VÁZQUEZ: NI "REVANCHISMO", NI "VENGANZA", NI BÚSQUEDA
DE "VOTOS"
El presidente señaló que "la historia nunca es
blanco y negro" y que su compromiso es gobernar para todos los
uruguayos. "No somos víctimas del agnosticismo cívico ni de la rebeldía
de mampostería…". De esta forma el Jefe de Estado desarrolló su concepto
del "Nunca más. Vázquez anunció además que no va a aceptar participar de
una reelección.
El Presidente Tabaré Vázquez se dirigió hoy a la
ciudadanía para informar sobre el pensamiento y la posición del
Presidente acerca de tres temas que ocupan la atención de la mayoría de
los uruguayos.
En primer lugar, se refirió a lo que se había
planteado sobre "Derechos Humanos", el "Nunca más" y el próximo "19 de
Junio" y aclaró que el 19 de junio es y seguirá siendo el día en el que
se conmemora exclusivamente el aniversario del nacimiento del Jefe de
los Orientales. Agregó que esa fecha, fue sugerida en un Consejo de
Ministros por uno de sus integrantes, para iniciar el camino propuesto
de avanzar en la reconciliación y en el reencuentro entre todos los
uruguayos. En este sentido, Vázquez no desconoció que esta senda estará
llena de dificultades, sensaciones encontradas y que será muy trabajosa
su construcción.
Vázquez expresó que ese "nunca más" no viene de
copias ni de modelos ajenos, viene entre otras cosas, dijo, de la
consigna de familiares de ciudadanos de desaparecidos que demandan
verdad, justicia. En ese sentido el Presidente Vázquez, manifestó "nunca
más; viene de lo que muchos ciudadanos cantaron entonando "el uruguayo,
nunca más, por los chiquitos que faltan, por los chiquitos que vienen,
uruguayos nunca más", es una larga y triste historia que no empezó el 1º
de marzo de 2005 cuando al asumir la Presidencia de la República, ante
la Asamblea General reafirmó su compromiso de promover una política
activa en materia de Derechos Humanos y reconoció que como aún subsisten
zonas oscuras, es necesario y posible aclararlas en el marco de la
legislación vigente, para que la paz se instale definitivamente en el
corazón de los uruguayos.
Recordó también que en la oportunidad dijo que el
gobierno promoverá rápidamente, sin distinción de clase alguna, la
reparación de todas las víctimas de los hechos acaecidos en aquellos
años que tanto hirieron y dividieron a la sociedad uruguaya.
Aseguró que contrariamente a lo que "algunos
irresponsables" dijeron, este Gobierno no titubeó en el ejercicio de sus
competencias ni mezquinó información, ni inventó o escondió hallazgos.
Vázquez enfatizó que tampoco actuó empujado por el odio ni motivado por
el revanchismo, ni la venganza, ni buscando un puñado de votos.
Asimismo dijo que: "No somos víctimas del
agnosticismo cívico ni de la rebeldía de mampostería. Hemos dado y
seguiremos dando pasos que por cierto no apuntan ni a la historia
oficial ni al punto final".
Añadió que su política en esta materia obedece a una
estrategia y se fundamenta en los siguientes pilares: la memoria, porque
el pasado nunca descansa en paz y porque es necesario conocerlo,
asumirlo y procesarlo.
La verdad, que es el único camino para poder superar
las heridas y zonas oscuras que tiene cada sociedad; y la justicia, que
establece un marco adecuado para las relaciones entre personas e
instituciones y que en estos momentos está actuando, como no lo había
hecho hasta hace muy poco tiempo. "Seguiremos contribuyendo con ella en
busca de esa verdad, tanto como cuanto sea necesario", puntualizó
Vázquez.
Destacó que la sustancia de la cita de don José
Artigas sigue vigente; como sigue vigente su frase: "Con libertad ni
ofendo ni temo", que tiene dos constituyentes: ni ofendo ni temo como
actitud, como conducta, como planteo; ni ofensa ni temor, pero con una
condición, con libertad.
Agregó "A nosotros el pasado no nos ata y el futuro
no nos espanta. Por eso decimos "nunca más" y "gobernar no es solamente
responder al presente, también es construir el futuro y es
responsabilidad del Presidente de la República, construir ese futuro con
todos los uruguayos, sin exclusiones, fomentando el reencuentro entre
todos y añadió que todos los orientales quieren vivir en paz y justicia.
Considerando que aún existe una rispidez y un
desencuentro en el seno de la sociedad uruguaya, el Presidente piensa
que debe actuar responsablemente y en ese sentido, anunció que el 19 de
junio no habrá ningún tipo de desfiles y a las 11:00 de la mañana
concurrirá con una guardia reducida de Blandengues de Artigas a colocar
una ofrenda floral al pie del Monumento al Prócer y a comprometerse con
él a seguir trabajando en esta línea. Añadió que lo acompañará, quien
así lo desee o lo considere necesario.
En segundo lugar, el Presidente agradeció la obra
realizada por el profesor José Pedro Barrán, el profesor Gerardo
Caetano, el profesor Álvaro Rico, que consta de cinco tomos y contribuye
al camino de búsqueda de la unidad. Esta publicación es una recopilación
de documentos, investigaciones, archivos y testimonios "es un aporte
invalorable a la sociedad uruguaya", dijo Vázquez.
En tercer lugar, el Presidente se refirió a la
reelección como un tema que se maneja desde hace mucho tiempo entre la
opinión pública y al respecto, apuntó que en caso de que se le proponga
esta opción, no la aceptará.
PALABRAS DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA EN EL ACTO DE
EXPLICITACIÓN DEL PRÓXIMO "DÍA DEL NUNCA MÁS"
PRESIDENTE VÁZQUEZ: Muy buenos días para todos
quienes están aquí presentes. Agradezco enormemente vuestra concurrencia
y vuestra aceptación a la invitación que hiciéramos para esta mañana,
así como para todas las uruguayas y uruguayos que nos están siguiendo
por los distintos medios de comunicación aquí presentes.
El motivo de esta reunión es para informar a todos
ustedes y a la ciudadanía en general sobre el pensamiento y la posición
del Presidente de la República acerca de tres temas que hoy ocupan en
más o en menos la atención de la mayoría de los uruguayos.
En primer lugar me referiré a lo que planteáramos
sobre derechos humanos, el "Nunca más" y el próximo 19 de junio.
Debe quedar claro, porque acá hubo algún punto de
confusión, que el 19 de junio es y seguirá siendo el día en el que
conmemoramos exclusivamente el aniversario del nacimiento del Jefe de
los Orientales.
Esa fecha, el 19 de Junio, además, fue sugerida en un
Consejo de Ministros por uno de sus integrantes para iniciar, para que
fuera el mojón de inicio en el camino que propuse, como Presidente de la
República, para avanzar en la reconciliación, en el reencuentro entre
todos los uruguayos.
Es un camino, sin duda, no exento de dificultades,
sensaciones encontradas y por cierto muy trabajoso en su construcción
-esto lo sabemos todos- y en ese día, entonces, asumir ante el prócer de
nuestra patria, pero sobre todo ante las actuales y futuras generaciones
de compatriotas que lo que sucedió en aquellos oscuros y muy tristes
tiempos, tiempos aciagos de la dictadura y de las décadas del ’60, ’70 y
primera mitad del ’80, no ocurran nunca más en este país.
Ese "nunca más" no viene de copias, de modelos
ajenos. Viene, por ejemplo, de la consigna de familiares de ciudadanos
de desaparecidos que viéramos en más de una marcha del 20 de mayo y que
demandaba verdad, justicia y "nunca más". Viene de lo que tantos de
nosotros y en múltiples oportunidades, cantáramos entonando el
"uruguayos, nunca más, por los chiquitos que faltan, por los chiquitos
que vienen, uruguayos nunca más". De ahí viene el "nunca más".
Es una larga y triste historia, pero esa historia no
empezó el 1º de marzo de 2005 y ante la imposibilidad material de
reseñarla en su totalidad aquí, recordemos que ese día -1º de marzo de
2005- al asumir la Presidencia de la República, ante la Asamblea
General, expresamos (y lo leo textual): "Reafirmo mi compromiso de
promover una política activa en materia de derechos humanos.
Reconozcámoslo: a 20 años de recuperada la institucionalidad democrática
en materia de derechos humanos, aún subsisten zonas oscuras.
Reconozcamos también que por el bien de todos es necesario y posible
aclararlas en el marco de la legislación vigente para que la paz se
instale definitivamente en el corazón de los uruguayos y la memoria
colectiva incorpore el drama de ayer con sus historias de entrega,
sacrificio y tragedia, como un indeleble aprendizaje para el mañana.
Y con la verdad -dijimos en aquel momento- buscaremos
que nuestras sociedad recupere la paz, la justicia y, sobre todo, que el
horror de otras épocas nunca más vuelva a pasar. Nunca más". (Esto es),
textual, lo que dijimos ante la Asamblea General el 1 de Marzo del 2005.
Y pocas horas después, en la escalinata del Palacio
Legislativo, ante cientos de miles de uruguayos, dijimos: dentro de
pocas horas dispondremos los estudios correspondientes para saber si
hubo enterramientos de ciudadanos detenidos desaparecidos durante la
dictadura militar. Queremos saber qué pasó con estos ciudadanos, si
están o no enterrados allí, si están recuperados, identificados y sus
restos entregados a sus familiares. Y si no están, tendremos que saber
porqué no está y qué pasó con ellos.
Para nosotros -continuábamos diciendo- no entran
dentro de la ley de caducidad de la pretensión punitiva del Estado ni en
el caso de la nuera del poeta Juan Gelman ni las muertes de Zelmar
Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz. Pero asimismo -así lo dijimos- porque
madres son todas las madres, padres son todos los padres, hermanos son
todos los hermanos y uruguayos somos todos los uruguayos, en aquel
momento, en esa noche y ante cientos de miles de personas dijimos: el
gobierno promoverá rápidamente, sin distinción de clase alguna, la
reparación de todas las víctimas de los hechos acaecidos en aquellos
terribles años que tanto hirieron y dividieron a la sociedad uruguaya. Y
cuando dijimos esto hubo aplausos. Y hasta el día de hoy, hasta hace muy
pocos días atrás, nunca nadie nos vino a reprochar que dijéramos esas
palabras.
Continuamos diciendo: "Es imperioso saldar cuando
antes y de la mejor manera esta rémora del pasado y claro que lo podemos
hacer. Entre todos lo podemos hacer porque el Uruguay somos todos,
porque todos queremos vivir en paz y con justicia, porque tenemos que
encarar el futuro que las uruguayas y los uruguayos reclaman y merecen".
Esto lo dijimos textual, apoyados en lo que está
escrito en nuestro programa de gobierno publicado y en conocido en su
pagina 36 y que establece (y lo voy a leer textual): "Del gobierno
progresista: nuestro gobierno resultará de la decisión soberana de la
ciudadanía expresada en el respaldo de nuestra propuesta electoral lo
que supone una legitimidad democrática que siempre hemos revindicado y
que valoramos profundamente. Dicha legitimidad democrática implica que
el gobierno tiene un fuerte respaldo y un mandato expreso de la
ciudadanía de gobernar, esto es, decidir y arbitrar intereses diversos y
de hacerlo de acuerdo a un programa explicitado clara y oportunamente
ante los electores.
Dicho mandato supone la intención de hacer prevalecer
él interés general por sobre los intereses particulares, de grupos o de
personas. Nuestro compromiso con la ciudadanía toda es el de gobernar
para todos los uruguayos en base a las definiciones y prioridades de
nuestro programa, para todos aquellos que acompañaron nuestra propuesta
electoral y los que adhirieron a otras propuestas, los ciudadanos sin
partido y la población en general.
El principal compromiso contraído por un gobierno del
Frente Amplio es de hacer un bueno gobierno y, de acuerdo a su programa,
hacerlo en beneficio de los más postergados, las grandes mayorías.
Lo sucedido, lo realizado durante los 26 meses
transcurridos desde entonces, es conocido, pues, entre otras causas, ha
sido sistemáticamente informado por el Poder Ejecutivo.
Contrariamente a lo que algunos irresponsables han
dicho, el gobierno no ha titubeado en el ejercicio de sus competencias
ni ha mezquinado información ni ha inventado o escondido hallazgos.
Tampoco ha actuado empujado por el odio ni motivado por el revanchismo
ni la venganza ni encandilado por medidas efectistas ni buscando un
puñado de votos.
No somos víctimas del agnosticismo cívico ni de la
rebeldía de mampostería. Hemos dado y seguiremos dando pasos que por
cierto no apuntan ni a la historia oficial ni al punto final.
Lo hemos dicho: no hay punto final. Mientras haya un
hombre sobre la tierra habrá historia. No hay fin de la historia. No
existe la historia oficial. Para nosotros no hay fin de la historia;
existe la historia a secas y ésta nunca es en blanco y negro. Además,
como bien lo señalaba Marc Bloch, la historia no es un anticuario que se
mira desde el pasado; la historia es una ciencia de los hombre que se
hace desde el presente".
Por otra parte, una fractura política y social de la
magnitud que los uruguayos vivimos no se cierra en un acto y en un
momento determinado. No es posible extirpar el dolor que vive en la
memoria por medio de un conjunto de medidas, por muchas y bien
intencionadas que éstas sean.
Las heridas no curan por decreto ni se decreta el
reencuentro. Se trabaja duro y fuerte para lograrlo y se logra quizás
espontáneamente. Por eso nuestros pasos de dirigen a: en primer lugar:
responder al menos en parte al dolor a quienes fueron objeto de graves
violaciones a los derechos humanos en el pasado reciente, y en segundo
lugar: entregar a las nuevas generaciones, a nuestros hijos y a nuestros
nietos, una nación cuya conciencia moral se haya fortalecido en términos
de verdad, justicia y nunca más.
Nuestra política en esta materia obedece a una
estrategia y se fundamenta en los siguientes pilares: la memoria, la
memoria, porque el pasado nunca descansa en paz, porque es necesario
conocerlo, asumirlo y procesarlo. En su notable libro "Echar Raíces", la
doctora francesa Simone Weil sostiene que sería vano apartarse del
pasado y no pensar más que en el futuro.
Es una ilusión peligrosa, incluso, creer que hay en
ello una posibilidad. La oposición entre pasado y futuro es absurda. El
futuro no nos aporta nada no nos da nada, no nos da nada.
Somos nosotros quienes para construir el futuro hemos
de dárselo todo, incluso nuestra propia vida. Ahora bien, para dar es
necesario poseer y todo lo que poseemos lo heredamos del pasado. Por
eso, de todas las necesidades del alma humana una de las más vitales es
el pasado y este pasado con generosidad desde el presente y en la
memoria, debemos ofrecérselo al futuro. La memoria, pero también la
verdad, porque aunque a veces parece que la verdad profundiza las
divisiones en lugar de cicatrizar las heridas, la verdad es el único
camino para poder superar las heridas y zonas oscuras que tiene cada
sociedad, como están en estos libros que ustedes van a ver dentro de
algunos minutos.
La verdad a veces duele, pero siempre es
revolucionaria, como decía nada menos que Antonio Gramsci. La verdad,
entonces, para comprender el presente y para hacer realidad la
posibilidad de un futuro mejor entre todos los uruguayos y nadie,
absolutamente nadie, puede negar que hemos trabajado y lo seguiremos
haciendo para intentar llegar a la verdad toda, toda la verdad. Memoria
y verdad, pero también justicia, la justicia como conjunto de reglas y
normas que a partir de determinados valores de convivencia establecen un
marco adecuado para las relaciones entre personas e instituciones, pero
también la justicia como poder del Estado y como sistema que trasciende
al mismo.
Y la justicia está actuando, como no lo había hecho
hasta hace muy poco tiempo y ustedes lo saben, no voy a hablar de lo que
está haciendo la justicia, la ciudadanía lo sabe. Y seguiremos
contribuyendo con ella en busca de esa verdad, tanto como cuanto sea
necesario, tanto como lo dice el programa de gobierno en su página 51
(textual): "Igualmente, verdad y justicia se deben sumar para conocer en
el marco de la constitución y la ley lo sucedido con las personas que
fueron asesinadas por agentes estatales durante la dictadura y el
período autoritario que la precedió. Memoria, verdad, justicia,
reparación".
La reparación no como punto final, como algunos
salieron a decir intentando interpretar nuestras palabras y
tergiversando lo que nosotros decíamos. La reparación no como punto
final, sino como conjunto de actos que expresan el reconocimiento y las
responsabilidades que le caben al Estado ante el quebranto y el
sufrimiento que han vivido tantos uruguayos y la nación, porque el
Uruguay es su gente y uruguayos somos todos, porque la nación es lo que
nos une a todos sin perjuicio de nuestra respectiva identidad, porque
las naciones son memoria y tradición pero también son esperanza y
proyecto, también son futuro y sobre todo son compromisos ciudadanos
cotidianos, pero de largo aliento.
Hay quienes, consciente o inconscientemente, se atan
al pasado y por lo tanto también, consciente o inconscientemente,
renuncian al futuro. A nosotros el pasado no nos ata y el futuro no nos
espanta. Por eso decimos "nunca más". Nunca más enfrentamientos
violentos entre uruguayos; nunca más descalificaciones o violencia entre
nosotros; nunca más contextos, motivos o excusas para esos
enfrentamientos; nunca más desconfianza, nunca más intolerancia, nunca
más discriminación, nunca más desigualdad de oportunidades, nunca más
pobreza, nunca más terrorismo de Estado; nunca más un país donde los
derechos de todos sean privilegios de unos pocos; nunca más un país
donde en hacerse a un problema, donde la juventud sea sospechosa o donde
envejecer sea una condena.
Con esta frase cerramos nuestro discurso en la
explanada del Palacio Legislativo el 1º de marzo de 2005. Nunca más un
país sin un proyecto de sí mismo y sin confianza en él, para concretar
esa utopía. Este gobierno tiene como rasgos de identidad los valores más
permanentes de la humanidad: la paz, la libertad, la democracia, la
justicia, la solidaridad. Tiene también compromisos entre ellos y el
compromiso con el progreso como concepto que trasciende el crecimiento
económico y abarca la equidad, la justicia social y las necesidades
vitales, materiales e inmateriales de todos los uruguayos, porque eso
somos, el gobierno de todos los uruguayos, de quienes nos votaron y
quienes por diversas razones no lo hicieron.
Creemos que los derechos son instrumentos que
promueven la dignidad humana. No hay derechos humanos y derechos no
humanos. Todos los derechos son humanos: el derecho a la vida, el
derecho a la salud y al medio ambiente sano, el derecho a la educación,
a la cultura y a la recreación, el derecho al trabajo y a la protección
social, el derecho a la libertad de credos, el derecho a la libertad de
opinión, de reunión, de circulación, el derecho a ser uno mismo, el
derecho a la esperanza.
Este el futuro que queremos para todos los uruguayos.
A veintidós años de recuperada la institucionalidad democrática y desde
nuestra identidad de fuerza de gobierno progresista tenemos que promover
una revolución en materia de derechos humanos. Tenemos que afirmar los
históricos, pero tenemos que promover nuevos derechos civiles,
políticos, económicos, sociales y culturales. ¿Acaso la pobreza y el
desamparo en que aún viven muchos compatriotas, aún en nuestro gobierno,
no es una violación a los derechos humanos? Y aunque esa violación
afectara a una sola persona, igual sería inadmisible. Tenemos que
avanzar en esa materia, no solamente porque todos los derechos son
humanos, sino además porque los derechos por decirlo breve y
enfáticamente, la ética de la democracia.
Aunque el concepto ha recorrido implícitamente mis
expresiones, no está de más explicitarlo claramente: gobernar no es
solamente responder al presente. También es construir el futuro y es
responsabilidad del Presidente de la República construir ese futuro con
todos los uruguayos, sin exclusiones, fomentando el reencuentro entre
todos los uruguayos, no fomentando su separación, su división, ni ningún
tipo de enfrentamiento. Gobernar también es construir el futuro. El
futuro no se espera, ni se decreta, se construye pertinaz, progresiva y
colectivamente, sin mesianismo ni exclusiones, teniendo en cuenta los
intereses de cada sector de la sociedad pero en sintonía con la nación
como necesidad y posibilidad de futuro compartido.
No se decretó que trabajaran juntos en las
inundaciones civiles y militares, ni que los militares apoyaran
fuertemente el Plan de Emergencia, como lo hicieron, o el plan de Salud
bucal para los niños escolares de todo el territorio nacional.
Ahí está el camino, no en un decreto. Ese camino lo
tienen que encontrar todos los uruguayos juntos, no esperarlo de un
decreto. En el oficio dirigido a la Junta del Paraguay el 7 de diciembre
de 1811, Artigas da cuenta de la miseria y adversidades del pueblo
oriental durante el Éxodo. La redacción del documento es tan dura como
la situación que el propio documento describe, pero en un pasaje de la
misma Artigas expresa que -y lo voy a leer textual- "llenos todos de
esta memoria oyen sólo la voz de su libertad y unidos en masa, marchan"
hoy las circunstancias son otras
Hoy las circunstancias son otras, pero por encima de
las diferencias, la sustancia de la cita de don José Artigas sigue
vigente como sigue vigente su frase "Con libertad no ofendo ni temo",
que tiene dos constituyentes: ni ofendo ni temo como actitud, como
conducta, como planteo; ni ofensa ni temor, pero con una condición: con
libertad. Con libertad no ofendo ni temo, seguramente, relacionadas con
el "nunca más" mientras haya libertad.
Este es el sentido que le queremos dar al próximo 19
de junio. Ustedes saben bien que las condiciones, hoy, no son las
adecuadas como para realizar grandes conmemoraciones ni para realizar
grandes desfiles. La realidad es la realidad. Declaraciones,
comentarios, dichos de los últimos tiempos implican que todavía hay una
rispideces y desencuentros en el seno de la sociedad uruguaya. Y sería
irresponsable, y este Presidente quiere ser responsable, podrá
equivocarse, pero quiere actuar con seriedad, con responsabilidad, con
honestidad, con transparencia, sería irresponsable que llamara a un gran
acto conmemorativo el próximo 19 de junio para seguir ahondando el
camino del Nunca más y el reencuentro entre los uruguayos.
Por eso el 19 de junio no va a haber ningún tipo de
desfile. El 19 de junio, a las 11 de la mañana el Presidente de la
República, va a concurrir con una guardia reducida de los Blandengues de
Artigas a colocar una ofrenda floral al pie del monumento al prócer y a
comprometerse con él, pero sobre todo con todos los uruguayos, a seguir
trabajando incansablemente por el camino del reencuentro entre los
uruguayos, y espontáneamente, quien quiera acompañarnos, acompañe, y
quien no quiera hacerlo, tiene toda su libertad para no hacerlo.
Este era el primer punto que quería comunicar a todos
ustedes. El segundo punto, y agradezco enormemente la presencia de
quienes realizaron un trabajo espectacular, profundo, con rigurosidad
científica, serio, el profesor José Pedro Barrán, al profesor Gerardo
Caetano, al profesor Álvaro Rico, en estos cinco tomos de una misma obra
que contribuyen enormemente a ese camino de búsqueda de la verdad.
Ustedes acá van a encontrar infinidad de documentos
científicamente estudiados, analizados, sistematizados. Son documentos
que provienen de la Comisión para la Paz, los documentos que presentaron
los comandantes de las Fuerzas Armadas uruguayas en agost6o de 2005, los
documentos de la Universidad de la República y de los antropólogos que
trabajaron en la búsqueda de restos, investigaciones parlamentarias,
archivos. Es un trabajo monumental, gigantesco, que yo me apresuro a
agradecer en nombre de todo el pueblo uruguayo y felicitar a los autores
y sus colaboradores, que fueron muchos -profesores queridos, que están
aquí presentes- por este aporte invalorable a la sociedad uruguaya.
Cinco tomos de un trabajo realmente serio y profundo. Yo les aconsejo su
lectura. Iba a leer las conclusiones finales, pero no quiero extenderme
demasiado, porque en ellas están realmente resumidas las propuestas
serias que estos señores investigadores y científicos uruguayos han
hecho.
Porque en ellas están realmente resumidas las
propuestas serias que estos señores investigadores científicos uruguayos
han hecho. Tenemos 10 de estas obras completas hoy, que vamos a
entregar, una quedará en Presidencia de la República, otra irá al Poder
Judicial, a la Suprema Corte de Justicia, otra irá al Poder Legislativo,
se la entregaremos al Sr. Presidente de la Asamblea General, otra irá a
la Biblioteca Nacional, 4 van a ir una para cada partido político con
representación parlamentaria, ya van 8, una para la Universidad de la
República y otra para Familiares de Detenidos Desaparecidos. Además está
editada también en cd que vamos a entregar uno a cada uno de los
legisladores de todos los partidos políticos, vamos a entregar también
una obra completa a los señores ministros y en unos 15, 20 días, la IMPO
va a tener prontas 1000 obras completas para que quienes quieran tenerla
se refieran a la IMPO y puedan adquirirla en este instituto, en esta
Institución. Realmente es una obra seria, espectacular y pone en el
tapete, incluso testimonios y lugares presuntos por testimonios dados de
eventuales enterramientos que reitero, cuando se compruebe la seriedad
de las denuncias vamos a seguir buscando como corresponde y seguiremos
trabajando también fuera del país porque acá hay investigaciones de
desaparecidos fuera del país como nos hemos comprometido en este tema,
esto es lo segundo que quería comunicarle a todos ustedes; lo tercero es
un tema que quizás no interese a todos los uruguayos, sí a una buena
parte de los uruguayos, es un tema que se viene manejando desde hace
mucho tiempo, no desde ahora, pero últimamente se está manejando con
mucha insistencia, es un tema que se manejó incluso antes que asumiera
la Presidencia de la República, en el período de transición, cuando
estábamos preparando el gobierno en el Hotel Presidente, me refiero al
tema de la reelección, en aquel momento en el período de transición, dos
prestigiosos periodistas, reconocidos periodistas uruguayos, me hicieron
una entrevista y me preguntaron que pensaba sobre la reelección
presidencial y ni siquiera había asumido la Presidencia de la República,
y di una respuesta, claro que si los periodistas me lo preguntaron fue
porque el tema en el ambiente estaba, y es curioso, el tema siguió en el
tapete y es curioso, quienes más critican este gobierno, quienes más
salen a decir que el gobierno es espantoso, es malo, son los que se
muestran más preocupados y nerviosos por una eventual reelección. Y es
curioso los argumentos que utilizan, yo voy a dar alguno, por ejemplo,
se dice, es bueno que haya rotación en el ejercicio del gobierno, por
eso no tiene que haber reelección, tácitamente están reconociendo que si
hay reelección no hay rotación en el ejercicio de gobierno, es decir
están reconociendo que si hay reelección, va a ganar la reelección.
Otros utilizan argumentos jurídicos y legales y artículos de la
Constitución en sus escritos, y citan todas las reformas
constitucionales y el espíritu de aquellos constitucionalistas que
hicieron, claro, plantearon la reforma como no reeleccionista y dicen
que es imposible el camino de la reelección pero se preocupan por la
reelección, si es imposible, para qué se preocupan, otros incluso llegan
a decir que es mejor que haya reelección así ganan, pero están nerviosos
por la reelección, muy preocupados, hacen seminarios, foros, le piden a
eminentes periodistas extranjeros que escriban contra la reelección,
traen cientistas políticos para hablar contra la reelección, están muy
preocupados con la reelección y yo creo entenderlos. El primero de marzo
de 2005, ante la Magna Asamblea General del Poder Legislativo entre
otras cosas dije una frase que más ó menos tenía este contenido: esta es
la primera y seguramente la última vez que me presento ante todos
ustedes, pero siguen nerviosos, y claro y están nerviosos porque cambia,
en el mundo todo cambia, todo cambia, hay que reconocer, la verdad todo
cambia. El mundo del Siglo XXI no es lo mismo que el mundo del Siglo XX,
ni del Siglo XV, ni del Siglo V, cambia, cambió, la vida cambia, la vida
es un devenir de cambios, por la evolución se producen cambios y
adaptación a las nuevas condiciones medioambientales. Cuando la vida
cambia por mutación se hace más bruscamente el cambio y se produce una
adaptación a las nuevas condiciones de vida. Todo cambia y entonces no
es de extrañar que en política también todo cambie, está bien, es
normal, es bueno además que se cambie, porque hay que adaptarse a las
realidades del momento y es por eso que yo entiendo que están nerviosos
y preocupados por el tema de la reelección. Hoy 26 meses y 3 días
después de aquella aseveración que hiciera ante la Asamblea General debo
decir a toda la ciudadanía uruguaya que si tuviera el altísimo honor de
que se me propusiera para ir a una eventual reelección, no lo aceptaría,
no voy a aceptar ir a una reelección. Cierro los ojos y me parece ver
algunos rostros exhalando un profundo suspiro de alivio. Señoras y
señores, señoras y señores, esto es lo que quería informar a todos
ustedes, agradezco que hayan concurrido, que estén aquí presentes, que
nos hayan escuchado y será hasta la próxima oportunidad. |