14/06/06


BONOMI EXPUSO ANTE LA OIT POLÍTICA DEL GOBIERNO URUGUAYO
"Hace un año apostamos al diálogo social para emprender otra forma de distribución; ahora seguiremos apostando al diálogo social para emprender el desarrollo productivo y social de nuestro país", dijo en Ginebra el Ministro Bonomi durante su intervención en la Conferencia Anual de la OIT, donde exhibió los logros alcanzados por el actual gobierno.

En este sentido, el titular de Trabajo y Seguridad Social explicó que "el año pasado afirmábamos que, a tres meses de haber asumido el gobierno, ya habíamos convocado a la Negociación Colectiva de los empleados públicos, a los Consejos de Salarios, tripartitos, de la actividad privada y, por primera vez en la historia del Uruguay, los Consejos de Salarios de los trabajadores rurales".

Al respecto, agregó que en los primeros seis meses se produjo un aumento del salario real promedio del 4,7 por ciento, y en los meses que están corriendo durante el 2006 se está produciendo otro aumento que no será menor al 3 por ciento.

Bonomi señaló que estos aumentos del salario real promedio se verificaron como consecuencia de haber alcanzado 176 convenios sectoriales, en la totalidad de las ramas laborales. De estos convenios, 164 se celebraron por consenso, y solamente en 12 hubo que votar para alcanzar una mayoría que hicieran posible los acuerdos.

Recordó que desde el primer momento "convocamos a la negociación colectiva y al diálogo social tripartito como una condición necesaria para encarar una nueva forma de distribución, agregando que se trata como una forma de subrayar que, si hay crecimiento económico, este no lleva por sí solo a una mejora de la distribución, sino que requiere que se acompañe, expresamente, por políticas redistributivas, entendiendo por ellas a aquellas políticas que llevan al aumento del empleo y al aumento de los salarios, especialmente los más sumergidos.

"Pero también convocamos al diálogo social tripartito como condición necesaria para emprender el desarrollo productivo y social de nuestro país: el crecimiento con aumento del trabajo nacional y aumento del ingreso de las familias uruguayas",dijo.

PALABRAS DEL MINISTRO DE TRABAJO Y SEGURIDAD SOCIAL, EDUARDO BONOMI, EN LA CONFERENCIA ANUAL DE LA OIT EN GINEBRA

MINISTRO BONOMI: Señor Presidente, Señor Director General, Señoras ministras y señores ministros, Señores delegados y señoras delegadas:

Yo querría, en esta intervención, relacionar los temas de nuestra agenda con los procesos que estamos llevando adelante en Uruguay.

El año pasado afirmábamos que, a tres meses de haber asumido el gobierno, ya habíamos convocado a la Negociación Colectiva de los empleados públicos, a los Consejos de Salarios, tripartitos, de la actividad privada y, por primera vez en la historia del Uruguay, los Consejos de Salarios de los trabajadores rurales.

En los primeros 6 meses se produjo un aumento del salario real promedio del 4,7 por ciento, y en los meses que están corriendo se está produciendo otro aumento que no será menor al 3 por ciento.

Estos aumentos del salario real promedio se verificaron como consecuencia de haber alcanzado 176 convenios sectoriales, en la totalidad de las ramas laborales. De estos convenios, 164 se celebraron por consenso, y solamente en 12 hubo que votar para alcanzar una mayoría que hicieran posible los acuerdos.

Mientras funcionaban los Consejos de Salarios, se debatió y se aprobó una Ley de Fueros Sindicales, en la que se estableció la posibilidad de reinstalar en su lugar de trabajo a los despedidos por razones sindicales. Esta reinstalación tiene que ser resuelta por la vía judicial, y se prevé una vía rápida, para los dirigentes de primera línea, y una vía más lenta para el conjunto de los afiliados a los sindicatos. Pero en ambos casos, de producirse la reinstalación, tendrán que pagarse los salarios caídos mientras se solventaba el juicio laboral.

Durante la discusión de esta ley hubo un debate entre empleadores, trabajadores y gobierno, entre oposición política y legisladores del gobierno.

En medio de la discusión, como forma de apoyar los argumentos en contra de la aprobación, se sostenía que los fueros -extendidos a todos los militantes sindicales- iban a ser causa de un aumento del desempleo aun mayor del que existía en ese momento: 12, 9 por ciento.

A 6 ó 7 meses, el desempleo bajó al 12 por ciento, y el mayor aumento del empleo, en la actividad privada, se produjo en las ramas de trabajo en que hubo mayor aumento salarial. Ello no quiere decir que aumento de salarios y disminución del desempleo tengan una relación vinculante. Pero sí quiere decir que ni la aprobación de los fueros ni el aumento del salario obstaculizaron el aumento del empleo.

El aumento del empleo, el empleo decente, no puede estar vinculado a la rebaja salarial, al deterioro de las condiciones laborales ni a dejar de lado los derechos y las libertades sindicales.

En segundo lugar, querría establecer que desde el primer momento convocamos a la negociación colectiva y al diálogo social tripartito como una condición necesaria para encarar una nueva forma de distribución. Como una forma de subrayar que, si hay crecimiento económico, este no lleva por sí solo a una mejora de la distribución. Requiere que se acompañe, expresamente, por políticas redistributivas, entendiendo por ellas a aquellas políticas que llevan al aumento del empleo y al aumento de los salarios, especialmente los más sumergidos.

Pero también convocamos al diálogo social tripartito como condición necesaria para emprender el desarrollo productivo y social de nuestro país: el crecimiento con aumento del trabajo nacional y aumento del ingreso de las familias uruguayas.

Entendemos el tripartismo como una forma de encausar las contradicciones laborales y sociales. Ni el gobierno progresista ni el tripartismo garantizan ausencias de conflictos: sólo pueden ayudar a establecer nuevas formas de resolverlos. La negociación, en ese marco, no es idílica ni demasiado cómoda, pero a la larga es la mejor forma de darle a la contradicción y el conflicto un cauce positivo y en línea con el desarrollo productivo del país.

Hace pocos meses, nuestro gobierno presentó ante empresarios y trabajadores, cooperativistas y microempresarios, un plan de desarrollo productivo y social del Uruguay. Lo llamamos Uruguay Productivo y, luego de la presentación, se le encomendó al Ministerio de Economía y Finanzas y el Ministerio de Trabajo, juntos, la convocatoria al Compromiso Nacional por el Empleo, los Ingresos y las Responsabilidades, integrado por distintos sectores sociales de nuestro país, junto a las Universidades pública y privadas, a los efectos de discutir el plan y rehacerlo de acuerdo a las iniciativas y propuestas presentadas por los trabajadores y los empresarios.

Al MTSS se le encomendó elaborar propuestas tendientes a:

1- recuperación de activos ociosos

2- fortalecer las relaciones de trabajo y mejorar la calidad del empleo

3- desarrollar la formación y capacitación para el trabajo

El Uruguay productivo se apoya en la idea de que crecimiento tiene que ser acompañado, desde el principio y al mismo tiempo, por políticas redistributivas que vinculen la producción con el desarrollo del empleo, la industrialización con la calidad del trabajo, el aumento del empleo con la formalización del mismo.

En 2004, último año del gobierno anterior, en Uruguay hubo un crecimiento del PBI del 12, 3 por ciento. Tuvo la virtud de evitar que, en cinco años, el PBI cayera a menos de la mitad. En efecto: en el año 2000, el PBI estaba en 23 mil millones de dólares, aproximadamente; en 2004, a pesar del crecimiento mencionado, el PBI cayó a 12 mil 500 millones.

En esas condiciones, con una deuda externa que era el 110 por ciento del PBI, nos tocó gobernar.

El crecimiento de 2004 fue acompañado por un crecimiento del empleo en la actividad privada del 6,5 por ciento. Cada punto de PBI significó un crecimiento del empleo de 0, 52 por ciento.

En 2005, primer año de nuestro gobierno, el PBI creció 6, 6 por ciento, y el empleo, en la actividad privada, 5, 5 por ciento. Cada punto de PBI, acompañado de otras medidas distributivas, produjo un 0,83 por ciento de crecimiento del empleo.

En un país con 3 millones de habitantes y una población económicamente activa de alrededor de 1 millon 300 mil personas, la afiliación a la Seguridad Social, en un año, fue superior a 160 mil personas, alcanzándose 1 millon 130 mil afiliados a la seguridad social.

Lo tenemos que entender como un aumento de la formalidad del trabajo: un aumento del trabajo decente.

El empleo sólo creció algo más del 2 por ciento. Pero la afiliación a la seguridad social, la formalización del trabajo, mejoró más del 13 por ciento.

Para terminar, quiero decir que nosotros vamos a seguir trabajando para el desarrollo productivo y social de nuestro país, vamos a seguir usando el instrumento democrático que significa el diálogo social, la negociación colectiva y la ampliación de la participación de distintos sectores sociales de nuestro país. Pero no quiero dejar pasar esta ocasión sin presentar una de las dificultades que tenemos, y que creo que deben tener los países que soportaron la crisis de principios del año 2000. Esa crisis que significó el cierre de empresas industriales y comerciales, el abandono de la tierra y la pérdida de innumerables puestos y fuentes de trabajo.

La crisis dejó sus secuelas y hoy, para tratar de comenzar el desarrollo productivo, nos encontramos que, de acuerdo a las normas de Basilea 2, instrumentadas por nuestro Banco Central, la mayor parte de los que tienen planes y propuestas adecuadas para el crecimiento y el desarrollo –empresarios, cooperativistas, microempresarios y productores agropecuarios- no son considerados sujetos de crédito y no acceden a la financiación necesaria para producir y crear trabajo nacional.

Hoy se considera que las políticas económicas impulsadas, sugeridas o recomendadas por distintos organismos internacionales no fueron adecuadas. Fracasó la teoría del derrame y ahora se recomienda otra cosa. Pero los organismos que pautan la actividad financiera establecen criterios que dejan sin asunto a los que padecieron la crisis provocada por las políticas económicas que se llevaron adelante.

Finalmente, hace un año apostamos al diálogo social para emprender otra forma de distribución. Ahora vamos a seguir apostando al diálogo social para emprender el desarrollo productivo y social de nuestro país.

Muchas gracias.

© 2006 PRESIDENCIA - República Oriental del Uruguay | Derechos Reservados