ambiente, en
el entorno de las personas y en ellas mismas. Pero es cierto, también,
que difícilmente hubiéramos descubierto el agujero de ozono si no
hubiéramos aplicado conocimientos científicos para analizar el problema.
Las nuevas tecnologías son agresivas. Las
nuevas tecnologías son destructoras, pero las nuevas tecnologías, por
ejemplo, en el ámbito de la computación, reducen notablemente el gasto
de energía y reducen considerablemente el impacto de las acciones
humanas sobre el medio ambiente. Y este es nada más que un ejemplo de
los muchos, de los muchísimos que puedan ustedes agregar para destacar
el valor social de la ciencia.
Además a mí me parece que hay que
insistir bastante en que son sólo científicos y tecnológicos los
problemas que provocan deterioro en el medio ambiente y en las
sociedades. ¿No tiene que ver con ello el consumismo? ¿No tiene que ver
con ello el modelo de desarrollo que estamos construyendo? Me parece que
tenemos que preguntarnos en qué mundo queremos vivir, qué mundo queremos
dejar a nuestros descendientes y también, cómo debemos comportarnos en
tanto consumidores y que esto también tiene impactos deletéreos.
Creo que en la enseñanza de las ciencias
debe propenderse a la atención de los problemas del futuro. Los
organismos de las Naciones Unidas a partir de conferencias
internacionales, de encuentros, de reuniones múltiples, han hecho
llamamientos -que aún persisten- para que los educadores de todas las
materias y de todos los niveles contribuyamos a que los ciudadanos y
ciudadanas adquieran una correcta percepción de los problemas y desafíos
a lo que se enfrenta la vida en nuestro planeta.
Hasta la segunda mitad del siglo XX
nuestro planeta parecía inmenso, prácticamente sin límites y los efectos
de las actividades humanas quedaban compartimentados.
Pero esos compartimientos se están
rompiendo, se están diluyendo, se están disolviendo y el efecto
invernadero, la destrucción de la capa de ozono, la lluvia ácida,
etcétera, han adquirido un carácter global que está convirtiendo la
situación del mundo en centro de preocupación. El programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo y una organización como World Watch
nos están proporcionando, día a día, una visión bastante sombría pero
que yo creo que está bien fundada, del estado del mundo, en la
conferencia de Río que culminó en la adopción de la Agenda XXI. Se
reclamó explícitamente a todos los educadores, cualquiera fuera su campo
específico de trabajo, que contribuyeran a hacer posible la
participación ciudadana en la búsqueda de soluciones a estos problemas.
A pesar de tantos llamamientos, a pesar de tantas resoluciones, a pesar
de tantas agendas, la atención que se le presta desde los sistemas
educativos a los problemas del mundo sigue siendo escasa si la medimos
por la investigación en didáctica de las ciencia y si las medimos por la
formación de los docentes en la enseñanza de las ciencias.
Una serie de autores se ha puesto de
acuerdo para presentar un panorama resumido en cuatro puntos, que creo
que es la enseñanza de la ciencia debe abordar. Primero, poner fin a un
crecimiento agresivo con el medio ambiente. Segundo, considerar las
causas del crecimiento no sostenible. Tercero, adoptar medidas positivas
en los ámbitos tecnológico, educativo y político que apunten a poner fin
a los actuales problemas y a sentar las bases de un desarrollo
verdaderamente sostenible. Y cuarto –y me parece esto particularmente
importante y la ANEP lo tomó así- universalizar y ampliar los derechos
humanos porque es a través de la universalización, la ampliación y el
ejercicio permanente de todos los derechos humanos, de todas las
generaciones presentes y las que vendrán, que esto podrá entre todos
llevarse adelante.
Los problemas ambientales y de desarrollo
no son debidos exclusivamente a factores físicos e ideológicos -decía
Daniela Tillbury, y yo creo que con mucha precisión- que hay que
comprender además, y sobre todo, el papel jugado por los factores
estéticos, sociales, económicos, políticos, históricos y culturales en
el agravamiento de estos problemas que en general son atribuidos a la
ciencia y a la tecnología solamente.
La educación científica no formal puede
ayudarnos y de hecho creo que nos está ayudando. Ha habido una corriente
orientada a abrir la escuela hacia el exterior, a organizar visitas a
museos, a exposiciones temporales, centros en los que se ofrecen
prácticas científicas, centros de investigación y nosotros en este
momento estamos en la semana en la cual esta apertura se está
concretando y es muy valioso lo que se está haciendo.
Está participando también, a su manera,
la televisión y también a su manera el cine. Ahora: me parece que
desgraciadamente las imágenes que se usan tanto en las exposiciones, en
los museos, en la televisión y en el cine no aportan mucho a la
alfabetización de las sociedades. Me parece que algo pasa que hay que
detectar y modificar. El papel de la educación no formal debiera
dedicarse, a mi juicio, o destinarse a despertar interés por la ciencia.
Por ahora, eso no está pasando.
De todos modos, creo que hay que insistir
en los dos ámbitos educativos: el ámbito formal y el ámbito informal y
creo que apuntan ya a esfuerzos de interacción entre la sociedad y sus
museos como el del Parque de L’Adilette, en París, cuando organizó el
jardín planetario bajo la consigna de reconciliar al hombre y la
naturaleza. Hay por allí un sendero a recorrer.
Quiero finalizar, porque ya he usado
bastante el tiempo de ustedes, pero antes de hacerlo quiero señalar que
a mi juicio es importante vincular la dimensión Ciencia, Tecnología y
Sociedad con la historia de la ciencia. De la historia creo que se
pueden extraer los problemas más significativos y poner al alumnado en
situación de abordarlos, mostrar la existencia de grandes crisis en el
desarrollo de las ciencias, resaltar el carácter hipotético, tentativo
de la ciencia y las imitaciones de las teorías, los problemas de
frontera y los pendientes de solución.
Presentando a los alumnos, maestros que
tenemos enfrente, porque estamos en un proceso de enseñanza -
aprendizaje y cada vez los niños y los jóvenes tienen más para
enseñarnos a nosotros, mostrándoles a ellos y a nosotros la aventura de
la creación científica, que si es presentada como aventura despierta el
interés y si despierta el interés pasa a ser de los otros, que es lo que
a mi juicio me parece más importante: que el conocimiento de la ciencia
y la tecnología no sea tanto de los docentes, como los otros; que no sea
tanto y solamente de los científicos como de los otros. Así
contribuiremos a formar ciudadanía democrática y responsable. Así lo
pienso yo.
Les deseo mucho éxito, deseo que trabajen
de la manera más cómoda posible y si no lo hacen que nos avisen para que
tratemos de corregir la situación. Que este seminario se transforme en
una aventura. |