GOBIERNO BUSCA LOGRAR IGUALDAD DE GÉNERO EN EL MUNDO
LABORAL
A pesar de los avances logrados por las mujeres
uruguayas en la conquista por sus derechos ciudadanos, aún siguen
perteneciendo al grupo que sufre mayor discriminación a nivel laboral.
En este sentido, el informe "Desafíos para la igualdad en el trabajo en
Uruguay", revela que la remuneración media de las mujeres representa el
71% de la que perciben los hombres.
La tasa de participación laboral femenina alcanza al
51.8%, donde se observa un crecimiento sostenido en los últimos 30 años.
Las mujeres todavía enfrentan obstáculos para permanecer en el mercado
de trabajo en empleos de calidad y con remuneraciones acordes a sus
capacidades.
Las tasa de desempleo por sexo se ubican en el 14.4%
para las mujeres y para los hombres es el 8.8%, estas cifras se
mantienen constantes en los últimos años.
Las mujeres jóvenes son las que tienen mayores
dificultades de acceso al mercado laboral.
Las ramas de trabajo más comunes donde se insertan
laboralmente las mujeres son tres: servicios sociales, trabajo doméstico
y comercio. Esto tiene que ver con la segregación ocupacional, donde se
considera que un sexo es más apto para tal tarea o función.
Una de cada cinco mujeres trabaja en el servicio
doméstico, que es el más desprotegido y donde se concentran los más
bajos niveles salariales.
La brecha de ingresos entre hombres y mujeres es
mayor en las categorías que perciben ingresos más altos como el personal
directivo; a pesar de que el 60% de los universitarios son mujeres por
lo cual existe preparación para integrar las estructuras directivas de
las empresas privadas o públicas. En el 2005 la remuneración media de
las mujeres representaba el 71% de la de los hombres.
En este sentido, la OIT señaló este año la
colaboración del gobierno y de las organizaciones de empleadores para
aplicar el decreto Nº 100 en los Consejos de Salarios, donde persisten
algunos conceptos discriminatorios.
A nivel político, en el nuevo Parlamento del
MERCOSUR, el 11% lo componen las mujeres, dentro del cual el 27,8 % son
argentinas porque en ese país existe cuota femenina, Paraguay, Brasil y
Uruguay tiene una única representante por país.
A pesar de los tímidos avances en Uruguay hay 4
ministras mujeres, lo que representa el 30 % y en el Parlamento es el
12.9% siendo éste uno de los niveles inferiores de América Latina.
Esta representación tan baja se observa también en el
resto de los ámbitos, entes autónomos, empresa del Estado, Cámaras
empresariales, sindicatos y delegaciones empresariales de los consejos
de Salarios.
También se señalan en el informe, acciones
institucionales y avances legales en el combate a la discriminación.
La Directora del Instituto Nacional de la Mujer,
Carmen Beramendi, expresó que es un compromiso democrático construir
políticas públicas que construyan igualdad. En Uruguay existe un
"espejismo de igualdad" lo cual provoca una falsa visión de lo que
realmente sucede, por esto se debe empezar por reconocer los problemas
existentes y en consecuencia crear políticas de inclusión social y de
derechos humanos que reconozcan la equidad de géneros.
Este informe expresa claramente las múltiples
dimensiones de desigualdad que sufre la mujer en el mundo laboral e
intenta colocar en la agenda ciudadana este debate. El gobierno uruguayo
se comprometió con la ciudadanía en llevar adelante cinco proyectos de
Uruguay a los que se le debe agregar el Uruguay Equitativo, dentro del
que se inscribe el Plan de Igualdades, Oportunidades y Derechos que
llevará a la práctica este programa de gobierno. Este Plan junto a la
Comisión Tripartita para Igualdad Oportunidades y Trato en el Empleo le
dará la institucionalidad necesaria al abordaje de este tema, así como
la conformación de redes que permita desde lo institucional la
participación de múltiples actores.
Con relación a la problemática en sí, Beramendi
destacó la insuficiencia de carácter legal al respecto y la importancia
de combinar políticas e instrumentos para resolver esta temática para
identificar las causas de la desigualdad. En ese sentido, insistió en la
importancia de analizar la división sexual que se hace en el mercado
laboral, en el mundo productivo y reproductivo y el papel que las
mujeres asumen en todo lo que se categoriza como la "economía del
cuidado" que es elemento esencial en la creación de desigualdades.
Pablo Mandeville, Coordinador Residente de Naciones
Unidas, encabezó la presentación del Informe Global sobre Discriminación
en el Trabajo de la OIT y su informe complementario para el caso
uruguayo, titulado "Desafíos para la igualdad en el trabajo en Uruguay".
En este sentido, dijo que todas las organizaciones que componen Naciones
Unidas, trabajan actualmente en una experiencia piloto en Uruguay,
denominada "Una ONU" y en este proceso, el trabajo conjunto entre las
mismas es esencial para mejorar la eficacia y eficiencia de la
cooperación en Uruguay. Es en este contexto, la OIT y el PNUD avanzan
hacia la firma de un acuerdo de acción conjunta, que incluye a Uruguay
como uno de los países participantes de dicha alianza.
La promoción de los derechos humanos, incluido los
derechos fundamentales en el trabajo, constituyen un objetivo
prioritario acorde con la especial importancia y relevancia que el
gobierno uruguayo le otorga al tema, para su estrategia de desarrollo
social.
Por otra parte, Mandeville destacó el informe
complementario presentado para Uruguay, porque como allí se afirma, a
pesar de que en nuestro país las mujeres lograron importantes avances en
las conquistas de los derechos ciudadanos, aún persisten importantes
desigualdades que hacen de ellas, el grupo más numeroso que sufre en
carne propia discriminación. El derecho a no sufrir ningún tipo de
discriminación en el trabajo es esencial, así como también es el
objetivo central de la estrategia nacional de desarrollo.
Finalmente, se mostró expectante de que el gobierno
uruguayo encuentre propuestas y recomendaciones para lograr un
desarrollo con equidad y justicia social.
El representante de CINTERFOR, OIT realizó una reseña
histórica de la OIT donde recordó que esta organización creada en 1919
tuvo siempre el propósito de mejorar las condiciones laborales y actuar
como elemento normativo para definir estándares o normas relacionadas
con las condiciones de empleo. El procedimiento de trabajo de la OIT es
promulgar cada año los convenios y recomendaciones que regulan aspectos
y establecen pisos mínimos en diferentes aspectos de la vida laboral y
los países integrantes tienen la prorrogativa de ratificar o no, las
normas correspondientes; si lo hacen, serán supervisadas por los órganos
institucionales de la Organización. A partir de 1998, esto cambió porque
se aprobó una declaración sobre principios fundamentales en el trabajo
que varió el enfoque de la acción normativa de la OIT, porque a partir
de esa fecha, se procede a identificar una familia de normas
fundamentales para el trabajo que deberán ser aplicadas por todos los
países miembros, independientemente de que las hayan ratificado o no.
Estas normas son: libertad de asociación sindical y el derecho a la
asociación colectiva, la eliminación del trabajo forzoso, la eliminación
del trabajo infantil y la eliminación de la discriminación en el
trabajo. En base a esto, la OIT produce y publica cada año un informe
global sobre una de estas cuatro familias de derechos fundamentales. El
primer informe presentado en el 2003, fue sobre la Igualdad en el
Trabajo y hoy, se presenta este nuevo informe sobre avances y
problemáticas de la discriminación en el trabajo. Entre los aspectos
fundamentales que se señalan en este informe se destaca que la
discriminación en el trabajo está presente en todos los países en
diferentes formas o gravedad; es un fenómeno muy difícil de medir; se
manifiesta de diferentes maneras, por ejemplo, por el número de quejas;
en el aspecto legislativo se han logrado importantes avances lo cual
llevó a que la discriminación avanzara hacia formas más sutiles y menos
evidentes.
Existen diferentes tipos de discriminación, directa,
indirecta y múltiple donde se combinan varios factores. Se debe destacar
que el lugar de trabajo no siempre es el origen de las discriminaciones
sino el lugar donde éstas se manifiestan. Factores culturales, políticos
e ideológicos son, entre otros, generados en otros ambientes.
Para atacar la discriminación, la OIT propone y
promueve enfoques de políticas integradoras al respecto, reforzadas por
un conjunto de acciones que pueden ir desde la inspección en el trabajo
y políticas activas en el mercado de trabajo. Este informe trata también
sobre la Acción Positiva, que son medidas que pueden parecer
discriminatorias pero están dirigidas a resolver el problema. En el
informe uruguayo, la igualdad de género es el tema fundamental porque es
donde existe mayor discriminación y al mismo tiempo, donde se ven los
mayores avances.
Finalmente, destacó el esfuerzo del gobierno uruguayo
en la capacitación de inspectores en la materia y por los avances en la
política relacionada con la maternidad y maternidad.
Por su parte, la consultora de OIT, Lilián Celiberti,
autora del informe uruguayo, enumeró los puntos más destacables e
informó que la conformación del mismo fue hecha con datos oficiales
correspondientes al año 2005.
Explicó que cuando se habla de desigualdades de
género, se debe tener en cuenta que la discriminación que afecta a las
mujeres principalmente, tiene que ver con las relaciones entre los
hombres y las mujeres en la sociedad, con las posibilidades de acceso al
poder en la división sexual del trabajo y sobre todo en el mantenimiento
de estas esferas separadas entre lo productivo y lo reproductivo que
tiene enormes consecuencias en las sociedades porque la tarea productiva
es tan necesaria para una sociedad como las reproductivas.
En cuanto al informe propiamente dicho, los datos más
relevantes son:
Asimismo, se mostró partidaria de los mecanismos que
generen en las empresas, mediante cupos y obligatoriedad, políticas
concretas dirigidas a las mujeres porque se ha demostrado en el mundo
que son mecanismos transitorios pero efectivos. Anunció que se está
construyendo, conjuntamente con el Instituto Nacional de Estadística, un
sistema de indicadores que contará con nuevas dimensiones y en este
sentido, se presentará un nuevo trabajo que incorpora la dimensión
étnica racial, como una nueva perspectiva permanente.
Al finalizar su exposición, Beramendi destacó el tema
del acoso sexual como un capítulo aparte cuyo abordaje explica muchas
veces, no sólo, la no permanencia de las mujeres en el mundo del trabajo
sino también otras causales en la salud ocupacional de las mujeres.
El Ministro de Trabajo y Seguridad Social, Eduardo
Bonomi, se centró en el poco cambio que demuestra este informe sobre
discriminación con respecto a los anteriores y en este sentido, destacó
que para mejorar este problema se debe mejorar la forma de encarar el
acceso al poder y a la toma de decisiones.
Personalmente, Bonomi se reveló desconforme con la
utilización del método de cuotas por género y explicó, que cuando se
llega al momento de la contratación o designación de personal para la
tarea que sea, empleos, representación sindical, u otros, los que dicen
compartir las cuotas no lo reflejan en la decisión que toman.
Destacó también, que este gobierno a diferencia de
todos los anteriores tiene cuatro ministras mujeres, de las cuales dos
administran carteras consideradas como las más importantes, Defensa e
Interior. |