A 27 años del inicio de la producción de energía eléctrica, la Central Hidroeléctrica de Salto Grande, es objeto de importantes inversiones destinadas a la renovación del equipamiento, de acuerdo a los avances tecnológicos que permiten mantener en valor al complejo hidroeléctrico.

La Comisión Técnica Mixta de Salto Grande (CTM), organismo que gestiona este complejo hidroeléctrico, se encuentra abocada a la ejecución de una serie de proyectos que prevén el mantenimiento de sus activos que involucran a la represa y al cuadrilátero que conforman las cuatro estaciones existentes (Salto Grande y Colonia Elía, del lado argentino y Salto Grande y San Javier, del lado uruguayo.

El monto de estas transformaciones tecnológicas, alcanza los U$S 8.000.000 de inversión y está financiado en partes iguales, por Argentina y Uruguay.

La Central Hidroeléctrica Binacional de Salto Grande, está ubicada a 15 Km. al norte de las ciudades de Salto y Concordia, comenzó a generar energía en 1979 y aporta en promedio el 50% de la demanda energética de nuestro país y el10% del requerimiento argentino. En ella trabajan poco más de 500 funcionarios.

Uno de los proyectos ya finalizado, que se encuentra en etapa de ensayos de instalación y se pondrá en funcionamiento en el transcurso de este año, prevé inversiones en el Sistema Supervisor, del orden de los U$S 2.900.000.

"Esa obra permite hacer el proceso de telemando desde las subestaciones, desde un centro de control y también parte de la operación de la propia central desde éste". También mejora la calidad y cantidad de la información que se obtiene de esos puntos, sobre el estado y parte importante de las instalaciones, indicó el delegado uruguayo de CTM, Gabriel Rodríguez.

Otra iniciativa en curso y de relativa magnitud, es del Cambio del Sistema de Excitación de la central de generación. Este cambio implica la renovación del equipamiento que se encuentra operativo desde los orígenes de la central. En esta área se invertirá U$S 2.800.000 en un plazo de cinco años.

El presidente de la delegación uruguaya de CTM, Enrique Topolansky, explicó que es necesario que los cambios del equipamiento se hagan en forma paulatina porque comprende a todos los equipos de la central y los países involucrados no pueden suspender la producción de energía. Es por esta razón que las tareas de esa índole se efectúan en forma escalonada en marzo, octubre y noviembre, coincidiendo con los meses de menor cantidad de agua en el embalse y el cauce del Río.

Una tercer iniciativa, en etapa de ejecución y que culmina este año, se denomina Defensa de la Central contra la Crecida de Diseño, que involucra algunos trabajos de infraestructura dentro de la central. Esta obra de ingeniería civil, prevé que si hay una crecida considerable del río, el complejo no se inunde aguas abajo. Las obras civiles, precisamente, impedirán que se inunde la central. La inversión aquí ronda U$S 1.000.000.

También en etapa de realización, y a un costo de U$S 1.300.000, se encuentra una Exclusa Pasabarcos o Barcazas de aguas abajo a aguas arriba del Río Uruguay. En este caso, al cerramiento ya existente se le incorporará, por razones de seguridad, un segundo cerramiento sobre la represa, a fin de evitar problemas con el agua que se está embalsando.

Topolansky y Rodríguez, mencionan otro proyecto en carpeta como la Repotenciación de la Central, que demandaría trabajar sobre las propias turbinas y generadores, con el objetivo de obtener un mayor volumen de energía. Aunque aclaran que esta operación requiere una serie de estudios, lo que hace que su concreción aparezca más lejana en el tiempo.