HACIA LA NECESARIA TRANSFORMACIÓN EN LA FUNCIÓN
PÚBLICA
Tras destacar los esfuerzos de los países en la
búsqueda de rescatar la legitimidad política a veces ausentes en los
procesos de transformaciones llamados Reformas del Estado, el
Subdirector de la ONSC, Ruocco, afirmó que “ve el irrumpir de fuerzas
renovadas que demandan las propias sociedades, que intiman acelerar los
procesos de cambios”.
Este martes 20, el Subdirector de la Oficina Nacional
del Servicio Civil, Humberto Ruocco, conjuntamente con el Asesor de
dicha Oficina, Ramón Firme, explicaron a la prensa los objetivos de la
realización de la VIII Conferencia Iberoamericana de Ministros de
Administración Pública y Reforma del Estado, que tendrá lugar los días
jueves 22 y viernes 23 en el Radisson Hotel.
“Esta es parte de las Conferencias que es
preparatoria de la Cumbre de Jefes de Estado de Iberoamérica que se
realizará en noviembre”, explicó Firme, agregando que la organización
está a cargo del “Centro Latinoamericano de Administración para el
Desarrollo, CLAD, conjuntamente con la Oficina Nacional de Servicio
Civil, miembro fundador del CLAD, y que hasta el momento se ha
confirmado la participación de 16 países”.
Por su parte, Ruocco señaló que “es un hecho bien
trascendente pues en la reunión se tratarán temas que abordan un gran
capítulo “la transformación del Estado” y señaló que “Enrique Iglesias
ha dicho que la Reforma del Estado es una de las reformas pendientes que
existen en América Latina”.
Los temas según el jerarca son: la cooperación
internacional para la Reforma del Estado y la Administración Pública,
el Código Iberoamericano del Buen Gobierno, la posibilidad de formar una
Escuela Iberoamericana de Administración y Políticas Públicas y estas
temáticas culminarán en la redacción de un documento que llamarían de
“consenso Montevideo“, según Ruocco, este documento “sería un aporte en
sí mismo y un insumo para la reunión de los Jefes de Estado que se
realizará en la XVI Cumbre en el mes de noviembre”.
En ese sentido, el jerarca manifestó que “se ve el
irrumpir de fuerzas renovadas que demandan las propias sociedades, que
intiman acelerar los procesos de cambios y las capacidades de los
gobernantes para sintetizar las elaboraciones teóricas que de esos
procesos vayan surgiendo”.
El compromiso asumido por los países es, según Ruocco,
“adaptar a nuestras cambiantes administraciones la Carta Iberoamericana
de la Función Pública”, agregando que “el modelo que despreció a las
fuerzas vivas y productivas del país se ha agotado”, por lo cual señaló
vivamente que “se ha expresado en el propio Estado que cuanto menos
profesional más clientelístico, cuanto menos desarrollo más desprecio
al conocimiento, cuanto menos cooperación técnica más improvisación,
cuanto menos relaciones internacionales más modas y usos de recetas
acríticas, cuanto menos ciencia más simplificación”.
“La política de aislamiento internacional era
funcional a lo que se vivía fronteras adentro y todas las acciones
dirigidas hacia la ruptura del aislamiento son parte del cambio”, señaló
Ruocco.
“Debemos superar la crisis interna que tuvo como una
expresión más este aislamiento y en la pérdida de las relaciones
internacionales, entre otras, la de la cooperación técnica y el
intercambio enriquecedor; una crisis caracterizada por los crecientes
niveles de incompetencia para administrar el Estado”, enfatizó el
jerarca, añadiendo que “la crisis del Estado responde al interés por
dejar librada a la sociedad a la lucha de intereses, debilitando todo
entramado que pueda construir el respeto de las relaciones y valores
democráticos”.
Ruocco señaló que “fueron tendencias que afectaron a
nivel regional, fueron tendencias para que toda una región cambie su
sentido histórico y comience un proceso de involución; la destrucción
del Estado y su Administración Pública, desde el punto de vista
democrática no es un asunto menor y de esta situación se deslizan
peligrosamente por el camino de una destrucción de estructuras y
comportamientos democráticos”
En muchos casos se está en presencia de un “indicador
poderoso que es la corrupción, la ruptura de normas éticas y la
descomposición moral”, indicó.
“La profesionalización de la función pública y los
servicios por sí misma, aislada de su contexto, no es una panacea, pero
es sin duda un elemento vital en la construcción de relaciones
democráticas entre el Estado y la sociedad” manifestó Ruocco, por lo que
“no se construye nada sin memoria y ésta muchas veces muestra a quienes
saben ver elementos del pasado, que están prontos a sostener estructuras
y comportamientos hacia el futuro”.
Más adelante, remarcó los objetivos de la acción
internacional de la Oficina Nacional del Servicio Civil señalando que la
misma es parte integrante -“una modesta parte”, dijo- de la política
internacional de nuestro país.
Ruocco concluyó recordando que “bregaremos por los
siguientes objetivos: apoyar en todos los ámbitos el desarrollo de la
cooperación técnica armónica en forma bilateral y multilateral en donde
la investigación científica y su comunicación se desarrolle en beneficio
de las administraciones públicas, acrecentar nuestra participación en el
CLAD y en todas las instancias de intercambio científico técnico de la
comunidad iberoamericana, recibir una cooperación que nos permita
obtener una masa crítica para nuestras tareas de investigación y
elaboración de metodologías y tecnologías de gestión, difundir la
producción científica-técnica propia de los países amigos y de los
especialistas internacionales”
DECLARACIONES A LA PRENSA DEL SUBDIRECTOR DE LA
OFICINA NACIONAL DEL SERVICIO CIVIL, HUMBERTO RUOCCO
PERIODISTA: ¿Cómo se prepara esta conferencia de
ministros?
RUOCCO: Bueno, en primer lugar sería bueno situarla
en el tiempo; o sea, esta conferencia va a ser el día 22 y 23. Es la
octava Conferencia de Ministros, es decir, esto tiene una historia y en
realidad es importante que vengan los ministros vinculados a la
Administración Pública y a la reforma del Estado, lo cual ya de por sí
habla de cuál es la temática que vamos a abordar.
Como es un tema muy amplio, lógicamente, se genera un
Orden del Día donde se va a hablar sobre los temas vinculados con la
cooperación internacional, con la posible formación de una escuela
iberoamericana; algunos aspectos vinculados con la ética en la función
pública; y todos son, yo diría, capítulos de lo que puede llamarse la
transformación del Estado.
Nosotros tenemos un acuerdo que viene de lejos que es
la llamada Carta Iberoamericana para la Función Pública, donde estamos
ahora tratando de profundizar en cada uno de los capítulos y sobre todo
tratando de aportar y desagregar -diríamos- lo que fue ese documento tan
importante.
En cuanto a nuestro país, es un doble desafío porque
nosotros estamos en una etapa histórica de romper el aislamiento
auto-impuesto durante muchos años.
Nosotros estuvimos en la 10ma. Conferencia del CLAEH
en el año 2005, donde fuimos a plantear precisamente nuestra necesidad
de reintegrarnos a la comunidad internacional en este sentido, porque el
autismo no es un buen consejero y nosotros lo que pretendemos
precisamente es aprender de los otros y modestamente tratar de aportar
lo que la Oficina Nacional de Servicio Civil puede hacer en el ámbito
internacional.
PERIODISTA: ¿Qué habría que copiar de otras
administraciones públicas de la región, por ejemplo?
RUOCCO: Y creo que copiar, exactamente, no se puede
copiar nada ni siquiera dentro del país. Yo creo que hay sacar la
experiencias, analizarlas y ver cómo se puede dialogar. Por ejemplo, yo
podría decirles: nosotros podríamos hacer cualquier transformación
dentro de un tubo de ensayo. Bueno, en el Uruguay hemos optado por otro
camino, por ejemplo. Estamos actuando otra vez de la negociación
colectiva y el dialogo social. No nos sentamos a discutir con los
trabajadores los problemas vinculados con el salario solamente. Hablamos
de la carrera funcional y hablamos de la eficiencia del Estado. Es
importante para que exista una relación de la sociedad con el Estado,
que no haya temas tabú ni coartados.
Cuando vamos a estas conferencias, lógicamente
tenemos la apetencia siempre de saber cómo han avanzado nuestros
hermanos para poder aprender de sus experiencias y no tener que
transitar caminos que no deseamos. Con ello podemos evitarnos algunos
dolores. Lógicamente tendremos que pasarlo por el tamiz de lo que es la
experiencia uruguaya, como los otros países tienen la obligación de
hacer exactamente lo mismo.
Pero vuelvo a decir, partimos de una base firme que
ha sido esta Carta Iberoamericana donde, yo diría, si el rasgo
diferenciador es que realmente una Carta que pone en el centro la
profesionalización de la función pública, la méritocracia y la
democratización de la relación entre el Estado y la sociedad.
PERIODISTA: Usted hablaba de eficiencia del
Estado, precisamente, ¿hay alguna mejora en ese sentido?
RUOCCO: Bueno, lo que yo puedo hablar son de las
tendencias. Cada cual puede traer un ejemplo de lo que no se mejoró
según la experiencia personal que tenga.
Pero a mi me parece que las tendencias son positivas
en el sentido de que si los trabajadores están asumiendo una mayor
profesionalidad, esa profesionalidad en sí misma no vale nada si no es
para servir a la ciudadanía. Somos servidores públicos, entonces, esa
profesionalidad está vinculada tendencialmente al mejoramiento de esa
eficiencia.
PERIODISTA: ¿Se cambió la visión del oficinista
que no atiende los teléfonos, que no atiende enseguida al público? ¿Eso
lo logró?
RUOCCO: Yo creo que hacer una generalización de esto
sería un poco presumido, ¿no? Pero, naturalmente, que a veces uno ve con
regocijo, digo, porque cuando nosotros ingresamos a la función pública,
desde los cargos de Dirección, ustedes comprenderán que no modificamos
al funcionario que tiene 20, 30 años trabajando en la función. Lo que
tenemos que hacer es incorporar al funcionario al nuevo proyecto.
Entonces, esa es una tarea cotidiana. No es un ucase,
ni una orden. Eso es una continuidad, y sobre todo puede funcionar si
detrás de esa continuidad que uno pretende hay un proyecto que la
conduce; no funciona con una orden cotidiana, funciona con un proyecto
que todo el mundo conozca.
Ustedes saben que en la vida de cualquiera de
nosotros, si tenemos un principio orientador de nuestra acción, es con
seguridad mucho más difícil que nos equivoquemos. Si todos los días
estamos viendo lo que vamos a hacer porque no nos acordamos lo que
hicimos ayer, quizás tampoco vamos a saber lo que hagamos mañana.
PERIODISTA: Claro, pero en una institución privada
cuando un funcionario no acata estas ordenanzas se le destituye, se le
despide. En la función pública es prácticamente inamovible. Esto
continúa.
RUOCCO: Yo diría que hay un ensañamiento con ese
tema, porque nosotros no empezamos por la parte punitiva, nosotros
empezamos por la parte educativa. Es muy fácil empezar por otra parte
punitiva y muy poco conducente también. Nosotros tenemos que hacer las
cosas con los que están. También hemos logrado que se generara una
apertura en el ingreso democrático al Estado; o sea, que pretendemos
hacerlo también con gente más joven, que ingrese con todo lo que
significa no solamente el empuje de cualquier joven, sino también con
toda la tecnología o la ciencia que puede traer el hecho generacional de
haberse formado en otro momento histórico.
Pero eso no queremos que sea para que se generen
compartimientos estancos dentro de la administración, sino para que se
generen elementos de coparticipación, de mutuos aprendizajes. Porque
incluso esos jóvenes que vienen con toda esa batería maravillosa de
conocimientos, quizás tengan que aprender un poco otras cuestiones que
son de la cotidianeidad de la función pública y no todas son malas.
Estoy hablando de aprender las buenas, las malas no pretendo enseñarlas.
Y yo creo que muchas veces son esos compañeros más veteranos que están
trabajando en la función, que son los capaces de encaminarlos para que
se pueda generar esa simbiosis positiva y que haga crecer al Estado y a
las personas, que es lo que nos interesa.
PERIODISTA: Gracias, Ruocco. |