MUERTES POR SUICIDIO PODRÍAN ALCANZAR MILLÓN Y MEDIO
DE PERSONAS EN 2020
Este 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la
Salud Mental, dedicado este año a abordar la problemática del suicidio.
Los patrocinadores de esta conmemoración mundial desean que la ocasión
sirva para hacer extensivo el conocimiento y la problemática de la
interrelación existente entre suicidio y salud mental al mayor número de
personas que sea posible, contribuyendo así a un creciente clima que
permita reducir los riesgos y nexos existentes.
En los primeros años del siglo XXI, más de cinco
millones de personas en el mundo tomaron la decisión de acabar con sus
vidas a través del suicidio. Y estimados de la Organización Mundial de
la Salud (OMS) cifran en más de un millón y medio el número de
individuos que podrían cometer suicidio y morir en el intento en el año
2020.
En la mayor parte de los casos, los que cometen
suicidio sufren enfermedades y trastornos mentales. Es por eso que este
año, el Día Mundial de la Salud Mental 2006, intentará hacer una gran
campaña educativa de alcance global donde en muchos países el énfasis no
es de un día ni de dos, sino de varios días, una semana o incluso un
mes.
Se estima que el número de personas con trastornos
mentales en la Región de las Américas aumentará de 114 millones en 1990
a 176 millones en el 2010.
Junto a la severidad de los efectos del suicidio
sobre las familias y amistades que sufren la pérdida de seres queridos
por esta causa, y más allá de la carga económica de miles de millones de
dólares que este fenómeno conlleva, el suicidio en todas las regiones
del mundo se ha convertido en una realidad de salud pública enormemente
compleja cuya incidencia sigue una curva ascendente tanto en hombres (la
mayoría) como también en mujeres.
Más personas mueren por suicidio en el mundo que del
total combinado de fallecidos en guerras y por asesinatos.
Desde Naciones Unidas se ha subrayado en repetidas
ocasiones la importancia de generar y fortalecer políticas y actividades
enfocadas hacia la prevención del suicidio. Ya en 1996, un documento de
la organización mundial aseguraba que el suicidio era una tragedia
global. “El problema del suicidio ha sido en general ignorado o
descuidado en todo el mundo (…) En muchos países, el intento de suicidio
es una de las razones más comunes de admisión en los servicios de
urgencia y también es la causa más común de tratamiento en gente joven,
constituyendo una pesada carga sobre los servicios sociales y
sanitarios”.
Para expertos de la OMS, el fuerte tabú que todavía
existe sobre el suicidio hace difícil aproximarse de una forma abierta
al problema. “Hoy día, el comportamiento suicida está asociado a
vergüenza, culpa y desasosiego. Sin embargo, discutiendo de forma
abierta, los pensamientos suicidas pasan de ser un problema a ocultar a
un problema a resolver”.
El Estudio de Intervención Multicentro sobre
Comportamientos Suicidas –SUPRE-MISS de la OMS reveló que en los últimos
45 años, la mortalidad por suicidio ha experimentado en términos
generales un incremento cercano al 60%. La tendencia se ha observado
tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo.
La iniciativa de la OMS para la prevención del
suicidio (SUPRE) indicó que el suicidio se cuenta ya como una de las
tres causas principales de muerte entre personas de 15 a 44 años, de
ambos sexos, si bien las cifras no incluyen los intentos de suicidio. Se
estima que estos intentos son hasta 20 veces más en número que los que
llegan a consumarse con el fallecimiento del suicida.
SUPRE señala
que los desórdenes mentales, especialmente la depresión y el abuso de
sustancias, están asociados con más del 90% de todos los casos de
suicidio. |