El 20 de junio, Día Internacional de los Refugiados, el Ministerio de Relaciones Exteriores reitera la creciente importancia del instituto del refugio a nivel internacional y regional.

En un mundo cada vez más complejo de éxodos, migraciones económicas, tráfico de personas y conflictos, la definición y la asistencia a quien realmente califica como refugiado, se hace cada vez más compleja.

De acuerdo con la Convención de Ginebra sobre el Estatuto de los Refugiados, un refugiado es una persona que "debido a fundados temores de ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un determinado grupo social u opiniones políticas, se encuentre fuera del país de su nacionalidad y no pueda o, a causa de dichos temores, no quiera acogerse a la protección de su país; o que careciendo de nacionalidad y hallándose a consecuencia de tales acontecimientos fuera del país, donde antes tuviera su residencia habitual, no pueda o, a causa de dichos temores no quiera regresar a él".

En dolorosos tiempos pasados, ante la falta de garantías democráticas, el refugio fue una figura con la que muchos uruguayos pudieron resguardar su vida e integridad.

En el contexto latinoamericano, el Plan de Acción de México, adoptado en diciembre de 2004 por 20 Gobiernos de la región, es una iniciativa innovadora para la región de América Latina, mediante la cual se busca brindar protección a refugiados y desplazados internos que lamentablemente siguen existiendo en nuestro continente.

La actual Administración, en el marco de la prioridad asignada a la temática de los Derechos Humanos, ha asumido un firme compromiso en pos de la causa de los refugiados, acompañando enérgicamente el proceso de adopción de una Ley nacional de refugio y especialmente, instalando una unidad en el seno de la Cancillería para el estudio y la tramitación de los casos de solicitud de refugio en el país. En este sentido se ha venido trabajando en estrecha coordinación con el Ministerio del Interior y con el Servicio Ecuménico para la Dignidad Humana, agencia implementadora del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados en Uruguay (ACNUR).

Asimismo, en contactos con la sede regional del ACNUR, se ha concordado en la necesidad de reforzar el apoyo que el país recibe de esa sede a fin de lograr la institucionalización de la temática refugio en la Administración Pública, y lograr así la mejor y mayor atención a las personas que llegan a nuestro país en busca de protección.