DECLARACIÓN DE LA VI CUMBRE IBEROAMERICANA DE
RECTORES DE UNIVERSIDADES PÚBLICAS
Se pone a disposición el documento aprobado el
pasado viernes 7 de julio tras la VI Cumbre Iberoamericana de Rectores
de Universidades Públicas realizada en Montevideo.
1. El escenario social y político en América Latina y
El Caribe.
Los países de América Latina y el Caribe enfrentan
uno de los retos más difíciles de su trayectoria histórica: elaborar los
fundamentos para su presencia en el contexto global, renovando el
sentido de la democracia y la justicia social para generar sociedades
capaces de alcanzar los beneficios de las llamadas sociedades del
conocimiento.
No obstante, el panorama social del continente es
sumamente crítico, pleno de antagonismos y contradicciones. Se trata de
la zona con más desigualdades del planeta, la de más polarizada
distribución de la riqueza y dramáticamente distante del logro del
bienestar colectivo.
Las políticas económicas aplicadas en los últimos
años no han resuelto el déficit estructural de equidad, profundizando
los fenómenos de malestar cultural, multiplicando los requerimientos
sociales insatisfechos, hasta el punto de provocar, en muchos países,
desconfianza en los atributos de la democracia y descreimiento en la
legitimidad de sus instituciones.
En las circunstancias presentes, donde muchas
realidades nacionales muestran la emergencia de nuevos proyectos
gubernamentales sensibles al cambio y a la superación de las
desigualdades, las sociedades esperan una nueva generación de políticas
públicas solidarias, eficientes e integrales, que aseguren el trabajo,
la salud, la vivienda, la protección social, la educación.
2. El contexto mundial.
Las condiciones de la globalización están
determinadas por las relaciones internacionales asimétricas en el manejo
de los bienes materiales e intelectuales disponibles y de los recursos
de poder, estableciendo una profunda brecha en las posibilidades de
desarrollo en esta parte del mundo.
Es imperativo respaldar iniciativas responsables y
viables para configurar soluciones a los problemas que se derivan de la
necesidad de instalar un orden internacional más solidario y de
contenido democrático, definiendo estrategias que permitan a los países
iberoamericanos encarar un desarrollo verdaderamente sustentable.
3. La función de las Universidades públicas.
La educación superior pública debe ser uno de los
instrumentos principales para alcanzar el desarrollo económico y social,
y asegurar la igualdad de oportunidades que las constituciones consagran
como un principio fundamental. Es indudable que el porvenir de los
países depende cada vez más de la existencia de sistemas universitarios
en condiciones de producir, aplicar, recrear y divulgar conocimientos
científicos y tecnológicos de calidad.
Asimismo, las Ciencias Sociales y Humanas, de
tradicional desarrollo en nuestras universidades, resultan un saber
fundamental, a la hora de interpretar y proyectar críticamente los
cambios de época.
Sin el mejoramiento de las capacidades de sus
poblaciones, los países de la región se mantendrán lejos de la
organización de las sociedades actuales más avanzadas, no podrán acceder
a la nueva etapa civilizatoria en la que el recurso básico para
dinamizar el cambio social y construir el futuro es el conocimiento
disponible y su aplicación como valor agregado a la producción.
De manera análoga a la que caracterizó otras
circunstancias históricas, las Universidades públicas, donde se educan
millones de jóvenes y radica el 80% de la investigación sociológica,
científica y tecnológica de América Latina, están urgidas por mejorar su
función social con el objetivo de responder adecuadamente al notable
incremento de las demandas que se vuelcan sobre ellas.
Lo anterior implica superar el gravoso legado de un
conjunto de recientes políticas gubernamentales que, promoviendo la
satisfacción de finalidades utilitaristas privadas, han minimizado la
responsabilidad estatal en el campo de la educación superior.
También implica el compromiso constructivo en un
debate público de calidad, participativo y plural, el diseño de espacios
más eficaces de diálogo con los gobiernos y los actores sociales,
impulsando nuevos modelos de desarrollo democráticos, sustentables y
equitativos.
4. Una plataforma positiva para el cambio.
La superación académica de la educación superior no
provendrá de la mercantilización del saber y de la expansión lucrativa
del comercio transnacional de servicios educativos, sino del esfuerzo
sostenido por perfeccionar las funciones de las instituciones arraigadas
en contextos históricos, sociales, económicos y culturales específicos.
Para ello, la interacción de las Universidades
públicas iberoamericanas es vital. Resulta imperiosa una real y efectiva
integración regional de nuestras universidades mediante la creación de
proyectos, programas y planes conjuntos.
En 1998 la Conferencia Mundial sobre la Educación
Superior (CMES) convocada por la UNESCO, condensó en una ambiciosa y
positiva plataforma, desde una perspectiva humanista, las opciones de
cambio, suministrando una significativa visión prospectiva para el
diseño e implementación de políticas sectoriales.
En poco tiempo se cumplirá una década de la
realización de la Conferencia Mundial sobre la Educación Superior, y
coincidimos en la necesidad de una convergencia de esfuerzos –hacia el
año 2008- para evaluar la vigencia y proyección a futuro de sus
resoluciones, actualizándolas a través del estudio de las
transformaciones que en los últimos años se han producido en el mundo y
la acumulación de experiencias universitarias en la región
iberoamericana. |