ONU: URUGUAY REITERÓ COMPROMISO DE PROTECCIÓN DEL
MEDIO AMBIENTE
El Gobierno uruguayo reiteró su compromiso con la
protección del medio ambiente en todas partes del mundo, como derecho
humano y como pieza fundamental para el logro de un verdadero desarrollo
sostenible, durante el discurso que ofreciera la Subsecretaria Belela
Herrera ante las Naciones Unidas.
En el marco del debate general del 61° Período de
Sesiones de la Asamblea General de la ONU, la Subsecretaria de
Relaciones Exteriores señaló que "el Uruguay hace un llamado a la
comunidad internacional, y especialmente a los países donantes, para que
se incremente la cooperación en materia medioambiental a los países en
desarrollo, y se asuman, con responsabilidad, objetivos ambientales
globales, que impongan responsabilidades compartidas, pero
diferenciadas, para todos".
En relación a los denominados Objetivos del Milenio
acordados por los mandatarios de los países miembros de las Naciones
Unidas, señaló que en el primero -"Erradicar la pobreza extrema y el
hambre"- el Uruguay y mediante la interacción de distintos programas de
gobierno, en particular un Plan de Emergencia Social que atiende las
necesidades básicas de personas en situación de pobreza extrema, "la
pobreza ha comenzado a disminuir: descendió del 32,6% del total de la
población registrado en el año 2004, al 29,8% constatado al finalizar el
año 2005".
"Creemos que no es suficiente; pero es un avance. Un
avance no solamente en términos de protección social, sino también de
integración social", recordando que "el derecho a la inserción social es
también el derecho al reconocimiento de los individuos como ciudadanos
activos y no solamente como "asistidos a los que hay que socorrer".
Al respecto, señaló que "el derecho que nuestros
ciudadanos reivindican -todos, hasta el más pobre de ellos- no es
solamente el derecho de vivir, sino también el derecho de ser
reconocidos como sujetos y el derecho a vivir en sociedad. Y eso
se llama democracia y ciudadanía".
En cuanto a los hechos del pasado reciente uruguayo,
dijo que "no hay futuro sin memoria ni libertad sin justicia", agregando
que por eso, y en el marco de la legislación vigente, el Uruguay está
dando pasos concretos para cerrar las heridas causadas por la violación
de los derechos humanos durante el régimen dictatorial imperante entre
1973 y 1985.
"Es una labor difícil cuyos resultados, más allá del
dolor que provoca conocer y asumir la verdad, fortalecen a la democracia
como forma de gobierno y estado de la sociedad. Pero además la verdad y
la justicia ayudan a que el horror de otras épocas nunca más se repita".
En este sentido, señaló que "me complazco en informar
a esta Asamblea General que mi país ha dado un paso más en la promoción
y defensa de los derechos humanos: el Parlamento uruguayo acaba de dar
aprobación por unanimidad al Proyecto de Ley titulado ‘Genocidio,
Crímenes de Lesa Humanidad, Crímenes de Guerra y Cooperación con la
Corte Penal Internacional’".
Herrera hizo referencia también a otro tema que
-dijo- "corresponde al presente y al futuro: el cambio climático y la
degradación del medio ambiente". Al respecto, señaló que "Uruguay es
parte de las principales convenciones internacionales en la materia, y
al tiempo que enfatiza la imprescindible cooperación internacional sobre
este tema, subraya una vez más la responsabilidad individual de cada
Estado de proteger activamente el medio ambiente en su territorio y sus
aguas, y valora la participación vigilante de la sociedad civil".
"No alcanza con elevar protestas respecto de
perniciosas transferencias de procesos industriales contaminantes. Lo
que corresponde es la firme acción del Estado controlando, vigilando y
exigiendo altos estándares ambientales, tanto a empresas extranjeras
como a las domésticas".
En este punto, la Subsecretaria Herrera expresó que
"el Gobierno uruguayo reitera su compromiso con la protección del medio
ambiente en todas partes del mundo, como derecho humano y como pieza
fundamental para el logro de un verdadero desarrollo sostenible. En este
sentido, el Uruguay hace un llamado a la comunidad internacional, y
especialmente a los países donantes, para que se incremente la
cooperación en materia medioambiental a los países en desarrollo, y se
asuman, con responsabilidad, objetivos ambientales globales, que
impongan responsabilidades compartidas, pero diferenciadas, para todos".
En otro aspecto, hizo referencia al tema de la
intolerancia y el terrorismo, señalando que "todos quienes estamos en
este recinto sabemos que no hay paz en la intolerancia y el terrorismo;
ni libertad en la pobreza; ni democracia en la desigualdad. Reafirmamos
nuestra convicción que estas amenazas sólo pueden ser vencidas por
nuestra acción mancomunada, valorizando la riqueza que nos brinda
nuestra propia diversidad cultural, tanto entre naciones como al
interior de cada una".
PALABRAS DE LA SUBSECRETARIA DE RELACIONES
EXTERIORES, BELELA HERRERA, EN OCASIÓN DEL DEBATE GENERAL DEL 61°
PERÍODO DE SESIONES DE LA ASAMBLEA GENERAL DE NACIONES UNIDAS
SUBSECRETARIA HERRERA: Señora Presidenta; señoras y
señores; Delegados: Traigo el saludo del pueblo y del gobierno de la
República Oriental del Uruguay a esta Asamblea, la más amplia,
representativa e importante del mundo actual.
Señora Presidenta, permítame expresarles mi
satisfacción personal, por verla ejercer tan importante función, para la
que estoy segura que su condición de mujer le permitirá disponer de una
cuota adicional de mesura y de templanza.
En Uruguay como en las Naciones Unidas, creemos que
es muy importante predicar con el ejemplo y es por eso que el Gobierno
que represento también ha asumido entre sus múltiples tareas, la de
elevar la condición de la mujer e incrementar su participación en las
diversas áreas.
Asimismo, mucho me complace ser la portadora de un
mensaje especial del Presidente del Uruguay, Doctor Tabaré Vázquez, para
el Secretario General, Señor Kofi Annan, por sus denodados esfuerzos
para la puesta en marcha del trascendente proceso de reformas con el que
mi país, como el resto de la membresía de esta casa, está totalmente
comprometido.
En ocasión de su participación en la Décimo Sexta
Cumbre Iberoamericana que se llevará a cabo en Uruguay, los países de la
Conferencia Iberoamericana expresarán al Secretario General su
reconocimiento por su destacada labor.
Asimismo quisiera destacar que el tema central de la
Cumbre Iberoamericana será "Migración y Desarrollo", sobre el que
en esta organización mantuviéramos recientemente un
constructivo Diálogo de Alto Nivel.
Señora Presidenta, hace un año, durante el sexagésimo
período de sesiones de este foro, el Presidente de nuestro país, expresó
que el compromiso del Uruguay con la Organización de las Naciones Unidas
es al mismo tiempo exigente y esperanzado.
Exigente por los desafíos y retos que plantea el
mundo actual, y por las oportunidades implícitas en el presente y de
cuya gestión tanto depende nuestro futuro.
Esperanzado pues si bien no ignoramos los
riesgos, las dificultades y las limitaciones existentes en el concierto
internacional, regional y nacional, creemos en el ser humano; creemos en
la sociedad, creemos en la democracia como casa común y en la libertad
como lengua materna de la humanidad.
Señora Presidenta, la República Oriental del Uruguay
reafirma los principios que caracterizan su política exterior. Es decir:
El decidido compromiso con la paz, la soberanía,
la democracia y la solidaridad.
El firme rechazo a todo tipo de terrorismo,
violencia y discriminación.
El inalienable derecho de los países a tener
fronteras estables y seguras, y a ejercer en forma libérrima su
soberanía y autodeterminación.
El respeto al Derecho Internacional como garantía
para la soberanía de los pueblos y su convivencia pacífica.
La no intervención en los asuntos que son de
jurisdicción interna de los Estados.
El multilateralismo como forma de fortalecer el
Derecho Internacional y jerarquizar el papel de las Naciones Unidas.
El reconocimiento a la indivisibilidad de todos
los derechos humanos, sean políticos, sociales económicos, civiles o
culturales; incluidos los derechos de titularidad colectiva tales
como el derecho al desarrollo y al medio ambiente.
Consecuentemente con ello, nuestro país considera
necesario avanzar –y compromete su aporte para ello- en el proceso de
reformas que permitan a las Naciones Unidas cumplir sus cometidos con
mayor eficacia.
Mayor eficacia como la que pretendemos que puedan
ejercer los importantes órganos recientemente creados, el Consejo de
Derechos Humanos y el Comité de Consolidación de la Paz.
Uruguay ya está participando activamente en el
Consejo de Derechos Humanos y aspira a integrar el Comité de
Organización de la Comisión de Consolidación de la Paz. En su condición
de país mayor contribuyente de tropas y en cumplimiento de su vocación
ha participado de las Misiones de Mantenimiento de la Paz desde la
creación de esta Organización. Como el más reciente ejemplo de ello,
cabe citar nuestro activo compromiso y participación en la MINUSTAH,
instrumento esencial para el afianzamiento de una paz duradera y la
reconstitución del tejido social de una querida nación latinoamericana.
Señora Presidenta, asimismo, el Uruguay renueva su
compromiso activo con los Objetivos del Milenio acordados por los
mandatarios de los países miembros de las Naciones Unidas.
Digo "activo" por cuanto estamos avanzando hacia los
objetivos planteados en aquella declaración suscrita en setiembre de
2005.
Y ante la imposibilidad de referirme en esta
oportunidad a cada uno de dichos objetivos, permítanme decirles que en
relación al primero -"Erradicar la pobreza extrema y el hambre"- en el
Uruguay y mediante la interacción de distintos programas de gobierno –en
particular un Plan de Emergencia Social que atiende las necesidades
básicas de personas en situación de pobreza extrema-, la pobreza ha
comenzado a disminuir: descendió del 32,6% del total de la población
registrado en el año 2004, al 29,8% constatado al finalizar el año 2005.
Creemos que no es suficiente; pero es un avance. Un
avance no solamente en términos de protección social, sino también de
integración social.
Porque los grandes problemas que definen a la pobreza
en nuestro país, como en otros países, no son sólo el hambre, la falta
de vivienda, el analfabetismo, el fracaso escolar o el embarazo
adolescente; sino también la discriminación, la estigmatización, la
inseguridad, la desesperanza. En fin, situaciones que indican que
integrarse es mucho más que subsistir.
Porque el derecho a la inserción social es también el
derecho al reconocimiento de los individuos como ciudadanos activos y no
solamente como "asistidos a los que hay que socorrer".
Porque el derecho que nuestros ciudadanos reivindican
–todos, hasta el más pobre de ellos-, no es solamente el derecho de
vivir, sino también el derecho de ser reconocidos como sujetos y el
derecho a vivir en sociedad. Y eso se llama democracia y ciudadanía.
Señora Presidenta, permítame, desde esta importante
tribuna y en nombre del gobierno que represento, referirme a otros dos
temas de particular importancia para nuestro país.
Uno de ellos refiere a hechos del pasado reciente.
No hay futuro sin memoria ni libertad sin justicia.
Por eso, y en el marco de la legislación vigente, el Uruguay está dando
pasos concretos para cerrar las heridas causadas por la violación de los
derechos humanos durante el régimen dictatorial imperante entre 1973 y
1985.
Es una labor difícil cuyos resultados, más allá del
dolor que provoca conocer y asumir la verdad, fortalecen a la democracia
como forma de gobierno y estado de la sociedad.
Pero además la verdad y la justicia ayudan a que el
horror de otras épocas nunca más se repita.
Me complazco en informar a esta Asamblea General que
mi país ha dado un paso más en la promoción y defensa de los derechos
humanos: el Parlamento uruguayo acaba de dar aprobación por unanimidad
al Proyecto de Ley titulado "Genocidio, Crímenes de Lesa Humanidad,
Crímenes de Guerra y Cooperación con la Corte Penal Internacional".
El otro tema corresponde al presente y al futuro: el
cambio climático y la degradación del medio ambiente. El Uruguay es
parte de las principales convenciones internacionales en la materia, y
al tiempo que enfatiza la imprescindible cooperación internacional sobre
este tema, subraya una vez más la responsabilidad individual de cada
Estado de proteger activamente el medio ambiente en su territorio y sus
aguas, y valora la participación vigilante de la sociedad civil.
No alcanza con elevar protestas respecto de
perniciosas transferencias de procesos industriales contaminantes. Lo
que corresponde es la firme acción del Estado controlando, vigilando y
exigiendo altos estándares ambientales, tanto a empresas extranjeras
como a las domésticas.
Por ello, al mismo tiempo que el Uruguay recibe
importantes inversiones para desarrollo industrial en su territorio,
ejerce un riguroso control sobre la calidad ambiental de tales
inversiones, aplicando su normativa –internacionalmente reconocida y que
respalda su logo de "Uruguay Natural"- y exigiendo la aplicación de las
más modernas tecnologías disponibles, y controlando efectivamente, en el
terreno, los impactos ambientales de tales emprendimientos.
El Gobierno uruguayo reitera su compromiso con la
protección del medio ambiente en todas partes del mundo, como derecho
humano y como pieza fundamental para el logro de un verdadero desarrollo
sostenible. En este sentido, el Uruguay hace un llamado a la comunidad
internacional, y especialmente a los países donantes, para que se
incremente la cooperación en materia medioambiental a los países en
desarrollo, y se asuman, con responsabilidad, objetivos ambientales
globales, que impongan responsabilidades compartidas, pero
diferenciadas, para todos.
Señora Presidenta, todos quienes estamos en este
recinto sabemos que no hay paz en la intolerancia y el terrorismo; ni
libertad en la pobreza; ni democracia en la desigualdad.
Reafirmamos nuestra convicción que estas amenazas
sólo pueden ser vencidas por nuestra acción mancomunada, valorizando la
riqueza que nos brinda nuestra propia diversidad cultural, tanto entre
naciones como al interior de cada una.
Entre naciones, apostando al respeto de nuestras
respectivas tradiciones y culturas y al diálogo amplio entre ellas en
búsqueda de sinergias virtuosas.
Al interior de cada uno de nuestros países, mediante
políticas activas de cohesión social, abarcativas de nuestras
diversidades culturales, étnicas y religiosas.
Hay que pasar de las palabras a los hechos; de las
declaraciones a las acciones. No es fácil, pero es imprescindible.
No partimos de cero. La breve pero rica historia de
la organización que hoy nos reúne da cuenta de ello.
Pero queda un largo camino por delante. Una larga
tarea que, en rigor, nunca terminará y cuyos resultados nunca serán
perfectos.
Pero esas coordenadas de continuidad e imperfección
establecen el campo de las utopías que nos convocan y los compromisos
que nos impulsan.
Si este sexagésimo primer período de sesiones de la
Asamblea General de las Naciones Unidas coadyuva a ello, habrá cumplido
su cometido. Muchas gracias. |