Astori dijo en Chile que el MERCOSUR carece de liderazgo y presenta una fuerte debilidad institucional. El mal funcionamiento del Bloque, nos genera pérdidas de mercados, empleos y desvíos de inversión. Señaló que no se puede esperar avances en la región, donde el diferendo con Argentina agravó el panorama y mostró la indiferencia de Brasil para intervenir.

Durante su alocución en la CEPAL, Danilo Astori dijo que el MERCOSUR deja en claro una extensa lista de compromisos no cumplidos; a modo de ejemplo señaló la falta de acceso a los mercados del bloque; la existencia de medidas restrictivas en el manejo de barreras no arancelarias; la falta de coordinación de políticas macroeconómicas; decisiones públicas que afectan a los socios menores del Bloque; estancamiento en la negociación conjunta para acuerdos comerciales con otros bloques regionales, como la Unión Europea, que tiene una demora de 11 años; la falta de cumplimiento de laudos arbitrales que generan incertidumbres y desconfianzas, dentro y fuera del Bloque.

Astori agregó que estas consecuencias negativas afectan directamente a las economías más pequeñas del MERCOSUR, y es por ello que el Uruguay generó una nueva estrategia de inserción al mundo, como el camino para un acuerdo de intercambio comercial con los EE.UU. a través del TIFA; el reordenamiento interno de la economía uruguaya reduciendo vulnerabilidades y deficiencias; la reprogramación y reperfilamiento de la deuda externa del país y la reciente cancelación de los compromisos con el FMI, como un logro de la nueva política económica que lleva adelante la Administración que encabeza el Presidente Tabaré Vázquez.

Pese a este panorama complejo y difícil para el Uruguay, Astori señaló que las exportaciones este año crecieron un 20%, con una economía en expansión, con la generación de miles de puestos de trabajo, una fuerte credibilidad internacional, con un país que ofrece certezas jurídicas, institucionales y que le permite captar nuevas inversiones con reglas claras del juego para todas las partes, inversiones privadas, publicas y cuya solidez institucional otorga la credibilidad que el Uruguay ostenta en el mundo.