En los últimos 20 años, murieron en América Latina más de 300 periodistas en el ejercicio de su profesión. Cuando un periodista es asesinado, también se acaba con el derecho del público a acceder a lo que ese periodista quería transmitir, sostuvo el Vicepresidente Regional de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la SIP, Claudio Paolillo.

Por tal motivo, una de las conclusiones a las que se arribó en la Conferencia Regional sobre Libertad de Prensa y Seguridad de los Periodistas, fue hacer comprensible a la sociedad en su conjunto, la necesidad de proteger y preservar la integralidad de un profesional de comunicación, una de las piezas vitales de un sistema democrático sano, especialmente evitando que quede expuesto a cualquier tipo de agresión, intimidación o en casos más graves, acallar su voz atentando contra su vida.

Por su parte, el ex-Subsecretario del Interior, Juan Faroppa, señaló la importancia de una posible reforma constitucional, a los efectos de establecer el libre derecho de cualquier persona -sea periodista o no- a expresar su opinión, sin que esto ocasione una posterior sanción penal.