TELEVISIÓN NACIONAL URUGUAY: LUGAR DE ENCUENTRO DE
CIUDADANOS
La televisión es el predicador universal que ocupa
buena parte de la vida cotidiana de los uruguayos, "y este medio de
comunicación del Estado debe cumplir con una ecuación mágica: austeridad
en lo económico, calidad en la programación y liderazgo de audiencia",
dijo el Presidente en la presentación de la nueva imagen de Televisión
Nacional Uruguay.
Este lunes 4, ante la presencia del Presidente de la
República, Tabaré Vázquez; el Ministro de Educación y Cultura, Jorge
Brovetto, y la Directora del Canal estatal, Sonia Breccia, Televisión
Nacional lanzó su nueva imagen corporativa, presentando la adquisición
de avances tecnológicos basados en cámaras, un móvil satelital de última
generación, y el lanzamiento del sitio web: www.tnu.com.uy en el
que se podrá consultar la programación, las novedades y establecer
contactos.
En su exposición el Presidente Vázquez, haciendo
referencia a que la televisión ocupa buena parte de la vida cotidiana de
todos los uruguayos, señaló que el 94% de los hogares montevideanos y el
90% de los domicilios del interior del país tienen un aparato de
transmisión y que según estudios realizados en el año 2004, "los
uruguayos pasamos promedialmente dos horas diarias frente al televisor".
En ese sentido destacó que es importante una
televisión con contenidos que estimulen la reflexión y la razón, y que
promuevan el respeto al semejante en el marco de una convivencia
democrática entre todos.
Vázquez manifestó que es vital contar con "una
televisión que no confunda información con chisme, participación con
escándalo, debate con agravio, espectáculo con ridiculez -con
morbosidad-, cultura con moda o audiencia con rebaño".
Televisión Nacional llega actualmente -mediante sus
23 repetidoras y emisiones por cable- a todos los rincones del país con
una variada programación que incluye información, cultura, deportes,
espacios infantiles, educativos, de divulgación científica, de promoción
agropecuaria, entre otros.
El Mandatario señaló que la Televisión estatal tiene
enormes desafíos como la transmisión de valores, el ofrecimiento de
modelos de pautas culturales, la canalización del derecho a la
información y a la libertad de expresión.
Es "un instrumento de relacionamiento ciudadano y de
funcionamiento democrático de la sociedad, y eso implica una enorme
responsabilidad".
La ciudadanía le exige a la Televisión estatal
austeridad en lo económico, calidad en la programación y liderazgo de
audiencia, una suerte de ecuación mágica que hay que resolver, dijo
Vázquez.
Precisó que Televisión Nacional tiene mucho de
milagro cotidiano y otro tanto de compromiso y esfuerzo por parte de
todo su funcionariado.
"La Televisión estatal no puede recurrir a
programación ‘chatarra’ para ganar mercado, no puede hacer de la noticia
un espectáculo, ni de los espectáculos una morbosa exhibición del lado
oscuro de la naturaleza humana", subrayó el Presidente.
Por su parte, el Ministro de Educación y Cultura,
Jorge Brovetto, dijo que el canal estatal tiene una clara vocación
democrática y de servicio a la comunidad y busca brindar información
actual, en forma plural llegando a todo los rincones del país.
La Directora de Televisión Nacional Uruguay, Sonia
Breccia, destacó su compromiso y los logros de convertir al canal
estatal en medio de comunicación dedicado a la información; el
mejoramiento de la pantalla para que se viera desde los hogares con
claridad; la recuperación de la señal del departamento de Maldonado; así
como la gestión de realizar llamados abiertos a profesionales.
Los objetivos son: informar, educar y entretener,
dijo Breccia y se están cumpliendo con la recuperación de la
infraestructura edilicia, con la renovación de la tecnología de emisión,
con la compra de modernos equipos que llevarán a un mejor desarrollo de
los distintos servicios que se ofrecen a la ciudadanía.
Actualmente se procesan convenios de intercambio de
información con Canal 7 de Argentina, con Chile, Venezuela, Brasil,
entre otros, como forma de apostar a la variedad y a la calidad.
También se apuesta a la producción nacional y a la
implementación de una nueva programación que se presentó en el evento.
El acto comenzó a las 20:30 horas, en la Torre de las
Comunicaciones y luego de las palabras del Presidente de la República,
del Ministro de Educación y Cultura, Jorge Brovetto, y de la Directora
de la Televisión Nacional de Uruguay se proyectó un video de ocho
minutos con la nueva propuesta de programación.
El flamante logo en forma de U que muestra el color
verde del campo y el azul del río está acompañado de la nueva
identificación del canal: Televisión Nacional de Uruguay; que existe
como canal estatal desde hace más de 40 años y desde el año 2005 -con la
asunción de las nuevas autoridades de Gobierno- se propuso cumplir con
las funciones de servicio público que le corresponden.
En una primera instancia se propuso duplicar la
audiencia que tuvo históricamente el canal, con el objetivo de ser una
televisión para todos los ciudadanos y que atienda la actualidad y las
necesidades de la población garantizando la pluralidad.
El nuevo proyecto basa su programación en tres
grandes áreas: la información, la coproducción y el intercambio local,
regional e internacional.
El canal público es el único que llega y transmite
por aire a toda la Nación, captando audiencia en todos los departamentos
del territorio nacional a través de sus 23 repetidoras y su emisión por
todos los sistemas de cable que cubren el país.
La Televisión Nacional posee 11 horas de contenidos
informativos en vivo a través de periodísticos, flashes e informativos
de producción propia.
Su nueva grilla está compuesta por un 40% de
informativos y periodísticos, un 15% de programación cultural, cine y
artes plásticas y el restante 45% de contenidos deportivos, infantiles,
agropecuarios, intercambio de programación regional e internacional,
ciencia y tecnología y documentales latinoamericanos.
La Televisión Nacional es el único canal abierto que
posee una tanda de bien público, brindando su apoyo de difusión a
emprendimientos culturales y de responsabilidad social.
PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, TABARÉ
VÁZQUEZ, EN LA PRESENTACIÓN DE LA NUEVA IMAGEN DE TELEVISIÓN NACIONAL
PRESIDENTE VÁZQUEZ: Queridas y apreciadas amigas
todas, queridos y apreciados amigos todos, el calor humano que hoy
vivimos en este encuentro -en esta sala- ha disparado todas las alarmas
y todos los celulares; pero yo les quiero dar una noticia que me acaban
de informar que los va a dejar fríos, va a bajar la temperatura y espero
que no suenen las alarmas: tenemos más de ocho televidentes mirándonos,
Julio César Sánchez Padilla.
Bien, a medio siglo de sus primeras transmisiones en
nuestro país, la televisión ocupa buena parte de la vida cotidiana de
todos los uruguayos.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística, el
94% de los hogares montevideanos y el 90% de los hogares del interior
del país tienen, por lo menos, un aparato de televisión. No es un dato
menor si se tiene en cuenta que -según el mismo estudio- los hogares que
tienen refrigerador son el 97% en Montevideo y el 94% en el interior; y
los que tienen calefón son el 93% en Montevideo y el 83% en el interior.
Pero la importancia de la televisión, sin duda, trasciende la cantidad
de aparatos; basta tener en cuenta en qué lugar de la vivienda suele
estar ubicado el televisor para constatar que el mismo ocupa -por
decirlo de alguna manera- un espacio de mayor jerarquía hogareña que la
heladera o el calefón. El calefón tiene su lugar, también, de
importancia en la vivienda. Y tiene, además, mayor poder de
convocatoria, sin duda la televisión. Difícilmente, un ser humano pasa
dos horas diarias frente al calefón o la heladera. Sin embargo, según un
estudio realizado en el año 2004, los uruguayos pasamos promedialmente
dos horas diarias frente a la TV. No somos ni una excepción, ni los más
teledependientes; los europeos -por ejemplo- tienen una media de 200
minutos diarios frente al televisor. La mayoría de ese tiempo se
concentra entre las 8 y las 12 de la noche, es decir, durante el rato
que transcurre entre que la gente llega a su casa y se duerme.
Hago referencia a estos datos estadísticos para
demostrar lo dicho al principio: la televisión ocupa buena parte de
nuestra vida cotidiana. Podría mencionar otros datos referidos a la
televisión, en tanto electrodoméstico ideológico, como la denomina la
periodista Margarita Riviére, quien en su ensayo "La década de la
decencia" sostiene que -textual- "la televisión se ha convertido en
aquello con lo que soñaron tantos intelectuales políticos y curas: ser
el predicador universal".
Podría también hacer mención al impacto de la
televisión sobre la actividad cerebral de la audiencia; como ven me
alejo de los aspectos técnicos que Sonia detalló tan bien, porque no los
conozco y voy a incursionar en estos temas un poco más médicos que
conozco mejor. Y no lo digo con ánimo peyorativo. Lo cierto -Señoras y
Señores- es que lo que vemos en el tubo catódico no es una imagen, son
unas 500 líneas de puntos luminosos que en algún lugar de nuestro
organismo hay que sistematizar como imagen. Recibimos los impactos y
nuestro cerebro es quien los interpreta y los sistematiza. ¿Y dónde se
hace ese trabajo? En el cerebro -como dije- y principalmente en su
hemisferio derecho donde se concentran las funciones de aceptación de
imágenes y pensamiento espacial; nos ubica en el espacio y en el tiempo.
Como contrapartida de esta hiperactividad del hemisferio cerebral
derecho se desestimula el hemisferio cerebral izquierdo, donde se
concentran las funciones de análisis y pensamiento lógico, es decir, el
razonamiento.
Si será importante, entonces, una buena televisión ya
que nos quita el imparte del razonamiento que nos hiperactive la parte
del cerebro, que de buena manera reciba los impactos de esa imagen que
sistematizamos. Una televisión, entonces, cuyos contenidos estimulen la
reflexión y la razón. Una televisión cuyos contenidos promuevan respeto
al semejante, ciudadanía para cada uno y convivencia democrática entre
todos. Una televisión que -como dijimos semanas atrás en ocasión del
relanzamiento de las radioemisoras del Estado- no confunda información
con chisme, participación con escándalo, debate con agravio, espectáculo
con ridiculez -con morbosidad-, cultura con moda o audiencia con rebaño.
Si será importante, entonces, esta Televisión Nacional cuya nueva imagen
corporativa hoy se acaba de presentar.
No ignoramos ni subvaloramos otras expresiones de la
televisión de nuestro país -no lo hacemos-, pero hoy aquí estamos
convocados por el canal público del Estado uruguayo -de todos los
uruguayos, sin diferencias- el tradicional Canal 5 que actualmente,
mediante sus 23 repetidoras y emisiones por cable, llega a todos los
rincones del país con una variada programación que incluye información,
cultura, deportes, espacios infantiles, educativos, de divulgación
científica, de promoción agropecuaria, etcétera.
Señoras y Señores, amigas y amigos, la televisión
estatal tiene un enorme desafío: como la televisión en su conjunto
transmite valores, moldea pautas culturales, canaliza el derecho a la
información y a la libertad de expresión, es un espacio de acceso a la
cultura y, por cierto, al entretenimiento, es -o por lo menos debiera
ser- un instrumento de relacionamiento ciudadano y de funcionamiento
democrático de la sociedad; y eso implica -Señora- una enorme
responsabilidad. Al mismo tiempo, por ser una televisión estatal, la
ciudadanía le exige -y con razón- austeridad en lo económico, calidad en
la programación y liderazgo de audiencia. Una suerte de ecuación mágica
que hay que resolver, según decía tiempo atrás la Directora de
Radiotelevisión española.
Creo que también nosotros -Señor Ministro, Señora
Directora de nuestra Televisión Nacional, Señoras y Señores- estamos
enfrentados a esa ecuación mágica que no es sencilla, pero que debemos
dilucidar. Difícilmente, podremos ser más austeros de lo que somos.
Todos sabemos que desde el punto de vista
presupuestal la Televisión Nacional tiene mucho de milagro cotidiano y
tiene también mucho de compromiso y esfuerzo de sus funcionarios; justo
es reconocerlo y se lo hemos reconocido cuando llegamos y nos estaban
esperando en una ruidosa manifestación. Pero más allá de ello, confío
que entre todos continuaremos mejorando la calidad de la programación de
la televisión estatal y continuaremos también acrecentando su audiencia.
No es fácil, la televisión estatal tiene que ser especialmente cuidadosa
en sus contenidos. No puede recurrir a programación ‘chatarra’ para
ganar mercado, no puede hacer de la noticia un espectáculo, ni de los
espectáculos una morbosa exhibición del lado oscuro de la naturaleza
humana. La competencia se le hace difícil, pero es necesario y posible
resolver esa ecuación.
Es necesario y posible conjugar calidad con liderazgo
y, al fin y al cabo, la audiencia no es un rebaño, tampoco la sociedad
es un mercado y hay que confiar en ella; hay que confiar en los
ciudadanos.
Hay que confiar en el derecho de la gente a vivir
dignamente y en sociedad; pero no solamente hay que confiar, también hay
que trabajar para ello.
Esta nueva imagen corporativa de la Televisión
Nacional no es un ‘borrón y cuenta nueva’. Nuestra televisión estatal
tiene -por encima de luces y sombras- una larga y rica trayectoria.
Tampoco es una varita mágica que resolverá la ecuación mencionada
anteriormente, pero ayudará en una tarea que es de todos; todos los
uruguayos y para todos, todos los uruguayos. De ahí entonces, nuestra
bienvenida a la misma y nuestra más profunda confianza en su aporte.
Muchas gracias. |