Casi 10 toneladas de gamexán viajan rumbo a Francia, para su destrucción, en una misión del Gobierno para poner fin al peligro de contaminación que generaba el peligroso insecticida abandonado durante 30 años en el Ministerio de Salud Pública.

El gamexán, es un insecticida clorado cuyo uso está actualmente prohibido, y había sido donado a Uruguay por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en la década de 1940 para el control de la plaga de langostas.

En 1977, importantes partidas de este agrotóxico son derivadas del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca al de Salud Pública (en principio, para el control de insectos), y fueron depositados en dependencias de la División Abastecimientos, en la calle Evaristo Ciganda.

En la década de 1990 se redescubrió la existencia de unas cuatro toneladas de este producto en Abastecimientos, y otro tanto en un galpón abandonado en los fondos del predio del Hospital Piñeyro del Campo, en malas condiciones de almacenamiento.

Ante una consulta específica, la Organización Panamericana de la Salud recomendó la incineración del gamexán, pero en el país no existían hornos capaces de completar este procedimiento.

En 1995, cuando el expediente de las partidas de este agrotóxico ya cumplía media década y el problema seguía sin cambiar, las autoridades resolvieron intentar desactivar el producto con soda. El resultado no fue el esperado y el tratamiento, parcial, no logró sino que deteriorar aún más las condiciones de acopio.

Pocos meses después de instalada la actual Administración, ésta tomó conocimiento del tema y comenzó a buscar la manera de resolverlo definitivamente.

Con el apoyo de la Cámara de Productos Agroquímicos se elaboró un proyecto a realizarse en varias etapas, con la participación de asesores internacionales y empresas dedicadas a este tipo de operativos, con amplias medidas de seguridad, el que finalmente culminó exitosamente el pasado sábado, con el embarque de estas casi diez toneladas de gamexán que, junto con otros productos fitosanitarios obsoletos reunidos dentro del mismo proyecto, serán destruidos definitivamente en Francia, en forma ambientalmente responsable y en instalaciones apropiadas para la eliminación de este tipo de productos.