URUGUAY REITERÓ ADHESIÓN A NORMAS DE SEGURIDAD
SOCIAL
El Subsecretario de Trabajo y Seguridad Social,
Jorge Bruni, reivindicó este martes la adhesión irrestricta de nuestro
país a las normas locales y a los convenios internacionales en materia
de trabajo y seguridad social. También defendió el derecho de los
hombres a emigrar pero reclamó, de los gobiernos, medidas que
desalienten ese fenómeno.
El jerarca habló en la apertura de
la Reunión Técnica en Materia de Seguridad Social que tuvo lugar en la
sede del MERCOSUR con la presencia de personalidades de organismos
intercontinentales.
En la ocasión, Bruni sostuvo que “cuando
estamos cumpliendo los compromisos de analizar un eventual y seguro,
casi seguro Convenio Iberoamericano de Seguridad Social -convenio, como
todos los del ámbito internacional, de coordinación fundamentalmente-
creo que no debemos pasar por alto la naturaleza de los momentos que en
nuestro continente latinoamericano, fundamentalmente, están sucediendo o
están pasando”.
“Tenemos dificultades de integración.
Por supuesto que apenas van unos pocos años de los procesos de
integración, procesos muy largos, por tanto no hay que ser pesimista,
simplemente anotar las dificultades. Tenemos ese problema tan importante
fundamentalmente para América y fundamentalmente para algunos países,
como es la emigración”, dijo, agregando que “nosotros creemos que todo
ciudadano tiene derecho a emigrar pero también creemos que todo país
tiene la obligación de tener las políticas adecuadas a efectos de que en
la medida de lo posible, los ciudadanos no emigren”.
Por su parte, Adolfo Jiménez explicó que la
internacionalización de la Seguridad Social es un proceso de
globalización continuo que se ve apoyado por las nuevas tecnologías que
suponen una interacción social entre organizaciones y personas de los
diversos países, pero que también existe una vertiente muy preocupante
que puede llevar a la reducción o desaparición de los derechos sociales.
“Es necesario adoptar las medidas precisas para evitar los efectos no
deseados de este fenómeno”, dijo.
Con respecto al creciente proceso migratorio, que es
de gran importancia y preocupación a nivel mundial, los países están
tomando diversas iniciativas para estudiar este fenómeno “estamos en un
gran problema que está acaparando las agendas internacionales”.
Según datos de la CEPAL, hace 40 años migraban 80
millones de personas en el mundo hoy son 180 millones los que van de un
país a otro; en Latinoamérica en el año 2000 migraron 21 millones de
personas mientras que en el 2005 lo hicieron 25 millones.
Por lo tanto, con la intención de proteger los
derechos sociales de los ciudadanos ha sido necesario continuar
avanzando desde la elaboración del convenio sobre la Seguridad Social
realizado en Segovia el año pasado, y es que ahora se preparó el primer
borrador de texto sobre el futuro convenio bilateral que pretende
respetar plenamente el marco conceptual establecido en dicha
conferencia. “Se trata de una norma de coordinación con pleno respeto a
las legislaciones nacionales de cada país y que recogen los principios
explicados en el convenio de Segovia”, aclaró Jiménez.
PALABRAS DEL SUBSECRETARIO DE TRABAJO Y SEGURIDAD
SOCIAL, JORGE BRUNI
SUBSECRETARIO BRUNI: Muy buenos días
para todos. Un saludo para el Secretario General de la Organización
Iberoamericana de Seguridad Social, don Adolfo Giménez -además de
Secretario, amigo- un distinguido saludo para todas las delegaciones
extranjeras presentes, el agradecimiento por haber respondido a esta
convocatoria y bueno, sin más, yo creo que tenemos, de acuerdo a lo que
han sido las Declaraciones que Salamanca, Presidencial o la de Segovia
respecto a la Seguridad Social tenemos una serie de compromisos y
algunos desafíos importantes que tenemos que llevar adelante.
No obstante ser esta una reunión de
carácter técnico, entendemos que hay algunos aspectos que queríamos o
querríamos resaltar y que tiene que ver con cuatro o cinco elementos
fundamentales que, por otra parte, están contenidos, sea en la
Declaración de Salamanca, sea en la Declaración de Segovia.
Cuando estamos cumpliendo los
compromisos de analizar un eventual y seguro, casi seguro Convenio
Iberoamericano de Seguridad Social –convenio, como todos los del ámbito
internacional, de coordinación fundamentalmente- creo que no debemos
pasar por alto la naturaleza de los momentos que en nuestro continente
latinoamericano, fundamentalmente, están sucediendo o están pasando.
Tenemos dificultades de integración. Por
supuesto que apenas van unos pocos años de los procesos de integración,
procesos muy largos, por tanto no hay que ser pesimista, simplemente
anotar las dificultades. Tenemos ese problema tan importante
fundamentalmente para América y fundamentalmente para algunos países,
como es la emigración.
Nosotros creemos que todo ciudadano
tiene derecho a emigrar pero también creemos que todo país tiene la
obligación de tener las políticas adecuadas a efectos de que en la
medida de lo posible, los ciudadanos no emigren.
Sabemos las dificultades que existen
luego de que la ciudadanía emigra y por lo tanto estamos rescatando con
esta expresión algunos de los puntos, insisto, contenidos en las
declaraciones a la banca. Sabemos las dificultades de nuestro
continente, continente que en 150 años ha tenido más de 260 reformas
constitucionales, y además, “a pesar de”, sigue siendo un continente
quizás el más desigual del mundo.
Por lo tanto, insisto, estamos en una
reunión de Caracas, no tengo ninguna duda. Pero de los contenidos no
podemos dejar de anotar algunos aspectos porque no estoy para nada
violentando ningún concepto sino simplemente me estoy remitiendo a lo
que dice en la Declaración de Salamanca y o a la Declaración de Segovia.
Cuando ambas hablan de la profundización
de la democracia como elemento de cohesión social, cuando ambas, o
fundamentalmente la de Salamanca hablan de la promoción de los derechos
humanos -la seguridad social, obviamente, lo es- en definitiva,
entonces, creemos que son aspectos que de ninguna manera podemos dejar
pasar todos los que estamos cercanos a este tema de la seguridad social
sabemos que no puede haber una seguridad social buena cuando hay malos
empleos y cuando hay relaciones de trabajo deterioradas. Esto sé que es
contenido pero, repito, en este continente, y como países que formamos
parte del mismo, no podemos dejar de anotarlas.
No podemos dejar de decir algo sobre las
migraciones. Por algo es el tema central de la cumbre presidencial,
migraciones que, repito, insisto, tienen que ver mucho con las políticas
sociales y económicas, con las dificultades que las mismas tienen, con
decenas de años que lamentablemente no promovieron el desarrollo y la
profundización de los derechos humanos, económicos, sociales y
culturales. Quiero destacar algunas de las expresiones también de la
Declaración de Salamanca, cuando habla de la Carta Cultural
Iberoamericana.
Y más que un instrumento, llámese carta,
llámese acuerdo, llámese declaración, quiero destacar el concepto. Nos
parece muy importante que en países que tenemos que tenemos similitudes
pero también tenemos diversidades y asimetrías, podamos rescatar ese
concepto de cultura iberoamericana para que solidariamente, podamos
llevar adelante este tipo de compromisos que se han adquirido en España,
fundamentalmente en el año 2005.
En la diversidad y en la solidaridad
podemos, por lo menos, manejar las asimetrías. Existen y con la misma
mentalidad podemos, o deberíamos manejar el tema de las migraciones,
tema no solamente sensible sino sumamente complejo. Basta mencionar lo
que significan las remesas para darnos cuenta de la multiplicidad de
enfoques que puedan existir al respecto. Y para eso, esta herramienta,
que es un Convenio Iberoamericano de Seguridad Social, creo que es una
muy buena herramienta para analizar estos temas.
La Declaración de Salamanca también nos
dice que el multilateralismo es una de las herramientas eficaces para
llevar adelante todas nuestras aspiraciones, y también la adhesión al
Derecho Internacional. Qué mejor ejemplo de multilateralismo y de
adhesión al Derecho Internacional estamos dando cuando tratamos de
instrumentar un Convenio Iberoamericano de Seguridad Social.
Qué mejor ejemplo de, ante las
dificultades de integración existentes por todos conocidas, estamos
dando, estamos cumpliendo con el compromiso o con la Declaración de
Salamanca, cuando nos dice que debemos favorecer la integración regional
o subregional.
Integración subregional y regional a la
cual la OISS ha dado muestras de su efectividad y de su adhesión al
mismo, porque nos consta todo el asesoramiento que brindó cuando el
Convenio Multilateral de Seguridad Social del Mercosur, que comenzó a
regir en julio del año 2005.
Pues bien, simplemente era esto lo que
quería decir. Sé que corro el riesgo de que se me catalogue de algo
desubicado por introducir temas que más bien van a los contenidos y no a
las coordinaciones, pero nos parecía imprescindible expresar estos
conceptos.
Estos problemas no terminan acá. Siguen
las dificultades. Seguirán, hay avances notorios. Basta ver los números
y las cifras para demostrar los avances, pero también para demostrar las
carencias.
Aquí estamos entonces, para cumplir con
la multilateralidad, con la adhesión al Derecho Internacional, tratando
de profundizar la democracia, el diálogo, tratando con solidaridad de
superar las asimetrías existentes, y entonces creo que estos dos días
pueden ser muy fructíferos.
Y además
agradezco la buena convocatoria que ha tenido este encuentro. Me estoy
agradeciendo a mí mismo y les estoy agradeciendo a todos nuestra
convocatoria. Realmente han respondido en forma muy positiva. Les deseo,
entonces a todos una buena estadía, estamos a las órdenes, buen trabajo
y a la orden para cualquier cosa. PALABRAS
DEL SECRETARIO GENERAL DE LA ORGANIZACIÓN IBEROAMERICANA DE SEGURIDAD
SOCIAL, ADOLFO JIMÉNEZ HERNÁNDEZ
JIMÉNEZ: Muy buenos días a todos. Querido
Viceministro de Seguridad Social, estimadas autoridades y amigos que nos
reunimos alrededor de esta Mesa para tratar la cuestión del convenio
Iberoamericano de Seguridad Social.
Permítanme que en primer lugar dirija palabras de
agradecimiento al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social del Uruguay y
a todo su equipo, que nos ha hecho, que nos ha facilitado mucho toda la
organización de esta reunión y que estamos disfrutando de vuestra
hospitalidad.
La verdad es que encontrarse nuevamente en Montevideo
es como encontrarse en la casa de uno mismo y eso creo que dará sus
frutos en las consecuciones que en el día hoy y mañana podemos lograr en
relación con nuestro objetivo.
Permítanme que además diga unas pequeñas reflexiones
marcando un poco también el tema que nos reúne hoy aquí. Quiero
brevemente señalar que al final, quiera uno o no cuando está hablando de
seguridad social y de la internacionalización de la seguridad social,
está pensando en el proceso de globalización, un proceso que es
continuo, que además es un proceso que se ve incrementado por el uso de
la aplicación de las nuevas tecnologías, que además uno y otro suponen
una mayor interferencia entre los países y una integración social de
organizaciones y personas.
Digo todo ello porque este proceso tiene su
vertiente positiva pero tiene otra vertiente muy preocupante y es que
puede conllevar la reducción o incluso la desaparición de los derechos
sociales. Lo estamos viendo en algunas partes del mundo: es el proceso
del tan contestado -muchas veces- proceso de globalización. Por ello
creo que es necesario adoptar las medidas precisas para evitar estos
efectos -que no los deseamos- de este fenómeno.
Una cuestión muy específica en el ámbito de la
globalización es este proceso migratorio, que sin duda implica un
desplazamiento de las personas de un país a otro para realizar sus
trabajos y sus vidas laborales.
Es un proceso de gran importancia y quiero poner el
ejemplo de España, un país que ha sido de emigrantes, que no hace muchas
décadas desplazó más de 3 millones y medio de españoles al centro de
Europa y que anteriormente desplazó hacia otros países de Iberoamérica,
pues bien, ese número está tan en la naturaleza, que hoy día, en los
momentos actuales, las encuestas, cuando preguntas a la población, no es
el problema de la vivienda o el problema del paro - que ahora,
afortunadamente, no tenemos demasiado- ni el problema, que es real, del
terrorismo.
El primer problema que tiene en preocupación a los
ciudadanos es la emigración y eso, concretamente, demuestra hasta qué
punto están subiendo, en prelación, en precedencia, un fenómeno de esta
naturaleza, lo cual tiende a ser constatado, porque en el ámbito
internacional se toman iniciativas como el diálogo de alto nivel sobre
la migración internacional y el desarrollo, convocado por la Asamblea
General de Naciones Unidas o el legal, a nivel iberoamericano, por el
proceso Puebla, la Conferencia Sudamericana sobre Migraciones, el muy
reciente encuentro, que nosotros participamos en él, sobre Emigración y
Desarrollo que tuvo lugar en Madrid en julio pasado, a la instancia de
la XVa. Cumbre de Jefes de Gobierno y el hecho incuestionable, que lo
decía Bruni, es que la XVIIa. Cumbre de este Estado de Gobierno que se
iniciará en unos días, trata sobre Migración y Desarrollo Compartido.
Por tanto estamos en un problema que está acaparando las agendas
internacionales.
Lo cual es una expresión de lo que es la realidad.
Según datos que se manejaron en la reunión de Madrid, hace 40 años
migraban 80 millones de personas en el mundo. Hoy son 180 millones los
que van de un país a otro. Concretamente, en Latinoamérica no hace más
de 5 años, concretamente en el 2000, migraron 21 millones de personas en
el año 2005, 25 millones. Y las migraciones internacionales en el seno
de Iberoamérica supusieron movimientos de más de 3 millones de personas.
Estos movimientos afectan prácticamente a todos los
países iberoamericanos y se dan en ambos sentidos: en el de emigración y
en el de inmigración. Por poner un ejemplo utilizando datos de la CEPAL,
en el año 2000, en Uruguay, emigraron 278.000 personas e inmigraron
46.000. En Argentina, y de verdad que es una fecha complicada, salieron
507.000, pero entraron 1.531.000. En Perú salieron 634.000 frente a
23.000 inmigrantes.
Igualmente podríamos hablar de otros países y
especialmente de la relación migratoria de Nicaragua y Costa Rica, por
poner otros ejemplos. Y con ellos quiero poner de manifiesto la
importancia del fenómeno emigratorio a nivel mundial y en los nuestros
propios países y consiguientemente la perentoria, la urgente necesidad,
de atender a la protección social de estos millones de ciudadanos.
Es una necesidad que, además, se transforma también
cada vez más en una demanda de esos grupos sociales, ampliada por las
nuevas tendencias que con todos los movimientos migratorios. Son
personas de alta calificación, que saben demandar sus propios derechos.
Otro aspecto es la creciente senilización de la emigración que conlleva
mayor necesidad de atención familiar.
¿Cuál es la forma aplicada para proteger estos
derechos? Internacionalmente, lo conocemos todo el mundo: con los
convenios bilaterales o multilaterales de la seguridad social. Una
formula que en Iberoamérica ya existe y hay
una amplia tradición de ello, como lo
prueban los más de 50 convenios bilaterales cruzados entre países,
actualmente vigentes.
En el campo multilateral, el acuerdo multilateral de
seguridad social del MERCOSUR, vigente –como decía el Viceministro-
desde junio del pasado año, o la decisión 583 de la CAN, de la Comunidad
Andina de Naciones, que inviste en estos momentos desarrollo
reglamentario, son instrumentos en que nosotros hemos tenido el
privilegio -la OISS- de colaborar técnicamente en ellos.
Es a partir de esta experiencia, de la constatación
de la necesidad de avanzar un poco más en esta dirección, por lo que la
Va. Conferencia de Ministros y Máximos Responsables de Seguridad Social
de los Países Iberoamericanos, celebrada en Segovia en setiembre del
pasado año, acordó abordar la elaboración de un Convenio de Seguridad
Social único para todos los países miembros de la Comunidad
Iberoamericana de Naciones, propuesta que fue acogida plenamente y por
unanimidad en el punto 17 de la Declaración de la XVa. Cumbre
Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, y cuya complementación
se encargó especialmente a la Organización Iberoamericana de Seguridad
Social y a la Secretaría General Iberoamericana, con el apoyo y
participación de otros organismos internacionales.
A partir de dicho mandato se inicia el
proceso de elaboración del Convenio, primero con un primer documento de
planteamiento de cuestiones previas, sobre las que era necesaria una
toma de posición antes de entrar en su redacción. Este documento fue
presentado en febrero de 2006 y distribuido en marzo y julio a todos los
países de Iberoamérica para conocer sus opiniones y observaciones al
respecto. Fruto de ellas es el nuevo documento cuyo debate constituye el
objeto de esta reunión y que es un primer borrador de texto articulado
del futuro convenio multilateral sobre el que iniciar el intercambio de
criterios para aproximarnos al necesario acuerdo entre todos los países.
En el texto propuesto se ha pretendido
respetar plenamente el marco conceptual establecido en la Va. Cumbre de
Segovia, es decir la Va. Conferencia. Se trata –decía el Viceministro y
hay que subrayar- de una norma de coordinación con pleno respeto a las
legislaciones nacionales propias de cada país y que recoge los
principios especificados por la Conferencia, que en resumen son:
igualdad de trato, aplicación a trabajadores legales, sean trabajadores
por cuenta ajena o dependientes o trabajadores por cuenta propia o
independientes, extensión a prestaciones económicas y posibilidad de
ampliación posterior a otras ramas de la protección, aplicación de la
ley Clothy Labourist como norma general, garantía de derechos y
exportación de prestaciones, mantenimiento de las disposiciones más
favorables de los convenios ya vigentes y colaboración administrativa y
técnica.
Termino señalando que el proyecto de
convenio que se ha distribuido, del que espero que a continuación tengan
una descripción más amplia, contiene en forma muy sintética, un título
primero, que trata sobre las reglas generales y de limitación de la
legislación aplicable; un título segundo, que trata sobre las
disposiciones particulares para las distintas categorías de prestaciones
que se refieren a prestaciones económicas por enfermedad y maternidad,
prestaciones económicas de invalidez, deceso y supervivencia,
coordinación de regímenes y legislaciones basadas en el ahorro y la
capitalización, prestaciones de accidentes de trabajo y enfermedades
profesionales y prestaciones familiares; un título tercero que trata
sobre los mecanismos de cooperación administrativa; un título cuarto
sobre el comité técnico administrativo y finalmente un título quinto,
que trata sobre las disposiciones transitorias y disposiciones finales y
además de los correspondientes anexos.
No quiero extenderme más sino simplemente
señalar, como decía el Viceministro, que creo que estamos trabajando en
un texto que una vez, en su día, sea aprobado por la Cumbre y
concretamente después por los parlamentos de nuestros respectivos
países, iría conformando una base jurídica de un cierto derecho
comunitario, una cierta base para poder hablar de una cultura o
ciudadanía de la comunidad iberoamericana.
Nada más sino reiterar nuevamente el agradecimiento a
nuestros amigos y anfitriones de aquí, de Uruguay, y, cómo no, saludar a
mi buen amigo Murro, que acaba de entrar. |