El Presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, realizó un reconocimiento institucional a la gestión de Kofi Annan, quien a su vez recalcó el importante papel que la Comunidad Iberoamericana tiene como puente que une culturas y continentes.

Vázquez expresó que tras una intensa y destacada trayectoria en distintos Organismos del sistema ONU, Annan ha desempeñado en forma destacada la tarea de Secretario General de las Naciones Unidas.

También, recordó que el saliente Secretario tiene una trayectoria de hombre consustanciado con la paz, la libertad, la democracia, la justicia y la solidaridad.

Asimismo, expresó el apoyo a su sucesor, Ban Ki-moon, y abogó porque Annan continúe aportando su experiencia para así progresar por el bien de todos.

Por su parte, el Secretario General de ONU, manifestó estar muy contento de regresar a un país tan hospitalario como Uruguay. Agradeció la contribución de dicho país en la construcción de los derechos humanos y el desarrollo del mantenimiento de la paz.

Dijo que esta es una jornada especial, ya que es la última vez que estará con los Mandatarios en su rol de Secretario General de la ONU, por este motivo consideró necesario agradecerles a todos el apoyo a él brindado y a la Organización. Además, agradeció que entiendan que es tarea de todos los países el hacer el máximo por este instrumento indispensable en la asistencia de la gente, informando que a lo largo de los últimos 10 años, la ONU avanzó en la construcción y desarrollo de la seguridad y derechos humanos, aunque reconoció que aún queda mucho por hacer.

PALABRAS DEL PRESIDENTE DE URUGUAY, TABARÉ VÁZQUEZ, EN LA CENA EN HOMENAJE A KOFI ANNAN, EN EL EDIFICIO PLAZA INDEPENDENCIA

PRESIDENTE VAZQUEZ: Señor Secretario General de las Naciones Unidas; señor Secretario General Iberoamericano; su Majestad don Juan Carlos de Borbón; señores Jefes de Estado y de Gobierno; señora Presidente de Chile, señoras y señores, amigas y amigos.

Aún a riesgo de resultar insistente, permítanme expresarles en nombre del Gobierno y sobre todo de la ciudadanía de la República, nuestra más cordial bienvenida al Uruguay.

Es para nosotros un honor y un placer, recibirlos con motivo de la XVI Cumbre Iberoamericana.

En ustedes recibimos también a los organismos internacionales; a los gobiernos y a los pueblos hermanos que ustedes representan.

Y es para mí un enorme gusto compartir con todos ustedes este momento.

No voy a distraerlos, reiterando lo que expresé hace un rato en la sesión inaugural de la Cumbre o adelantando lo que expondré en la jornada de mañana, no es este ni el ámbito adecuado para abordar la trascendente –aunque compleja temática de las Migraciones y el Desarrollo – pero, sí es un ámbito adecuado para expresar –y creo no equivocarme, sí lo digo, por cierto en nombre de todos los aquí presentes – nuestro reconocimiento a la labor de las Naciones Unidas en la temática antes mencionada.

Basta tener en cuenta, que según datos recientes de la ONU, los movimientos migratorios afectan a unos 190 millones de personas, de los cuales grosso modo, 40 millones son emigrantes irregulares; 9 millones son refugiados; cinco millones son desplazados internos, dos millones son apátridas y 800.000 son mujeres victimas de tráfico sexual, para tener una idea de la tarea planteada. Tarea con la cual nos sentimos identificados y comprometidos. Identificación y compromiso extensivos a las demás áreas de acciones de las Naciones Unidas, así como al proceso de reformas que esta Organización, nuestra Organización, requiere para el cumplimiento de estos cometidos.

Señoras y señores, amigas y amigos, en el contexto de esa identificación y compromiso con las Naciones Unidas este también es un ámbito adecuado para expresar nuestro reconocimiento a quien, tras una extensa y destacada trayectoria en distintos Organismos del sistema ONU y desde el año 1997, ha desempeñado en forma también destacada la difícil tarea de Secretario General de las Naciones Unidas. Me refiero a usted, nuestro estimado amigo, Kofi Annan.

Y aunque su gestión aún no ha finalizado, pues aún restan algunas semanas de Mandato y todos sabemos que en apenas un día suelen suceder muchas cosas, no quiero dejar pasar esta ocasión sin expresarle en nombre de mi país –por cierto- pero también si se me permite en nombre de todos los aquí presentes, nuestro reconocimiento institucional y personal a su gestión como Secretario General de ONU y más allá de eso a su trayectoria de hombre consustanciado con la paz, la libertad, la democracia, la justicia y la solidaridad.

Sin perjuicio de lo anterior y del apoyo que daremos a su sucesor, señor Ban Ki-moon, debo decirle además –y espero sinceramente que no le caiga mal cuando tras tantos años de dura labor seguramente está pensando en un merecido descanso- que deseamos seguir contando con usted, que necesitamos su experiencia y su esperanza para progresar juntos en bien de todos.

Amigas y amigos, permítanme un último apunte: hay aquí Jefes de Estado y de Gobierno que participan por primera o última vez en una Cumbre Iberoamericana, por lo menos por algún tiempo. A todos ellos y por supuesto también a usted que será la próxima anfitriona, estimada señora Presidenta de Chile, nuestro muy especial saludo.

Ahora sí, muchas gracias a todos.