Acceso a los mercados regionales y extra-regionales; desarrollo de nuevas políticas tributarias y de incentivos; nuevas políticas macroeconómicas y financieras y negociación externa, son algunas de las propuestas realizadas por nuestro país con el objetivo de un desarrollo sostenible en la LXV Reunión Ordinaria del GMC.

Los Ministerios de Relaciones Exteriores; de Economía y Finanzas; de Ganadería, Agricultura y Pesca; de Industria, Energía y Minería; el Banco Central del Uruguay y la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, presentaron en la LXV Reunión Ordinaria del Grupo Mercado Común del MERCOSUR, un documento elaborado en el marco de la Sección Nacional.

Participaron del evento: Carlos Amorín y Nelson Fernández por el MRREE; Álvaro Ons por el MEF; Juan Manuel Rodríguez por el MIEM; Luis Almagro por el MGAP y Gustavo Bittencourt por la OPP.

El documento dio cumplimiento a lo previsto en el punto 13.3 del Acta de la XXX Reunión Ordinaria del Consejo del Mercado Común que estableció que los países con economías menores presentaran una propuesta de acuerdo a sus necesidades para superar las asimetrías y facilitar su acceso a los mercados.

El "Compromiso Nacional" presentado por el Poder Ejecutivo el 19 de mayo del año pasado estableció que las prioridades gubernamentales en materia de inserción económica internacional en el ámbito del MERCOSUR tenían como estrategia la generación de condiciones para la expansión de la inversión productiva.

Para una economía pequeña como la nacional es vital el acceso a los mercados externos con el objetivo de generar un fuerte dinamismo exportador que logre condiciones mejores, estables y predecibles de acceso a diversas actividades comerciales.

El objetivo principal es lograr condiciones estables de acceso a los mercados con una inserción competitiva que promueva la colocación de productos y el establecimiento de zonas de libre comercio ampliadas que complemente el proceso de integración y de cooperación regional.

El MERCOSUR es un componente esencial en la estrategia de crecimiento de largo plazo de Uruguay y por tanto debe ser un instrumento funcional a la estrategia de desarrollo de todos sus integrantes.

Actualmente el MERCOSUR no logra satisfacer uno de los principales resultados esperados: el de constituirse en espacio de realización de economías de escala, de aglomeración y de aprendizaje, factores imprescindibles para el desarrollo industrial, inhibidos por el tamaño actual del mercado.

Uruguay carece de un mercado doméstico a partir del cual sostener mínimamente un proceso de crecimiento, lo cual sumado a las dificultades de acceso a los mercados regionales y extra-regionales, lo colocan en una posición muy desventajosa para la atracción de inversiones.

La construcción de un mercado ampliado y los acuerdos comerciales con terceros son componentes básicos y complementarios de la estrategia de crecimiento.

Nuestro país no ha podido superar a través del MERCOSUR las restricciones fundamentales a la implementación de un crecimiento sostenible que viene dado por el tamaño de su mercado doméstico.

Los intereses uruguayos están dirigidos a efectivizar una agenda que constituya un mercado ampliado con la apertura hacia nuevas opciones que potencien los productos de mayor valor agregado de nuestras cadenas productivas.

En el diagnóstico realizado respecto a la construcción interna se destacan los aspectos institucionales en los cuales el MERCOSUR tiene un claro déficit institucional ya que hasta el presente no ha podido salir de la etapa de órganos de decisión y de apoyo administrativo que tienen un carácter principalmente intergubernamental.

En cuanto a la eliminación de restricciones no arancelarias y la no adopción de nuevas medidas restrictivas, los compromisos asumidos por el MERCOSUR resultaron prácticamente inocuos.

El documento también refiere a políticas públicas que distorsionan el comercio y la localización de inversiones; política macroeconómica y financiera; así como la integración productiva y un arancel externo común.

Se plantea la necesidad de reformulación y negociación externa. En ese sentido, nuestro país propone ante aspectos institucionales de incumplimientos e incertidumbre, respetar las reglas acordadas como condición necesaria para la expansión de la inversión y el crecimiento, así como el mantenimiento de solidez institucional y la efectividad de las reglas acordadas.

Estas condiciones son vitales para una economía pequeña, con lazos muy estrechos con la región.

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