04/12/06


TELEVISIÓN NACIONAL URUGUAY: LUGAR DE ENCUENTRO DE CIUDADANOS
La televisión es el predicador universal que ocupa buena parte de la vida cotidiana de los uruguayos, "y este medio de comunicación del Estado debe cumplir con una ecuación mágica: austeridad en lo económico, calidad en la programación y liderazgo de audiencia", dijo el Presidente en la presentación de la nueva imagen de Televisión Nacional Uruguay.

Este lunes 4, ante la presencia del Presidente de la República, Tabaré Vázquez; el Ministro de Educación y Cultura, Jorge Brovetto, y la Directora del Canal estatal, Sonia Breccia, Televisión Nacional lanzó su nueva imagen corporativa, presentando la adquisición de avances tecnológicos basados en cámaras, un móvil satelital de última generación, y el lanzamiento del sitio web: www.tnu.com.uy en el que se podrá consultar la programación, las novedades y establecer contactos.

En su exposición el Presidente Vázquez, haciendo referencia a que la televisión ocupa buena parte de la vida cotidiana de todos los uruguayos, señaló que el 94% de los hogares montevideanos y el 90% de los domicilios del interior del país tienen un aparato de transmisión y que según estudios realizados en el año 2004, "los uruguayos pasamos promedialmente dos horas diarias frente al televisor".

En ese sentido destacó que es importante una televisión con contenidos que estimulen la reflexión y la razón, y que promuevan el respeto al semejante en el marco de una convivencia democrática entre todos.

Vázquez manifestó que es vital contar con "una televisión que no confunda información con chisme, participación con escándalo, debate con agravio, espectáculo con ridiculez -con morbosidad-, cultura con moda o audiencia con rebaño".

Televisión Nacional llega actualmente -mediante sus 23 repetidoras y emisiones por cable- a todos los rincones del país con una variada programación que incluye información, cultura, deportes, espacios infantiles, educativos, de divulgación científica, de promoción agropecuaria, entre otros.

El Mandatario señaló que la Televisión estatal tiene enormes desafíos como la transmisión de valores, el ofrecimiento de modelos de pautas culturales, la canalización del derecho a la información y a la libertad de expresión.

Es "un instrumento de relacionamiento ciudadano y de funcionamiento democrático de la sociedad, y eso implica una enorme responsabilidad".

La ciudadanía le exige a la Televisión estatal austeridad en lo económico, calidad en la programación y liderazgo de audiencia, una suerte de ecuación mágica que hay que resolver, dijo Vázquez.

Precisó que Televisión Nacional tiene mucho de milagro cotidiano y otro tanto de compromiso y esfuerzo por parte de todo su funcionariado.

"La Televisión estatal no puede recurrir a programación ‘chatarra’ para ganar mercado, no puede hacer de la noticia un espectáculo, ni de los espectáculos una morbosa exhibición del lado oscuro de la naturaleza humana", subrayó el Presidente.

Por su parte, el Ministro de Educación y Cultura, Jorge Brovetto, dijo que el canal estatal tiene una clara vocación democrática y de servicio a la comunidad y busca brindar información actual, en forma plural llegando a todo los rincones del país.

La Directora de Televisión Nacional Uruguay, Sonia Breccia, destacó su compromiso y los logros de convertir al canal estatal en medio de comunicación dedicado a la información; el mejoramiento de la pantalla para que se viera desde los hogares con claridad; la recuperación de la señal del departamento de Maldonado; así como la gestión de realizar llamados abiertos a profesionales.

Los objetivos son: informar, educar y entretener, dijo Breccia y se están cumpliendo con la recuperación de la infraestructura edilicia, con la renovación de la tecnología de emisión, con la compra de modernos equipos que llevarán a un mejor desarrollo de los distintos servicios que se ofrecen a la ciudadanía.

Actualmente se procesan convenios de intercambio de información con Canal 7 de Argentina, con Chile, Venezuela, Brasil, entre otros, como forma de apostar a la variedad y a la calidad.

También se apuesta a la producción nacional y a la implementación de una nueva programación que se presentó en el evento.

El acto comenzó a las 20:30 horas, en la Torre de las Comunicaciones y luego de las palabras del Presidente de la República, del Ministro de Educación y Cultura, Jorge Brovetto, y de la Directora de la Televisión Nacional de Uruguay se proyectó un video de ocho minutos con la nueva propuesta de programación.

El flamante logo en forma de U que muestra el color verde del campo y el azul del río está acompañado de la nueva identificación del canal: Televisión Nacional de Uruguay; que existe como canal estatal desde hace más de 40 años y desde el año 2005 -con la asunción de las nuevas autoridades de Gobierno- se propuso cumplir con las funciones de servicio público que le corresponden.

En una primera instancia se propuso duplicar la audiencia que tuvo históricamente el canal, con el objetivo de ser una televisión para todos los ciudadanos y que atienda la actualidad y las necesidades de la población garantizando la pluralidad.

El nuevo proyecto basa su programación en tres grandes áreas: la información, la coproducción y el intercambio local, regional e internacional.

El canal público es el único que llega y transmite por aire a toda la Nación, captando audiencia en todos los departamentos del territorio nacional a través de sus 23 repetidoras y su emisión por todos los sistemas de cable que cubren el país.

La Televisión Nacional posee 11 horas de contenidos informativos en vivo a través de periodísticos, flashes e informativos de producción propia.

Su nueva grilla está compuesta por un 40% de informativos y periodísticos, un 15% de programación cultural, cine y artes plásticas y el restante 45% de contenidos deportivos, infantiles, agropecuarios, intercambio de programación regional e internacional, ciencia y tecnología y documentales latinoamericanos.

La Televisión Nacional es el único canal abierto que posee una tanda de bien público, brindando su apoyo de difusión a emprendimientos culturales y de responsabilidad social.

PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, TABARÉ VÁZQUEZ, EN LA PRESENTACIÓN DE LA NUEVA IMAGEN DE TELEVISIÓN NACIONAL

PRESIDENTE VÁZQUEZ: Queridas y apreciadas amigas todas, queridos y apreciados amigos todos, el calor humano que hoy vivimos en este encuentro -en esta sala- ha disparado todas las alarmas y todos los celulares; pero yo les quiero dar una noticia que me acaban de informar que los va a dejar fríos, va a bajar la temperatura y espero que no suenen las alarmas: tenemos más de ocho televidentes mirándonos, Julio César Sánchez Padilla.

Bien, a medio siglo de sus primeras transmisiones en nuestro país, la televisión ocupa buena parte de la vida cotidiana de todos los uruguayos.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística, el 94% de los hogares montevideanos y el 90% de los hogares del interior del país tienen, por lo menos, un aparato de televisión. No es un dato menor si se tiene en cuenta que -según el mismo estudio- los hogares que tienen refrigerador son el 97% en Montevideo y el 94% en el interior; y los que tienen calefón son el 93% en Montevideo y el 83% en el interior. Pero la importancia de la televisión, sin duda, trasciende la cantidad de aparatos; basta tener en cuenta en qué lugar de la vivienda suele estar ubicado el televisor para constatar que el mismo ocupa -por decirlo de alguna manera- un espacio de mayor jerarquía hogareña que la heladera o el calefón. El calefón tiene su lugar, también, de importancia en la vivienda. Y tiene, además, mayor poder de convocatoria, sin duda la televisión. Difícilmente, un ser humano pasa dos horas diarias frente al calefón o la heladera. Sin embargo, según un estudio realizado en el año 2004, los uruguayos pasamos promedialmente dos horas diarias frente a la TV. No somos ni una excepción, ni los más teledependientes; los europeos -por ejemplo- tienen una media de 200 minutos diarios frente al televisor. La mayoría de ese tiempo se concentra entre las 8 y las 12 de la noche, es decir, durante el rato que transcurre entre que la gente llega a su casa y se duerme.

Hago referencia a estos datos estadísticos para demostrar lo dicho al principio: la televisión ocupa buena parte de nuestra vida cotidiana. Podría mencionar otros datos referidos a la televisión, en tanto electrodoméstico ideológico, como la denomina la periodista Margarita Riviére, quien en su ensayo "La década de la decencia" sostiene que -textual- "la televisión se ha convertido en aquello con lo que soñaron tantos intelectuales políticos y curas: ser el predicador universal".

Podría también hacer mención al impacto de la televisión sobre la actividad cerebral de la audiencia; como ven me alejo de los aspectos técnicos que Sonia detalló tan bien, porque no los conozco y voy a incursionar en estos temas un poco más médicos que conozco mejor. Y no lo digo con ánimo peyorativo. Lo cierto -Señoras y Señores- es que lo que vemos en el tubo catódico no es una imagen, son unas 500 líneas de puntos luminosos que en algún lugar de nuestro organismo hay que sistematizar como imagen. Recibimos los impactos y nuestro cerebro es quien los interpreta y los sistematiza. ¿Y dónde se hace ese trabajo? En el cerebro -como dije- y principalmente en su hemisferio derecho donde se concentran las funciones de aceptación de imágenes y pensamiento espacial; nos ubica en el espacio y en el tiempo. Como contrapartida de esta hiperactividad del hemisferio cerebral derecho se desestimula el hemisferio cerebral izquierdo, donde se concentran las funciones de análisis y pensamiento lógico, es decir, el razonamiento.

Si será importante, entonces, una buena televisión ya que nos quita el imparte del razonamiento que nos hiperactive la parte del cerebro, que de buena manera reciba los impactos de esa imagen que sistematizamos. Una televisión, entonces, cuyos contenidos estimulen la reflexión y la razón. Una televisión cuyos contenidos promuevan respeto al semejante, ciudadanía para cada uno y convivencia democrática entre todos. Una televisión que -como dijimos semanas atrás en ocasión del relanzamiento de las radioemisoras del Estado- no confunda información con chisme, participación con escándalo, debate con agravio, espectáculo con ridiculez -con morbosidad-, cultura con moda o audiencia con rebaño. Si será importante, entonces, esta Televisión Nacional cuya nueva imagen corporativa hoy se acaba de presentar.

No ignoramos ni subvaloramos otras expresiones de la televisión de nuestro país -no lo hacemos-, pero hoy aquí estamos convocados por el canal público del Estado uruguayo -de todos los uruguayos, sin diferencias- el tradicional Canal 5 que actualmente, mediante sus 23 repetidoras y emisiones por cable, llega a todos los rincones del país con una variada programación que incluye información, cultura, deportes, espacios infantiles, educativos, de divulgación científica, de promoción agropecuaria, etcétera.

Señoras y Señores, amigas y amigos, la televisión estatal tiene un enorme desafío: como la televisión en su conjunto transmite valores, moldea pautas culturales, canaliza el derecho a la información y a la libertad de expresión, es un espacio de acceso a la cultura y, por cierto, al entretenimiento, es -o por lo menos debiera ser- un instrumento de relacionamiento ciudadano y de funcionamiento democrático de la sociedad; y eso implica -Señora- una enorme responsabilidad. Al mismo tiempo, por ser una televisión estatal, la ciudadanía le exige -y con razón- austeridad en lo económico, calidad en la programación y liderazgo de audiencia. Una suerte de ecuación mágica que hay que resolver, según decía tiempo atrás la Directora de Radiotelevisión española.

Creo que también nosotros -Señor Ministro, Señora Directora de nuestra Televisión Nacional, Señoras y Señores- estamos enfrentados a esa ecuación mágica que no es sencilla, pero que debemos dilucidar. Difícilmente, podremos ser más austeros de lo que somos.

Todos sabemos que desde el punto de vista presupuestal la Televisión Nacional tiene mucho de milagro cotidiano y tiene también mucho de compromiso y esfuerzo de sus funcionarios; justo es reconocerlo y se lo hemos reconocido cuando llegamos y nos estaban esperando en una ruidosa manifestación. Pero más allá de ello, confío que entre todos continuaremos mejorando la calidad de la programación de la televisión estatal y continuaremos también acrecentando su audiencia. No es fácil, la televisión estatal tiene que ser especialmente cuidadosa en sus contenidos. No puede recurrir a programación ‘chatarra’ para ganar mercado, no puede hacer de la noticia un espectáculo, ni de los espectáculos una morbosa exhibición del lado oscuro de la naturaleza humana. La competencia se le hace difícil, pero es necesario y posible resolver esa ecuación.

Es necesario y posible conjugar calidad con liderazgo y, al fin y al cabo, la audiencia no es un rebaño, tampoco la sociedad es un mercado y hay que confiar en ella; hay que confiar en los ciudadanos.

Hay que confiar en el derecho de la gente a vivir dignamente y en sociedad; pero no solamente hay que confiar, también hay que trabajar para ello.

Esta nueva imagen corporativa de la Televisión Nacional no es un ‘borrón y cuenta nueva’. Nuestra televisión estatal tiene -por encima de luces y sombras- una larga y rica trayectoria. Tampoco es una varita mágica que resolverá la ecuación mencionada anteriormente, pero ayudará en una tarea que es de todos; todos los uruguayos y para todos, todos los uruguayos. De ahí entonces, nuestra bienvenida a la misma y nuestra más profunda confianza en su aporte. Muchas gracias.

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