10/05/07


GOBIERNO BUSCA LOGRAR IGUALDAD DE GÉNERO EN EL MUNDO LABORAL
A pesar de los avances logrados por las mujeres uruguayas en la conquista por sus derechos ciudadanos, aún siguen perteneciendo al grupo que sufre mayor discriminación a nivel laboral. En este sentido, el informe "Desafíos para la igualdad en el trabajo en Uruguay", revela que la remuneración media de las mujeres representa el 71% de la que perciben los hombres.

La tasa de participación laboral femenina alcanza al 51.8%, donde se observa un crecimiento sostenido en los últimos 30 años. Las mujeres todavía enfrentan obstáculos para permanecer en el mercado de trabajo en empleos de calidad y con remuneraciones acordes a sus capacidades.

Las tasa de desempleo por sexo se ubican en el 14.4% para las mujeres y para los hombres es el 8.8%, estas cifras se mantienen constantes en los últimos años.

Las mujeres jóvenes son las que tienen mayores dificultades de acceso al mercado laboral.

Las ramas de trabajo más comunes donde se insertan laboralmente las mujeres son tres: servicios sociales, trabajo doméstico y comercio. Esto tiene que ver con la segregación ocupacional, donde se considera que un sexo es más apto para tal tarea o función.

Una de cada cinco mujeres trabaja en el servicio doméstico, que es el más desprotegido y donde se concentran los más bajos niveles salariales.

La brecha de ingresos entre hombres y mujeres es mayor en las categorías que perciben ingresos más altos como el personal directivo; a pesar de que el 60% de los universitarios son mujeres por lo cual existe preparación para integrar las estructuras directivas de las empresas privadas o públicas. En el 2005 la remuneración media de las mujeres representaba el 71% de la de los hombres.

En este sentido, la OIT señaló este año la colaboración del gobierno y de las organizaciones de empleadores para aplicar el decreto Nº 100 en los Consejos de Salarios, donde persisten algunos conceptos discriminatorios.

A nivel político, en el nuevo Parlamento del MERCOSUR, el 11% lo componen las mujeres, dentro del cual el 27,8 % son argentinas porque en ese país existe cuota femenina, Paraguay, Brasil y Uruguay tiene una única representante por país.

A pesar de los tímidos avances en Uruguay hay 4 ministras mujeres, lo que representa el 30 % y en el Parlamento es el 12.9% siendo éste uno de los niveles inferiores de América Latina.

Esta representación tan baja se observa también en el resto de los ámbitos, entes autónomos, empresa del Estado, Cámaras empresariales, sindicatos y delegaciones empresariales de los consejos de Salarios.

También se señalan en el informe, acciones institucionales y avances legales en el combate a la discriminación.

La Directora del Instituto Nacional de la Mujer, Carmen Beramendi, expresó que es un compromiso democrático construir políticas públicas que construyan igualdad. En Uruguay existe un "espejismo de igualdad" lo cual provoca una falsa visión de lo que realmente sucede, por esto se debe empezar por reconocer los problemas existentes y en consecuencia crear políticas de inclusión social y de derechos humanos que reconozcan la equidad de géneros.

Este informe expresa claramente las múltiples dimensiones de desigualdad que sufre la mujer en el mundo laboral e intenta colocar en la agenda ciudadana este debate. El gobierno uruguayo se comprometió con la ciudadanía en llevar adelante cinco proyectos de Uruguay a los que se le debe agregar el Uruguay Equitativo, dentro del que se inscribe el Plan de Igualdades, Oportunidades y Derechos que llevará a la práctica este programa de gobierno. Este Plan junto a la Comisión Tripartita para Igualdad Oportunidades y Trato en el Empleo le dará la institucionalidad necesaria al abordaje de este tema, así como la conformación de redes que permita desde lo institucional la participación de múltiples actores.

Con relación a la problemática en sí, Beramendi destacó la insuficiencia de carácter legal al respecto y la importancia de combinar políticas e instrumentos para resolver esta temática para identificar las causas de la desigualdad. En ese sentido, insistió en la importancia de analizar la división sexual que se hace en el mercado laboral, en el mundo productivo y reproductivo y el papel que las mujeres asumen en todo lo que se categoriza como la "economía del cuidado" que es elemento esencial en la creación de desigualdades.

Pablo Mandeville, Coordinador Residente de Naciones Unidas, encabezó la presentación del Informe Global sobre Discriminación en el Trabajo de la OIT y su informe complementario para el caso uruguayo, titulado "Desafíos para la igualdad en el trabajo en Uruguay". En este sentido, dijo que todas las organizaciones que componen Naciones Unidas, trabajan actualmente en una experiencia piloto en Uruguay, denominada "Una ONU" y en este proceso, el trabajo conjunto entre las mismas es esencial para mejorar la eficacia y eficiencia de la cooperación en Uruguay. Es en este contexto, la OIT y el PNUD avanzan hacia la firma de un acuerdo de acción conjunta, que incluye a Uruguay como uno de los países participantes de dicha alianza.

La promoción de los derechos humanos, incluido los derechos fundamentales en el trabajo, constituyen un objetivo prioritario acorde con la especial importancia y relevancia que el gobierno uruguayo le otorga al tema, para su estrategia de desarrollo social.

Por otra parte, Mandeville destacó el informe complementario presentado para Uruguay, porque como allí se afirma, a pesar de que en nuestro país las mujeres lograron importantes avances en las conquistas de los derechos ciudadanos, aún persisten importantes desigualdades que hacen de ellas, el grupo más numeroso que sufre en carne propia discriminación. El derecho a no sufrir ningún tipo de discriminación en el trabajo es esencial, así como también es el objetivo central de la estrategia nacional de desarrollo.

Finalmente, se mostró expectante de que el gobierno uruguayo encuentre propuestas y recomendaciones para lograr un desarrollo con equidad y justicia social.

El representante de CINTERFOR, OIT realizó una reseña histórica de la OIT donde recordó que esta organización creada en 1919 tuvo siempre el propósito de mejorar las condiciones laborales y actuar como elemento normativo para definir estándares o normas relacionadas con las condiciones de empleo. El procedimiento de trabajo de la OIT es promulgar cada año los convenios y recomendaciones que regulan aspectos y establecen pisos mínimos en diferentes aspectos de la vida laboral y los países integrantes tienen la prorrogativa de ratificar o no, las normas correspondientes; si lo hacen, serán supervisadas por los órganos institucionales de la Organización. A partir de 1998, esto cambió porque se aprobó una declaración sobre principios fundamentales en el trabajo que varió el enfoque de la acción normativa de la OIT, porque a partir de esa fecha, se procede a identificar una familia de normas fundamentales para el trabajo que deberán ser aplicadas por todos los países miembros, independientemente de que las hayan ratificado o no. Estas normas son: libertad de asociación sindical y el derecho a la asociación colectiva, la eliminación del trabajo forzoso, la eliminación del trabajo infantil y la eliminación de la discriminación en el trabajo. En base a esto, la OIT produce y publica cada año un informe global sobre una de estas cuatro familias de derechos fundamentales. El primer informe presentado en el 2003, fue sobre la Igualdad en el Trabajo y hoy, se presenta este nuevo informe sobre avances y problemáticas de la discriminación en el trabajo. Entre los aspectos fundamentales que se señalan en este informe se destaca que la discriminación en el trabajo está presente en todos los países en diferentes formas o gravedad; es un fenómeno muy difícil de medir; se manifiesta de diferentes maneras, por ejemplo, por el número de quejas; en el aspecto legislativo se han logrado importantes avances lo cual llevó a que la discriminación avanzara hacia formas más sutiles y menos evidentes.

Existen diferentes tipos de discriminación, directa, indirecta y múltiple donde se combinan varios factores. Se debe destacar que el lugar de trabajo no siempre es el origen de las discriminaciones sino el lugar donde éstas se manifiestan. Factores culturales, políticos e ideológicos son, entre otros, generados en otros ambientes.

Para atacar la discriminación, la OIT propone y promueve enfoques de políticas integradoras al respecto, reforzadas por un conjunto de acciones que pueden ir desde la inspección en el trabajo y políticas activas en el mercado de trabajo. Este informe trata también sobre la Acción Positiva, que son medidas que pueden parecer discriminatorias pero están dirigidas a resolver el problema. En el informe uruguayo, la igualdad de género es el tema fundamental porque es donde existe mayor discriminación y al mismo tiempo, donde se ven los mayores avances.

Finalmente, destacó el esfuerzo del gobierno uruguayo en la capacitación de inspectores en la materia y por los avances en la política relacionada con la maternidad y maternidad.

Por su parte, la consultora de OIT, Lilián Celiberti, autora del informe uruguayo, enumeró los puntos más destacables e informó que la conformación del mismo fue hecha con datos oficiales correspondientes al año 2005.

Explicó que cuando se habla de desigualdades de género, se debe tener en cuenta que la discriminación que afecta a las mujeres principalmente, tiene que ver con las relaciones entre los hombres y las mujeres en la sociedad, con las posibilidades de acceso al poder en la división sexual del trabajo y sobre todo en el mantenimiento de estas esferas separadas entre lo productivo y lo reproductivo que tiene enormes consecuencias en las sociedades porque la tarea productiva es tan necesaria para una sociedad como las reproductivas.

En cuanto al informe propiamente dicho, los datos más relevantes son:

Asimismo, se mostró partidaria de los mecanismos que generen en las empresas, mediante cupos y obligatoriedad, políticas concretas dirigidas a las mujeres porque se ha demostrado en el mundo que son mecanismos transitorios pero efectivos. Anunció que se está construyendo, conjuntamente con el Instituto Nacional de Estadística, un sistema de indicadores que contará con nuevas dimensiones y en este sentido, se presentará un nuevo trabajo que incorpora la dimensión étnica racial, como una nueva perspectiva permanente.

Al finalizar su exposición, Beramendi destacó el tema del acoso sexual como un capítulo aparte cuyo abordaje explica muchas veces, no sólo, la no permanencia de las mujeres en el mundo del trabajo sino también otras causales en la salud ocupacional de las mujeres.

El Ministro de Trabajo y Seguridad Social, Eduardo Bonomi, se centró en el poco cambio que demuestra este informe sobre discriminación con respecto a los anteriores y en este sentido, destacó que para mejorar este problema se debe mejorar la forma de encarar el acceso al poder y a la toma de decisiones.

Personalmente, Bonomi se reveló desconforme con la utilización del método de cuotas por género y explicó, que cuando se llega al momento de la contratación o designación de personal para la tarea que sea, empleos, representación sindical, u otros, los que dicen compartir las cuotas no lo reflejan en la decisión que toman.

Destacó también, que este gobierno a diferencia de todos los anteriores tiene cuatro ministras mujeres, de las cuales dos administran carteras consideradas como las más importantes, Defensa e Interior.

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