PALABRAS DEL PRESIDENTE URUGUAYO, TABARE VAZQUEZ,
DURANTE LA CENA OFRECIDA EN HONOR DE LOS JEFES DE ESTADO Y DE GOBIERNO,
EN EL CABILDO DE MONTEVIDEO
PRESIDENTE VÁZQUEZ: Su Majestad Don Juan Carlos de
Borbón; señores Jefes de Estado y de Gobierno; señora Presidenta de
Chile; señor Secretario General Iberoamericano; señor Intendente
Municipal de Montevideo; señores Ministros; señoras y señores
Representantes de Organismos Internacionales y Gobiernos invitados,
amigas y amigos.
Permítanme decir algunas palabras, pocas, muy pocas,
pero suficientes para expresarles el placer de estar compartiendo este
momento con ustedes en un lugar emblemático del Uruguay.
En efecto, este edificio, este viejo y querido
edificio, construido a principios del siglo XIX, fue originariamente
sede del Cabildo de Montevideo.
Tras la Independencia Nacional, y hasta la
inauguración del Palacio Legislativo, albergó al Parlamento Nacional;
posteriormente al Consejo Nacional de Administración y luego al
Ministerio de Relaciones Exteriores, hasta que a mediados del siglo
pasado, regresó este edificio a la órbita municipal.
Más allá de su periplo administrativo, el Cabildo
-como usualmente lo llamamos- ha sido testigo de buena parte de la
historia del Uruguay, es decir, de quienes aquí llegaron, de quienes
aquí nacimos, de quienes más allá de su origen e identidad y de las
luces y sombras propias de la naturaleza humana, sentimos que este
rincón del mundo es un buen lugar para vivir.
Amigas y amigos, si por algo nos caracterizamos los
uruguayos, es por controlar nuestra autoestima. Sabemos que nuestro país
no es el único buen lugar para vivir.
Iberoamérica en su conjunto es un buen lugar para
vivir, mejorable, por cierto, pero sustancialmente bueno para vivir.
Entonces, y si ustedes me lo permiten, yo quiero
brindar junto a ustedes por este buen lugar que es Iberoamérica, por la
voluntad y el compromiso de mejorarla, que se viene manifestando en esta
reunión, por los buenos resultados de las tareas que nos esperan. Y
fundamentalmente, queridas amigas y amigos, por las Naciones y los
pueblos que representamos.
Ellos, nuestros pueblos, al fin y al cabo son nuestra
raíz y nuestro horizonte. Muchas gracias. |