SUPERAR SISTEMA DE OPOSICIONES PARA CONSTRUIR MODELO
DE PAÍS
Tras recordar el sentimiento independentista y
libertario de los orientales en tiempos de la Patria Vieja, el Ministro
Bonomi ratificó la necesidad de unir esfuerzos entre todos para
construir un modelo de país, afirmando que llegó la hora de superar el
sistema de oposiciones en que transcurrió la mayor parte del Siglo XX.
Con la presencia del Presidente de la República,
Tabaré Vázquez, del Vicepresidente Rodolfo Nin Novoa, ministros y
jerarcas del Gobierno, así como de otras altas autoridades civiles y
militares, se llevó a cabo en Florida los actos con motivo del 181
aniversario de la Independencia nacional y con la participación de miles
de compatriotas que le dieron un marco realmente festivo a la jornada.
En la ocasión, el Ministro de Trabajo y Seguridad
Social, Eduardo Bonomi, fue el único orador por parte del Poder
Ejecutivo.
En un pasaje de su alocución, Bonomi afirmó que si
bien el significado acordado por la investigación histórica al 25 de
agosto de 1825 es objeto de discusión, "lo que nadie discute es la
fuerza del sentimiento orientalista en 1811, en 1813, en 1825, en 1830 y
en este presente" y agregando que "la independencia fue, es y será un
proceso; y la voluntad de ser libres y soberanos necesita, a menudo, ser
reafirmada".
Al respecto, añadió que "esa reafirmación es, además,
un acto de independencia y debe complementarse con la elaboración de un
modelo de nación; un proyecto nacional, ese proyecto nacional tenemos
que construirlo hoy los orientales", porque "el que hemos construido,
desde los tiempos que venimos mencionando hasta la fecha actual, se
apoyó en varias visiones contrapuestas".
Bonomi recordó que esas "dos visiones históricas
distintas" se encuentran representadas "en la voluntad democrática de
los blancos, expresada en las Revoluciones de 1897 y 1904, enfrentada a
la sensibilidad social de quienes salieron victoriosos de esas
confrontaciones. Se apoyó en la oposición de la ciudad y el campo, y del
agro y la industria. Se apoyó en los principios fundacionales de la
izquierda, que recogía los conceptos básicos de solidaridad y
cooperación entre iguales que ya estaban implícitos en algunas
formulaciones de Aparicio Saravia y José Batlle y Ordóñez".
Para el Ministro de Trabajo "la mayor parte del siglo
20 transcurrió en medio de esas oposiciones y enfrentamientos", por lo
que "queremos afirmar y reafirmar que ha llegado hoy la hora de superar
ese sistema de oposiciones".
Bonomi sostuvo que "los orientales deberíamos asumir
la responsabilidad histórica de construir nuestro modelo moderno de
Nación, nuestro proyecto de país, uniendo la voluntad democrática a la
sensibilidad social; integrando el campo y la ciudad, el agro y la
industria; recogiendo también los valores fundacionales de la izquierda:
el espíritu más avanzado de solidaridad y cooperación", aunque recordó
que todo proyecto nacional requiere de un apoyo social y político que lo
sustente y que le sirva de base.
En ese sentido, dijo que "el eje social de nuestro
proyecto, el país productivo con justicia social, tiene que estar
compuesto por los trabajadores y los productores rurales, los
industriales y los comerciantes, los intelectuales y los científicos:
tiene que estar compuesto por todos aquellos que son, realmente, los
verdaderos titulares de la producción del país".
Por último recordó que el desarrollo del país
productivo y la creación de trabajo nacional –"el Uruguay productivo
como afirmó el Presidente de todos los orientales, el doctor Tabaré
Vázquez, en Salto, el 31 de marzo pasado"- tiene que transformarse en un
compromiso de gobierno, un proyecto de desarrollo y un modelo de Nación.
"Ese compromiso, ese proyecto y ese modelo necesita
voluntades políticas atrás, mucho más allá de la voluntad del partido de
gobierno", afirmó.
PALABRAS DEL MINISTRO DE TRABAJO Y SEGURIDAD SOCIAL,
EDUARDO BONOMI
MINISTRO BONOMI: Señor Presidente de la República
Oriental del Uruguay, doctor Tabaré Vázquez; Intendente Municipal de
Florida, maestro Juan Giachetto; Presidente de la Asamblea General,
señor Rodolfo Nin Novoa; Presidente de la Cámara de Representantes,
doctor Julio Cardozo; autoridades nacionales y departamentales;
autoridades militares y policiales; señoras y señores:
El presente siempre puede contener muchos futuros
posibles. Ello depende de lo que hagan hombres y mujeres con su tiempo,
en cada momento y en cada lugar, en cada etapa de la historia.
El presente que menciono se puede referir al hoy, a
la actualidad, o se puede referir al presente histórico de todas las
épocas.
Se puede referir, por lo tanto, a las primeras
décadas del Siglo IXX, allá por el 1800.
Significado mítico del 25 de agosto de 1825 es
inequívoco desde hace más de 150 años. Alude a un aspecto clave en la
configuración del sentimiento nacional y aún del relacionamiento con los
países vecinos.
Alude, nada más ni nada menos, que a la voluntad de
una nación en ser libres; en aquel pasado y en este presente.
Alude a nuestra independencia y a nuestra soberanía
actual.
Alude, como lo hace la primera ley votada en la Sala
de Representantes de la Provincia Oriental reunida en Florida el 25 de
agosto de 1825, a la "Provincia Oriental del Río de la Plata, de
hecho y de derecho libre e independiente del Rey de Portugal, del
Emperador de Brasil, y de cualquier otro del Universo, y con amplio y
pleno poder para darse las formas, que en uso, y ejercicio de su
soberanía estime conveniente".
Y alude, también, a la segunda ley votada en la misma
fecha y lugar, que declaró a la "Provincia Oriental del Río de la
Plata unida a las demás de este nombre en el territorio de Sud América,
por ser la libre y espontánea voluntad de los Pueblos que la componen".
Los textos son, o parecen, inequívocos. Pero su
interpretación no lo es, en cuanto que los contextos vuelven inseguras
las interpretaciones.
Al punto que, posteriormente, al inaugurar el Palacio
Legislativo en el centenario de nuestra independencia, hubo que tratar
el tema en el ámbito legislativo y en esa ocasión cada Cámara tomó una
resolución diferente.
Incluso hoy, nuevamente, se propone discutir el tema
en el ámbito legislativo.
Encontrar la verdad histórica puede ser asunto de los
profesionales de la historia; ella no debería decretarse por actos del
Estado.
Las verdades de los gobiernos y los Estados son
políticas, aunque deben poseer cierta verosimilitud, pues si carecen de
ella corren el riesgo de ser absurdas.
La Independencia y el sentimiento nacional fueron
frutos de un proceso. La acción y el pensamiento de la primera
Revolución Oriental, la llamada Patria Vieja, entre 1811 y 1820,
estuvieron fundadas en la posibilidad de mantener la cohesión del
antiguo Virreinato del Río de la Plata bajo formas confederativas, que
garantizaran a cada región, estado o provincia -términos equivalentes en
el sentir de la época- amplia autonomía.
Pero ante la resistencia de Buenos Aires a esa
confederación, la Provincia Oriental se gobernó de hecho
independientemente en el período artiguista, y de ahí germinó y se
desarrolló un sentimiento orientalista que fue el origen del sentir
independentista.
En esa Patria Vieja del Congreso de abril de 1813,
significó históricamente la primera identificación precisa de lo
oriental con los valores de la democracia y las libertades civiles y
políticas, características de la nacionalidad uruguaya que diferencian
nítidamente su historia de otras de la región.
Los orientales comenzaron a sentirse unos y distintos
desde el Éxodo de 1811, y el Congreso de abril definió con nitidez su
perfil democrático y libertario.
Señoras y señores, la fecha del 25 de agosto se
festeja como día de la Independencia desde hace por lo menos 146 años.
Esa tradición está incorporada al sentimiento
nacional y a la propia independencia.
El significado acordado por la investigación
histórica al 25 de agosto de 1825 es objeto de discusión.
Pero lo que nadie discute es la fuerza del
sentimiento orientalista en 1811, en 1813, en 1825, en 1830 y en este
presente.
Señoras y señores, la independencia fue, es y será un
proceso; y la voluntad de ser libres y soberanos necesita, a menudo, ser
reafirmada.
Esa reafirmación es, además, un acto de independencia
y debe complementarse con la elaboración de un modelo de nación; un
proyecto nacional, ese proyecto nacional tenemos que construirlo hoy los
orientales.
El que hemos construido, desde los tiempos que
venimos mencionando hasta la fecha actual, se apoyó en varias visiones
contrapuestas.
Se apoyó en dos visiones históricas distintas; en la
voluntad democrática de los blancos, expresada en las Revoluciones de
1897 y 1904, enfrentada a la sensibilidad social de quienes salieron
victoriosos de esas confrontaciones.
Se apoyó en la oposición de la ciudad y el campo, y
del agro y la industria.
Se apoyó en los principios fundacionales de la
izquierda, que recogía los conceptos básicos de solidaridad y
cooperación entre iguales que ya estaban implícitos en algunas
formulaciones de Aparicio Saravia y José Batlle y Ordóñez.
La mayor parte del siglo 20 transcurrió en medio de
esas oposiciones y enfrentamientos.
Señoras y señores, queremos afirmar y reafirmar que
ha llegado hoy la hora de superar ese sistema de oposiciones.
Los orientales deberíamos asumir la responsabilidad
histórica de construir nuestro modelo moderno de Nación, nuestro
proyecto de país, uniendo la voluntad democrática a la sensibilidad
social; integrando el campo y la ciudad, el agro y la industria;
recogiendo también los valores fundacionales de la izquierda: el
espíritu más avanzado de solidaridad y cooperación.
Si logramos esta realidad para nuestro presente otro
futuro nos espera. Es imprescindible modelar nuestro proyecto de país
-productivo y solidario, integrado a la región y al mundo- sobre la base
de la producción, el trabajo y el esfuerzo nacional.
No puede haber dudas al respecto.
Sin embargo, todo proyecto nacional requiere de un
apoyo social y político que lo sustente y que le sirva de base.
El eje social de nuestro proyecto, el país productivo
con justicia social, tiene que estar compuesto por los trabajadores y
los productores rurales, los industriales y los comerciantes, los
intelectuales y los científicos: tiene que estar compuesto por todos
aquellos que son, realmente, los verdaderos titulares de la producción
del país.
El desarrollo del país productivo y la creación de
trabajo nacional, el Uruguay productivo como afirmó el presidente de
todos los orientales, el doctor Tabaré Vázquez, en Salto, el 31 de marzo
pasado, tiene que transformarse en un compromiso de gobierno, un
proyecto de desarrollo y un modelo de Nación.
Ese compromiso, ese proyecto y ese modelo necesita
voluntades políticas atrás, mucho más allá de la voluntad del partido de
gobierno.
Ese proyecto necesita reeditar la fuerza con que se
logró la Independencia y se forjó la Nación entre 1811 y 1830.
Señoras y señores, recoger hoy la herencia de este
proceso de afirmación de nuestra soberanía y de construcción de nuestro
modelo de nación, tiene que pasar por la reafirmación del compromiso de
participar en la elaboración de este modelo, más allá de la pertenencia
a uno u otro de los partidos políticos que existen en el país.
Si la Patria es el pasado, el presente y el futuro de
los orientales; si la Nación es el país y su pueblo, nosotros queremos
establecer el compromiso de ponernos al frente de los esfuerzos por
defender nuestra soberanía, nuestras riquezas y nuestras empresas; el
fruto del trabajo y la producción de los orientales, nuestro país y
nuestro pueblo. Muchas gracias. |