25/04/07


MENSAJE DEL INAU EN CADENA NACIONAL DE RADIO Y TELEVISIÓN
En el Día Mundial de la Lucha Contra la Violencia Infantil, el Presidente del INAU, Víctor Giorgi, se dirigió a la población por Cadena Nacional de radio y televisión.

Ciudadanas y ciudadanos todos, mujeres, hombres, niños, niñas y adolescentes.

Hoy – 25 de abril - se celebra por resolución de las Naciones Unidas, el DÍA MUNDIAL DE LA LUCHA CONTRA LA VIOLENCIA INFANTIL.

Ocasión para la reflexión y el análisis de un tema del cual se habla poco. Tema poco visible, silenciado, pero que marca la vida de un número demasiado importante de nuestros niños, niñas y adolescentes. Tema del cual los adultos queremos colocarnos lejos, verlo como problema de otros; otros países, otras culturas, otros sectores sociales, otras familias; pero sin embargo, el maltrato y la violencia conviven con nosotros, atraviesan todos los sectores sociales, forman parte de nuestra cultura.

Cuando hablamos de la cultura nos referimos a sistemas de ideas y creencias que proponen como legítimo el castigo físico, el uso de la violencia del adulto hacia el niño como forma de controlar sus comportamientos, imponer disciplina, corregir supuestas desviaciones, desconociendo que con estas actitudes, además de violar derechos y atacar la dignidad, estamos dando modelos de resolución de conflictos a través de la violencia, del ejercicio arbitrario de la fuerza, del desconocimiento del otro como persona. Estamos alimentando ese espiral de violencias que tanto nos alarma cuando se vuelve hacia nosotros.

Además del uso de la violencia física o emocional para imponer una supuesta autoridad, el MALTRATO INFANTIL se configura cuando el adulto genera daño físico o psíquico, sea por acción u omisión. Es decir, por actuar violentamente o por no actuar en concordancia con sus responsabilidades adultas ante las necesidades del niño. Ser testigo de situaciones de violencia, en especial de violencia doméstica, es también una forma de maltrato.

Capítulo aparte merece la violencia sexual, tanto en la forma de abuso, donde el adulto impone su fuerza y su capacidad de dominio, buscando su gratificación sexual, como en las distintas formas de explotación: relaciones sexuales remuneradas, pornografía, espectáculos sexuales.

Todas las formas de violencia hacia los niñas, niños y adolescentes, se basan en un uso abusivo del poder adulto, poder de la fuerza física, de la dependencia económica, del conocimiento, de la credibilidad a nivel social.

El principal cómplice es el silencio, silencio de las víctimas por desinformación, inhibición, miedo. Pero también silencio por no tener quien escuche y dé crédito a los dichos de las niñas y niños.

A los adultos nos cuesta aceptar las evidencias de encontrarnos ante hechos tan aberrantes. Tendemos a no ver, no oír, cerrando así el círculo del silencio.

El ejercicio del derecho a la participación por parte de los niños, niñas y adolescentes, el derecho a ser escuchados, la sensibilización de los adultos para que aprendan a respetar las opiniones de las niñas y niños, a comprender sus pedidos de ayuda, son las principales herramientas para romper esos silencios, impregnados de sufrimiento.

El Estado debe propiciar la visibilidad, implementar políticas que pongan el tema en la opinión pública, desarrollar sistemas de detección e intervención, convocar a la participación de la comunidad en la protección de la niñez y la adolescencia. El problema compete, entre otros, a la educación, la Salud Pública, la policía, las Políticas Sociales y los sistemas de protección a la infancia y la adolescencia, por lo que se hace necesario coordinar y articular estrategias, evitar superposiciones y asegurar el uso oportuno y eficiente de los recursos, de modo de garantizar a niñas, niños y adolescentes, el ejercicio pleno de sus derechos.

Esto ha llevado a las instituciones públicas involucradas a implementar un SISTEMA INTEGRAL DE PROTECCIÓN A LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA CONTRA LA VIOLENCIA. (SIPIAV).

Dicho sistema desarrollará 3 líneas de acción estratégica. En primer lugar, formación y sensibilización sobre el tema: capacitación de operadores, fortalecimiento de redes, campañas de información y sensibilización.

En un segundo lugar, evaluación y reorganización de los servicios, articulándolos en un sistema de atención a la violencia, desde un enfoque familiar y comunitario.

Por último, pero no menos importante, revisión permanente del marco legal, a partir de la experiencia, promoviendo su adecuación y actualización.

Este acuerdo contará con un Comité Coordinador, integrado por las instituciones firmantes: MIDES; MSP; Ministerio del Interior; ANEP e INAU, quién ejercerá su presidencia, y a los que se suman UNICEF y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, con su aval y firme apoyo.

Dicho Comité podrá integrar otras instituciones públicas o privadas, que formen parte del sistema de protección de la infancia y la adolescencia.

Muchas veces en la sociedad uruguaya, se elevan voces preocupadas por los hechos de violencia que involucran a adolescentes y jóvenes, se reclama el control, la represión, la sanción. Acciones por cierto necesarias e ineludibles cuando se alcanzan ciertos extremos. Pero no podemos desconocer el papel que juega el mundo adulto en la producción y reproducción de esa violencia. Se hace necesario proteger, cuidar a la infancia, para mañana no tener que cuidarnos de nuestros niños y adolescentes.

La concreción de este Convenio, es un paso estratégico en el proceso de construcción de un Uruguay solidario, donde los niños, niñas y adolescentes, se desarrollen en condiciones de protección y dignidad, donde aprendan a ser respetados y respetar a otros, donde la diferencia y el conflicto no sean sinónimos de violencia.

En este día internacional, hacemos un llamado a la reflexión colectiva, en las familias, centros de estudio, lugares de trabajo, espacios comunitarios. Pensemos juntos, cómo contribuye cada uno de nosotros a la construcción de esa nueva forma de convivencia, donde predomine la "no violencia", el "buen trato", el respeto entre las diferentes generaciones.

Garantizar derechos de la Niñez y Adolescencia, es un deber del Estado, un compromiso del Gobierno Nacional y una responsabilidad de todos.

Gracias por su atención.

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