URUGUAY RECUPERÓ HISTORIA, MEMORIA Y MANUSCRITOS DE
ONETTI
Con la publicación de "Bienvenido, Juan" y la
recepción del archivo de manuscritos de Onetti por parte de la
Biblioteca Nacional, Uruguay recibió un valioso bien de uno de los
escritores más importantes del siglo XX, quien fue recordado a través de
anécdotas, ironías, sueños y anotaciones que revelaban una forma de ser
muy peculiar.
Con la gestión de la Presidencia de la República, la
Biblioteca Nacional del Ministerio de Educación y Cultura (MEC) recibió
por parte de Dorotea Muhz, los manuscritos de Juan Carlos Onetti que
reflejan una parte importante de sus vivencias y su obra dentro y fuera
de fronteras.
El libro "Bienvenido, Juan" editado por la Biblioteca
Nacional integra todos los textos críticos y testimoniales sobre Onetti
que fueron elaborados por escritores uruguayos en base a cartas,
dedicatorias y cartas testimoniales del homenajeado.
En su alocución, el Secretario de la Presidencia de
la República, Gonzalo Fernández, destacó que aprendió a leer a Onetti a
los 16 años con la novela "El Pozo" y desde ese momento en adelante se
declaró un fervoroso admirador de su obra.
En nombre del Presidente de la República, agradeció a
la viuda de Onetti, este acto generoso de donación de los archivos "de
un bien valiosísimo" para el Estado y la Nación uruguaya.
Fernández, destacó que Dolly conservó los papeles que
Juan Carlos descartaba y esa acción también estuvo acompañada por una
intensa labor de sistematización y de estudio de quienes trabajaron en
los archivos e hicieron posible un hecho que se comenzó a soñar en el
año 1984, en Madrid.
El Uruguay merece recuperar a su escritor más
consagrado y a un ciudadano tan habitual como sencillo, dijo el
Secretario, agregando que "Onetti merece volver a un Uruguay que tuvo
que abandonar pero que nunca dejo de ser su país".
Asimismo, recordó la figura del escritor, diciendo
que el Presidente de la República, Tabaré Vázquez, asumió en el año 1990
como Intendente de la Comuna capitalina e invitó a Juan Carlos Onetti a
regresar al país.
Esa acción recibió como respuesta una carta y un
aditamento -se trataba de un período de conflictivo entre el Jefe
Comunal y el gremio de funcionarios por razones presupuestales- que
constaba de un ejemplar del libro "Platero y yo" de Juan Ramón Jiménez,
obedecía a que el Presidente de ADEOM, en ese entonces era el dirigente
sindical Eduardo Platero, este presente entonces se constituyó en una
fina ironía ante la situación.
La viuda de Onetti, Dorotea Muhr, dijo que al evocar
al autor en público oía su voz cariñosamente burlona que protestaba
diciendo: ¡otra vez con Onetti!.
Los manuscritos que entregó a nuestro país le
acompañaron durante toda su vida con el escritor y manifestó que tomó la
decisión de donar los mismos porque estaba convencida de que la entrega
cumple de la manera más auténtica el deseo de Onetti de volver a su
país.
En medio de anécdotas, Muhr, recordó la figura de su
esposo a través del tiempo destacando sus ironías, sus sueños, sus
anotaciones, sus bromas y sus pedidos de pasaje a máquina de extensos
textos.
No le agradaban el mundo de las entrevistas, de las
conferencias de prensa, de los contratos preocupantes, el Onetti que
representaba al escritor formal le molestaba, dijo su viuda.
En sus reflexiones, expresó que fue un escritor que
creó fanáticos y lectores que nunca lo comprendieron y algunos
admiradores sostenían que los personajes de sus obras no eran ficción,
eran reales porque se los veía en la calle cotidianamente.
Nos fuimos del Uruguay en medio de una situación
insostenible pero en España logró reiniciar su obra a pesar de que le
faltaba la atmósfera rioplantense, dijo Muhr.
En ese marco, expresó su deseo de que los manuscritos
que estarán en la Biblioteca Nacional sirvan para que los investigadores
que se interesen puedan indagar en su obra y visualizar el medio social
donde el autor vivió.
Por su parte, la Subdirectora Mabel Batto, expresó
que este momento era un día de regocijo para las letras uruguayas por el
recibimiento de los manuscritos escritos muchos de ellos a lápiz y
bolígrafo, así como en folios mecanografiados y hojas sueltas que
pasarán a integrar el acervo de la Biblioteca Nacional.
En ese contexto, señaló que Onetti fue un narrador
excepcional que obtuvo el Premio Cervantes en el año 1980, la más alta
distinción literaria en la lengua castellana y una de las más
prestigiosas en el mundo.
En el año 1985 se le concedió el Premio Nacional de
Literatura por la totalidad de sus obras.
En esta ceremonia, se convocó a jóvenes y adultos a
leer la obra del escritor uruguayo y a introducirse en su escritura,
quien en su momento dijo que "para el escritor su mundo es el mundo", y
que Batto ratificó diciendo que el autor "generó un mundo de ficción
para que nosotros sus lectores podamos habitarlo y aprender en él la
intrincada red de fracasos e ilusiones que es la pena del alma de los
hombres".
Onetti, fue recordado como uno de los grandes genios
del siglo XX, subrayó Batto diciendo: bienvenido Juan, luego de 32 años
fuera de la Patria por tiempos de crueldad y guerra, los cuales le
obligaron a partir al exilio en España, sus manuscritos custodiados en
la Biblioteca Nacional perpetuarán su memoria.
En el acto, realizado en el Paraninfo de la
Universidad de la República se escuchó a la Orquesta de Cámara del SODRE
con temas de Vivaldi, Mendensol, Piazzola y tangos, porque tanto la obra
de Juan Carlos Onetti y las composiciones de Dolly Muhz poseían música,
letras y silencios.
El evento contó con la presencia del Secretario de la
Presidencia de la República, Gonzalo Fernández, el Subsecretario del
Ministerio de Educación y Cultura, Felipe Michelini, el Embajador de
España, Fernando Valderrama, el Rector de la Universidad, Rodrigo
Arocena, la Subdirectora de la Biblioteca Nacional, Mabel Batto, Dorotea
Muhr de Onetti e Isabel María Onetti. |