31/08/06


HACIA UN DESARROLLO INTEGRAL CON PRIORIDAD EN LA GENTE
Tras coincidir en la necesidad de diseñar acciones sociales como parte de la política económica, el Ministro Astori afirmó que "las prioridades hoy del país son salud, educación, infraestructura y seguridad pública; y a ellas están destinadas las más importantes acciones en el campo del Presupuesto, los mayores esfuerzos que desde el punto de vista fiscal está haciendo el país".

Astori agregó que todo esto supone fortalecer a nivel de los consensos sociales la conducción ética y moral acerca de los objetivos de perseguir mayor equidad en la distribución de oportunidades en la sociedad.

Luego de esbozar el panorama que presenta actualmente la economía del país, el titular de Economía y Finanzas, indicó que "estamos caminando hacia la obtención de una tasa de inversión de 20% el próximo año, lo cual es un registro excepcional a la luz de lo que ha sido la historia del Uruguay; con una gran participación de la inversión proveniente del exterior, pero también con buenos registros de la inversión privada nacional y una recuperación de la inversión pública" en la medida que posibilita la realidad nacional.

Tras manifestar su coincidencia con Enrique Iglesias en el sentido de que "hay una larga y heroica evidencia en el mundo acerca de la asociación que existe entre los pobres registros de crecimiento y la profundidad de los problemas sociales que sufre la humanidad", Astori dijo que la sola comparación entre las cifras de la América Latina "y ese gran protagonista de la economía del siglo XXI que es China nos eximen de mayores comentarios".

Al respecto, recordó que en los años `80 América Latina -aproximadamente- creció en promedio 0.7% al año y en los años `90 su crecimiento alcanzó el 1.5% al año en promedio, y no modificó significativamente sus niveles de pobreza y desigualdad, más allá de diferencias entre los países. "Durante esos mismos veinte años China creció a una tasa promedio de 8.5 %, y redujo su pobreza en más de 40%", agregó.

En este sentido, dijo que para él la estrategia de desarrollo debe apoyarse realmente en una combinación de políticas para promover el crecimiento, en primer lugar, y mejorar la calidad de vida de la población, comenzando por una reducción de la pobreza y la desigualdad, sabiendo que la equidad que perseguimos refiere a las oportunidades y que los niveles de igualdad refieren a los resultados.

"Mejorar los resultados en materia de igualdad es un camino bastante sólido hacia la equidad de oportunidades", dijo.

PALABRAS DEL MINISTRO DE ECONOMÍA Y FINANZAS, DANILO ASTORI

MINISTRO ASTORI: Muy buenos días a todos y muchas gracias por la posibilidad de estar participando de esta jornada que valoramos como muy importante.

Mi saludo a todos los integrantes de la Mesa, comenzando por el señor Vicepresidente de la República; el señor Director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto; naturalmente nuestro querido amigo Enrique Iglesias; Roberto García López, cuyo apellido es más fácil de anunciar que el nombre de la Institución que dirige y que nos hizo una presentación muy útil y esclarecedora; y la representación de Naciones Unidas, naturalmente que también nos acompaña aquí.

Yo no sabía lo que iba a decir Enrique, no conocía su ponencia, entonces preparé algunas notas -breves por supuesto, porque así lo está exigiendo la hora- y les puedo asegurar que hay una enorme coincidencia de conceptos y de visiones fundamentales, lo cual no es producto de la casualidad porque ya hace algún tiempo que venimos trabajando juntos. Él recordaba esos orígenes, que yo también tuve la suerte de compartir bajo su liderazgo, y naturalmente beneficiándome personalmente de las enormes oportunidades de formación que aquella formidable experiencia generó para el grupo, de entonces jóvenes, que participábamos en la misma.

Y naturalmente estas coincidencias, en estos breves comentarios, comienzan por destacar precisamente la recuperación del análisis de mediano y largo plazo; estamos hablando y seguramente durante el desarrollo de todas estas jornadas organizadas por la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, se utilizará mucho la expresión "estrategia de desarrollo". Y eso ya revela que estamos recuperando algo que se había deteriorado mucho en las últimas décadas, particularmente en las últimas dos décadas, que es ese concepto, esa visión de pensar algo más allá de la coyuntura que nos apremia, del corto plazo que nos exige.

Por eso, una primera coincidencia precisamente radica en esta recuperación fundamental que nos plantea desde el principio un primer gran desafío, lo mencionaba Rodolfo en sus palabras iniciales y lo destacaron otros integrantes del panel, en particular Carlos Viera también.

Hay un gran desafío que es asumir el concepto de desarrollo integral que todos nos habíamos acostumbrado a usar mucho a partir del pensamiento pionero de la CEPAL, en la América Latina, y que después fuimos abandonando casi por desuso durante buena parte de los últimos años.

Hoy lo estamos recuperando, un concepto en el que no solo no hay fracturas, entre lo que solemos llamar aspectos económicos y aspectos sociales, sino que ambos se potencian e interactúan.

Yo creo que hay una larga y heroica evidencia en el mundo -y Enrique lo mencionaba- acerca de la asociación que existe entre los pobres registros de crecimiento y la profundidad de los problemas sociales que sufre la humanidad; la sola comparación entre las cifras de la América Latina y ese gran protagonista, que también Enrique mencionaba, de la economía del siglo XXI que es China nos eximen de mayores comentarios.

En los años `80 América Latina creció aproximadamente en promedio 0.7% al año y en los años `90 creció 1.5% al año en promedio; y no modificó significativamente sus niveles de pobreza y desigualdad, más allá de diferencias entre los países.

Durante esos mismos veinte años China creció a una tasa promedio de 8.5 %, y redujo su pobreza en más de 40%.

Entonces, la estrategia de desarrollo -ésta que seguramente vamos a mencionar recurrentemente en esta reflexión- debe apoyarse realmente en una combinación de políticas para promover el crecimiento, en primer lugar, y mejorar la calidad de vida de la población, comenzando por una reducción de la pobreza y la desigualdad, sabiendo que la equidad que perseguimos refiere a las oportunidades y que los niveles de igualdad refieren a los resultados.

Mejorar los resultados en materia de igualdad es un camino bastante sólido hacia la equidad de oportunidades.

En particular, no puede haber políticas económicas por un lado y diseños de acciones sociales tendientes a corregir los defectos de la política económica por otro.

José Antonio Ocampo va a presentar en el día de hoy un documento en el que destaca la necesidad de diseñar esas acciones sociales como parte de la política económica, aspecto que comparto absolutamente.

Todo esto supone fortalecer a nivel de los consensos sociales, y lo dijo Enrique y lo comparto totalmente, la conducción ética y moral acerca de los objetivos de perseguir mayor equidad en la distribución de oportunidades en la sociedad.

Hace 17 meses que venimos trabajando en el Uruguay con esta visión, con este concepto, con esta convicción, partiendo de un escenario de recuperación productiva que el país había comenzado antes de que asumiéramos el Gobierno, pero al mismo tiempo con un fuertísimo endeudamiento público y un deterioro social preocupante, desconocido en la historia contemporánea del Uruguay.

Y diseñamos una estrategia que, en mi modesta opinión, no solo toma en cuenta lo activos de partida de que hablaba Enrique hoy, sino que procura -en la medida de los posible- asumir los grandes desafíos que él también planteaba.

Cuatro bases fundamentales tiene esta estrategia. En primer lugar, un fuerte y convencido apoyo a la necesidad de incrementar la inversión productiva en el Uruguay. Verdadero talón de Aquiles histórico de la economía uruguaya, que por largo períodos de tiempo ha ocupado un lugar muy bajo en el ranking latinoamericano en materia de tasa de inversión.

El segundo elemento fundamental de esta estrategia es la estabilidad macro económica, concebida en un sentido amplio como también va a exponer seguramente José Antonio Ocampo durante la jornada de hoy.

En tercer lugar, el fortalecimiento institucional y el desarrollo de capacidades como cambio fundamental de visión de país hacia el futuro y, finalmente, un conjunto de reformas estructurales que desde el punto de vista instrumental están destinadas a proporcionar durabilidad, sostenibilidad y arraigo a los demás elementos componentes de la estrategia.

Impulsar la inversión productiva del país es lo mismo que señalar que el factor fundamental para comenzar a combatir los niveles de pobreza y desigualdad radica en la creación de más y mejor empleo.

Este el es el sentido del impulso a la inversión productiva; impulso que afortunadamente viene siendo coronado por buenos resultados, en un país que está alcanzando registros desconocidos en su historia.

Nosotros, quiero decirles a todos, estamos caminando hacia la obtención de una tasa de inversión de 20% el próximo año, lo cual es un registro excepcional a la luz de lo que ha sido la historia del Uruguay. Con una gran participación de la inversión proveniente del exterior, pero también con buenos registros de la inversión privada nacional y una recuperación de la inversión pública en la medida que posibilita la realidad nacional.

El segundo elemento que mencioné es la estabilidad macroeconómica, concebida en un sentido amplio, lo que significa disciplina monetaria, conducta fiscal rigurosa, a partir de un concepto dinámico.

Nosotros tenemos que asumir una conducta fiscal rigurosa, en primer lugar, obligados por el fortísimo endeudamiento que restringe nuestro margen de maniobra; pero tenemos que ser capaces, en el marco de ese concepto dinámico, de equilibrar esa necesidad con la atención de carencias enormes que tiene el país, particularmente en materia de inversión pública y de generación de capacidades, como decíamos recién.

Los ajustes que estamos haciendo al Presupuesto este año constituyen un indicador claro acerca de la búsqueda de este equilibrio al que yo me refería recién. Y es también un componente fundamental de la estabilidad macroeconómica, el acuerdo que hemos logrado apenas asumimos el Gobierno con los organismos multilaterales de créditos que han sido, son, nuestros principales acreedores en materia de endeudamiento. Con ellos hemos concertado un Programa, que es el Programa del Uruguay, no el Programa de los organismos; es el Programa de Desarrollo y es la estrategia de desarrollo que asumió el Gobierno uruguayo desde marzo del 2005.

El tercer elemento que yo les mencionaba recién como pieza fundamental de nuestra estrategia, alude al fortalecimiento institucional y al desarrollo de capacidades. En primer lugar, para asegurar la profundización de la consolidación democrática en el país, partiendo de los activos que mencionaba Enrique, que no son poca cosa y no podemos subestimar.

Pero decir esto, es decir algo que también decía Rodolfo, que es fortalecer la relación entre política y economía, mencionadas en el orden que ustedes deseen, lo cual es un ingrediente esencial del debate democrático y de la búsqueda de consensos en la sociedad.

El ejemplo de la convocatoria al Compromiso Nacional por Empleo, Ingresos y Responsabilidades es un ejemplo acerca de la intención y de la voluntad de ir precisamente consolidando el funcionamiento democrático del país, fortaleciendo el debate y naturalmente buscando oportunidades y abriendo espacios para la búsqueda de consensos.

Debo mencionar como parte de este fortalecimiento institucional y desarrollo de capacidades, la incorporación de nuevas reglas de juego o recuperación, quizás en buena medida de nuevas reglas de juego en el mercado de trabajo, sobre la base de la negociación colectiva y tripartita.

Los mecanismos trasparentes conocidos y duraderos de promoción productiva, potenciando la especialidad del país a altos niveles de calidad.

El desarrollo del clima de negocios, con fuerte renovación institucional. El apoyo a la regulación independiente y profesional de mercados competitivos. El fortalecimiento del capital social y humano, aspecto absolutamente esencial de la estrategia, comenzado por la atención de la emergencia, de lo urgente, pero sabiendo que la acción social no puede agotarse en la asistencia de corto plazo, sino que tiene que ir a las raíces estructurales de ese diseño, como son las acciones que apuntan a instaurar en el Uruguay un Sistema Nacional Integrado de Salud con el soporte financiero de un Seguro de Salud; la modernización de la educación pública y la profesionalización de la misma y el apoyo a los procesos de creación de conocimiento e innovación, proceso al que apuntan, por ejemplo, la creación del Gabinete de la Innovación en el país; e instrumentos de estímulos económicos como los que contiene el Proyecto de Reforma Tributaria que también valora y jerarquiza esta necesidad, que Enrique comentaba, como un desafío importante entre los que nos planteó.

Finalmente, un conjunto de reformas estructurales; sin ellas, todo lo demás puede llegar a ser efímero; sin ellas no hay arraigo, no hay sostenibilidad, no hay duración a largo plazo, a mediano y a largo plazo, de los restantes componentes de esta estrategia.

Y por eso el Gobierno ha encarado, ha diseñado una serie de reformas que están en proceso, en distintos grados de avance de ese proceso y que yo quiero mencionar, sucintamente por supuesto.

La reforma del sistema financiero, lo que supone cambios muy importantes en nuestra autoridad monetaria, fortaleciendo su institucionalidad y, al mismo tiempo, proporcionándole o permitiéndole acceder a mayores grados de eficiencia en su gestión, mejorando sus relaciones con el resto del sector público y particularmente con el Ministerio de Economía y Finanzas, el Poder Ejecutivo en su conjunto y el Parlamento.

Las transformaciones que estamos haciendo en otro banco público fundamental como el Banco Hipotecario forman parte también de las reformas del sistema financiero; el proyecto de reforma tributaria, procurando mayores niveles de equidad, eficiencia y de estímulo a la inversión productiva; los cambios ya iniciados en la administración tributaria que suponen transformaciones importantes en la Dirección General Impositiva, que ya están en proceso; en la Aduana estamos formulando; en el Banco de Previsión Social, que también ha alcanzado y seguirá alcanzando niveles de mayor eficiencia en su acción; las reformas en las instituciones asociadas al clima de negocios, que también se destacó mucho en la exposición de Enrique.

Y aquí debo mencionar en particular tres iniciativas importantes: uno, es el Proyecto de Defensa de la Competencia, que ya está en un estado relativamente avanzado de tratamiento parlamentario; el proyecto que acabamos de enviar al Parlamento con cambios muy profundos en los procedimientos concursales y el régimen de quiebra en el país, proporcionando sobre todo alternativas a las empresas en dificultades; y la Unidad de Asistencia al Sector Privado que procura simplificar trámites, acortar plazos, reducir los pasos que debe dar todo inversor privado que quiere beneficiarse de los estímulos que tiene en marcha el país.

Hemos instaurado una Unidad de Administración de la Deuda Pública en el Ministerio de Economía y Finanzas, lo cual nos ha permitido obtener buenos resultados en el reperfilamiento de una deuda muy pesada como la que tiene el país, o ir encaminando -y voy a mencionar la cifra porque Carlos Viera mencionaba la cifra de partida- señalando que comenzamos a trabajar con una relación Deuda-Producto de aproximadamente 100%, hoy estamos en 77% y pensamos terminar este período de Gobierno en 2009 con 50% de relación entre Deuda y Producto, todo lo cual se logra con una administración profesional de la deuda pública y de ahí la instalación de esta oficina.

Estamos procesando reformas estructurales importantes en toda la concepción presupuestal del país, fortaleciendo criterios como los que corresponden a los compromisos de gestión, la responsabilidad fiscal y la definición de prioridades.

La definición de prioridades no es ajena a este nuevo concepto que estamos recuperando y acerca del cual en esta jornada se reflexionará mucho.

Las prioridades hoy del país son salud, educación, infraestructura y seguridad pública; y a ellos, o a ellas mejor dicho, están destinadas las más importantes acciones en el campo del Presupuesto, los mayores esfuerzos que desde el punto de vista fiscal está haciendo el país.

Y naturalmente cambios en la inserción internacional y acá no puedo si no volver a coincidir con lo que nos planteaba Enrique.

Uruguay pertenece a la región, es una parte de la región. Es inconcebible pensar al Uruguay fuera de la región. Pero también sería un grave error limitar las posibilidades y la realización de las grandes potencialidades que tiene el país al ámbito reducido y limitado de la región.

Regionalismo abierto -como decía Enrique- significa precisamente sentirse parte de la región, pero no amputarse la posibilidad de realizarse fuera de ella.

Y eso es lo que hoy está buscando el Uruguay; mejorar su papel en la región, mejorar su capacidad para ser escuchado en la región, mejorar sus resultados en la región, todo lo cual supone avanzar también fuera de ella, sobre la vía de la búsqueda intensa y proactiva de nuevos acuerdos que le permitan al Uruguay diversificar sus posibilidades, multiplicar sus alternativas.

Porque ahí radica no sólo para el Uruguay, sino para todas las economías pequeñas y abiertas del mundo, como debe ser sobre todo cuando se es pequeño hay que ser una economía abierta al mundo, las posibilidades de enriquecer sus resultados; resultados que son absolutamente fundamentales para lograr el gran objetivo, la gran finalidad de mejorar la calidad de vida de los integrantes de nuestra sociedad. Muchas gracias.

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